El Imperio Inca se convirtió en parte del Virreinato del Perú bajo control español. La capital se trasladó a Lima y el castellano se estableció como el idioma oficial, mientras que la religión católica se enseñó. La minería y el comercio fueron las actividades económicas principales durante este período, con los indígenas extrayendo oro y plata para enviar a España y los españoles introduciendo nuevos animales e ideas a América y llevando cultivos americanos a Europa.