El documento proporciona información sobre el cuidado y uso adecuado de los paracaídas de emergencia. Explica que los paracaídas requieren mantenimiento periódico como aireado y reempaque cada 6-12 meses. También describe las situaciones en las que se debe usar un paracaídas de emergencia, como pérdida de control del parapente, y los pasos para su extracción y apertura correctas. Finalmente, enfatiza la importancia de la práctica para estar preparado en caso de emergencia.
2. Conocimientos Básicos
El paracaídas de emergencia sí bien es una tranquilidad para todos los
pilotos también es cierto que encierra una serie de interrogantes
respecto de cuando debe ser utilizado y como.
Al igual que todo el equipamiento de vuelo exige de un cuidado y
mantención periódico para permitir un mejor funcionamiento. En
primer lugar, el paracaídas tiene que ser aireado y plegado con
regularidad. Los fabricantes, por lo general, recomiendan reempacarlo
cada 6 meses para obtener un funcionamiento óptimo.
Al menos una vez al año ya es el plazo máximo para reempacar el
paracaídas y permitir airearlo. Obviamente hay que tener en cuenta el
clima y las condiciones donde se ha usado. En climas húmedos (como
las zonas costeras) se recomienda empacarlo de forma más frecuente.
Si hemos tenido un mal aterrizaje, se ha golpeado, le ha entrado
arena, tierra ó se ha movido de su ubicación original debemos
reempacarlo a la brevedad.
Para el reempaque hace falta seguir las instrucciones del fabricante o
bien asesorarse por los servicios especializados para reempaque.
4. ¿Cuándo Utilizarlo?
Se debe utilizar como última instancia cuando se ha perdido el control
del parapente, ya sea por una colisión, por problemas de rotura en
vuelo o por encontrarse nuestro parapente en una situación de vuelo
incontrolable, especialmente cuando estamos cerca del terreno.
También si por alguna situación fisiológica no podamos estar en
condiciones de controlar al parapente.
No debemos olvidarnos que por sí sólo el paracaídas de emergencia no
va a resolver el problema que nos encontremos por lo que se debe
tener claro que el uso es en instancias incontrolables de vuelo.
Pequeñas plegadas o turbulencias no justifican su uso. Regularmente
mientras volamos debemos ejercitar mentalmente el procedimiento de
apertura. Si nos encontramos de golpe en una situación incontrolada lo
primero es tener la certeza de la altura a la que nos encontramos
respecto del terreno; si estamos bajos y fuera de control
inmediatamente se debe utilizar el paracaídas de emergencia. Si nos
encontramos con altura y posibilidad de recuperar la estabilidad en
vuelo debemos intentar recuperar la estabilidad antes de utilizar el
emergencia.
6. ¿Cómo Utilizarlo?
Identificar el puño o asa del emergencia. No es un momento para
cometer errores y tener dudas por lo que durante tus vuelos
cotidianos de vez en cuando practica mover tú mano hasta la manilla
del emergencia para ver donde se encuentra. Existen diversas
ubicaciones para el emergencia por lo que debes familiarizarte con la
que tú utilizas.
Toma la manilla de extracción con firmeza y da un tirón seco de tal
forma de sacar el contenedor interno (puedes practicar esta maniobra
en tierra cada vez que quieras reempacar tú paracaídas). Hay que
tener en cuenta los velcros ú otros sistemas de fijación que cierran el
contenedor exterior.
Ahora que tenemos de la mano la manilla con el contenedor interno y
el emergencia en su interior debemos lanzar todo el paquete tan
fuerte como podamos en la dirección que: no este obstruida por el
parapente, que sea la dirección del viento relativo; la dirección en
contra de la que nos movemos. De esta forma se facilitará la apertura.
7. Una vez que el emergencia se abra completamente debemos
procurar que el parapente y el emergencia no se estorben
mutuamente. La forma más fácil y más usada es tirar de las
bandas “B”. Otra solución es tirar de una banda completa para
acercar lo más posible el parapente hacia nosotros (quedará
volando en bandera). Lo importante es que no se interfieran
para evitar una rotación o un péndulo.
8. Todo el tiempo durante el procedimiento de emergencia debemos tener
claro la altura a la que nos encontramos. Durante la etapa final nos
concentraremos en donde vamos a llegar al suelo y de que forma vamos a
actuar. El paracaídas de emergencia tiene una taza de caída de entre 5 y 6
m/seg en condiciones estables. Podemos ir más lentos si nos
encontramos en una ascendente (cerca de la ladera por ejemplo) o bien
algo más rápidos si no vamos estables, o bien, estamos en una
descendente. (5 a 6 m/seg equivalen a saltar de una altura aprox. de 1.5 a
2 metros). Por su parte la velocidad horizontal dependerá del planeo que
llevemos, de la situación de control (estabilidad) que hayamos logrado del
parapente y del viento en ese momento. Debemos procurar ponernos de
frente hacia la dirección en la cuál volamos para afrontar el aterrizaje con
viento de cara. Ahora sólo a unos metros del suelo el procedimiento
recomendado por los expertos es : Piernas cerradas, pies planos o con la
punta ligeramente hacia abajo, rodillas cerradas y ligeramente
flexionadas, tronco ligeramente arqueado, abajo, cabeza inclinada
adelante (barbilla pegada al pecho), codos cerrados contra el cuerpo y
manos agrupadas sobre la cara. En el instante del impacto, se orienta la
pelvis de un lado, de manera que después de los pies, las nalgas y
después la espalda aseguran la rotación y amortiguación con el cuerpo.
Los paracaidistas se entrenan saltando desde una silla o una mesa e
insisten sobre la importancia de tener las piernas bien cerradas y en
tensión.
9. Antes de cada Vuelo:
• Inspección del Asa de la Bolsa
• Inspección de los Pernos de Seguridad
REEMPAQUE:
• Inspección de Líneas
• Inspección de Ligas
• Inspección de Ojales
http://es.slideshare.net/iparair/plegado-de-paracas-1064577
10. Práctica, práctica, práctica….
• De todos los pilotos que han tenido que utilizar su paracaídas,
ninguno pensó alguna vez tenerlo que usar en una
emergencia. La unanimidad acuerda en que la práctica debe
ejercerse en tierra, asistir a clínicas de paracaídas, practicar
dentro de tu mente el proceso de buscar el asa, tomarla, y
arrojar la bolsa, y platicar con pilotos que hayan tenido la
necesidad de usar su paracaídas para recibir sus consejos.
• Recuerda: inclusive bajo las mejores condiciones, tu
paracaídas puede no trabajar tan bien como lo esperas, así
que mejor VUELA CON SEGURIDAD Y A LA DEFENSIVA.
12. • La primera y principal diferencia entre ambos modelos de
paracaídas es precisamente esto: el PDA no es dirigible, cae
en vertical, derivado por el viento, mientras que el
Rogallo puede planear un poco y dirigirse en dirección.
• Tasa de Caída: un PDA está entre los 4-6 m/s, mientras que el
Rogallo es de unos 3,8-4,2 m/s.
• Peso: Un paracaídas PDA estándar puede pesar entre 2 y 2,5
kg, y un Rogallo alrededor de los 2 kg. No hay diferencias.
• El PDA es más pequeño que el Rogallo: unos 35 m2 para la
talla grande de un PDA, frente a los aprox. 41 m2 de un
Rogallo. Por eso el Rogallo puede que, en algunos modelos de
sillas, no entre en el contenedor.
13. • Ambos modelos de paracaídas se pliegan de forma diferente,
claro. Cada uno tiene su técnica. Personalmente encuentro
que el PDA es más fácil de plegar, pero tampoco es una ciencia
oculta el plegar un Rogallo.
• La extracción y lanzamiento del paracaídas, ambos sistemas
son iguales: se coge el asa, se extrae el paquete del
contenedor y se lanza hacia atrás y abajo.
• Los precios de ambos sistemas: un paracaídas PDA puede
costar aproximadamente $400, mientras que un Rogallo ronda
los $900 (hay que añadirle unos $140 de los quickout y unos
$25 del sistema de suelta del acelerador).