El principal museo florentino, y uno de los 10 más importantes del mundo, es una soberbia colección de escultura y pintura de
los siglos XIII al XVIII de autores italianos y europeos.
1. GALERÍA DE LOS UFFIZIGALERÍA DE LOS UFFIZI FLORENCIA SIGLO XVFLORENCIA SIGLO XV
2.
3. El Museo de los Uffizi o la Galería de los Uffizi, situada en el Piazzale degli Uffizi, es uno de los museos de pintura y escultura más
célebres del mundo. Grandes obras de los principales pintores de la historia del arte se exhiben en sus salas.
La construcción del palacio de los Uffizi fue comenzada en 1560 por Giorgio Vasari siguiendo órdenes de Cosme I de Médici. Su
finalidad inicial era albergar las oficinas de las magistraturas florentinas, una vez que se quedó pequeño el Palazzio Vecchio. De
esta función deriva su nombre de «Galería de los Oficios». Las obras terminaron en 1581.
Cosme I de Médici ya consideró el proyecto de destinar a museo el tercer piso del soberbio edificio, pero el mismo fue llevado a
cabo por su hijo Francesco I.
Éste encargó al prestigioso arquitecto, ingeniero y pintor Bernardo Buontalenti la construcción de la galería interior de las
“Tribune” para albergar algunas obras de arte procedentes de la colección de los Medici, así como su valiosa colección de
condecoraciones antiguas. Buontalenti construiría también un gran patio escénico en el que, en 1586-87, se organizaron festines
fabulosos, así como representaciones teatrales dirigidas por el propio Buontalenti, quien diseñaría también el vestuario de los
actores.
39. La hipótesis más acreditada referente a estas tres jóvenes es que la de la izquierda, de cabellos rebeldes, representa la
Voluptuosidad (Voluptas), la central, de mirada melancólica y de actitud introvertida, la Castidad (Castitas), y la de la derecha,
con un collar que sostiene un elegante y precioso colgante y un velo sutil que le cubre los cabellos, la Belleza (Pulchritudo).
Venus. Se encuentra en el centro del cuadro y sirve de eje a la composición, volviendo ligeramente la espalda al resto de figuras.
En torno a su cabeza se aclara la arboleda, formando una especie de aureola. Está representada como una Madona, con el
cabello cubierto por cofia y velo, como una mujer casada. Viste una camisa larga y, por encima, vestido y manto, que cae de
forma asimétrica, como el de Mercurio. El vientre prominente era considerado gracioso, y un signo de elegancia era colocar la
mano sobre una tela, para evidenciar su belleza. Es el centro no sólo físico sino también moral de la obra, en sus dos aspectos de
Venus Urania y Venus Genitrix, fuerza creadora y ordenadora de la Naturaleza, que hace nacer y crecer a todos los seres vivos.
Cupido. Vuela sobre la cabeza de la figura central. Se dedica a lanzar dardos hacia una de las Gracias.
Flora. Es la única del grupo que mira directamente al observador y parece que intenta esparcir sus flores por el exterior de la
escena. Destaca también por su sonrisa, pues es infrecuente en la pintura renacentista, en particular en Botticelli, cuyas mujeres
(y así se ve en sus numerosas Vírgenes con Niño) están siempre serias, abstraídas.
La ninfa Cloris. De su boca salen las flores primaverales que Flora recoge en su vestido transparente.
Céfiro. Dios del viento benigno representado con colores fríos mientras busca el amor de la ninfa. Sopla la dulce brisa que hace
posible la primavera.
57. Según cuenta la leyenda, Venus, diosa del amor, nació de los genitales del dios Urano, cortados por su hijo Crono y luego
arrojados al mar. El título de la obra no es, por lo tanto, exacto, ya que el cuadro no representa el momento del nacimiento de la
diosa, sino que muestra la llegada de Venus, sobre una concha, a la playa de una de las islas que tradicionalmente se le dedican,
como Chipre, Pafos o Citerea. La diosa es empujada por el soplo de los dioses alados, entre una lluvia de flores.
A la izquierda aparecen los primeros dos personajes de la obra. Uno de ellos es Céfiro (Dios del viento del oeste); a su lado está
Cloris (que significa pálido). Céfiro y Cloris, fuertemente abrazados simbolizan la unión de la materia y el espíritu. A su alrededor
caen rosas, flores que según la leyenda después se convertirán en seres.
El centro de la composición está ocupado por la diosa Venus sobre una concha que flota en un mar verdoso. Tiene la actitud de
una Venus púdica: una mano sobre el pecho y otra sobre el sexo. Cubre con sus largos y rubios cabellos sus partes íntimas,
aunque la larga cabellera, colocada en la entrepierna, acaba recordando al vello púbico, cuya representación estaba prohibida. El
cabello es un ornamento eminentemente erótico; Botticelli lo pinta con largos arabescos que rozan la anatomía de la diosa con
una delicada caricia. Con su brazo derecho trata delicada y casi inocentemente de taparse sus pechos. Su postura curvilínea sigue
siendo propia del gótico.
EL NACIMIENTO DE VENUS