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Francisco SeiruMo
La Preparación ¿Física?
en el fútbol.
El proceso de entrenamiento desde las ciencias de la complejidad
Rafel Pol
preparación futbolística
COLECCIO
Prologo (Je:
Natalia Balague
Francisco Seirul lo
La Preparación ¿Física?
en el fútbol.
El proceso de entrenamiento desde las ciencias de la complejidad
M C SPORTS
1 Z ~ I ■
I
1" edidón: Febrero 2011
© Rafel Pol
© MC Sports (Moreno & Conde S L )
© Fotografías Departamento MCSports (www.mcsports.es)
Analista de Texto Manuel Conde
Maquetación Robert Moreno
Diseño de cuDierta: Robert Moreno (MC Sports)
Diseño Gráfico. Alfredo
Depósito legal VG 225-2011
ISBN: 978-84-937246-9-6
«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación
de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción
prevista por la ley Diríjase a CEDRO (Centro Español ae Derechos Reprográficos www
cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra»
La Preparación ¿Física?
en el Fútbol.
El proceso de entrenamiento desde las ciencias
de la complejidad
r
Indice
Agradecim iento» 7
Prólogo ♦
Prólogo 10
Introducción 13
C apitulo L- Lo velocidad en el fútbo l 18
I.I.- tortore* que condicionan la velocidad en ei fútbol 21
1,2.- La toma de dectóooei en el fútbol 23
U .o-C on diclono nte* del detmrüsta 3 7
l.2.b-Condícionantes á rl enromo 11
l.2.c-Condicionom cs tfr to torea n
l.2.d-lnteracción -mrr cundoarmtB 40
l.2.e-AnóHsn de la m flocnoa de alguno* co n d la o n o n itt im punarte* 41
Propiocepdón 41
C oordinadonet 42
Fatigo 42
Exterocepción 43
Emociones 43
Experiencias ptrtw 44
Instrucciones 46
Intenciones 47
Entorno 48
48
1.2-g-Contecucnclat practxa* ikl m odela de dM ir-on-ocaón SI
1.3- La coordinación entre los diferentes jugadores del equipo: Operaaonallxotión
del modelo de juego 54
M - Factor» eond'dona/ei y bíopncrjM/coi que condicionan la mfoddod 60
C apitulo L - Lo fuerza en el fú tb o l 63
L 1.* Concepto de fuerza 64
2.2.- Lo fuerzo como capacidad física básica 67
L l - Condicionantes de la contracción muscular 69
2.3.a-Nivel de fuerzo oaAcodo 69
2.3.b-Tiempo oue tantotn ofeooro* dutintoi nirees«te fier/r 74
Tiempo me ei deparbUV a ccpaz dr mamrrrcvundeirrminado «'vrt dr furnc 76
2.4.- t £s necesario el entrenamiento descontextualisado da la fuerxat 40
2.4.n-€l omrnamma dr (afutrís pan» teprevención de tauanrr^aque rm enfontamos’81
2.4.b- 0 rotr*wm*Mt© dete (uerzu paro wprenenaúitde i-vane. Mciodobpo de tnnqe 67
2.5.- £1entrenamiento de lo fuerzo pao) la mejore del rendimiento 99
2.5. a-La variabilidad en la ejecución ód movimiento 100
2.5.b-La yrtoodod de eiecuoonde « accióny su rcwcóe cona preasioti IOS
2.S.c-Las coomnooonei preferentes dtí futboma o“técnica* 107
2.b .d -tt panno de rmrrnamierrw 109
C apitula 3 La resistencia en el fú tb o l 112
3. f.-Oefinicionei de resistencia m
3.2-O bjetivos del entrenamiento de la resistencia 116
3.3-Adaptacionet producidas por el entrenamiento de la resistencia 117
3.4-fdcntiflcncián de (as necesidades energéticas del futbolista 124
C apitulo 4.- M etodología sistérmca de entrenam iento 130
4, t.•Paradigma Científico en el que se enmarca el modelo (31
4.2.-{Qué es un SUttvma dinámicof 131
4.3.-EI jugador entendido desde la perspectiva dr. las tístrmi» dinámicas 134
4.4.-Aplicación al sistema ó• entrenamiento 137
4-5 -Determinación de la Intim idad de la carga 145
4.6.-EI modelo de juego en el proceso de entrenamiento 151
1*14.7.-£¡ popel del entrenador
4.8.-EJ popel del preparador fhieo 143
4.9. - La periodtxacián del entrenamiento 164
4 .1Q.-Perlodiiación del entrenamiento: la prrtemporada 167
4.11.-Diieño de lot Ciclos de Entrenamiento Semanaiei 169
Día i :omantica intcwm {oaión/ I 70
D la 2:<nnomxa errensrrv i 72
D io l dinaroen«ntmsm?nnraucoonI 47)
4.1J.-Comtdcracionct acerca del di*efio wmana» 173
4 .13.-C anclutionn 174
Copaulo S.~ Las tareas de entrenam iento 177
Situaciones dinám ica Intensiva (acción) 180
Situaciones dinám ica intensivo (Interacción) 190
Situaciones dinám ica exteniftro 300
Bibliografía 209
Agradecimientos
Porqué somos lo que emerge de nuestra interacción con el entorno, gra­
cias a todos vosotros por haberme llevado hasta aqui:
A mi familia (Padri, Padrina. Papa. Mama. Joana Marta y Jaume) por el apoyo
incondicional Simplemente imprescindibles.
A mis amigos de siempre (Toni, Maria, Bestard. Pere Josep, Joan Mlquel, Joan
Serra, Ramis. Joana Victorl, Tato y un largo etcétera), ¡porqué la vida puede ser
maravillosal
A Natália Balagué. por acercarme al orden en mis momentos de caos, y des­
ordenarme en mis momentos de mayor estabilidad El Big Bang que inició todo
esto. iSimplemente gracias!
A Carlos Corberán. preparador físico de una época que esta aún por llegar
Por ayudarme a cuestionar lo incuestionable.
A Juanma Llllo, por enseñarme que la diferencia entre el vivir y el entrenar no
es más que una abstracción funcional, Si en el futuro sigue habiendo entrenado­
res. seguramente se parecerán bastante a Juanma
A Paco Seirul lo, profesor de profesores, por todo lo aportado a este trabajo en
particular y a nuestra profesión en general
A Roben Moreno y Manuel Conde, por la confianza depositada en este pro­
yecto. y por llevar a cabo un proyecto con una identidad tan definida como el de
MCSports, del que todos los amantes del fútbol nos beneficiamos
A Vicente Artero, por enseñarme que en el fútbol dos más dos no siempre es
igual a cuatro, y por crearme la necesidad de empezar este trabajo
AAIbert Sánchez, compañero de aventuras, porqué si podemos soñarlo, po­
demos conseguirlo!
A todos mis compañeros del INEFC. por todos los momentos vividos
A todos ios profesores del INEFC. porqué de todos se aprende
A los clubs, jugadores y jugadoras que me han dado la oportunidad de trabajar
con ellos.
Rafel Pol
Prólogo
Me resulta difícil hadar de este libro y de su autor en términos objetivos; así es
que me disculparan las personas lectoras si me permito saltarme algunas reglas
convencionales para la redacción de este prólogo
Una no acostumbra a encontrarse con alumnos que el primer dia de clase lle­
gan con una buena parte de la lección aprendida, con deberes hechos y pregun­
tas interesantes sobre algunos de los temas más relevantes Pero con los años
de docencia la vida trae sorpresas y algunas son muy agradables Cuando el
deseo por aprender, que no es lo mismo que el deseo de sacar buenas notas, es
intenso, algunos alumnos pasan a ser más colegas que otra cosa y ser profesor
se convierte en una profesión extremadamente gratificante
Algo asi forjó a mi entender las bases para la redacción de esta obra, que
encontró en el espíritu abierto de los editores un buen aliado Si mi intuición no
me falla Rafel Pol tiene frente a si un camino muy prometedor como entrenador
y teórico del fútbol Este libro, que empezó a realizar sin proponérselo, es una
muestra de su extraordinario talento y capacidad Con una buena comprensión
de la evolución que está siguiendo la ciencia en el s. XXI y de la incorporación
de conocimientos que provienen de ramas diversas como la neurociencia la psi­
cología ecológica y las teorías de la complejidad, el autor nos ofrece una nueva
mirada al significado de la preparación física en el deporte colectivo en general
y del fútbol en particular y nos habla de sus consecuencias sobre la teoría y la
práctica del entrenamiento Más allá de! cuestionamiento sobre la necesidad de
realizar o no preparación física, lo que pretende esta obra es cuestionar algunos
de los preconceptos actuales relacionados con el entrenamiento de los futbolis­
tas y adaptar la metodología de trabajo existente a los conocimientos científicos
emergentes
La persona lectora podrá, además de acceder al conocimiento de la investi­
gación más reciente relacionada con las capacidades condicionales en el fútbol,
reformular su contenido y aplicación a las tareas de entrenamiento. Se introduce
el concepto de la condición física del equipo, que no es lo mismo que la suma
de las capacidades físicas de los futbolistas que lo forman, de las estrategias
para conseguir desarrollarla y de los aspectos prácticos de su aplicación a las
sesiones de entrenamiento.
Espero que quien lo lea disfrute, como yo lo he hecho, de esta obra fresca
rigurosa inteligente libre de preconceptos y llena de pasión por la ciencia y por
el fútbol
Natalia Balagué
Proferosar del INEFC de Barcelona
Prólogo
Al Iniciar la lectura de este libro, y ya en su Introducción nos encontramos con
una premisa que se antoja imprescindible para comprender el texto, y no es otro
que la del conocimiento e interpretación del jugador desde la perspectiva, para­
digma. de la complejidad, pues sólo así los contenidos de este interesante texto
cobran el sentido que el autor quiere otorgarles.
Las ciencias de la complejidad proporcionan la versión más aproximada a
la realidad del humano de entre las demás formas de explicación que se han
venido utilizando, basadas en otros paradigmas de características más lineales.
Desde éste nuevo paradigma podemos entenderlo como una 'Estructura Disi-
pativa" (I. Prigogme 1979), organización que comparte con otros seres vivos,
pero que gracias a la conformación del humano, adquiere una muy diferenciada
complejidad por disponer éste de sistemas y sub-sistemas específicos que le
proporcionan una funcionalidad sólo por él lograda Partiendo de todas éstas
premisas, las intervenciones del humano durante el juego, son entendidas no
como acciones sino se transforman en interacciones, pues tanto el medio como
el jugador se modifican durante y después de cada específico intercambio.
Estas modificaciones que permanecen en el tiempo obtienen la optimización
de los diferentes sistemas, y sub-sistemas del humano que están implicados en
mayor o menor medida en esos acontecimientos Debemos por tanto, modificar
la concepción lineal de “la función hace al órgano", por la "consistencia comple­
ja" Las relaciones y retroacciones intersistémicas e intrasistémicas optimizan la
estructura
Con ello entendemos que el jugador, durante sus intervenciones en la compe­
tición y el entrenamiento, ante la necesidad de realizar ciertas funciones especi­
ficas propias del juego, no compromete en cada una de ellas sólo a un concreto
órgano de sus estructuras sino que implica obligatoriamente a múltiples de ellos
que por estar organizados en sub-sistemas y sistemas, algunos de ellos perte­
necientes también a otras Estructuras, se producen contactos mtersistómicos
e intrasistémicos de diferentes categorías que conforman la optimización, no la
mejora, preferente de alguna de las que llamamos estructuras Por lo tanto la
denominación de las diferentes Estructuras que conforman al humano sólo son
abstracciones conceptuales que simplifican la realidad, permitiéndonos organi­
zar los contenidos del entrenamiento, concretar modelos de entrenamiento, etc.
pero que no nos debe llevar erróneamente a diferenciar entre ciertas condiciones
de su organización, y su nivel de interacciones, pues son la misma cosa ya que
gracias a las múltiples interacciones intersistemicas. e intrasistómicas, se optimi­
za su organización que así se va conformando tras y durante las interacciones
sistémicas que de forma dinámica permiten acceder a nuevos, no quiere decir
que mejores, estados de organización Solo tras los enfrentamientos del luego
podrán ser evaluados como válidos o no. para ésta o aquella intervención del ju­
gador, en ese concreto acontecimiento del partido. De la diferenciación de estos
estados de organización-interacción trata éste libro.
En su primera parte estudia la que hemos llamado Estructura Condicional
pues podemos suponer en ella una determinada organización que relaciona a
todas aquellas interacciones intersistómicas que proporciona al deportista la po­
sibilidad de moverse en las dimensiones espacio-temporales requeridas en su
actuación deportiva gracias a la especifica funcionalidad, que comentaremos,
de su entorno muscular Tratíicionalmente se han incluido en ella las magnitudes
o capacidades de fuerza, velocidad y resistencia, nomenclaturas que pertenecen
a la Física clásica donde la fuerza y la velocidad se contemplan como magnitu­
des mecánicas, mientras que curiosamente la resistencia podríamos decir que
es una magnitud biológica ¿Como se entiende esto? Porque la fuerza en el hu­
mano la genera él mismo, con su entorno muscular transformando su energía
bioquímica en energía mecánica permitiéndole ello mover los segmentos del
cuerpo e intercambiar con el medio distintas formas y dimensiones de la fuer­
za que en su composición y recomposición ocasionan movimientos evaluados
como velocidad o resistencia, según se comporte la fuerza en relación al tiempo.
Pero todo esto es pasado, pues en este momento la complejidad nos obliga a
revisar todos estos conceptos y esto es lo que sucede a lo largo de las páginas
de este libro dedicado al fútbol que de entre los deportes "de equipo" es el que
más claramente necesita de la complejidad, tanto para su comprensión como
para su entrenamiento.
Fruto de la complejidad es el tratamiento dado a la velocidad, como proceso
de interacción entre el jugador y el medio donde se establecen interacciones
Espacio-Tiempo-Tarea para obtener un objetivo en los entornos variables del
juego que para su resolución necesitan de sistemas y subsistemas pertenecien­
tes a las Estructuras Cogmtiva, Emotivo-Volitiva Coordinativa y Bioenergética
de forma preferente, pero con la participación de todas las demás en otros tér­
minos. lo que permite concienciarnos de la complejidad de éste tipo de funcio­
nalidad Profundamente documentado se nos van ofreciendo condicionantes de
las interacciones que logran configurar y reconfigurar de forma dinámica tanto
la fuerza como la resistencia en los sucesivos capítulos, en Idénticos términos
complejos
Es evidente que esta concepción de los contenidos del entrenamiento desen­
cadena el tener que proponerlos y aplicarlos de manera diferente. Estos conte­
nidos aparecen en los capítulos siguientes que impregnados de la complejidad
nos van minuciosamente presentando con una metodología de base sistémica,
la posibilidad de controlar la carga delimitando los niveles de entropía de las
tareas de entrenamiento propuestas. Asi mismo la ineludible relación entre el
modelo de juego pretendido y el proceso de entrenamiento, como del papel que
el equipo técnico debe cumplir para lograrlo. Casi al terminar, disponemos de los
modelo de Penodtzación oe alta aplicabilidad en el fútbol que necesariamente
desembocan en tareas concretas de entrenamiento Para terminar, se propo­
nen éstas, como situaciones dinámicas para optimizar la Estructura Condicional
completando con ello un magnifico texto que no dejará indiferentes a todos aque­
llos que tengan la suerte de leerlo
Francisco Seirul lo
Preparador F ísico del FC Barcelona
Introt*
Introducción
“La totalidad de la ciencia no es más que un refinamiento del pensamiento
cotidiano”
Alberi Einstein, 1950
Todos nos sentimos más o menos Identificados con la complejidad Todos
reconocemos que todo es muy complejo, que difícilmente podemos llegar a con­
trolarlo todo, y que por esto es importante que nuestro jugador de fútbol sea una
persona feliz y que se encuentre a gusto en su lugar de trabajo. Pero, ¿cómo
podemos manejar esta complejidad en el proceso de entrenamiento en base a
lo que sabemos de ella’
Cuestionar el dualismo Car­
tesiano no significa más que la
exhibición de la capacidad de
poner en duda unos conceptos
previamente establecidos Sin
embargo, creer que un autor es
como el contenedor, la fuente,
la esencia y el origen de toda
una idea no es más que la
confirmación que. aún a pesar
de tener la capacidad de cues­
tionar la obra de Descartes, y
ver en ella indicios de ideas ca­
ducas para explicar la realidad
del hombre contemporáneo la
atracción de las leyes deterministas nos lleva en ocasiones a la idea de que
Descartes, en si mismo es el origen único de lo que llamamos herencia cartesia­
na Sin embargo Descartes condicionando por las características del entorno
con el que Interactauaba. tan sólo reflejo las atracciones de un pensamiento que
emergió no sólo de él. sino muy condicionado también por su interacción social
Contaba Seydou Keita, compañero de equipo de Andrés iniesta, en una rueda
de prensa que a este último le corría el juego del Barcelona por la venas, que-
nendo decir que la confluencia y adaptación de éste al entorno era exquisita Por
su parte, su entrenador, Josep Guardiola, tam­
bién en una rueda de prensa, nos explica que
él parece mejor entrenador de lo que es porqué
tiene muy buenos jugadores, y que con peque­
ñas ideas sobre el rival, ellos juegan y crean
juego por encima de lo que él llega a controlar,
a sabiendas de que él. actuando en confluencia
con las atracciones naturales de sus jugadores,
simplemente será el encargado de facilitar que
éstos actúen de forma sinérgica Y lo mismo
pasa con Descartes, el cual simplemente refle­
jaba las atracciones separatistas y determinis­
tas de la mente humana en el S. XVII
De hecho es curioso y a la vez gracioso el hecho, mencionado por ejemplo
por el divulgador científico Eduard Punset. que hemos llegado a un momento de
la histona en que puede resultar mas sencillo modificar los genes de un ser vivo
que la modificación de sus creencias En esta misma linea, Mihaly Csikszent-
mihalyi, uno de los estudiosos de los procesos creativos explica que el tratar la
creatividad como un proceso meramente mental no hace justicia al fenómeno
de la creatividad, que es tanto social y cultural, como psicológica, observando
que la creatividad no se produce dentro de la cabeza de las personas, sino en la
interacción entre los pensamientos de una persona y un contexto sociocultural,
estando compuesto el proceso creativo por una cultura que contiene una reglas
simbólicas, una persona que aporta novedad al campo simbólico, y un ámbito
social que reconoce y valida la innovación Ahora bien, así como validó la ciencia
el pensamiento de Descartes. ¿Validará también el devenir de una nueva meto­
dología de entrenamiento?
Parece ser que la mayoría de nosotros nos encontramos cómodos en las zo­
nas de estabilidad, y mayoritariamente Intentamos huir instintivamente de las
inestabilidades que preceden los procesos de cambio en nuestro entorno. Y po­
siblemente ahora mismo estamos en un punto en el que han aumentado con­
siderablemente las desviaciones del atractor dominante de la metodología de
entrenamiento, observando un aumento de las fluctuaciones criticas, una varia­
ble predictora de la proximidad del punto de transición Transición contra la que
luchan algunos, pero que sin embargo se ha producido ya en otros ámbitos de la
ciencia, de la cual formamos parte
Y es que la ciencia no es más que es el conjunto de conocimientos obtenidos
mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y
de los que se deducen principios y leyes generales
Y aunque la misma ciencia haya sido la que en oca­
siones se ha encargado de fragmentar una realidad
naturalmente co-fundida. no podemos obviar que el
entrenamiento deportivo, como parte de este proce­
so científico, no ha hecho más que reflejar el pen­
samiento general de la época o comente en boga.
Y aunque la de las ciencias relacionadas con la ac­
tividad física y la motricidad humana sea una rama
relativamente joven en el vasto árbol de la ciencia,
sobretodo Impulsada por el fenómeno social que su­
pone el deporte en el siglo XX, no podemos obviar
que ya en la antigüedad existe un cierto interés por el
tema sobretodo relacionado con el entrenamiento de
los guerreros con fines bélicos
De esta forma la enseñanza del siglo XX así como la formación de depor­
tistas en general, se ha visto muy influenciada por la teorías conductlstas que
nacen del estudio de la mente impulsado por los postulados de psicólogo John
Broadus Watson. y que bañan campos afines como la pedagogía, la metodo­
logía y la didáctica Por otra parte, las influencias derivadas del mecanicismo,
doctrina según la cual toda realidad natural tiene una estructura comparable a la
de una máquina, de modo que estas pueden explicarse basándose en modelos
de máquinas, determinaron el desarrollo de una metodología de entrenamien­
to. basado en la máxima clásica del "divide y vencerás" En las ciencias de la
computación, el término divide y vencerás (DYV) hace referencia a uno ds los
más importantes paradigmas de diseño algorítmico El método esta basado en la
resolución recursiva de un proble­
ma dividiéndolo en dos o más
sub-problemas de igual tipo
o similar El proceso continúa
hasta que éstos llegan a ser lo
suficientemente sencillos como
para que se resuelvan directa­
mente. Al final, las soluciones a
cada uno de los sub-problemas
se combinan para dar una solu­
ción ai problema original Asi, en
el fútbol, el proceso de división
de las partes se produjo de for­
ma que empezamos a entender
la técnica, la táctica, la prepara­
ción física, etc. como factores
de rendimiento cuantificables,
independientes, y que por tanto
podíamos aislar y entrenar de
forma autosuficiente.
No obstante, durante las últimas décadas, sobretodo influenciado por la teoría
de sistemas propuesta por el biólogo austríaco Ludwing von Bertalanfly. y los
modelos derivados de la teoría del caos, se extiende una nueva forma de enten­
der los seres vivos y su complejidad lo que incluye su forma de organización, asi
como su relación con el entorno y su desarrollo. De éstas nuevas concepciones
de la vida, se derivarán también unas nuevas consecuencias metodológicas en
el desarrollo de la motricidad humana. Asi se entiende a) ser humano en mo­
vimiento como una entidad compleja indivisible, en la que fruto de la compleja
interacción entre sus partes y el entorno emergen unas cualidades no inherentes
a ninguna de estas partes, por lo que no podemos entender por separado es-
MZM
tas cualidades Además, la transición de unas coordinaciones (o competencias
técnico-tácticas) hacia unas nuevas y más efectivas y eficientes capacidades de
interacción con el medio, se producirá cuando las primeras dejen de ser eficaces
para el ser, rompiendo su acoplamiento y equilibrio con el entorno, creando asi
la necesidad de crear re-configuraciones que conducirán al deportista a unas
cuotas superiores de auto-organización, concepto que sirve en la Teoría Gene­
ral de Sistemas para explicar la creación de patrones de orden en los sistemas
a partir de un comportamiento caótico de sus componentes sin ser guiado por
ningún agente extemo.
De esta forma, y como sucedió con las antenores metodologías, de las leyes
científicas generales nace una nueva forma de estimular el desarrollo de los
deportistas, y en este sentido son varios los autores que han desarrollado e im­
pulsado a través de las facultades universitarias las metodologías que de estas
nuevas teorías se derivan, como son Natália Balaguó o Vicente Artero, sin los
que no habría podido realizar el presente trabajo.
I KrtlIcH
Capítulo L- La velocidad en el fútbol
"Si yo te digo que el jugador del Barcelona que tiene más velocidad es Guar-
diola, ¿te lo crees o no?, (no. igual de pensamiento. pero Figo o Sergi son más
rápidos), yo hago un entrenamiento de velocidad a la semana y el jugador que
resuelve mejor las situaciones de velocidad con los componentes que le incluyo
es Pep; y es muchísimo más rápido en 5-20mts. frenar, salir, Sergi que él. pero
si antes de salir tiene que elaborar un cálculo, durante la realización tiene que
ver la disposición de los compañeros para Ir en una dirección o en otra y en el
momento de llegar tiene que estar en una determinada postura en el campo, el
pnmero es Guardiola
Paco Seirul lo, uno de los más prestigiosos entrenadores deportivos, nos ad­
vierte sobre la complejidad a la hora de analizar la velocidad en el fútbol, en­
tendida no sólo como una elevada velocidad de desplazamiento, sino como la
capacidad de una rápida adaptación psicomotriz al Juego
Paco Seirul lo (2000)
Si nos adentramos en la bibliografía especializada relacionada con el entrena­
miento deportivo, e intentamos analizar que es la velocidad, descubriremos una
evolución en la definición de la misma, lo que deberla Implicar necesariamente
cambios en los factores que condicionan la velocidad, y por ende una serie de
cambios en el entrenamiento de la misma
En este sentido, según Harre (1987). la velocidad es la capacidad condicional
de realizar acciones motoras en ei menor tiempo posible. Como se aprecia, en
esta definición se alude únicamente a factores neuro-musculares de producción
del movimiento como los que determinarán la actuación motriz en el tiempo
Siguiendo una linea evolutiva para Grosser (1992) la velocidad es la capa­
cidad de conseguir en base a procesos cognitivos, máxima fuerza volitiva, y
funcionalidad del sistema neuromuscular, una rapidez máxima de reacción y de
movimiento en condiciones establecidas. De esta forma, en esta definición se
integran nuevos condicionantes relacionados con la máxima velocidad de movi­
miento y los procesos cognitivos
Por otra parte. García Manso et al (1998) incorporan el concepto de eficacia
entendiendo la velocidad como la cualidad que nos permite realizar acciones
motrices en el menor tiempo posible y con la máxima eficacia La incorporación
de este concepto es básica en deportes como el fútbol, ya que lo que realmente
determinará el éxito de la acción motriz en el Juego no será el hecho de realizarla
en el menor tiempo posible, como se explicaba en definiciones antonores. sino
la correcta adecuación temporal y espacial de la acción motriz, asi como la ca­
pacidad de anticipación, entendida como la capacidad del jugador de ajustarse
no solo a la situación que ve, sino también a aquellas que prevé actuando en
función de las probabilidades de evolución del juego.
También en este sentido. Lago (2002) propone substituir el concepto de ve­
locidad máxima por el de velocidad óptima para poder resolver las variables
demandadas que reclaman actos de competición La actuación del Jugador y del
equipo tenderá a la búsqueda del comportamiento adaptativo más eficiente por
esto no explotará la velocidad máxima si no es necesario en aquel contexto com­
petitivo, pero sí que deberá actuar en todo momento a la velocidad óptima para
mejorar su capacidad de adaptación al entorno competitivo o modificar las con-
diciones del entorno para favorecer sus intereses En una dirección parecida se
sitúa Garganta (2005) cuando nos sugiere que en el fútbol, más importante que
ser rápido, importa saber cuándo se justifica serlo, pues la utilización adecuada
de la velocidad debe servir al proyecto y a las intenciones de juego Por tanto,
cuando hablamos de velocidad, no hablamos de máxima velocidad, sino de ca­
pacidad de intervención eficaz y eficiente en el juego en situaciones de presión
temporal Además, el jugador y el equipo no debe ser sólo capaz de intervenir
bajo presión temporal, sino que deberia ser capaz de incrementar esta presión
temporal al juego y orientarla en su favor.
Tal y como explica Amieiro (2007). el decir que la resolución eficaz de una
situación del juego es consecuencia de la rapidez con la que se resuelve es una
abstracción que nos lleva muchas veces a un vértigo peligroso por la velocidad,
ya que en la práctica, un jugador al “perder tiempo” puede favorecer la evolución
del juego de forma que, en el fondo, esté provocando una nueva situación que
le dará ventaja en el juego. Por ejemplo, puede ser tan interesante para el juego
jugar "al primer toque" con un compañero para evitar que la defensa rival ocupe
la zona donde el jugador se encuentra desmarcado, como frenar y conducir para
atraer jugadores para que se creen espacios nuevos, y sólo entonces pasar la
pelota al compañero desmarcado dejando a éste en ventaja posicional Un claro
ejemplo de esto es Andrés Imesta quien demuestra la capacidad de un jugador
de Jugar al primer toque o de conducir para atraer jugadores y entonces pasar
la pelota, en función de las necesidades del juego Por esto debemos plantear­
nos las normas del tipo “‘jugamos a un toque'" para entrenar la velocidad en el
juego, ya que éste tipo de limitaciones condiciona mucho el comportamiento de
los Jugadores, de modo que más que satisfacer las necesidades del juego, se
satisfacen las necesidades de aquella tarea en concreto, siendo de esta manera
prioritario Jugar rápido a jugar bien
Como demuestran algunos estudios, en el fútbol es mucho más esta capaci­
dad de resolver situaciones en espacios cortos de tiempo la que condicionará el
éxito en el juego, más que la capacidad de realizar unos determinados despla­
zamientos a máxima velocidad En este sentido Lago (2002) nos advierte que
el 56% de las acciones en el fútbol duran entre 1 y 3 segundos, por lo que la
velocidad máxima de desplazamiento generalmente tendrá poca incidencia en
acciones tan cortas Además, Di Salvo (2008), Gorostiaga (2001) o Pol (2009)
sitúan las acciones de máxima velocidad de desplazamiento siempre por debajo
del 2% de las acciones de Juego De esta forma no podemos entender la veloci­
dad y su entrenamiento, como se ha hecho clásicamente como la capacidad de
máxima velocidad de desplazamiento. La Inmensa mayoría de acciones tienen
una duración tan corta que el jugador no puede llegar a alcanzar esta velocidad
máxima desplazamiento suponiendo tan sólo un porcentaje inferior al 2% las
ocasiones de juego en que el jugador se desplaza a máxima velocidad Asimis­
mo, aún cuando se producen este tipo de situaciones de desplazamiento a máxi­
ma velocidad, será muy importante también la capacidad del jugador de perci­
bir rápidamente las posibilidades
que ofrece el Juego y la correc­
ta adecuación de la acción
con el entorno de juego, no
saliendo siempre vencedor en
este tipo de situaciones el ju­
gador que mayor velocidad de
desplazamiento consigue Un
ejemplo que nos puede ayudar
a entender esto es el hecho de
que. al analizar la velocidades
conseguidas por los jugadores
en el Mundial FIFA del 2010 ob­
servamos que. quizás los dos
Jugadores con mayor fama de
veloces en el mundo. Cristiano
Ronaldo y Leo Messi. tienen más de 80 y 40 jugadores respectivamente por de­
lante en la clasificación de máximas velocidades de desplazamiento alcanzadas
en el juego Por tanto, deberíamos revisar profundamente qué factores condi­
cionan la velocidad entendida mas como la capacidad de percibir y explotar las
posibilidades que ofrece el juego, mediante la actuación eficaz y eficiente bajo
presión temporal, o la generación de ésta en el equipo rival, para poder mejorar
el proceso de entrenamiento de la misma en función de esta complejidad del
juego.
I.I.- Factores que condicionan la velocidad en el Fútbol
La adaptación del comportamiento motriz del futbolista al entorno complejo
de la competición se produce por un proceso emergente fruto de la compleja
interacción entre los condicionantes del propio jugador, los condicionantes del
entorno y los condicionantes de la tarea a realizar (Araújo, 2005; Davids et al,
2008). Generalmente se tiende a conceptualizar la velocidad en el fútbol como
la velocidad de desplazamiento, añadiendo algunos autores la velocidad de re­
acción. por lo que van a ser analizados estos procesos de decisión y acción,
y como se coordinan entre si. para decidir cómo debemos orientar el proceso
de entrenamiento. Además, se plantea también el estudio de la velocidad como
una propiedad del colectivo de Jugadores, ya que debido a sus posibilidades de
interacción, comportamientos Individualmente simples pueden derivar en patro-
nes de movimientos colectivos altamente creativos, que por sus características
temporo-espaciales consigan romper el equilibrio entre la defensa y el ataque
Por ejemplo, un equipo puede, a través de movimientos sencillos de conduc­
ción y pase, atraer jugadores del equipo rival hacia una determinada zona del
campo, de forma que mediante un desplazamiento rápido de la pelota se pueda
conseguir superioridad posicional o numérica en otra zona del campo, creando
al equipo contrario la necesidad de actuar rápidamente para compensar esta su­
perioridad es decir, aumentando la presión temporal de la actuación del equipo
rival con lo que parece claro que no podemos entender esta capacidad como
una capacidad únicamente individual.
En primer lugar se estudiará el proceso de toma de decisión en el juego, in­
tentando también entender cómo se producen y/o modifican los patrones de co­
ordinación entre los diferentes jugadores, para analizar de esta forma e! carácter
colectivo de la velocidad en el juego Finalmente se van a analizar diferentes
aspectos neuro-musculares de producción de movimiento que influirán en la ca­
pacidad del jugador de realizar movimientos a alta velocidad. Todo esto teniendo
en cuenta que será muy importante este análisis de los procesos de decisión y
acción de los jugadores, para poder ajustar el proceso de entrenamiento a la na­
turaleza de éstos fenómenos, y aumentar las probabilidades de incidir positiva­
mente sobre el rendimiento ce los jugadores y el equipo mediante este proceso
de entrenamiento.
Antes de empezar con el análisis de cada uno de estos factores, es importante
recalcar que ninguno de ellos pueden entenderse como Independiente de! resto,
y por ende no pueden ser mejorados al máximo nivel por separado, ya que su in-
terdepencia hace que se encuentren interactuando en el mismo espacio tempo­
ral Asi. por ejem-
entender la toma
algo ajeno a la
que una buena
no se adapta a
internos y ex-
Por ejemplo, si
decisión "a prio-
primer toque a un
cado. pero no
su acción motriz
pío, no podemos
de decisión como
ejecución motriz, ya
decisión no existe si
los condicionantes
temos del jugador,
un jugador toma la
rl" buena de tocar al
compañero desmar­
es capaz de ajustar
para llevarla a cabo
con éxito, de forma que su pase no llega en buenas condiciones al compañero
desmarcado, el conjunto de la acción no es eficaz, y por tanto no es la respuesta
adecuada para aquel jugador y aquella situación. Además, como proponen algu­
nos autores (Araujo. 2005; Fingelkurts & Fingelkurts. 2004) la respuesta motnz
no es la respuesta a un estimulo pasado sino que actúa en el estimulo y lo Incor­
pora para alcanzar un objetivo, y esta actuación se retroalimenta con el proceso
congnitivo. de manera que no podemos explicar el proceso decisión-acción des­
de una perspectiva Jerárquica y lineal, sino que debemos interpretarlo desde la
perspectiva del feedback no-lineal de interacción entre ambos procesos (Araújo.
2005), Además, como nos explica Marti Ortega (2008), la Información sensorial
se evalúa durante todo el proceso de decisión, por lo que no podemos dividir el
proceso de toma de decisión en sub-actos. como se ha hecho en otros modelos
de toma de decisiones Por todo esto, decisión y acción serán mterdependientes,
y no existirá la buena decisión si no se ajusta a los condicionantes intrínsecos
del jugador y los condicionantes extrínsecos del juego, tal y como se analizará
a continuación. Asimismo, por todo lo mencionado hasta el momento, van a ser
cuestionados los conceptos clásicos de técnica y táctica entendidos como dos
procesos separados y por tanto la posibilidad de entrenar ambos por separado
Por otro lado, en un deporte de equipo como el fútbol, no podemos entender la
acción eficaz sólo desde la perspectiva individual, y por tanto una acción no será
eficaz si no se presenta de forma coordinada con el resto de miembros del equi­
po propio y rival Por ejemplo, en la misma situación anteriormente propuesta, si
el pase es correcto al espacio en profundidad pero el jugador desmarcado hace
el desmarque en apoyo, la acción deja de nuevo de ser eficaz De hecho, en
fútbol, es muy habitual escuchar coméntanos del tipo "¡Buena intención! Lástima
que no habia nadie al remate", cuando quizás lo que deberíamos plantearnos es.
¿por qué centra el jugador si no habia nadie al remate? Por tanto, vamos a ana­
lizar los diferentes componentes del jugador y del Juego que condicionarán todos
éstos ajustes temporales y espaciales que se relacionan con la velocidad en el
Juego, para determinar asi las características de tos ejercicios de entrenamiento
que vamos a proponer, teniendo en cuenta siempre ésta relación de interdepen­
dencia entre las distintas vanables
I.I.* La cama de decisiones en el fútbol
Según Fingelkurts & Fingelkurts (2Ü04) el cerebro humano es el empalme
entre el mundo material y el mundo de las ideas, el cuerpo y la mente, lo objetivo
y lo subjetivo, y en este dinámico proceso de auto-ensamblaje, las partes del
cerebro se engranan y desengranan en el tiempo, permitiendo a las personas
percibir su entorno y separar partes recordadas de una experiencia, y ligarlas
en un todo coherente (Kelso, 2002), mediante un proceso de Interacción entre
las sub-partes dinámico, no-llneal y en ocasiones de caóticas combinaciones
(Freeman & Barne 1993)
t u
Pero, ¿Cómo percibe el jugador los cambios producidos en su entorno? Al­
gunos autores consideran que la atención consiste en el proceso de selección
de los aspectos relevantes entre un gran número de sensaciones para guiar
nuestras acciones (Allport. 1987, Duncan. 1984. Posner. 1980. Citados por Me-
mmert, 2009). De esta forma las experiencias individuales vivenciadas estarían
almacenadas en las estructuras de conocimiento corticales y subcorticales de
los diferentes sistemas de percepción, sirviendo estas informaciones almacena­
das de base para la creación todas las operaciones cognitivas y de generación
de movimiento (Memmert, 2009)
Sin embargo, parece ser que el cerebro es un órgano integrativo y complejo
y un ejemplo de entorno sin un gobernador central (Fingelkurts & Fingelkurts
2004) De esta forma, aunque cada área cortical trabaja un único rol expresando
su propia forma de Información, al mismo tiempo esta actividad se ve profun­
damente condicionada por la Interacción con otras áreas con las cuales está
funcionalmente conectada. Asi las bases biológicas del comportamiento y la cog­
nición no responden únicamente a la
distribución de las redes cerebrales,
sino al proceso de auto-organización
(Schóner & Kelso, 1988). que posi­
bilita la coordinación de la actividad
cortical y subcortica! que permita al­
canzar un estado funcional común
entre las áreas y que permita estabi­
lizar los propios parámetros de esta
actividad (Fingelkurts y Fingelkurts,
2004) De este modo, el concepto de
metaestabilidad. entendido como la
tendencia explicada de las áreas de
funcionar de forma autónoma pero
al mismo tiempo coordinar su actividad (Kelso. 1991). es circunstancial para la
interacción entre los sistemas neuronales para generar comportamientos adap-
tativos en entornos variables y complejos (Fingelkurts & Fingelkurts. 2004). Por
tanto, al tener incluso ios mismos procesos cerebrales dinámicas no lineales, no
puede existir una relación de Estimulo-Respuesta en el proceso de decisión y
acción, tal y como proponían algunas teorías cognitivistas.
Asimismo, no relacionaremos estas percepciones necesariamente con repre­
sentaciones mentales almacenadas en la memoria de los Jugadores, sino que
la percepción directa del entorno se producirá gracias al reconocimiento directo
de los patrones de los flujos de energía específicos del entorno con los que el
deportista interactúa, es decir, determinadas informaciones percibidas en el en-
tomo actúan como atractores de determinados patrones de activación neuronal
(Spencer & Schóner, 2003). que permiten al futbolista mteractuar con el contex­
to. Así. estas representaciones mentales no serian más que patrones temporales
de activación neuronal emergente, por un proceso de auto-organización, por la
confluencia de *inputs"y las diferentes interacciones de excitación/inhibición que
se producen a nivel neuronal (Spencer & Schóner. 2003) Los principios diná
micos de la toma de decisiones, y de como ésta surge de la interacción entre
neuronas interconectadas, se basan en modelos en que la decisión se asocia
a una transición entre atractores, o estados estables de la red Esta transición
entre estados es inducida por "¡nputs" selectivos asociados a un estímulo, que
cambian el paisaje de atractores del sistema, favoreciendo la transición entre el
atractor neutro a un atractor selectivo asociado a una elección categórica (Marti
Ortega. 2008)
Pero, ¿Cómo se relaciona esto con el fútbol? ¿Cómo afecta esto al proceso
de entrenamiento? Para la psicología ecológica la distribución de la energía del
medio ambiente es necesariamente especifica a ios actos del medio ambiente y
a las acciones del practicante en relación con el medio ambiente (Araújo, 2007)
Por eso. si el proceso de decisión y acción emerge fruto de la interacción fun­
cional entre el deportista y el entorno en base a la percepción del deportista de
éstos flujos de energía, podemos entender que para la mejora de la capacidad
de interacción del jugador con el entorno deberemos respetar la especificidad
del entorno competitivo, es decir, las características del mismo (lo que enten­
demos como ecología del entorno) Contrariamente a la propuesta hecha por
otras metodologías de trabajo que basan la toma de decisiones en procesos
meramente cognitivos. Independientes del entorno en que se producen bus­
cando una transferencia a los aconteceres competitivos mediante la inferencia
de los procesos cognitivos previamente estimulados Además, al entender que
la acción del deportista modificará la información presente en el entorno, y será
esta información la que guíe al futbolista en sus decisiones y acciones, entende­
mos que los procesos de decisión y de acción son interdependientes. formando
un ciclo de retro-alimentación constante entre los procesos de percepción y de
acción, en lo que más adelante definiremos como el ciclo de percepción-acción
De esta forma resulta difícil definir una jerarquía entre decisión y acción. Una
acción es una interacción funcional entre el jugador y su entorno con un determi­
nado propósito, y una decisión está condicionada por lo que el entorno "permite
hacer" en función de las capacidades de acción del jugador, siendo un proceso
emergente, fruto de una estrategia activa en busca de soluciones caracterizada
por secuencias espacio-temporales en la relación entre jugador y entorno. Por
eso es importante insistir en la incoherencia de dividir los procesos de decisión
(táctica) y los procesos de acción (técnica-condición física) en el proceso de en
trenamiento. como asi nos lo corrobora la neurociencia moderna
Parece ser que entre las opciones
1) El jugador elige una opción de movimiento en un proceso de libre albe­
drío,
2) El jugador produce un movimiento y la conciencia es informada de este
movimiento, y éste es percibido como libre elección
La segunda opción es la que a dia de hoy parece más probable desde la
visión que nos aporta la neurociencia La iniciación cerebral de un acto libre y
voluntario puede comenzar inconscientemente, es decir, antes de que haya la
conciencia subjetiva que la decisión de actuar ya se ha iniciado cerebralmente
Los últimos avances en neurociencia no permiten encontrar evidencias del libre
albedrio como fuerza generadora del movimiento. Desde un punto de vista de la
fisiología, no hay evidencia de que haya un cambio en los patrones de actividad
cerebral antes de la toma' de una oecisión (Pascual Leone. 2008). Desde un
punto de vista de la neurociencia lo que pasa es que "algo' ocurre, y a postenon
generamos una explicación Algunos estudios sitúan al libre albedrío como algo
totalmente introspectivo, una percepción sujeta a manipulación. Parece ser que
la producción del movimiento y la percepción del libre albedrío están sujetas a
manipulaciones independientes Por tanto, el libre albedrío existiría, pero como
una percepción y no como un movimiento de fuerza motriz (Hallet. 2007)
La neurociencia actual nos lleva a pensar que las expenencias conscientes
son consecuencias de la actividad cerebral más que causas de la misma. Tal
y como demuestra Libet (1983), la actividad cerebral representada en el plano
de la consciencia aparece de media unos 206 m después del inicio de la activi­
dad muscular en situaciones de 'toma de decisiones La intención consciente
no puede ser causa de nuestras acciones ya que una causa no puede darse
después de su consecuencia La intención consciente podría ser una ilusión
mental retrospectivamente infenda para explicar el comportamiento También se
especula que podría ser una inmediata consecuencia de ia actividad cerebral
para la acción Los resultados de diversos estudios sugieren que el proceso de
selección entre diversas alternativas, lo que los filósofos han considerado como
la esencia del libre albedrío, no sería más que el resultado de los procesos ru­
tinarios de funcionamiento de forma automática e inconsciente La consciencia
emergería después de la selección, y presumiblemente evolucionó para optimi­
zar los recursos neuronales
Libet argumentó que sus resultados no Invalidan el concepto de libre albedrío.
Su punto de vista fue que el movimiento se inició de hecho inconscientemente,
pero con sujeción al derecho de veto una vez que llegó a la conciencia El cere­
bro continuamente ofrece soluciones posibles de trabajo para la conciencia La
conciencia, por si misma, puede vetarlas o quedarse al margen y dejar que su­
ceda Este poder de veto debe ser considerado libre. Se trata de una forma algo
inusual de ver el problema, ya que el libre albedrfo vendría dado por la libertad
de "cancelar" la opción escogida de forma inconsciente, lo que el autor desig­
na como “free won't* Por supuesto, el "free won't" puede también ser iniciado
subconscientemente y puede seguir básicamente el mismo proceso que el libre
albedrío El libre albedrío existiría, pero sería una percepción y no un movimiento
de fuerza motriz.
De esta forma, no podemos plantear la toma de decisiones en el fútbol, ni por
extensión su entrenamiento, ni como un proceso aislado del entorno complejo
con el que interactúa el futbolista, ni como un simple proceso estimulo-respuesta,
sino que debemos plantear situaciones en que el comportamiento adaptativo se
produzca en entornos complejos variables, en interacción con las informaciones
especificas del mismo, para estimular que el sistema actúe lejos de su estado de
equilibrio, y logre nuevas cotas de auto-estructuración que le llevan a un estado
funcional superior. En este sentido se busca estimular la multivariabilidad (Fin-
gelkurts & Fingelkurts, 2004) creando un alto número de combinaciones de los
posibles estados mentales y aumentando el rango de flexibilidad de las estructu­
ras conectivas, logrando la posibilidad de conseguir nuevas coordinaciones que
permitan tener un comportamiento adaptativo más flexible, que es precisamente
lo que estamos buscando mediante el proceso de entrenamiento.
El acto cognitivo requiere de un estado previo de preparación que exprese
la existencia de un objetivo, una preparación para la acción posicionando los
órganos sensitivos, y la selectiva sensibilización de las cortezas sensitivas (Fre-
eman, 1999). Asi, al contrario del paradigma clásico que interpreta al cerebro
como un órgano pasivo de estímulo-respuesta, este nuevo paradigma enfatiza
la naturaleza constructiva del cerebro (Fingelkurts & Fingelkurts. 2004) Parece
ser. según nos dicen los estudios, que tenemos gran tendencia a percibir aquello
que estamos predispuestos a percibir Por ejemplo, Simón y Chaoris (1999),
demostraron que tras instruir a un grupo de personas para observar a unos ju­
gadores de baloncesto, solicitándoles que prestaran mucha atención al manejo
que hacían del balón la mayoría no se percataron que un hombre disfrazado do
gorila se metía en el centro de la zona de juego, se golpeaba el pecho, y se Iba
Parece obvio pues que la percepción del juego se verá muy condicionada por
aquello que el entrenador fomenta percibir" Por ejemplo entrenadores que de­
dican la mayor parte de su entrenamiento a la realización de Juegos de posesión
sin porterías, fomentando que los Jugadores encuentren compañeros libres sin
una onentación directa hacia el objetivo del juego (que es el gol), pueden favo
recer que el jugador no perciba ciertas oportunidades de finalizar en situaciones
de juego real, cuando existía la posibilidad clara de hacerlo.
Será importante pues que el jugador apren­
da a percibir las informaciones más importantes
que se producen en su interacción con el juego,
participando activamente en este proceso de
creación-percepción de información, más que
la realización de tareas con entornos de juego
prácticamente invariables en que el jugador en­
carna un rol únicamente reproductivo de aquello
que el entrenador le ha mandado, en lugar de
un rol productivo en función de sus posibilidades
de interacción con el juego En este sentido, uno
de los más prestigiosos entrenadores de la Liga
espartóla. Juan Manuel Lillo (2005) explica la im­
portancia de la vivenciación activa del proceso de
aprendizaje "Me río de los vocablos que utilizan
muchos entrenadores, porqué quedan bien Los
futbolistas son seres humanos que juegan, tienen
que descubrir su capacidad cultural para jugar La
construcción táctica no es 4-4-2 con flechitas"
Asi, podemos entender la atención como el proceso de detección de la infor­
mación presente en el entorno (Gibson 1979; Citado por Araújo, 2005), conside­
rando que las fuentes de información son únicas de cada deporte (Araújo, 2005)
Pero, siendo así, ¿Que diferencia a los deportistas expertos de los noveles en
los procesos de captación de información y de interacción con el entorno?
En este sentido. Fajen et. al (2009), después de analizar vanos estudios cen­
trados en la búsqueda de estas diferencias, concluyen que los jugadores noveles
centran su atención hacia propiedades irrelevantes del entorno, hecho que se
va corrigiendo con la vivenviación de experiencias prácticas relacionadas con
la tarea Por tanto, es fundamental que el jugador aprenda a identificar aquellos
estímulos clave para ser eficaz y eficiente en su adaptación al entorno de juego.
Asi. tai y como nos sugiere Gigerenzer (2008), es inclusa interesante ignorar las
informaciones de poca transcendencia y centrarse en aquella Información que va
a resultar relevante en el Juego, lo que va a facilitar, y por tanto hacer más ágil,
el proceso de toma de decisiones Así el jugador experto es capaz de percibir
mejor las informaciones importantes, de forma que es capaz de resolver situa­
ciones de juego nuevas y jamás vivenciadas. en lugar de por un cúmulo de re­
presentaciones mentales o esquemas motrices Por eso el entrenamiento de la
velocidad (atendiendo al concepto de velocidad anteriormente explicado), debe
respetar esta complejidad de estímulos y percepciones (externos e internos) que
afectan la toma de decisiones, asumiendo que la vivenciación del Juego es nece­
saria para la identificación de estos estímulos y percepciones, y la mejora en el
proceso de captación de información, entendida como atención. De esta forma,
la descomposición del entrenamiento en diferentes niveles de especificidad, en
lo que se refiere a la velocidad, podría mejorar en todo caso la velocidad de
desplazamiento, pero si no se respeta esta ecología del entorno, difícilmente se
modificarán las capacidades de interacción del futbolista con el mismo.
Gibson propone el concepto de ‘affordance (posibilitador. o facilitador), en­
tendido como las oportunidades emergentes para la acción que se dan en la
Interacción entorno-deportista, en función de las posibilidades de interacción de
cada uno con el entorno y las propiedades del mismo. Así. en el fútbol, el éxito
del jugador puede venir no sólo determinado por sus capacidades de acción,
sino que dependerá en mayor medida de esta capacidad para captar las posibili­
dades de acción, en función de cuando un comportamiento es posible, o cuando
no lo es En cambio, paradójicamente, la teoría de entrenamiento generalmente
propone procesos de entrenamiento diferentes para cada caso Uno orientado
a la modificación de las capacidades de acción del deportista (generalmente
conceptualizadas cómo técnica y/o preparación física) y otro onentado a la capa­
cidad de percibir posibilidades de acción (generalmente conceptualizado cómo
táctica).
Como sugieren Fajen et. al (2009), los buenos deportistas no sólo son más
rápidos, más altos, o más fuertes, sino que saben qué pueden hacer y qué no. y
raramente intentan acciones que van más allá de sus límites. Por eso, no pode­
mos esperar que. por ejemplo, la mejora de una acción como la capacidad de dar
un pase al primer loque con precisión en una situación descontextualizada del
juego, se traduzca en una mejora en la capacidad de aprovechar esta capacidad
en el juego, ya que necesariamente habrá un proceso de acoplamiento entre las
nuevas características del deportista y su percepción del entorno y de las posibi­
lidades de acción que emergen en su interacción con el mismo, en lo que Fajen
et al (2009) llaman (re-)calibración perceptual-motora De esta forma, la percep­
ción de las posibilidades de acción en unas determinadas condiciones será una
de las características fundamentales del buen acoplamiento de los deportistas
en el entorno competitivo, por lo que el entrenador deberá promover situaciones
para que sus jugadores mejoren su capacidad de interacción con el entorno, de
modo que no solamente respondan a situaciones con respuestas pre-estabieci-
das. sino que dispongan de la oportunidad de captar y modificar las condiciones
del entorno para favorecer sus posibilidades de interacción con el mismo
Fajen et. al (2009) recogen algunas de las características de las “affordances"
claves para entender el proceso de decisión y acción De esta forma, estos po-
sibilitadores o facilitadores de la acción forman parte de la ontologia por lo que
pueden ser especificados en patrones de estímulos de energía. Además no son
inherentes al entorno, sino que dependen de la relación entre el deportista y el
entorno Otra de las características fundamentales es la reciprocidad existente
entre la percepción y la acción, por lo que la vivenciación de procesos de acción
(‘técnica", "preparación física") y decisión ("táctica") por separado, no permiti­
rá respetar este continuum de retro-alimentación entre ambos. Así no podemos
entender la acción como una causa de la decisión, como clásicamente se ha
interpretado, sino que ambos procesos se encuentran constantemente ligados
y mutuamente condicionados Estas posibilidades de acción han de entenderse
siempre desde la perspectiva individual de cada jugador, de acuerdo con sus
características y de sus posibilidades de interacción con el medio, por lo que
deberemos respetar el principio de individualización del entrenamiento. Por todo
esto, será básica no sólo la mejora de las capacidades de acción del futbolis­
ta. sino que será clave también la capacidad del futbolista de aprovechar de la
forma más eficaz y eficiente posible sus posibilidades de interacción en aquel
entorno. Pero para que esto se produzca, deberá respetarse la naturaleza de
estos procesos, así como la ecología del entorno De esta forma en muchas
de las metodologías integradoras, a pesar de sumar elementos presentes en el
juego no se respeta este proceso de interacción del jugador con el entorno, y por
esto a pesar de mejorar las capacidades de acción del deportista, no lo hacen
en la misma medida su capacidad de mteractuar de forma eficaz y eficiente en
el entorno competitivo, y esta capacidad de interacción será lo que condicionará
aquello que entendemos por rendimiento.
Posiblemente, ésta capacidad de interacción pierda importancia en otras dis­
ciplinas deportivas en que. debido a los bajos niveles de incertidumbre temporal
y espacial, el deportista tiene gran facilidad para adaptar su comportamiento al
juego Sin embargo, debido al elevado grado de Incertidumbre que caracteriza
las acciones que se dan en el fútbol, difícilmente podrá el Jugador aprovechar
sus capacidades de acción en el juego si no es capaz de adaptarse a las ca­
racterísticas cambiantes del entorno. Por ello, siguiendo el concepto propuesto
por Jensen (1998). el sistema 'jugador-juego' funcionaría dominado por las inte­
racciones mediante sus componentes (jugador-entorno), dominando incluso las
interacciones las dinámicas intrínsecas de los propios componentes del sistema
por lo que debemos entender a jugador y entorno como un macro-sistema, en
el que debemos mejorar las capacidades de interacción del jugador con aquel
contexto específico
Es importante también explicar el carácter dinámico de estas posibilidades do
acción, que emergerán y desaparecerán en función de la constante evolución
de las relaciones deportista-entorno Asi, tal y como parecen demostrar Passos
et al (2008) o Duarte et. al (2010) el proceso de decisión-acción entre atacante-
defensor responde a un proceso emergente de auto-organización en base a los
flujos de información creados de los procesos de interacción entre ambos juga­
dores. Así. más que responder a acciones previamente definidas, los jugadores
se van ajustando a las posibilidades que le ofrece el entorno Asi, los jugadores
perciben una información que tes conduce a una acción (tal y como ha sido
explicado recientemente) y este movimiento del deportista en forma de acción
modifica la información presente en el entorno, lo que condicionará de nuevo la
acción del deportista Por tanto, considerando todo esto, debemos pensar en
las consecuencias que tendrá el hecho de separar los procesos de percepción
y acción en el entrenamiento Debemos considerar que no es lo mismo para un
jugador, tener la capacidad de realizar una acción (p.e. un pase on un entorno
'Invariable', en el que previamente se define la acción y tan sólo se pone el én­
fasis en los requisitos motrices de la misma) que tener la capacidad de interac-
tuar y ajustar temporal y espacialmente los procesos de decisión-acción en un
entorno dinámico. Asimismo, la creación artificial de patrones coordinativos (lo
que clásicamente se ha entendido como técnica) ajustados a las necesidades
de aquel entorno "invariable ", al ignorar algunos de los procesos perceptivos que
condicionan el movimiento y en ocasiones promover poca variabilidad en la eje­
cución del mismo, pueden perjudicar la adaptabilidad de las coordinaciones del
deportista al entorno competitivo o su capacidad para percibir las posibilidades
de interacción con el entorno (Araújo, 2005) Por ejemplo, el hecho de practicar
la conducción repetidamente sin oposición, sorteando unos conos, puede provo­
car que el jugador focalice su atención en el proceso de conducción de la pelota,
creando aíractores de sus procesos de decisión-acción que compiten, entre la
necesidad de adaptarse al entorno y percibir cierta información, y el patrón coor­
dinativo creado centrado en el proceso de conducción. De ésta forma puede que
su atención se encuentre tan centrada en la conducción, que tenga problemas
para adaptar la misma a los movimientos de los rivales, por lo que de poco le
servirá conducir “bien
Por todo esto debemos considerar la necesidad de diseñar entrenamientos
que respeten las relaciones de interacción y de interdependencia existentes en­
tre ios procesos de decisión y de acción para la mejora de las capacidades adap-
tativas en entornos complejos, más allá de la extendida creencia de que la ex­
plicación de los comportamientos a llevar a cabo por parte del jugador de forma
independiente al juego va a ser suficiente para que éste, una vez almacenados
todos estos conceptos, tenga la suficiente capacidad de adaptar su comporta­
miento motriz al entorno competitivo complejo. Así, modificando los diferentes
condicionantes de la tarea, podemos incidir sobre variables importantes en la
regulación del comportamiento adaptativo. como la presión temporal del mismo,
aspectos socio-afectivos y emocionales (que serán analizados más adelante),
o aumentar el número de conexiones nerviosas necesarias para ofrecer una
respuesta eficaz y eficiente al aumentar la complejidad de la solución motriz, etc.
lo que nos permitirá lograr estas nuevas coordinaciones que nos llevarán a un
estado funcional superior.
B21
En este sentido autores como Araújo et al., (2006); Davids et al. (2008), con­
firman la tendencia en la emergencia de un u otro comportamiento dependien­
do de los condicionantes contextúales por lo que el entrenador deberá ofrecer
unos condicionantes contextúales, es decir, una características de las tareas en
función del espacio, número de Jugadores, norma especificas, etc que faciliten
la emergencia de uno u otro comportamiento respetando los procesos de deci­
sión y acción anteriormente mencionados Por ejemplo si el entrenador quiere
que sus jugadores aprendan a encontrar soluciones rápidas al juego en fase de
posesión de la pelota, puede aumentar la densidad de jugadores reduciendo el
espacio de juego, lo que facilitará la llegada de defensores a la zona próxima al
poseedor, por lo que deberá aumentar la velocidad de juego de los jugadores del
equipo en posesión de la pelota para conseguir ventajas numéricas o posiciona-
les en el juego.
En relación a la conciencia o no-conciencia del proceso de captación de infor­
mación Memmert (2009) explica como a través del proceso de auto-organización
pre-consciente, la atención se dirige preferentemente hacia un u otro foco, antes
de ser consciente de ello. Es curioso observar como la mayoría de gente piensa
que los jugadores son perfectamente conscientes de lo que hacen, y eligen entre
las diversas opciones de forma razonada, cuando ellos mismos son los encar­
gados de desmentirlo. Sin ir más lejos, una multitud de periodistas pregunta a
Andrés Imesta (2009) tras el partido en Stamford Bridge, dónde marcó uno de los
goles más importantes del pasado arto Andrés, ¿Qué has pensado cuando ibas
a pegarle a la pelota? ¿Sabias que era el único sitio por el que podía entrar? I el
jugador respondió; No lo sél Simplemente le he pegado con toda mi alma y ha
ido allí!. Por ello, para conseguir mejorar la atención del jugador, debemos ofre­
cer al Jugador situaciones de entrenamiento en entornos complejos variables,
que le hagan actuar lejos de su estado de equilibrio, buscando tareas en las que
el comportamiento de los jugadores deje de ser eficaz y eficiente, para lograr
nuevas reconfiguraciones mediante la auto-estructuración de los sub-sistemas
que lo componen con el entorno.
De la misma forma, en un deporte colectivo como el fútbol, no será suficiente
el enfoque individual del entrenamiento, sino que será necesario la actuación si-
nérgica de los diferentes futbolistas para mejorar la funcionalidad del equipo, por
lo que deberemos estimular los procesos de captación de información producida
fruto de la relaciones especificas de nuestros jugadores Es importante recalcar,
que tal y como demuestra Passos (2008), una de las fuentes de Información más
Importantes que gula a los deportistas hacia sus decisiones y acciones en de­
portes colectivos como el fútbol, son las informaciones que emergen fruto de las
interacciones entre los Jugadores, por lo que sus posibilidades de interacción con
el entorno competitivo serán específicas de las relaciones con sus compañeros
Ul
De este modo deberemos promover también la auto-organización del macro-sis-
tema equipo, a través de situaciones de entrenamiento en las que entendiendo
al conjunto de jugadores como una unidad funcional, se proporcionen tareas con
unos condicionantes que promuevan la aparición del comportamiento deseado,
tal y como se explicará más ampliamente en el apartado de metodología
Al emerger las posibilidades de acción de los jugadores de las interacciones
especificas que entre ellos se producen podemos entender que su rendimiento
dependerá en gran medida del tipo de dichas interacciones. Un buen ejemplo de
esta dependencia del contexto para el rendimiento es el debate creado entorno a
la figura de Leo Messi SI bien en Barcelona nadie duda de que es el mejor juga­
dor del mundo, al viajar a Argentina para jugar con su selección, su rendimiento
baja notablemente y los medios de comunicación se preguntan, ¿Por qué el
Leo Messi del Barcelona es mejor que el Leo Messi de Argentina? Entonces es
fácil entender que si las decisiones y acciones del jugador estuvieran basadas
en representaciones mentales o programas motores, lo cuales no dependen del
entorno en que se expresan, su actuación podría ser igualmente eficaz en uno y
otro lugar. Sin embargo, al ser la información de las interacciones no-llneales en­
tre los jugadores y su entorno una de las fuentes de información más importantes
que mueven a los jugadores nacía ciertos patrones de coordinación más que
éstos modelos Internos basados en las experiencias de cada jugador (Passos,
2008), podemos entender que esta capacidad de Interacción con el juego será
específica del tipo de relación que se produce entre los diferentes componentes
del mismo Tal y como explica Lillo (2009) *estamos ante un juego colectivo en
el que hay interacción con el resto, el otro me condiciona y yo condiciono al otro.
Entre todos condicionamos el entorno y el entorno nos condiciona a nosotros.
Todos somos seres condicionados y al mismo tiempo condicionadores”
Asimismo, este cambio de perspectiva en el proceso de decisión-acción impli­
cara necesariamente otros cambios importantes en las características del proce­
so de entrenamiento Asi por ejemplo, si nos fijamos en la concepción clásica de
que la respuesta a las situaciones de juego es elegida entre las diferentes opcio­
nes anteriormente aprendidas, en una relación Jerárquica entre el cerebro enten­
dido como “procesador central’ y el resto de estructuras, el papel del entrenador
sería el de ‘cerebro’ del proceso de entrenamiento, presuponiéndole el conocer
de las soluciones idóneas a las diferentes situaciones de juego, por lo que deberá
ofrecer a sus jugadores el modelo ideal a reproducir en cada situación (Balagué
y Torrents. 2005) Las claras limitaciones que presenta esta perspectiva a la hora
de explicar, por ejemplo, la creatividad, la creación de nuevas soluciones al Juego
sin la necesidad de recibir órdenes precisas que las describan, o la imposibilidad
en el fútbol de abarcar todas las posibles combinaciones del juego por parte del
entrenador, refuerzan la necesidad de buscar un modelo alternativo.
Tal como proponen Baiagué. Hnstovski y Vázquez (2008) Araújo Davids y
Hristovski (2006) y Araújo (2005). el deportista no será entendido como máqui­
na programable de forma externa que responde de forma lineal a los estímulos
competitivos, sino que la solución a las diversas situaciones de juego emerge
fruto de la compleja Interacción no-lineal entre los sub-sistemas del deportista y
del entorno Las dinámicas de actuación de los jugadores emergen en función de
las evoluciones de los condicionantes de Juego, por lo que en contextos dinámi­
cos como los propios del fútbol la toma de decisiones no puede ocurrir de forma
previa a la acción De esta forma, en vez de un conjunto de episodios discretos
relacionados con dilemas electivos, el proceso de decisión-acción se analizará
como el direccionamiento y mantenimiento de un flujo continuo de comporta­
mientos en dirección a un objetivo Asi. un movimiento de! defensor facilita la
aparición de un comportamiento por parte del delantero, y éste movimiento del
delantero condiciona a la vez el movimiento del defensor, en un continuo proce­
so de Interacción entre los jugadores, lo que se irá reproduciendo a diferentes
escalas por un proceso de interacción, en que pequeños cambios en escalas
reducidas del juego (por ejemplo un uno contra uno) tienen efectos significati­
vos en el colectivo después de que hayan pasado a través de la emergencia y
bucles de retroallmentación Así, un pequeño cambio puede modificar el com­
portamiento de todo el equipo e incluso modificar el tipo de interacción posterior
entre los jugadores de un mismo equipo y de ambos equipos, a causa de lo que
comúnmente se entiende como efecto mariposa En este sentido hablamos del
juego como una realidad fractai, es decir, la estructura básica del juego se repite
a diferentes escalas ínter-relacionadas
Debemos entender pues la acción como algo más que una simple organiza­
ción de estructuras anatómicas, sino más bien como una interacción funcional
entre el deportista y
su entorno, con un
determinado propó­
sito. que no puede
ser de independien­
te del deportista que
ia manifiesta, pues
sistema cognitivo y
sistema motor están
firmemente ligados
(Araújo. 2005), ni del
entorno en que ésta
tiene lugar (Van or­
den et. al. 2009), por
lo que la decisión se
verá condicionada a ia vez por las capacidades y características del deportistas,
asi como por el entorno en el que se expresa (Fig 1 a)
Percepción
(Información)
Acción
(Movimiento)
(Coordinación)
V
Objetivo
Tarea
Entorno Jugador
Figura 1 a. Representación esquemática de los condicionantes del proceso de
decisión-acción del deportista en su interacción con el entorno.
Fuente: Araújo, 2005: Davids ot. al, 2008,
Parece ser de esta forma que los sistemas dinámicos en movimiento son ca­
paces de explorar los condicionantes que les rodean e interactuar con ellos de
forma que permiten la emergencia de patrones funcionales en entornos especí­
ficos (Araújo 2005). Estos estados funcionales no emergen de forma aleatoria,
sino que se ven atraídos por unas coordinaciones preferentes de las sub-estruc-
turas del jugador en interacción con el entorno (Davids et. al. 2008), expresadas
como parámetros de orden (Torrents. 2005). Estos parámetros de orden serán
las coordinaciones preferentes más o menos estables (que conceptualizamos
cómo estados atractores del sistema) que exhibirá el sistema bajo la influencia
de unos determinados condicionantes, que identificaremos como parámetros de
control (Balagué, 2009) Los condicionantes reducen el número de comporta­
mientos disponibles, es decir, los grados de libertad del sistema para el cambio,
por lo que la acción motriz emergerá fruto de la presión ejercida por los condi­
cionantes interactivos que presionan al sistema (Van Order et al, 2009). Asi el
deportista evoluciona por los agrupamientos funcionales o estados coordinados
que emergen de los grados de libertad disponibles, o por la estabilización de
unas coordinaciones concretas. Por tanto, debido a la importancia de estos con­
dicionantes en el devenir de la acción motriz, es necesario analizar como pueden
afectar algunos de ellos al ciclo de percepción-acción para poder evaluar asi
como debe orientarse el proceso de entrenamiento.
l.2.a-Condicionantes del deportista
Hacen referencia a los condicionantes intrínsecos del deportista, como sus
medidas antropométricas, sus motivaciones, sus emociones, etc. Los condicio­
nantes del deportista incluyen además los patrones habituales de pensamiento,
de comportamiento, la pericia de deportista, etc (Araújo. 2005) Los deportistas
que sean capaces de adaptar fácilmente sus patrones de coordinación a las
múltiples fuentes de información disponibles en el entorno vanable. adaptando
su comportamiento a las necesidades del entorno, serán los que conseguirán
un mayor rendimiento en una mayor cantidad de situaciones Generalmente és­
tos serán los deportistas con un mayor grado de desarrollo en el juego Asi. lo
patrones coordinativos de acciones como el tiro o el pase, además de ser lo
suficientemente estables para lograr la realización eficaz y eficiente del movi­
miento. deberán ser k> suficientemente flexibles para adaptarse a los requisitos
del entorno (tal y cómo será ampliado en el capítulo de la fuerza) Por esto, para
ejecutar bien la acción de pase, no será suficiente con realizar una gran cantidad
de pases en condiciones similares, sino que el jugador deberá ser capaz de ajus­
tar de forma eficiente las acciones a las necesidades cambiantes del juego.
l.2Mondic¡onanies del entorno
Estes condicionantes hacen referencia a como se ínter-relaciona el deportista
con el entorno con el que interactúa e Intercambia energía. Estos condicionantes
pueden ser el terreno de juego, la temperatura, la luz. el público, etc. Además, en
un deporte colectivo como el fútbol, debemos tener muy en cuenta la influencia
de los movimientos de los jugadores del equipo propio y del equipo rival como
condicionantes de la actuación individual del deportista (tal y como se verá de
forma ampliada en próximos apartados)
Otros condicionantes dei entorno muy importantes son los sociales o socio-
afectivos, claves en entornos competitivos, y que afectan mucho a deportistas de
disciplinas tan mediáticas como el fútbol Estos condicionantes ejercen una gran
presión sobre el deportista, que en algunos casos se refleja en un aumento del
rendimiento, pero en otros le afectan de manera negativa
Es importante mencionar de todas forma que no podemos entender la exis­
tencia de una realidad independiente del observador El sistema nervioso no es
solamente auto-organizador sino también auto-referente, de modo que la per­
cepción no puede ser entendida como la representación de una realidad externa,
sino que debe ser entendida como la creación continua de nuevas relaciones de
la red neuronal. Las actividades de las células nerviosas no reflejan un entorno
independiente del organismo, por lo que no permiten la representación de un
mundo existente de forma absolutamente extema (Capra. 1998) Asi pues po­
dríamos entender la realidad cómo una convención generada por nuestro siste­
ma nervioso para representar elementos de la naturaleza en el plano de la cons­
ciencia Por tanto, si no existe una realidad única, una verdad absoluta, parece
obvio también que no existirá una solución única a cada situación de juego, y que
la solución ideal a la situación dependerá de esta interpretación de la realidad
De esta forma, la percepción, que será uno de los grandes condicionantes de
la acción motriz en un constante ciclo de percepción-acción que determinará la
evolución del juego, no será el reflejo de una realidad universal, sino que respon­
derá a la interpretación individual del futbolista en aquella situación
l.2.c-Condicionante$ de la tarea
Estos condicionantes, aunque propios del entorno en que se expresa el de­
portista, son más propios de la tarea específica que desarrolla el deportista. En el
caso del fútbol, por ejemplo, un gran condicionante de la tarea será el hecho de
no poder tocar el balón con las manos, asi como el resto de reglas específicas
como el fuera de juego o el fuera de banda Pero tal vez como sugiere Araú-
jo (2005). los condicionantes de la tarea más importantes sean la Información
disponible en los contextos específicos de rendimiento en que el jugador debo
Interactuar Los deportistas, como estructuras disipativas que son necesitan del
intercambio de flujos de materia y energía con su entorno para auto-organizar las
coordinaciones de sus sub-estructuras. El acoplamiento con las fuentes de ener­
gía específicas del entorno resulta clave para conseguir un alto rendimiento del
jugador en dichas condiciones. Para la psicología ecológica (la cual enfatiza so­
bre el estudio de las relaciones sujeto-entorno más que en el estudio aislado del
individuo) la distribución de la energía del entorno es necesariamente específica
a los actos del medio ambiente y a las acciones del practicante en relación con
el mismo (Araújo 2007). por lo que es importante este respeto hacia la ecología
del entorno en el proceso de entrenamiento Así, se propondrán ejercicios con
condicionantes similares a los que aparecen en competición, creando condicio­
nes para que lo jugadores aprendan hacia dónde direcclonar su atención, y afi­
nen su acoplamiento entre percepción y acción, permitiendo que sean cada vez
más selectivos en relación a la Información a utilizar
Se favorece que los jugadores perciban la información
que les permita actuar, a la vez que estas acciones se
realizan para continuar percibiendo cual es la vía más
eficaz para mantener un comportamiento hacia un ob­
jetivo De esta forma, un defensor puede percibir un
conjunto de variables (velocidad del delantero, pericia
del jugador, etc.) que le atraen hacia un cierto compor­
tamiento y direccionamiento del cuerpo (p.e. si se trata
de un jugador que normalmente sale jugando por el
interior esta será la parte con mayor tendencia a cubrir
por el defensor), mientras el delantero puede o no mo­
dificar su comportamiento en función de qué hace el
defensor, y esta modificación del comportamiento del
delantero puede alterar de nuevo el comportamiento del defensor en este ciclo
continuo de percepción y acción e interacción entre jugador y entorno Además
esto se producirá a diferentes escalas, de forma que los dos equipos interactua-
rán en un constante proceso de co-adaptación
1,2,d-lnteracc¡ón entre condicionantes
A pesar de la división hecha entre los diferentes tipos de condicionantes, ésta
no es más que la simple ilustración de algunos de los factores que incidirán en
la emergencia de uno u otro comportamiento en el deportista Estas categorías
no determinan el comportamiento de una manera lineal, sino que, fruto del com­
plejo proceso de interacción entre las diferentes categorías de condicionantes y
la presión que ejerzan sobre el sistema, emerge el comportamiento en dirección
al objetivo de la tarea
Figura 2.a: Ilustración de los condicionantes de la percepción y su interacción
en el proceso de auto-organización.
Como puede observarse en la figura 2.a dónde se ilustran algunos de ios
condicionantes que Interactúan en el ciclo de percepción-acción del deportista,
no queda clara la situación en algunos de ios casos de la situación de algunos
de les condicionantes dentro de una u otra categoría De todas forma, esta clasi­
ficación puede ser útil a la hora de entender la relación de interdependencia que
existe entre el jugador y el entorno (Araújo, 2007)
I.2.e-Análisis de la influencia de algunos condicionantes
importantes
Propiocepción
Tal y como nos sugiere Mourinho (citado por Tamarit 2007) hay una gran
tendencia a observar ei músculo como un simple órgano generador de trabajo y
no como un órgano sensible, cuando en realidad la información de la situación
corporal de uno mismo es fundamental para el desarrollo del Juego. Es obvio
que es imprescindible para actuar eficaz y eficientemente reconocer y ajustar
nuestra posición en el juego, por lo que las capacidades adaptativas al juego de­
berían desarrollarse entendiendo
al músculo como un órgano tam­
bién sensitivo Traoajado éste al
unísono con el resto de estructu­
ras corporales, para mejorar las
sinergias entre los distintos sub­
sistemas que conforman el juego
Para Summers (2004) las futuras
teorías de desarrollo motriz tienen
el reto de integrar la información
psicológica y fisiológica Además
como nos sugiere Castelo (Ci­
tado por Tamarit. 2007) educar
no es meramente desarrollar los
músculos, sino aprender a comandar el cuerpo, por lo que esta propiocepción
será no solo clave en la adaptación al juego, sino que será clave también a la
hora de evitar lesiones En este sentido Damásio (2003) expone que el desa­
rrollo de las circuiterias cerebrales que representan al cuerpo en evolución y su
interacción con el mundo parece depender de las actividades a las que el orga­
nismo se dedica. La robustez de las sinapsis neuronales, en lo que entendemos
como fenómeno de plasticidad neuronal. dependerá de la vivenciación de flujos
específicos de trabajo. Asi, el correcto funcionamiento de los músculos debería
desarrollarse en especificidad a las tareas motrices que el jugador debe realizar
en el juego De todas formas la relación entre la percepción del propio movi­
miento y la generación de movimiento, asi como su relación con la generación
de lesiones, se analiza de forma más amplia en el capítulo de fuerza
Coordinaciones
La solución motriz a las situaciones de Juego que se dan en el entorno de
competición emergerá en base al mencionado proceso de auto-organización en
función de la percepción de los jugadores y las habilidades de acción La correc­
ta decisión no existe si no se ajusta a las habilidades coordinativas (o ‘técnicas*)
del sujeto, de la misma forma que un gesto "técnico" no será eficaz si no se
adapta al entorno competitivo, por lo que decisión y acción no pueden entender­
se como dos procesos jerárquicos, sino más bien como dos procesos ínter-de­
pendientes. Ahora bien estas coordinaciones entendidas clásicamente como el
concepto de "técnica", modificaran las posibilidades del Jugador de relacionarse
con el entorno, por lo que el Jugador, de acuerdo con lo que es capaz de ejecutar,
tendrá unas u otras posibilidades de interacción con el entorno competitivo El
desarrollo de estar coordinaciones será tratado en más profundidad al analizar
la fuerza en próximos apartados
Fatiga
La fatiga es un condicionante más que no sólo modifica la percepción del en­
torno (Vivó, 2009), sino que repercute en las coordinaciones (Jáger et al, 2003).
en las emociones (Lewis e l al, 2008), en la propiocepción (Shia-mei et. al 2008),
etc Por tanto si entendemos la fatiga como un condicionante tan importante en
el desarrollo del juego, que afectará a todas las facetas del mismo, incluida la
toma de decisiones del jugador así como las acciones del Jugador, para mejorar
la capacidad competitiva de los jugadores deberemos ofrecerles situaciones de
entrenamiento en las que deban interaccionar con diversos estados de fatiga
No tiene sentido pues entrenar la “técnica" evitando la fatiga, si después en el
juego en el minuto 70 80 o 90 el Jugador tendrá que mantener estables sus
coordinaciones pese a ésta y seguir ofreciendo soluciones ai juego Además es
importante recordar el concepto de (re-)calibración perceptual-motora propuesto
por Fajen et al (2009), según el cual podemos entender también que, al modifi­
car la fatiga las posibilidades de acción-interacción del futbolista con su entorno,
es necesario estimular estas relaciones deportista-entorno en situaciones de fa­
tiga para que se produzca esta (re-)calibración perceptual-motora para este tipo
de situaciones. De esta forma, no podemos entender el estado de forma como
una simple optimización de las estructuras condicionales y bio-energéticas. sino
que la fatiga actuará como un condicionante más en este proceso de auto-orga­
nización. tal y como se analiza en el capitulo de resistencia
Exierocepción
Las percepciones del entorno que tiene el jugador son clave para !a toma de
decisiones y sus acciones en el juego Lo que el Jugador observa, escucha, o
as energías que percibe del entorno guian mediante el proceso de interacción
uepo .istñ-entorno. actuando como condicionantes o facilitadores, las diversas
acciones de juego. Asi la
percepción es entendida
como la captación direc­
ta de las posibilidades de
acción del individuo en un
determinado ambiente, de
acuerdo con el significado
que los datos ambientales
tienen para el Jugador (Vi-
nagreiro, 2009).
Em&cioncj
Recientes avances en
la neurociencia demues­
tran que las emociones y
la cognición se encuentran
muy conectadas en los
procesos de aprendizaje y
toma de decisiones El tra­
bajo de muchos autores ha
ido en la linea de relacio­
nar los procesos cogmtivos
y los procesos afectivos en
y t° ma/ ? ^ ? CÍSÍÓn' ,ntentando va,°rar el peso de unas y otras. Autores como
Zajonc (1980) interpretan cognición y emoción como dos procesos Independien­
tes Sm embargo, obras más recientes, como lazarus (1992) o Anand (1988)
interpretan los procesos congnitivo-afectivos como ínter-dependientes que no
pueden ser entendidos por separado (Fig, 3.a)
Fig X Ilustración de la relación entro los procesos de cognición y emoción
Fuente Immordmo-Yang & Damasio, 2007
Tal y cómo nos explican Immordino-Yang y Damasio (2007). el propósito ori­
ginal por el cual nuestro cerebro ha evolucionado es el de optimizar nuestra
supervivencia Esta supervivencia no hace tan sólo referencia a la supervivencia
' vital" de la persona, sino también a su supervivencia en el ámbito social Asi las
personas tenderán a modificar sus preferencias intentando anticipar aquello que
les haga sentir píen después de su decisión, y minimizar asi la expectativa de
sentimientos negativos, maximizando la de sentimientos positivos Entendiendo
esto, deberíamos entender también que el rol que juega el entrenador es clave
a la hora de crear las sinergias positivas entre los componentes del equipo El
entrenador debe intentar que el jugador tenga como objetivo algo que al mismo
jugador le satisfaga y que responda también a las necesidades colectivas, ya
que de no ser así. su actuación puede verse atraída por dos polos antagónicos,
o como decíamos anteriormente por dos atractores que compiten entre si. lo
cual puede llevarle al fracaso de su acción Asi el entrenador debe lograr que
los Jugadores perciban que la mejor forma de obtener beneficio propio es actuar
por y para el equipo, para que éste también actúe por y para el jugador. En este
sentido Mourinho (2009) al ser preguntado por como llega a construir un equipo
contesta que Comienzo con construir una familia. El espíritu del equipo es el
comienzo... Después llega la orga­
nización táctica" Tal y como explica
Oscar Cano (2010b). "es imposible
hacerles practicar a los jugadores
un fútbol que no sienten, que no les
conecta con sus capacidades. Eso
sólo genera resistencias' En una
misma dirección. Josep Guardiola
(201 Oe) dice "Mi reto es que la idea
que siento tan mía la transmita al
vestuario. Se gana con muchos es­
tilos. no hay fórmulas mágicas. La
solución es hacer lo que uno sien-
ter No obstante, debemos tener
presente que este sentimiento ha­
cia lo que se hace mantiene inevita­
blemente un vinculo importante con
el juego Asi. es difícil pensar que
la emotividad que siente el jugador
hacia las propuestas del entrenador
puedan arreglarse con excursiones
a la montaña o juegos de coopera­
ción desvinculados completamente
del juego
Además. Luce, Bettman y Payne (1997) nos explican como las emociones
negativas conllevan procesos de decisión más largos, lo que perjudicaría la ca­
pacidad de actuación bajo presión temporal que estamos intentando trabajar El
entrenador, no debe ser sólo el encargado de diseñar las tareas de entrenamien­
to, o las alineaciones, sino que debe ser también un buen gestor de emociones.
Tendrá un papel fundamental ayudando a la transmisión y creación de emocio­
nes (positivas y negativas) a determinados comportamientos de los jugadores
ante las diversas situaciones del juego, lo que influirá en futuras situaciones
similares Se facilitan asi ciertas decisiones del jugador, creando de esta forma
ciertas regularidades que dotarán al equipo de una Identidad, colaborando a la
coordinación de movimientos entre los jugadores, única forma a través de la cual
podremos disponer de una actuación completamente eficaz en el juego
rienciai
Ya que los sistemas complejos parecen tener una sensibilidad extrema a tas
condiciones iniciales del mismo, parece evidente que las expenencias previas
vividas por un jugador condicionan prácticamente la totalidad del resto de condi­
cionantes como las coordinaciones, las emociones creadas por cada situación,
la percepción que tenga el jugador del entorno, etc , lo que por extensión con­
dicionará la solución final a la situación de ]uego. Las experiencias vividas con­
dicionarán enormemente la solución de un jugador a cada situación de Juego, y
serán determinantes en la creación del paisaje de atractores y la estabilidad de
éstos, únicos en cada jugador, y por tanto a la respuesta particular quB pueda
dar cada jugador Tal y como explica Monserrat (2007) la evolución selecciona
aquellas estructuras de orden ya ensayadas por la naturaleza de acuerdo con
principios ontológicos previos a la misma selección Será importante pues obser­
var las tendencias naturales de los jugadores. Son interesantes en este mismo
sentido las declaraciones de Llllo (2009) “Cierto es que han de buscarse unas
pautas preferenciales de conducta para que se asiente el colectivo pero al final
hay unas pautas propias que cada uno ha ido construyendo en función de las
experiencias adquindas y de sus capacidades Se va construyendo con el tiem­
po el jugador antes de que llegue a nosotros. Lo que ocurre es que en nuestra
vanidad creemos que el mundo táctico de ese futbolista empieza cuando llega
a nosotros"
Instrucciones
Aunque algunos preparadores basan el funcionamiento de su equipo en un cú­
mulo de instrucciones sobre el funcionamiento del mismo, no podemos entender
las instrucciones más que como unos condicionantes sobre el comportamiento
de los |ugadores y del equipo. En este sentio. varios estudios (Florack y Hart-
mann. 2007: Hodges y Franks 2002, Wulf y Prinz. 2002; Citados por Torrents,
2005) parecen indicar que los tipos de Instrucciones dependiendo de si se focali­
zan sobre los aspectos positivos o negativos de la acción o dependiendo de si se
focalizan sobre el movimiento en si mismo o en los efectos del movimiento (foco
interno o extemo), condicionan significativamente la respuesta del jugador.
Asi parece ser que las instrucciones que pretenden descnbir y guiar el mo­
vimiento de los sujetos interfieren incluso negativamente en el aprendizaje, por
lo que se propone que se exploren las posibilidades o que se den instrucciones
relacionadas con el resultado de ese movimiento sobre el medio Por ejemplo,
más que describir la “técnica’’ ideal de golpeo al balón de forma que el |ugador
tenga que intentar reproducirla, seria recomendable intentar que el jugador des­
cubra por medio de las expenencias vividas por las diferentes tareas propuestas
cual es su modelo ideal (tal y como se verá ampliamente en el apartado de
fuerza) Los mismos estudios previamente citados exponen ademas que las ins­
trucciones verbales para cambiar o corregir respuestas no suelen ser estimulo
suficiente para promover la inestabilidad necesaria que requiere un cambio en la
dinámica del sistema
Siguiendo un poco es esta linea, Oliveira et al (2006) critican el carácter mayo-
ritariamente prescriptivo de las órdenes que da el entrenador, entendiendo que él
manda y que los Jugadores deben obedecer al milímetro, intentando volver lineal
algo que no lo es, por lo que se acaba limitando la capacidad de intervención del
jugador sobre lo inmediato, disminuyendo asi la flexibilidad y adaptabilidad de su
comportamiento al entorno, modificando su potencialidad creativa, tal y como se
verá en apartaoos posteriores.
En un deporte como el fútbol existen una cantidad tan grande de grados de
libertad (p.e trayectorias de recorrido de un jugador, posiciones en el campo,
posibles pases, etc.), que para que exista coordinación entre los jugadores, és­
tos grados tienen que ser coaccionados para que emerjan asi patrones de co­
ordinación interpersonal Se trata de fomentar el acoplamiento entre si de los
jugadores a través procesos comunicativos entrelazados a través de sus ciclos
de percepción-acción Debemos tener en cuenta que las órdenes actúan como
parámetro de control especifico del sistema (Van Orden et al. 2009), es decir,
pueden limitar su comportamiento. El entrenador debe prestar especial atención
a dichas órdenes y a como las da, para cuidar que las instrucciones no limiten
demasiado los grados de libertad del sistema haciéndolo menos flexible o adap-
tativo
Intenciones
La Intenciones han sido consideradas por las ciencias cognitivas como la
causa del comportamiento es decir, las personas seleccionan de acuerdo con
procesos mentales qué hacer en función de cual es su objetivo. Pero esta expli­
cación parece como mínimo Incompleta a la hora de abarcar la explicación de
algunos comportamientos tal y como explican Van Orden et. al (2009), ¿Cómo
se crean las intenciones7 ¿Cómo es posible que surjan movimientos nuevos en
los deportistas jamás observados? ¿Cómo se explica asi la creatividad en el
juego? Tal y como explican estos autores, estas preguntas tienen difícil respues­
ta mediante la ciencia cogmtiva clásica Por esto, tal y como sugiere Balagué
(2009), las intenciones pueden entenderse como parámetros de control especí­
ficos, es decir, actuando como atractores intencionales, lo que puede actuar a
favor del deportista, ayudándole a estabilizar un comportamiento inestable o a
captar cierta información importante, pero puede perjudicarle también atrayendo
su comportamiento hacia uno que no es el suyo natural o el idóneo para aquel
momento. Por esto debemos Ir con mucho cuidado a la hora de fijar objetivos y
dar instrucciones ya que éstas pueden actuar en contra de las coordinaciones
naturales del sistema y por tanto actuar en contra de la funcionalidad del mis­
mo,
Entorno
Bajo esta perspectiva, el objetivo para la adquisición de competencias es en­
tender la naturaleza de las propiedades del flujo de trabajo perceptivo-motor que
surge de la interacción entre el cuerpo y el medio ambiente en lugar de atribuir
todo el control al cuerpo (McDonald et, al. 1989, Citados por Vinagreiro. 2009)
De esta forma, este modelo ecológico pone el énfasis en las capacidades de
auto-organización a través de la interacción del propio cuerpo con el ambiente,
otorgando a las intenciones y la cognición un papel minimizado (Singer 2000
Citado por Vinagreiro, 2009). Para la psicología ecológica la distribución de la
energía del medio ambiente es necesariamente específica a los actos del medio
ambiente y a las acciones del practicante en relación con él Por tanto no pode­
mos pretender formar a nuestros jugadores mediante situaciones de contextos
inespecificos o invariables, basándonos en procedimientos cognitivos esperan­
do que éstos tengan luego una transferencia a contextos específicos y variables
en los que el jugador deberá interactuar, tal y como proponen algunos modelos
de entrenamiento
I.2.I- La creatividad como herramienta clave en el comportamiento
adaptativo.
La creatividad puede que sea uno de los principales rasgos distintivos de los
mundialmente reconocidos como estrellas del fútbol La creatividad conceptuall-
zada como la capacidad del jugador de producir trabajo que sea a la vez original,
inesperado, apropiado y eficaz en el entorno en que se expresa es probable­
mente. no sólo una de las más apreciadas cualidades por el público, sino una
de las mejores opciones de los jugadores y del equipo para aumentar el nivel
tie Incertidumbre temporo-espacial en sus oponentes. El concepto de metaes-
tabilidad parece relacionarse con la creatividad, siendo los jugadores creativos
aquellos que están cerca del desequilibno. es decir, lo que son capaces de vivir
y actuar 'al borde del caos' (Hristovski & Memmert 2008). En los sistemas di­
námicos parece que las gamas de conductas mas ncas se encuentran en las
zonas de transición entre estados ordenados y desordenados, ya que ios siste­
mas demasiado desordenados (caóticos) o los sistemas demasiado ordenados
puede que no sustenten capacidades de procesamiento de información, que en
el caso del futbolista resultan clave en su interacción con el Juego. Asi lo Ju­
gadores creativos son aquellos que son capaces de percibir posibilidades de
acción en el Juego que los demás san
incapaces de identificar, bien por
exceso W J p ^ r o cor'alia de
as aracieristicas
en !re
(2000) explica que
craks son fique- líos jugadores
i- previsibles porque
están en un pun . y to de desequilibrio
y precisamente ^ É K por no haber sido
sometidos a los " t .y ■ H p t procesos lineales
con los que se ^ ~ 'f entrena, no se le
ha destruido esa jj capacidad para
responder como . . un sistema abierto,
no lineal, y por •* eso muchas veces
los jugadores de talento no hacen
caso de sus entre- nadores y no nos
hacen caso a nosotros, porque ven que no son válidos para lo que ellos necesi­
tan; son lo suficientemente inteligentes para rechazar las prácticas de continua
repetición de situación invariable ante el estimulo que fuere, como nos han dado
de forma inicial y originaria todas las formas do entrenamiento que vienen con
una estructura partiendo del concepto mocanicista y del concepto de las teorías
conductistas*
En el estudio de ios sistemas dinámicos se apunta a que los sistemas en que
el orden y el desorden coexisten resultan los mas adecuados para dar sustento
a los procesos emergentes Este régimen de coexistencia permite la mayor ca­
pacidad y flexibilidad adaptativa a dichos sistemas De hecho, esta coexistencia
de orden y desorden parece ser una condición fundamental y necesaria para la
expresión espontánea de procesos creativos en la naturaleza El borde del caos
puede entenderse pues como la zona en la que coexisten ambos estados y por
lo tanto los sistemas situados en este balance manifestarían propiedades ligadas
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La preparacion fisica en el futbol. rafael pol

  • 1. Francisco SeiruMo La Preparación ¿Física? en el fútbol. El proceso de entrenamiento desde las ciencias de la complejidad Rafel Pol
  • 2.
  • 3. preparación futbolística COLECCIO Prologo (Je: Natalia Balague Francisco Seirul lo La Preparación ¿Física? en el fútbol. El proceso de entrenamiento desde las ciencias de la complejidad M C SPORTS 1 Z ~ I ■
  • 4.
  • 5. I 1" edidón: Febrero 2011 © Rafel Pol © MC Sports (Moreno & Conde S L ) © Fotografías Departamento MCSports (www.mcsports.es) Analista de Texto Manuel Conde Maquetación Robert Moreno Diseño de cuDierta: Robert Moreno (MC Sports) Diseño Gráfico. Alfredo Depósito legal VG 225-2011 ISBN: 978-84-937246-9-6 «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley Diríjase a CEDRO (Centro Español ae Derechos Reprográficos www cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra»
  • 6. La Preparación ¿Física? en el Fútbol. El proceso de entrenamiento desde las ciencias de la complejidad
  • 7. r Indice Agradecim iento» 7 Prólogo ♦ Prólogo 10 Introducción 13 C apitulo L- Lo velocidad en el fútbo l 18 I.I.- tortore* que condicionan la velocidad en ei fútbol 21 1,2.- La toma de dectóooei en el fútbol 23 U .o-C on diclono nte* del detmrüsta 3 7 l.2.b-Condícionantes á rl enromo 11 l.2.c-Condicionom cs tfr to torea n l.2.d-lnteracción -mrr cundoarmtB 40 l.2.e-AnóHsn de la m flocnoa de alguno* co n d la o n o n itt im punarte* 41 Propiocepdón 41 C oordinadonet 42 Fatigo 42 Exterocepción 43 Emociones 43 Experiencias ptrtw 44 Instrucciones 46 Intenciones 47 Entorno 48 48 1.2-g-Contecucnclat practxa* ikl m odela de dM ir-on-ocaón SI 1.3- La coordinación entre los diferentes jugadores del equipo: Operaaonallxotión del modelo de juego 54
  • 8. M - Factor» eond'dona/ei y bíopncrjM/coi que condicionan la mfoddod 60 C apitulo L - Lo fuerza en el fú tb o l 63 L 1.* Concepto de fuerza 64 2.2.- Lo fuerzo como capacidad física básica 67 L l - Condicionantes de la contracción muscular 69 2.3.a-Nivel de fuerzo oaAcodo 69 2.3.b-Tiempo oue tantotn ofeooro* dutintoi nirees«te fier/r 74 Tiempo me ei deparbUV a ccpaz dr mamrrrcvundeirrminado «'vrt dr furnc 76 2.4.- t £s necesario el entrenamiento descontextualisado da la fuerxat 40 2.4.n-€l omrnamma dr (afutrís pan» teprevención de tauanrr^aque rm enfontamos’81 2.4.b- 0 rotr*wm*Mt© dete (uerzu paro wprenenaúitde i-vane. Mciodobpo de tnnqe 67 2.5.- £1entrenamiento de lo fuerzo pao) la mejore del rendimiento 99 2.5. a-La variabilidad en la ejecución ód movimiento 100 2.5.b-La yrtoodod de eiecuoonde « accióny su rcwcóe cona preasioti IOS 2.S.c-Las coomnooonei preferentes dtí futboma o“técnica* 107 2.b .d -tt panno de rmrrnamierrw 109 C apitula 3 La resistencia en el fú tb o l 112 3. f.-Oefinicionei de resistencia m 3.2-O bjetivos del entrenamiento de la resistencia 116 3.3-Adaptacionet producidas por el entrenamiento de la resistencia 117 3.4-fdcntiflcncián de (as necesidades energéticas del futbolista 124 C apitulo 4.- M etodología sistérmca de entrenam iento 130 4, t.•Paradigma Científico en el que se enmarca el modelo (31 4.2.-{Qué es un SUttvma dinámicof 131 4.3.-EI jugador entendido desde la perspectiva dr. las tístrmi» dinámicas 134 4.4.-Aplicación al sistema ó• entrenamiento 137 4-5 -Determinación de la Intim idad de la carga 145 4.6.-EI modelo de juego en el proceso de entrenamiento 151 1*14.7.-£¡ popel del entrenador
  • 9. 4.8.-EJ popel del preparador fhieo 143 4.9. - La periodtxacián del entrenamiento 164 4 .1Q.-Perlodiiación del entrenamiento: la prrtemporada 167 4.11.-Diieño de lot Ciclos de Entrenamiento Semanaiei 169 Día i :omantica intcwm {oaión/ I 70 D la 2:<nnomxa errensrrv i 72 D io l dinaroen«ntmsm?nnraucoonI 47) 4.1J.-Comtdcracionct acerca del di*efio wmana» 173 4 .13.-C anclutionn 174 Copaulo S.~ Las tareas de entrenam iento 177 Situaciones dinám ica Intensiva (acción) 180 Situaciones dinám ica intensivo (Interacción) 190 Situaciones dinám ica exteniftro 300 Bibliografía 209
  • 10. Agradecimientos Porqué somos lo que emerge de nuestra interacción con el entorno, gra­ cias a todos vosotros por haberme llevado hasta aqui: A mi familia (Padri, Padrina. Papa. Mama. Joana Marta y Jaume) por el apoyo incondicional Simplemente imprescindibles. A mis amigos de siempre (Toni, Maria, Bestard. Pere Josep, Joan Mlquel, Joan Serra, Ramis. Joana Victorl, Tato y un largo etcétera), ¡porqué la vida puede ser maravillosal A Natália Balagué. por acercarme al orden en mis momentos de caos, y des­ ordenarme en mis momentos de mayor estabilidad El Big Bang que inició todo esto. iSimplemente gracias! A Carlos Corberán. preparador físico de una época que esta aún por llegar Por ayudarme a cuestionar lo incuestionable. A Juanma Llllo, por enseñarme que la diferencia entre el vivir y el entrenar no es más que una abstracción funcional, Si en el futuro sigue habiendo entrenado­ res. seguramente se parecerán bastante a Juanma A Paco Seirul lo, profesor de profesores, por todo lo aportado a este trabajo en particular y a nuestra profesión en general A Roben Moreno y Manuel Conde, por la confianza depositada en este pro­ yecto. y por llevar a cabo un proyecto con una identidad tan definida como el de MCSports, del que todos los amantes del fútbol nos beneficiamos A Vicente Artero, por enseñarme que en el fútbol dos más dos no siempre es igual a cuatro, y por crearme la necesidad de empezar este trabajo AAIbert Sánchez, compañero de aventuras, porqué si podemos soñarlo, po­ demos conseguirlo!
  • 11. A todos mis compañeros del INEFC. por todos los momentos vividos A todos ios profesores del INEFC. porqué de todos se aprende A los clubs, jugadores y jugadoras que me han dado la oportunidad de trabajar con ellos. Rafel Pol
  • 12. Prólogo Me resulta difícil hadar de este libro y de su autor en términos objetivos; así es que me disculparan las personas lectoras si me permito saltarme algunas reglas convencionales para la redacción de este prólogo Una no acostumbra a encontrarse con alumnos que el primer dia de clase lle­ gan con una buena parte de la lección aprendida, con deberes hechos y pregun­ tas interesantes sobre algunos de los temas más relevantes Pero con los años de docencia la vida trae sorpresas y algunas son muy agradables Cuando el deseo por aprender, que no es lo mismo que el deseo de sacar buenas notas, es intenso, algunos alumnos pasan a ser más colegas que otra cosa y ser profesor se convierte en una profesión extremadamente gratificante Algo asi forjó a mi entender las bases para la redacción de esta obra, que encontró en el espíritu abierto de los editores un buen aliado Si mi intuición no me falla Rafel Pol tiene frente a si un camino muy prometedor como entrenador y teórico del fútbol Este libro, que empezó a realizar sin proponérselo, es una muestra de su extraordinario talento y capacidad Con una buena comprensión de la evolución que está siguiendo la ciencia en el s. XXI y de la incorporación de conocimientos que provienen de ramas diversas como la neurociencia la psi­ cología ecológica y las teorías de la complejidad, el autor nos ofrece una nueva mirada al significado de la preparación física en el deporte colectivo en general y del fútbol en particular y nos habla de sus consecuencias sobre la teoría y la práctica del entrenamiento Más allá de! cuestionamiento sobre la necesidad de realizar o no preparación física, lo que pretende esta obra es cuestionar algunos de los preconceptos actuales relacionados con el entrenamiento de los futbolis­ tas y adaptar la metodología de trabajo existente a los conocimientos científicos emergentes La persona lectora podrá, además de acceder al conocimiento de la investi­ gación más reciente relacionada con las capacidades condicionales en el fútbol, reformular su contenido y aplicación a las tareas de entrenamiento. Se introduce el concepto de la condición física del equipo, que no es lo mismo que la suma de las capacidades físicas de los futbolistas que lo forman, de las estrategias para conseguir desarrollarla y de los aspectos prácticos de su aplicación a las sesiones de entrenamiento. Espero que quien lo lea disfrute, como yo lo he hecho, de esta obra fresca rigurosa inteligente libre de preconceptos y llena de pasión por la ciencia y por el fútbol Natalia Balagué Proferosar del INEFC de Barcelona
  • 13. Prólogo Al Iniciar la lectura de este libro, y ya en su Introducción nos encontramos con una premisa que se antoja imprescindible para comprender el texto, y no es otro que la del conocimiento e interpretación del jugador desde la perspectiva, para­ digma. de la complejidad, pues sólo así los contenidos de este interesante texto cobran el sentido que el autor quiere otorgarles. Las ciencias de la complejidad proporcionan la versión más aproximada a la realidad del humano de entre las demás formas de explicación que se han venido utilizando, basadas en otros paradigmas de características más lineales. Desde éste nuevo paradigma podemos entenderlo como una 'Estructura Disi- pativa" (I. Prigogme 1979), organización que comparte con otros seres vivos, pero que gracias a la conformación del humano, adquiere una muy diferenciada complejidad por disponer éste de sistemas y sub-sistemas específicos que le proporcionan una funcionalidad sólo por él lograda Partiendo de todas éstas premisas, las intervenciones del humano durante el juego, son entendidas no como acciones sino se transforman en interacciones, pues tanto el medio como el jugador se modifican durante y después de cada específico intercambio. Estas modificaciones que permanecen en el tiempo obtienen la optimización de los diferentes sistemas, y sub-sistemas del humano que están implicados en mayor o menor medida en esos acontecimientos Debemos por tanto, modificar la concepción lineal de “la función hace al órgano", por la "consistencia comple­ ja" Las relaciones y retroacciones intersistémicas e intrasistémicas optimizan la estructura Con ello entendemos que el jugador, durante sus intervenciones en la compe­ tición y el entrenamiento, ante la necesidad de realizar ciertas funciones especi­ ficas propias del juego, no compromete en cada una de ellas sólo a un concreto órgano de sus estructuras sino que implica obligatoriamente a múltiples de ellos que por estar organizados en sub-sistemas y sistemas, algunos de ellos perte­ necientes también a otras Estructuras, se producen contactos mtersistómicos e intrasistémicos de diferentes categorías que conforman la optimización, no la mejora, preferente de alguna de las que llamamos estructuras Por lo tanto la denominación de las diferentes Estructuras que conforman al humano sólo son abstracciones conceptuales que simplifican la realidad, permitiéndonos organi­ zar los contenidos del entrenamiento, concretar modelos de entrenamiento, etc. pero que no nos debe llevar erróneamente a diferenciar entre ciertas condiciones de su organización, y su nivel de interacciones, pues son la misma cosa ya que
  • 14. gracias a las múltiples interacciones intersistemicas. e intrasistómicas, se optimi­ za su organización que así se va conformando tras y durante las interacciones sistémicas que de forma dinámica permiten acceder a nuevos, no quiere decir que mejores, estados de organización Solo tras los enfrentamientos del luego podrán ser evaluados como válidos o no. para ésta o aquella intervención del ju­ gador, en ese concreto acontecimiento del partido. De la diferenciación de estos estados de organización-interacción trata éste libro. En su primera parte estudia la que hemos llamado Estructura Condicional pues podemos suponer en ella una determinada organización que relaciona a todas aquellas interacciones intersistómicas que proporciona al deportista la po­ sibilidad de moverse en las dimensiones espacio-temporales requeridas en su actuación deportiva gracias a la especifica funcionalidad, que comentaremos, de su entorno muscular Tratíicionalmente se han incluido en ella las magnitudes o capacidades de fuerza, velocidad y resistencia, nomenclaturas que pertenecen a la Física clásica donde la fuerza y la velocidad se contemplan como magnitu­ des mecánicas, mientras que curiosamente la resistencia podríamos decir que es una magnitud biológica ¿Como se entiende esto? Porque la fuerza en el hu­ mano la genera él mismo, con su entorno muscular transformando su energía bioquímica en energía mecánica permitiéndole ello mover los segmentos del cuerpo e intercambiar con el medio distintas formas y dimensiones de la fuer­ za que en su composición y recomposición ocasionan movimientos evaluados como velocidad o resistencia, según se comporte la fuerza en relación al tiempo. Pero todo esto es pasado, pues en este momento la complejidad nos obliga a revisar todos estos conceptos y esto es lo que sucede a lo largo de las páginas de este libro dedicado al fútbol que de entre los deportes "de equipo" es el que más claramente necesita de la complejidad, tanto para su comprensión como para su entrenamiento. Fruto de la complejidad es el tratamiento dado a la velocidad, como proceso de interacción entre el jugador y el medio donde se establecen interacciones Espacio-Tiempo-Tarea para obtener un objetivo en los entornos variables del juego que para su resolución necesitan de sistemas y subsistemas pertenecien­ tes a las Estructuras Cogmtiva, Emotivo-Volitiva Coordinativa y Bioenergética de forma preferente, pero con la participación de todas las demás en otros tér­ minos. lo que permite concienciarnos de la complejidad de éste tipo de funcio­ nalidad Profundamente documentado se nos van ofreciendo condicionantes de las interacciones que logran configurar y reconfigurar de forma dinámica tanto la fuerza como la resistencia en los sucesivos capítulos, en Idénticos términos complejos
  • 15. Es evidente que esta concepción de los contenidos del entrenamiento desen­ cadena el tener que proponerlos y aplicarlos de manera diferente. Estos conte­ nidos aparecen en los capítulos siguientes que impregnados de la complejidad nos van minuciosamente presentando con una metodología de base sistémica, la posibilidad de controlar la carga delimitando los niveles de entropía de las tareas de entrenamiento propuestas. Asi mismo la ineludible relación entre el modelo de juego pretendido y el proceso de entrenamiento, como del papel que el equipo técnico debe cumplir para lograrlo. Casi al terminar, disponemos de los modelo de Penodtzación oe alta aplicabilidad en el fútbol que necesariamente desembocan en tareas concretas de entrenamiento Para terminar, se propo­ nen éstas, como situaciones dinámicas para optimizar la Estructura Condicional completando con ello un magnifico texto que no dejará indiferentes a todos aque­ llos que tengan la suerte de leerlo Francisco Seirul lo Preparador F ísico del FC Barcelona
  • 16. Introt* Introducción “La totalidad de la ciencia no es más que un refinamiento del pensamiento cotidiano” Alberi Einstein, 1950 Todos nos sentimos más o menos Identificados con la complejidad Todos reconocemos que todo es muy complejo, que difícilmente podemos llegar a con­ trolarlo todo, y que por esto es importante que nuestro jugador de fútbol sea una persona feliz y que se encuentre a gusto en su lugar de trabajo. Pero, ¿cómo podemos manejar esta complejidad en el proceso de entrenamiento en base a lo que sabemos de ella’
  • 17. Cuestionar el dualismo Car­ tesiano no significa más que la exhibición de la capacidad de poner en duda unos conceptos previamente establecidos Sin embargo, creer que un autor es como el contenedor, la fuente, la esencia y el origen de toda una idea no es más que la confirmación que. aún a pesar de tener la capacidad de cues­ tionar la obra de Descartes, y ver en ella indicios de ideas ca­ ducas para explicar la realidad del hombre contemporáneo la atracción de las leyes deterministas nos lleva en ocasiones a la idea de que Descartes, en si mismo es el origen único de lo que llamamos herencia cartesia­ na Sin embargo Descartes condicionando por las características del entorno con el que Interactauaba. tan sólo reflejo las atracciones de un pensamiento que emergió no sólo de él. sino muy condicionado también por su interacción social Contaba Seydou Keita, compañero de equipo de Andrés iniesta, en una rueda de prensa que a este último le corría el juego del Barcelona por la venas, que- nendo decir que la confluencia y adaptación de éste al entorno era exquisita Por su parte, su entrenador, Josep Guardiola, tam­ bién en una rueda de prensa, nos explica que él parece mejor entrenador de lo que es porqué tiene muy buenos jugadores, y que con peque­ ñas ideas sobre el rival, ellos juegan y crean juego por encima de lo que él llega a controlar, a sabiendas de que él. actuando en confluencia con las atracciones naturales de sus jugadores, simplemente será el encargado de facilitar que éstos actúen de forma sinérgica Y lo mismo pasa con Descartes, el cual simplemente refle­ jaba las atracciones separatistas y determinis­ tas de la mente humana en el S. XVII
  • 18. De hecho es curioso y a la vez gracioso el hecho, mencionado por ejemplo por el divulgador científico Eduard Punset. que hemos llegado a un momento de la histona en que puede resultar mas sencillo modificar los genes de un ser vivo que la modificación de sus creencias En esta misma linea, Mihaly Csikszent- mihalyi, uno de los estudiosos de los procesos creativos explica que el tratar la creatividad como un proceso meramente mental no hace justicia al fenómeno de la creatividad, que es tanto social y cultural, como psicológica, observando que la creatividad no se produce dentro de la cabeza de las personas, sino en la interacción entre los pensamientos de una persona y un contexto sociocultural, estando compuesto el proceso creativo por una cultura que contiene una reglas simbólicas, una persona que aporta novedad al campo simbólico, y un ámbito social que reconoce y valida la innovación Ahora bien, así como validó la ciencia el pensamiento de Descartes. ¿Validará también el devenir de una nueva meto­ dología de entrenamiento? Parece ser que la mayoría de nosotros nos encontramos cómodos en las zo­ nas de estabilidad, y mayoritariamente Intentamos huir instintivamente de las inestabilidades que preceden los procesos de cambio en nuestro entorno. Y po­ siblemente ahora mismo estamos en un punto en el que han aumentado con­ siderablemente las desviaciones del atractor dominante de la metodología de entrenamiento, observando un aumento de las fluctuaciones criticas, una varia­ ble predictora de la proximidad del punto de transición Transición contra la que luchan algunos, pero que sin embargo se ha producido ya en otros ámbitos de la ciencia, de la cual formamos parte Y es que la ciencia no es más que es el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales Y aunque la misma ciencia haya sido la que en oca­ siones se ha encargado de fragmentar una realidad naturalmente co-fundida. no podemos obviar que el entrenamiento deportivo, como parte de este proce­ so científico, no ha hecho más que reflejar el pen­ samiento general de la época o comente en boga. Y aunque la de las ciencias relacionadas con la ac­ tividad física y la motricidad humana sea una rama relativamente joven en el vasto árbol de la ciencia, sobretodo Impulsada por el fenómeno social que su­ pone el deporte en el siglo XX, no podemos obviar que ya en la antigüedad existe un cierto interés por el tema sobretodo relacionado con el entrenamiento de los guerreros con fines bélicos
  • 19. De esta forma la enseñanza del siglo XX así como la formación de depor­ tistas en general, se ha visto muy influenciada por la teorías conductlstas que nacen del estudio de la mente impulsado por los postulados de psicólogo John Broadus Watson. y que bañan campos afines como la pedagogía, la metodo­ logía y la didáctica Por otra parte, las influencias derivadas del mecanicismo, doctrina según la cual toda realidad natural tiene una estructura comparable a la de una máquina, de modo que estas pueden explicarse basándose en modelos de máquinas, determinaron el desarrollo de una metodología de entrenamien­ to. basado en la máxima clásica del "divide y vencerás" En las ciencias de la computación, el término divide y vencerás (DYV) hace referencia a uno ds los más importantes paradigmas de diseño algorítmico El método esta basado en la resolución recursiva de un proble­ ma dividiéndolo en dos o más sub-problemas de igual tipo o similar El proceso continúa hasta que éstos llegan a ser lo suficientemente sencillos como para que se resuelvan directa­ mente. Al final, las soluciones a cada uno de los sub-problemas se combinan para dar una solu­ ción ai problema original Asi, en el fútbol, el proceso de división de las partes se produjo de for­ ma que empezamos a entender la técnica, la táctica, la prepara­ ción física, etc. como factores de rendimiento cuantificables, independientes, y que por tanto podíamos aislar y entrenar de forma autosuficiente. No obstante, durante las últimas décadas, sobretodo influenciado por la teoría de sistemas propuesta por el biólogo austríaco Ludwing von Bertalanfly. y los modelos derivados de la teoría del caos, se extiende una nueva forma de enten­ der los seres vivos y su complejidad lo que incluye su forma de organización, asi como su relación con el entorno y su desarrollo. De éstas nuevas concepciones de la vida, se derivarán también unas nuevas consecuencias metodológicas en el desarrollo de la motricidad humana. Asi se entiende a) ser humano en mo­ vimiento como una entidad compleja indivisible, en la que fruto de la compleja interacción entre sus partes y el entorno emergen unas cualidades no inherentes a ninguna de estas partes, por lo que no podemos entender por separado es- MZM
  • 20. tas cualidades Además, la transición de unas coordinaciones (o competencias técnico-tácticas) hacia unas nuevas y más efectivas y eficientes capacidades de interacción con el medio, se producirá cuando las primeras dejen de ser eficaces para el ser, rompiendo su acoplamiento y equilibrio con el entorno, creando asi la necesidad de crear re-configuraciones que conducirán al deportista a unas cuotas superiores de auto-organización, concepto que sirve en la Teoría Gene­ ral de Sistemas para explicar la creación de patrones de orden en los sistemas a partir de un comportamiento caótico de sus componentes sin ser guiado por ningún agente extemo. De esta forma, y como sucedió con las antenores metodologías, de las leyes científicas generales nace una nueva forma de estimular el desarrollo de los deportistas, y en este sentido son varios los autores que han desarrollado e im­ pulsado a través de las facultades universitarias las metodologías que de estas nuevas teorías se derivan, como son Natália Balaguó o Vicente Artero, sin los que no habría podido realizar el presente trabajo.
  • 21. I KrtlIcH Capítulo L- La velocidad en el fútbol "Si yo te digo que el jugador del Barcelona que tiene más velocidad es Guar- diola, ¿te lo crees o no?, (no. igual de pensamiento. pero Figo o Sergi son más rápidos), yo hago un entrenamiento de velocidad a la semana y el jugador que resuelve mejor las situaciones de velocidad con los componentes que le incluyo es Pep; y es muchísimo más rápido en 5-20mts. frenar, salir, Sergi que él. pero si antes de salir tiene que elaborar un cálculo, durante la realización tiene que ver la disposición de los compañeros para Ir en una dirección o en otra y en el momento de llegar tiene que estar en una determinada postura en el campo, el pnmero es Guardiola Paco Seirul lo, uno de los más prestigiosos entrenadores deportivos, nos ad­ vierte sobre la complejidad a la hora de analizar la velocidad en el fútbol, en­ tendida no sólo como una elevada velocidad de desplazamiento, sino como la capacidad de una rápida adaptación psicomotriz al Juego Paco Seirul lo (2000)
  • 22. Si nos adentramos en la bibliografía especializada relacionada con el entrena­ miento deportivo, e intentamos analizar que es la velocidad, descubriremos una evolución en la definición de la misma, lo que deberla Implicar necesariamente cambios en los factores que condicionan la velocidad, y por ende una serie de cambios en el entrenamiento de la misma En este sentido, según Harre (1987). la velocidad es la capacidad condicional de realizar acciones motoras en ei menor tiempo posible. Como se aprecia, en esta definición se alude únicamente a factores neuro-musculares de producción del movimiento como los que determinarán la actuación motriz en el tiempo Siguiendo una linea evolutiva para Grosser (1992) la velocidad es la capa­ cidad de conseguir en base a procesos cognitivos, máxima fuerza volitiva, y funcionalidad del sistema neuromuscular, una rapidez máxima de reacción y de movimiento en condiciones establecidas. De esta forma, en esta definición se integran nuevos condicionantes relacionados con la máxima velocidad de movi­ miento y los procesos cognitivos Por otra parte. García Manso et al (1998) incorporan el concepto de eficacia entendiendo la velocidad como la cualidad que nos permite realizar acciones motrices en el menor tiempo posible y con la máxima eficacia La incorporación de este concepto es básica en deportes como el fútbol, ya que lo que realmente determinará el éxito de la acción motriz en el Juego no será el hecho de realizarla en el menor tiempo posible, como se explicaba en definiciones antonores. sino la correcta adecuación temporal y espacial de la acción motriz, asi como la ca­ pacidad de anticipación, entendida como la capacidad del jugador de ajustarse no solo a la situación que ve, sino también a aquellas que prevé actuando en función de las probabilidades de evolución del juego. También en este sentido. Lago (2002) propone substituir el concepto de ve­ locidad máxima por el de velocidad óptima para poder resolver las variables demandadas que reclaman actos de competición La actuación del Jugador y del equipo tenderá a la búsqueda del comportamiento adaptativo más eficiente por esto no explotará la velocidad máxima si no es necesario en aquel contexto com­ petitivo, pero sí que deberá actuar en todo momento a la velocidad óptima para mejorar su capacidad de adaptación al entorno competitivo o modificar las con-
  • 23. diciones del entorno para favorecer sus intereses En una dirección parecida se sitúa Garganta (2005) cuando nos sugiere que en el fútbol, más importante que ser rápido, importa saber cuándo se justifica serlo, pues la utilización adecuada de la velocidad debe servir al proyecto y a las intenciones de juego Por tanto, cuando hablamos de velocidad, no hablamos de máxima velocidad, sino de ca­ pacidad de intervención eficaz y eficiente en el juego en situaciones de presión temporal Además, el jugador y el equipo no debe ser sólo capaz de intervenir bajo presión temporal, sino que deberia ser capaz de incrementar esta presión temporal al juego y orientarla en su favor. Tal y como explica Amieiro (2007). el decir que la resolución eficaz de una situación del juego es consecuencia de la rapidez con la que se resuelve es una abstracción que nos lleva muchas veces a un vértigo peligroso por la velocidad, ya que en la práctica, un jugador al “perder tiempo” puede favorecer la evolución del juego de forma que, en el fondo, esté provocando una nueva situación que le dará ventaja en el juego. Por ejemplo, puede ser tan interesante para el juego jugar "al primer toque" con un compañero para evitar que la defensa rival ocupe la zona donde el jugador se encuentra desmarcado, como frenar y conducir para atraer jugadores para que se creen espacios nuevos, y sólo entonces pasar la pelota al compañero desmarcado dejando a éste en ventaja posicional Un claro ejemplo de esto es Andrés Imesta quien demuestra la capacidad de un jugador de Jugar al primer toque o de conducir para atraer jugadores y entonces pasar la pelota, en función de las necesidades del juego Por esto debemos plantear­ nos las normas del tipo “‘jugamos a un toque'" para entrenar la velocidad en el juego, ya que éste tipo de limitaciones condiciona mucho el comportamiento de los Jugadores, de modo que más que satisfacer las necesidades del juego, se satisfacen las necesidades de aquella tarea en concreto, siendo de esta manera prioritario Jugar rápido a jugar bien Como demuestran algunos estudios, en el fútbol es mucho más esta capaci­ dad de resolver situaciones en espacios cortos de tiempo la que condicionará el éxito en el juego, más que la capacidad de realizar unos determinados despla­ zamientos a máxima velocidad En este sentido Lago (2002) nos advierte que el 56% de las acciones en el fútbol duran entre 1 y 3 segundos, por lo que la velocidad máxima de desplazamiento generalmente tendrá poca incidencia en acciones tan cortas Además, Di Salvo (2008), Gorostiaga (2001) o Pol (2009) sitúan las acciones de máxima velocidad de desplazamiento siempre por debajo del 2% de las acciones de Juego De esta forma no podemos entender la veloci­ dad y su entrenamiento, como se ha hecho clásicamente como la capacidad de máxima velocidad de desplazamiento. La Inmensa mayoría de acciones tienen una duración tan corta que el jugador no puede llegar a alcanzar esta velocidad máxima desplazamiento suponiendo tan sólo un porcentaje inferior al 2% las
  • 24. ocasiones de juego en que el jugador se desplaza a máxima velocidad Asimis­ mo, aún cuando se producen este tipo de situaciones de desplazamiento a máxi­ ma velocidad, será muy importante también la capacidad del jugador de perci­ bir rápidamente las posibilidades que ofrece el Juego y la correc­ ta adecuación de la acción con el entorno de juego, no saliendo siempre vencedor en este tipo de situaciones el ju­ gador que mayor velocidad de desplazamiento consigue Un ejemplo que nos puede ayudar a entender esto es el hecho de que. al analizar la velocidades conseguidas por los jugadores en el Mundial FIFA del 2010 ob­ servamos que. quizás los dos Jugadores con mayor fama de veloces en el mundo. Cristiano Ronaldo y Leo Messi. tienen más de 80 y 40 jugadores respectivamente por de­ lante en la clasificación de máximas velocidades de desplazamiento alcanzadas en el juego Por tanto, deberíamos revisar profundamente qué factores condi­ cionan la velocidad entendida mas como la capacidad de percibir y explotar las posibilidades que ofrece el juego, mediante la actuación eficaz y eficiente bajo presión temporal, o la generación de ésta en el equipo rival, para poder mejorar el proceso de entrenamiento de la misma en función de esta complejidad del juego. I.I.- Factores que condicionan la velocidad en el Fútbol La adaptación del comportamiento motriz del futbolista al entorno complejo de la competición se produce por un proceso emergente fruto de la compleja interacción entre los condicionantes del propio jugador, los condicionantes del entorno y los condicionantes de la tarea a realizar (Araújo, 2005; Davids et al, 2008). Generalmente se tiende a conceptualizar la velocidad en el fútbol como la velocidad de desplazamiento, añadiendo algunos autores la velocidad de re­ acción. por lo que van a ser analizados estos procesos de decisión y acción, y como se coordinan entre si. para decidir cómo debemos orientar el proceso de entrenamiento. Además, se plantea también el estudio de la velocidad como una propiedad del colectivo de Jugadores, ya que debido a sus posibilidades de interacción, comportamientos Individualmente simples pueden derivar en patro-
  • 25. nes de movimientos colectivos altamente creativos, que por sus características temporo-espaciales consigan romper el equilibrio entre la defensa y el ataque Por ejemplo, un equipo puede, a través de movimientos sencillos de conduc­ ción y pase, atraer jugadores del equipo rival hacia una determinada zona del campo, de forma que mediante un desplazamiento rápido de la pelota se pueda conseguir superioridad posicional o numérica en otra zona del campo, creando al equipo contrario la necesidad de actuar rápidamente para compensar esta su­ perioridad es decir, aumentando la presión temporal de la actuación del equipo rival con lo que parece claro que no podemos entender esta capacidad como una capacidad únicamente individual. En primer lugar se estudiará el proceso de toma de decisión en el juego, in­ tentando también entender cómo se producen y/o modifican los patrones de co­ ordinación entre los diferentes jugadores, para analizar de esta forma e! carácter colectivo de la velocidad en el juego Finalmente se van a analizar diferentes aspectos neuro-musculares de producción de movimiento que influirán en la ca­ pacidad del jugador de realizar movimientos a alta velocidad. Todo esto teniendo en cuenta que será muy importante este análisis de los procesos de decisión y acción de los jugadores, para poder ajustar el proceso de entrenamiento a la na­ turaleza de éstos fenómenos, y aumentar las probabilidades de incidir positiva­ mente sobre el rendimiento ce los jugadores y el equipo mediante este proceso de entrenamiento. Antes de empezar con el análisis de cada uno de estos factores, es importante recalcar que ninguno de ellos pueden entenderse como Independiente de! resto, y por ende no pueden ser mejorados al máximo nivel por separado, ya que su in- terdepencia hace que se encuentren interactuando en el mismo espacio tempo­ ral Asi. por ejem- entender la toma algo ajeno a la que una buena no se adapta a internos y ex- Por ejemplo, si decisión "a prio- primer toque a un cado. pero no su acción motriz pío, no podemos de decisión como ejecución motriz, ya decisión no existe si los condicionantes temos del jugador, un jugador toma la rl" buena de tocar al compañero desmar­ es capaz de ajustar para llevarla a cabo con éxito, de forma que su pase no llega en buenas condiciones al compañero desmarcado, el conjunto de la acción no es eficaz, y por tanto no es la respuesta adecuada para aquel jugador y aquella situación. Además, como proponen algu­ nos autores (Araujo. 2005; Fingelkurts & Fingelkurts. 2004) la respuesta motnz
  • 26. no es la respuesta a un estimulo pasado sino que actúa en el estimulo y lo Incor­ pora para alcanzar un objetivo, y esta actuación se retroalimenta con el proceso congnitivo. de manera que no podemos explicar el proceso decisión-acción des­ de una perspectiva Jerárquica y lineal, sino que debemos interpretarlo desde la perspectiva del feedback no-lineal de interacción entre ambos procesos (Araújo. 2005), Además, como nos explica Marti Ortega (2008), la Información sensorial se evalúa durante todo el proceso de decisión, por lo que no podemos dividir el proceso de toma de decisión en sub-actos. como se ha hecho en otros modelos de toma de decisiones Por todo esto, decisión y acción serán mterdependientes, y no existirá la buena decisión si no se ajusta a los condicionantes intrínsecos del jugador y los condicionantes extrínsecos del juego, tal y como se analizará a continuación. Asimismo, por todo lo mencionado hasta el momento, van a ser cuestionados los conceptos clásicos de técnica y táctica entendidos como dos procesos separados y por tanto la posibilidad de entrenar ambos por separado Por otro lado, en un deporte de equipo como el fútbol, no podemos entender la acción eficaz sólo desde la perspectiva individual, y por tanto una acción no será eficaz si no se presenta de forma coordinada con el resto de miembros del equi­ po propio y rival Por ejemplo, en la misma situación anteriormente propuesta, si el pase es correcto al espacio en profundidad pero el jugador desmarcado hace el desmarque en apoyo, la acción deja de nuevo de ser eficaz De hecho, en fútbol, es muy habitual escuchar coméntanos del tipo "¡Buena intención! Lástima que no habia nadie al remate", cuando quizás lo que deberíamos plantearnos es. ¿por qué centra el jugador si no habia nadie al remate? Por tanto, vamos a ana­ lizar los diferentes componentes del jugador y del Juego que condicionarán todos éstos ajustes temporales y espaciales que se relacionan con la velocidad en el Juego, para determinar asi las características de tos ejercicios de entrenamiento que vamos a proponer, teniendo en cuenta siempre ésta relación de interdepen­ dencia entre las distintas vanables I.I.* La cama de decisiones en el fútbol Según Fingelkurts & Fingelkurts (2Ü04) el cerebro humano es el empalme entre el mundo material y el mundo de las ideas, el cuerpo y la mente, lo objetivo y lo subjetivo, y en este dinámico proceso de auto-ensamblaje, las partes del cerebro se engranan y desengranan en el tiempo, permitiendo a las personas percibir su entorno y separar partes recordadas de una experiencia, y ligarlas en un todo coherente (Kelso, 2002), mediante un proceso de Interacción entre las sub-partes dinámico, no-llneal y en ocasiones de caóticas combinaciones (Freeman & Barne 1993) t u
  • 27. Pero, ¿Cómo percibe el jugador los cambios producidos en su entorno? Al­ gunos autores consideran que la atención consiste en el proceso de selección de los aspectos relevantes entre un gran número de sensaciones para guiar nuestras acciones (Allport. 1987, Duncan. 1984. Posner. 1980. Citados por Me- mmert, 2009). De esta forma las experiencias individuales vivenciadas estarían almacenadas en las estructuras de conocimiento corticales y subcorticales de los diferentes sistemas de percepción, sirviendo estas informaciones almacena­ das de base para la creación todas las operaciones cognitivas y de generación de movimiento (Memmert, 2009) Sin embargo, parece ser que el cerebro es un órgano integrativo y complejo y un ejemplo de entorno sin un gobernador central (Fingelkurts & Fingelkurts 2004) De esta forma, aunque cada área cortical trabaja un único rol expresando su propia forma de Información, al mismo tiempo esta actividad se ve profun­ damente condicionada por la Interacción con otras áreas con las cuales está funcionalmente conectada. Asi las bases biológicas del comportamiento y la cog­ nición no responden únicamente a la distribución de las redes cerebrales, sino al proceso de auto-organización (Schóner & Kelso, 1988). que posi­ bilita la coordinación de la actividad cortical y subcortica! que permita al­ canzar un estado funcional común entre las áreas y que permita estabi­ lizar los propios parámetros de esta actividad (Fingelkurts y Fingelkurts, 2004) De este modo, el concepto de metaestabilidad. entendido como la tendencia explicada de las áreas de funcionar de forma autónoma pero al mismo tiempo coordinar su actividad (Kelso. 1991). es circunstancial para la interacción entre los sistemas neuronales para generar comportamientos adap- tativos en entornos variables y complejos (Fingelkurts & Fingelkurts. 2004). Por tanto, al tener incluso ios mismos procesos cerebrales dinámicas no lineales, no puede existir una relación de Estimulo-Respuesta en el proceso de decisión y acción, tal y como proponían algunas teorías cognitivistas. Asimismo, no relacionaremos estas percepciones necesariamente con repre­ sentaciones mentales almacenadas en la memoria de los Jugadores, sino que la percepción directa del entorno se producirá gracias al reconocimiento directo de los patrones de los flujos de energía específicos del entorno con los que el deportista interactúa, es decir, determinadas informaciones percibidas en el en-
  • 28. tomo actúan como atractores de determinados patrones de activación neuronal (Spencer & Schóner, 2003). que permiten al futbolista mteractuar con el contex­ to. Así. estas representaciones mentales no serian más que patrones temporales de activación neuronal emergente, por un proceso de auto-organización, por la confluencia de *inputs"y las diferentes interacciones de excitación/inhibición que se producen a nivel neuronal (Spencer & Schóner. 2003) Los principios diná micos de la toma de decisiones, y de como ésta surge de la interacción entre neuronas interconectadas, se basan en modelos en que la decisión se asocia a una transición entre atractores, o estados estables de la red Esta transición entre estados es inducida por "¡nputs" selectivos asociados a un estímulo, que cambian el paisaje de atractores del sistema, favoreciendo la transición entre el atractor neutro a un atractor selectivo asociado a una elección categórica (Marti Ortega. 2008) Pero, ¿Cómo se relaciona esto con el fútbol? ¿Cómo afecta esto al proceso de entrenamiento? Para la psicología ecológica la distribución de la energía del medio ambiente es necesariamente especifica a ios actos del medio ambiente y a las acciones del practicante en relación con el medio ambiente (Araújo, 2007) Por eso. si el proceso de decisión y acción emerge fruto de la interacción fun­ cional entre el deportista y el entorno en base a la percepción del deportista de éstos flujos de energía, podemos entender que para la mejora de la capacidad de interacción del jugador con el entorno deberemos respetar la especificidad del entorno competitivo, es decir, las características del mismo (lo que enten­ demos como ecología del entorno) Contrariamente a la propuesta hecha por otras metodologías de trabajo que basan la toma de decisiones en procesos meramente cognitivos. Independientes del entorno en que se producen bus­ cando una transferencia a los aconteceres competitivos mediante la inferencia de los procesos cognitivos previamente estimulados Además, al entender que la acción del deportista modificará la información presente en el entorno, y será esta información la que guíe al futbolista en sus decisiones y acciones, entende­ mos que los procesos de decisión y de acción son interdependientes. formando un ciclo de retro-alimentación constante entre los procesos de percepción y de acción, en lo que más adelante definiremos como el ciclo de percepción-acción De esta forma resulta difícil definir una jerarquía entre decisión y acción. Una acción es una interacción funcional entre el jugador y su entorno con un determi­ nado propósito, y una decisión está condicionada por lo que el entorno "permite hacer" en función de las capacidades de acción del jugador, siendo un proceso emergente, fruto de una estrategia activa en busca de soluciones caracterizada por secuencias espacio-temporales en la relación entre jugador y entorno. Por eso es importante insistir en la incoherencia de dividir los procesos de decisión (táctica) y los procesos de acción (técnica-condición física) en el proceso de en trenamiento. como asi nos lo corrobora la neurociencia moderna
  • 29. Parece ser que entre las opciones 1) El jugador elige una opción de movimiento en un proceso de libre albe­ drío, 2) El jugador produce un movimiento y la conciencia es informada de este movimiento, y éste es percibido como libre elección La segunda opción es la que a dia de hoy parece más probable desde la visión que nos aporta la neurociencia La iniciación cerebral de un acto libre y voluntario puede comenzar inconscientemente, es decir, antes de que haya la conciencia subjetiva que la decisión de actuar ya se ha iniciado cerebralmente Los últimos avances en neurociencia no permiten encontrar evidencias del libre albedrio como fuerza generadora del movimiento. Desde un punto de vista de la fisiología, no hay evidencia de que haya un cambio en los patrones de actividad cerebral antes de la toma' de una oecisión (Pascual Leone. 2008). Desde un punto de vista de la neurociencia lo que pasa es que "algo' ocurre, y a postenon generamos una explicación Algunos estudios sitúan al libre albedrío como algo totalmente introspectivo, una percepción sujeta a manipulación. Parece ser que la producción del movimiento y la percepción del libre albedrío están sujetas a manipulaciones independientes Por tanto, el libre albedrío existiría, pero como una percepción y no como un movimiento de fuerza motriz (Hallet. 2007) La neurociencia actual nos lleva a pensar que las expenencias conscientes son consecuencias de la actividad cerebral más que causas de la misma. Tal y como demuestra Libet (1983), la actividad cerebral representada en el plano de la consciencia aparece de media unos 206 m después del inicio de la activi­ dad muscular en situaciones de 'toma de decisiones La intención consciente no puede ser causa de nuestras acciones ya que una causa no puede darse después de su consecuencia La intención consciente podría ser una ilusión mental retrospectivamente infenda para explicar el comportamiento También se especula que podría ser una inmediata consecuencia de ia actividad cerebral para la acción Los resultados de diversos estudios sugieren que el proceso de selección entre diversas alternativas, lo que los filósofos han considerado como la esencia del libre albedrío, no sería más que el resultado de los procesos ru­ tinarios de funcionamiento de forma automática e inconsciente La consciencia emergería después de la selección, y presumiblemente evolucionó para optimi­ zar los recursos neuronales Libet argumentó que sus resultados no Invalidan el concepto de libre albedrío. Su punto de vista fue que el movimiento se inició de hecho inconscientemente, pero con sujeción al derecho de veto una vez que llegó a la conciencia El cere­
  • 30. bro continuamente ofrece soluciones posibles de trabajo para la conciencia La conciencia, por si misma, puede vetarlas o quedarse al margen y dejar que su­ ceda Este poder de veto debe ser considerado libre. Se trata de una forma algo inusual de ver el problema, ya que el libre albedrfo vendría dado por la libertad de "cancelar" la opción escogida de forma inconsciente, lo que el autor desig­ na como “free won't* Por supuesto, el "free won't" puede también ser iniciado subconscientemente y puede seguir básicamente el mismo proceso que el libre albedrío El libre albedrío existiría, pero sería una percepción y no un movimiento de fuerza motriz. De esta forma, no podemos plantear la toma de decisiones en el fútbol, ni por extensión su entrenamiento, ni como un proceso aislado del entorno complejo con el que interactúa el futbolista, ni como un simple proceso estimulo-respuesta, sino que debemos plantear situaciones en que el comportamiento adaptativo se produzca en entornos complejos variables, en interacción con las informaciones especificas del mismo, para estimular que el sistema actúe lejos de su estado de equilibrio, y logre nuevas cotas de auto-estructuración que le llevan a un estado funcional superior. En este sentido se busca estimular la multivariabilidad (Fin- gelkurts & Fingelkurts, 2004) creando un alto número de combinaciones de los posibles estados mentales y aumentando el rango de flexibilidad de las estructu­ ras conectivas, logrando la posibilidad de conseguir nuevas coordinaciones que permitan tener un comportamiento adaptativo más flexible, que es precisamente lo que estamos buscando mediante el proceso de entrenamiento. El acto cognitivo requiere de un estado previo de preparación que exprese la existencia de un objetivo, una preparación para la acción posicionando los órganos sensitivos, y la selectiva sensibilización de las cortezas sensitivas (Fre- eman, 1999). Asi, al contrario del paradigma clásico que interpreta al cerebro como un órgano pasivo de estímulo-respuesta, este nuevo paradigma enfatiza la naturaleza constructiva del cerebro (Fingelkurts & Fingelkurts. 2004) Parece ser. según nos dicen los estudios, que tenemos gran tendencia a percibir aquello que estamos predispuestos a percibir Por ejemplo, Simón y Chaoris (1999), demostraron que tras instruir a un grupo de personas para observar a unos ju­ gadores de baloncesto, solicitándoles que prestaran mucha atención al manejo que hacían del balón la mayoría no se percataron que un hombre disfrazado do gorila se metía en el centro de la zona de juego, se golpeaba el pecho, y se Iba Parece obvio pues que la percepción del juego se verá muy condicionada por aquello que el entrenador fomenta percibir" Por ejemplo entrenadores que de­ dican la mayor parte de su entrenamiento a la realización de Juegos de posesión sin porterías, fomentando que los Jugadores encuentren compañeros libres sin una onentación directa hacia el objetivo del juego (que es el gol), pueden favo
  • 31. recer que el jugador no perciba ciertas oportunidades de finalizar en situaciones de juego real, cuando existía la posibilidad clara de hacerlo. Será importante pues que el jugador apren­ da a percibir las informaciones más importantes que se producen en su interacción con el juego, participando activamente en este proceso de creación-percepción de información, más que la realización de tareas con entornos de juego prácticamente invariables en que el jugador en­ carna un rol únicamente reproductivo de aquello que el entrenador le ha mandado, en lugar de un rol productivo en función de sus posibilidades de interacción con el juego En este sentido, uno de los más prestigiosos entrenadores de la Liga espartóla. Juan Manuel Lillo (2005) explica la im­ portancia de la vivenciación activa del proceso de aprendizaje "Me río de los vocablos que utilizan muchos entrenadores, porqué quedan bien Los futbolistas son seres humanos que juegan, tienen que descubrir su capacidad cultural para jugar La construcción táctica no es 4-4-2 con flechitas" Asi, podemos entender la atención como el proceso de detección de la infor­ mación presente en el entorno (Gibson 1979; Citado por Araújo, 2005), conside­ rando que las fuentes de información son únicas de cada deporte (Araújo, 2005) Pero, siendo así, ¿Que diferencia a los deportistas expertos de los noveles en los procesos de captación de información y de interacción con el entorno?
  • 32. En este sentido. Fajen et. al (2009), después de analizar vanos estudios cen­ trados en la búsqueda de estas diferencias, concluyen que los jugadores noveles centran su atención hacia propiedades irrelevantes del entorno, hecho que se va corrigiendo con la vivenviación de experiencias prácticas relacionadas con la tarea Por tanto, es fundamental que el jugador aprenda a identificar aquellos estímulos clave para ser eficaz y eficiente en su adaptación al entorno de juego. Asi. tai y como nos sugiere Gigerenzer (2008), es inclusa interesante ignorar las informaciones de poca transcendencia y centrarse en aquella Información que va a resultar relevante en el Juego, lo que va a facilitar, y por tanto hacer más ágil, el proceso de toma de decisiones Así el jugador experto es capaz de percibir mejor las informaciones importantes, de forma que es capaz de resolver situa­ ciones de juego nuevas y jamás vivenciadas. en lugar de por un cúmulo de re­ presentaciones mentales o esquemas motrices Por eso el entrenamiento de la velocidad (atendiendo al concepto de velocidad anteriormente explicado), debe respetar esta complejidad de estímulos y percepciones (externos e internos) que afectan la toma de decisiones, asumiendo que la vivenciación del Juego es nece­ saria para la identificación de estos estímulos y percepciones, y la mejora en el proceso de captación de información, entendida como atención. De esta forma, la descomposición del entrenamiento en diferentes niveles de especificidad, en lo que se refiere a la velocidad, podría mejorar en todo caso la velocidad de desplazamiento, pero si no se respeta esta ecología del entorno, difícilmente se modificarán las capacidades de interacción del futbolista con el mismo. Gibson propone el concepto de ‘affordance (posibilitador. o facilitador), en­ tendido como las oportunidades emergentes para la acción que se dan en la Interacción entorno-deportista, en función de las posibilidades de interacción de cada uno con el entorno y las propiedades del mismo. Así. en el fútbol, el éxito del jugador puede venir no sólo determinado por sus capacidades de acción, sino que dependerá en mayor medida de esta capacidad para captar las posibili­ dades de acción, en función de cuando un comportamiento es posible, o cuando no lo es En cambio, paradójicamente, la teoría de entrenamiento generalmente propone procesos de entrenamiento diferentes para cada caso Uno orientado a la modificación de las capacidades de acción del deportista (generalmente conceptualizadas cómo técnica y/o preparación física) y otro onentado a la capa­ cidad de percibir posibilidades de acción (generalmente conceptualizado cómo táctica). Como sugieren Fajen et. al (2009), los buenos deportistas no sólo son más rápidos, más altos, o más fuertes, sino que saben qué pueden hacer y qué no. y raramente intentan acciones que van más allá de sus límites. Por eso, no pode­ mos esperar que. por ejemplo, la mejora de una acción como la capacidad de dar
  • 33. un pase al primer loque con precisión en una situación descontextualizada del juego, se traduzca en una mejora en la capacidad de aprovechar esta capacidad en el juego, ya que necesariamente habrá un proceso de acoplamiento entre las nuevas características del deportista y su percepción del entorno y de las posibi­ lidades de acción que emergen en su interacción con el mismo, en lo que Fajen et al (2009) llaman (re-)calibración perceptual-motora De esta forma, la percep­ ción de las posibilidades de acción en unas determinadas condiciones será una de las características fundamentales del buen acoplamiento de los deportistas en el entorno competitivo, por lo que el entrenador deberá promover situaciones para que sus jugadores mejoren su capacidad de interacción con el entorno, de modo que no solamente respondan a situaciones con respuestas pre-estabieci- das. sino que dispongan de la oportunidad de captar y modificar las condiciones del entorno para favorecer sus posibilidades de interacción con el mismo Fajen et. al (2009) recogen algunas de las características de las “affordances" claves para entender el proceso de decisión y acción De esta forma, estos po- sibilitadores o facilitadores de la acción forman parte de la ontologia por lo que pueden ser especificados en patrones de estímulos de energía. Además no son inherentes al entorno, sino que dependen de la relación entre el deportista y el entorno Otra de las características fundamentales es la reciprocidad existente entre la percepción y la acción, por lo que la vivenciación de procesos de acción (‘técnica", "preparación física") y decisión ("táctica") por separado, no permiti­ rá respetar este continuum de retro-alimentación entre ambos. Así no podemos entender la acción como una causa de la decisión, como clásicamente se ha interpretado, sino que ambos procesos se encuentran constantemente ligados y mutuamente condicionados Estas posibilidades de acción han de entenderse siempre desde la perspectiva individual de cada jugador, de acuerdo con sus características y de sus posibilidades de interacción con el medio, por lo que deberemos respetar el principio de individualización del entrenamiento. Por todo esto, será básica no sólo la mejora de las capacidades de acción del futbolis­ ta. sino que será clave también la capacidad del futbolista de aprovechar de la forma más eficaz y eficiente posible sus posibilidades de interacción en aquel entorno. Pero para que esto se produzca, deberá respetarse la naturaleza de estos procesos, así como la ecología del entorno De esta forma en muchas de las metodologías integradoras, a pesar de sumar elementos presentes en el juego no se respeta este proceso de interacción del jugador con el entorno, y por esto a pesar de mejorar las capacidades de acción del deportista, no lo hacen en la misma medida su capacidad de mteractuar de forma eficaz y eficiente en el entorno competitivo, y esta capacidad de interacción será lo que condicionará aquello que entendemos por rendimiento.
  • 34. Posiblemente, ésta capacidad de interacción pierda importancia en otras dis­ ciplinas deportivas en que. debido a los bajos niveles de incertidumbre temporal y espacial, el deportista tiene gran facilidad para adaptar su comportamiento al juego Sin embargo, debido al elevado grado de Incertidumbre que caracteriza las acciones que se dan en el fútbol, difícilmente podrá el Jugador aprovechar sus capacidades de acción en el juego si no es capaz de adaptarse a las ca­ racterísticas cambiantes del entorno. Por ello, siguiendo el concepto propuesto por Jensen (1998). el sistema 'jugador-juego' funcionaría dominado por las inte­ racciones mediante sus componentes (jugador-entorno), dominando incluso las interacciones las dinámicas intrínsecas de los propios componentes del sistema por lo que debemos entender a jugador y entorno como un macro-sistema, en el que debemos mejorar las capacidades de interacción del jugador con aquel contexto específico Es importante también explicar el carácter dinámico de estas posibilidades do acción, que emergerán y desaparecerán en función de la constante evolución de las relaciones deportista-entorno Asi, tal y como parecen demostrar Passos et al (2008) o Duarte et. al (2010) el proceso de decisión-acción entre atacante- defensor responde a un proceso emergente de auto-organización en base a los flujos de información creados de los procesos de interacción entre ambos juga­ dores. Así. más que responder a acciones previamente definidas, los jugadores se van ajustando a las posibilidades que le ofrece el entorno Asi, los jugadores
  • 35. perciben una información que tes conduce a una acción (tal y como ha sido explicado recientemente) y este movimiento del deportista en forma de acción modifica la información presente en el entorno, lo que condicionará de nuevo la acción del deportista Por tanto, considerando todo esto, debemos pensar en las consecuencias que tendrá el hecho de separar los procesos de percepción y acción en el entrenamiento Debemos considerar que no es lo mismo para un jugador, tener la capacidad de realizar una acción (p.e. un pase on un entorno 'Invariable', en el que previamente se define la acción y tan sólo se pone el én­ fasis en los requisitos motrices de la misma) que tener la capacidad de interac- tuar y ajustar temporal y espacialmente los procesos de decisión-acción en un entorno dinámico. Asimismo, la creación artificial de patrones coordinativos (lo que clásicamente se ha entendido como técnica) ajustados a las necesidades de aquel entorno "invariable ", al ignorar algunos de los procesos perceptivos que condicionan el movimiento y en ocasiones promover poca variabilidad en la eje­ cución del mismo, pueden perjudicar la adaptabilidad de las coordinaciones del deportista al entorno competitivo o su capacidad para percibir las posibilidades de interacción con el entorno (Araújo, 2005) Por ejemplo, el hecho de practicar la conducción repetidamente sin oposición, sorteando unos conos, puede provo­ car que el jugador focalice su atención en el proceso de conducción de la pelota, creando aíractores de sus procesos de decisión-acción que compiten, entre la necesidad de adaptarse al entorno y percibir cierta información, y el patrón coor­ dinativo creado centrado en el proceso de conducción. De ésta forma puede que su atención se encuentre tan centrada en la conducción, que tenga problemas para adaptar la misma a los movimientos de los rivales, por lo que de poco le servirá conducir “bien Por todo esto debemos considerar la necesidad de diseñar entrenamientos que respeten las relaciones de interacción y de interdependencia existentes en­ tre ios procesos de decisión y de acción para la mejora de las capacidades adap- tativas en entornos complejos, más allá de la extendida creencia de que la ex­ plicación de los comportamientos a llevar a cabo por parte del jugador de forma independiente al juego va a ser suficiente para que éste, una vez almacenados todos estos conceptos, tenga la suficiente capacidad de adaptar su comporta­ miento motriz al entorno competitivo complejo. Así, modificando los diferentes condicionantes de la tarea, podemos incidir sobre variables importantes en la regulación del comportamiento adaptativo. como la presión temporal del mismo, aspectos socio-afectivos y emocionales (que serán analizados más adelante), o aumentar el número de conexiones nerviosas necesarias para ofrecer una respuesta eficaz y eficiente al aumentar la complejidad de la solución motriz, etc. lo que nos permitirá lograr estas nuevas coordinaciones que nos llevarán a un estado funcional superior. B21
  • 36. En este sentido autores como Araújo et al., (2006); Davids et al. (2008), con­ firman la tendencia en la emergencia de un u otro comportamiento dependien­ do de los condicionantes contextúales por lo que el entrenador deberá ofrecer unos condicionantes contextúales, es decir, una características de las tareas en función del espacio, número de Jugadores, norma especificas, etc que faciliten la emergencia de uno u otro comportamiento respetando los procesos de deci­ sión y acción anteriormente mencionados Por ejemplo si el entrenador quiere que sus jugadores aprendan a encontrar soluciones rápidas al juego en fase de posesión de la pelota, puede aumentar la densidad de jugadores reduciendo el espacio de juego, lo que facilitará la llegada de defensores a la zona próxima al poseedor, por lo que deberá aumentar la velocidad de juego de los jugadores del equipo en posesión de la pelota para conseguir ventajas numéricas o posiciona- les en el juego. En relación a la conciencia o no-conciencia del proceso de captación de infor­ mación Memmert (2009) explica como a través del proceso de auto-organización pre-consciente, la atención se dirige preferentemente hacia un u otro foco, antes de ser consciente de ello. Es curioso observar como la mayoría de gente piensa que los jugadores son perfectamente conscientes de lo que hacen, y eligen entre las diversas opciones de forma razonada, cuando ellos mismos son los encar­ gados de desmentirlo. Sin ir más lejos, una multitud de periodistas pregunta a Andrés Imesta (2009) tras el partido en Stamford Bridge, dónde marcó uno de los goles más importantes del pasado arto Andrés, ¿Qué has pensado cuando ibas a pegarle a la pelota? ¿Sabias que era el único sitio por el que podía entrar? I el jugador respondió; No lo sél Simplemente le he pegado con toda mi alma y ha ido allí!. Por ello, para conseguir mejorar la atención del jugador, debemos ofre­ cer al Jugador situaciones de entrenamiento en entornos complejos variables, que le hagan actuar lejos de su estado de equilibrio, buscando tareas en las que el comportamiento de los jugadores deje de ser eficaz y eficiente, para lograr nuevas reconfiguraciones mediante la auto-estructuración de los sub-sistemas que lo componen con el entorno. De la misma forma, en un deporte colectivo como el fútbol, no será suficiente el enfoque individual del entrenamiento, sino que será necesario la actuación si- nérgica de los diferentes futbolistas para mejorar la funcionalidad del equipo, por lo que deberemos estimular los procesos de captación de información producida fruto de la relaciones especificas de nuestros jugadores Es importante recalcar, que tal y como demuestra Passos (2008), una de las fuentes de Información más Importantes que gula a los deportistas hacia sus decisiones y acciones en de­ portes colectivos como el fútbol, son las informaciones que emergen fruto de las interacciones entre los Jugadores, por lo que sus posibilidades de interacción con el entorno competitivo serán específicas de las relaciones con sus compañeros Ul
  • 37. De este modo deberemos promover también la auto-organización del macro-sis- tema equipo, a través de situaciones de entrenamiento en las que entendiendo al conjunto de jugadores como una unidad funcional, se proporcionen tareas con unos condicionantes que promuevan la aparición del comportamiento deseado, tal y como se explicará más ampliamente en el apartado de metodología Al emerger las posibilidades de acción de los jugadores de las interacciones especificas que entre ellos se producen podemos entender que su rendimiento dependerá en gran medida del tipo de dichas interacciones. Un buen ejemplo de esta dependencia del contexto para el rendimiento es el debate creado entorno a la figura de Leo Messi SI bien en Barcelona nadie duda de que es el mejor juga­ dor del mundo, al viajar a Argentina para jugar con su selección, su rendimiento baja notablemente y los medios de comunicación se preguntan, ¿Por qué el Leo Messi del Barcelona es mejor que el Leo Messi de Argentina? Entonces es fácil entender que si las decisiones y acciones del jugador estuvieran basadas en representaciones mentales o programas motores, lo cuales no dependen del entorno en que se expresan, su actuación podría ser igualmente eficaz en uno y otro lugar. Sin embargo, al ser la información de las interacciones no-llneales en­ tre los jugadores y su entorno una de las fuentes de información más importantes que mueven a los jugadores nacía ciertos patrones de coordinación más que éstos modelos Internos basados en las experiencias de cada jugador (Passos, 2008), podemos entender que esta capacidad de Interacción con el juego será específica del tipo de relación que se produce entre los diferentes componentes del mismo Tal y como explica Lillo (2009) *estamos ante un juego colectivo en el que hay interacción con el resto, el otro me condiciona y yo condiciono al otro. Entre todos condicionamos el entorno y el entorno nos condiciona a nosotros. Todos somos seres condicionados y al mismo tiempo condicionadores” Asimismo, este cambio de perspectiva en el proceso de decisión-acción impli­ cara necesariamente otros cambios importantes en las características del proce­ so de entrenamiento Asi por ejemplo, si nos fijamos en la concepción clásica de que la respuesta a las situaciones de juego es elegida entre las diferentes opcio­ nes anteriormente aprendidas, en una relación Jerárquica entre el cerebro enten­ dido como “procesador central’ y el resto de estructuras, el papel del entrenador sería el de ‘cerebro’ del proceso de entrenamiento, presuponiéndole el conocer de las soluciones idóneas a las diferentes situaciones de juego, por lo que deberá ofrecer a sus jugadores el modelo ideal a reproducir en cada situación (Balagué y Torrents. 2005) Las claras limitaciones que presenta esta perspectiva a la hora de explicar, por ejemplo, la creatividad, la creación de nuevas soluciones al Juego sin la necesidad de recibir órdenes precisas que las describan, o la imposibilidad en el fútbol de abarcar todas las posibles combinaciones del juego por parte del entrenador, refuerzan la necesidad de buscar un modelo alternativo.
  • 38. Tal como proponen Baiagué. Hnstovski y Vázquez (2008) Araújo Davids y Hristovski (2006) y Araújo (2005). el deportista no será entendido como máqui­ na programable de forma externa que responde de forma lineal a los estímulos competitivos, sino que la solución a las diversas situaciones de juego emerge fruto de la compleja Interacción no-lineal entre los sub-sistemas del deportista y del entorno Las dinámicas de actuación de los jugadores emergen en función de las evoluciones de los condicionantes de Juego, por lo que en contextos dinámi­ cos como los propios del fútbol la toma de decisiones no puede ocurrir de forma previa a la acción De esta forma, en vez de un conjunto de episodios discretos relacionados con dilemas electivos, el proceso de decisión-acción se analizará como el direccionamiento y mantenimiento de un flujo continuo de comporta­ mientos en dirección a un objetivo Asi. un movimiento de! defensor facilita la aparición de un comportamiento por parte del delantero, y éste movimiento del delantero condiciona a la vez el movimiento del defensor, en un continuo proce­ so de Interacción entre los jugadores, lo que se irá reproduciendo a diferentes escalas por un proceso de interacción, en que pequeños cambios en escalas reducidas del juego (por ejemplo un uno contra uno) tienen efectos significati­ vos en el colectivo después de que hayan pasado a través de la emergencia y bucles de retroallmentación Así, un pequeño cambio puede modificar el com­ portamiento de todo el equipo e incluso modificar el tipo de interacción posterior entre los jugadores de un mismo equipo y de ambos equipos, a causa de lo que comúnmente se entiende como efecto mariposa En este sentido hablamos del juego como una realidad fractai, es decir, la estructura básica del juego se repite a diferentes escalas ínter-relacionadas Debemos entender pues la acción como algo más que una simple organiza­ ción de estructuras anatómicas, sino más bien como una interacción funcional entre el deportista y su entorno, con un determinado propó­ sito. que no puede ser de independien­ te del deportista que ia manifiesta, pues sistema cognitivo y sistema motor están firmemente ligados (Araújo. 2005), ni del entorno en que ésta tiene lugar (Van or­ den et. al. 2009), por lo que la decisión se
  • 39. verá condicionada a ia vez por las capacidades y características del deportistas, asi como por el entorno en el que se expresa (Fig 1 a) Percepción (Información) Acción (Movimiento) (Coordinación) V Objetivo Tarea Entorno Jugador Figura 1 a. Representación esquemática de los condicionantes del proceso de decisión-acción del deportista en su interacción con el entorno. Fuente: Araújo, 2005: Davids ot. al, 2008, Parece ser de esta forma que los sistemas dinámicos en movimiento son ca­ paces de explorar los condicionantes que les rodean e interactuar con ellos de forma que permiten la emergencia de patrones funcionales en entornos especí­ ficos (Araújo 2005). Estos estados funcionales no emergen de forma aleatoria, sino que se ven atraídos por unas coordinaciones preferentes de las sub-estruc- turas del jugador en interacción con el entorno (Davids et. al. 2008), expresadas como parámetros de orden (Torrents. 2005). Estos parámetros de orden serán las coordinaciones preferentes más o menos estables (que conceptualizamos cómo estados atractores del sistema) que exhibirá el sistema bajo la influencia de unos determinados condicionantes, que identificaremos como parámetros de control (Balagué, 2009) Los condicionantes reducen el número de comporta­ mientos disponibles, es decir, los grados de libertad del sistema para el cambio, por lo que la acción motriz emergerá fruto de la presión ejercida por los condi­ cionantes interactivos que presionan al sistema (Van Order et al, 2009). Asi el deportista evoluciona por los agrupamientos funcionales o estados coordinados
  • 40. que emergen de los grados de libertad disponibles, o por la estabilización de unas coordinaciones concretas. Por tanto, debido a la importancia de estos con­ dicionantes en el devenir de la acción motriz, es necesario analizar como pueden afectar algunos de ellos al ciclo de percepción-acción para poder evaluar asi como debe orientarse el proceso de entrenamiento. l.2.a-Condicionantes del deportista Hacen referencia a los condicionantes intrínsecos del deportista, como sus medidas antropométricas, sus motivaciones, sus emociones, etc. Los condicio­ nantes del deportista incluyen además los patrones habituales de pensamiento, de comportamiento, la pericia de deportista, etc (Araújo. 2005) Los deportistas que sean capaces de adaptar fácilmente sus patrones de coordinación a las múltiples fuentes de información disponibles en el entorno vanable. adaptando su comportamiento a las necesidades del entorno, serán los que conseguirán un mayor rendimiento en una mayor cantidad de situaciones Generalmente és­ tos serán los deportistas con un mayor grado de desarrollo en el juego Asi. lo patrones coordinativos de acciones como el tiro o el pase, además de ser lo suficientemente estables para lograr la realización eficaz y eficiente del movi­ miento. deberán ser k> suficientemente flexibles para adaptarse a los requisitos del entorno (tal y cómo será ampliado en el capítulo de la fuerza) Por esto, para ejecutar bien la acción de pase, no será suficiente con realizar una gran cantidad de pases en condiciones similares, sino que el jugador deberá ser capaz de ajus­ tar de forma eficiente las acciones a las necesidades cambiantes del juego. l.2Mondic¡onanies del entorno Estes condicionantes hacen referencia a como se ínter-relaciona el deportista con el entorno con el que interactúa e Intercambia energía. Estos condicionantes pueden ser el terreno de juego, la temperatura, la luz. el público, etc. Además, en un deporte colectivo como el fútbol, debemos tener muy en cuenta la influencia de los movimientos de los jugadores del equipo propio y del equipo rival como condicionantes de la actuación individual del deportista (tal y como se verá de forma ampliada en próximos apartados)
  • 41. Otros condicionantes dei entorno muy importantes son los sociales o socio- afectivos, claves en entornos competitivos, y que afectan mucho a deportistas de disciplinas tan mediáticas como el fútbol Estos condicionantes ejercen una gran presión sobre el deportista, que en algunos casos se refleja en un aumento del rendimiento, pero en otros le afectan de manera negativa Es importante mencionar de todas forma que no podemos entender la exis­ tencia de una realidad independiente del observador El sistema nervioso no es solamente auto-organizador sino también auto-referente, de modo que la per­ cepción no puede ser entendida como la representación de una realidad externa, sino que debe ser entendida como la creación continua de nuevas relaciones de la red neuronal. Las actividades de las células nerviosas no reflejan un entorno independiente del organismo, por lo que no permiten la representación de un mundo existente de forma absolutamente extema (Capra. 1998) Asi pues po­ dríamos entender la realidad cómo una convención generada por nuestro siste­ ma nervioso para representar elementos de la naturaleza en el plano de la cons­ ciencia Por tanto, si no existe una realidad única, una verdad absoluta, parece obvio también que no existirá una solución única a cada situación de juego, y que la solución ideal a la situación dependerá de esta interpretación de la realidad De esta forma, la percepción, que será uno de los grandes condicionantes de la acción motriz en un constante ciclo de percepción-acción que determinará la evolución del juego, no será el reflejo de una realidad universal, sino que respon­ derá a la interpretación individual del futbolista en aquella situación
  • 42. l.2.c-Condicionante$ de la tarea Estos condicionantes, aunque propios del entorno en que se expresa el de­ portista, son más propios de la tarea específica que desarrolla el deportista. En el caso del fútbol, por ejemplo, un gran condicionante de la tarea será el hecho de no poder tocar el balón con las manos, asi como el resto de reglas específicas como el fuera de juego o el fuera de banda Pero tal vez como sugiere Araú- jo (2005). los condicionantes de la tarea más importantes sean la Información disponible en los contextos específicos de rendimiento en que el jugador debo Interactuar Los deportistas, como estructuras disipativas que son necesitan del intercambio de flujos de materia y energía con su entorno para auto-organizar las coordinaciones de sus sub-estructuras. El acoplamiento con las fuentes de ener­ gía específicas del entorno resulta clave para conseguir un alto rendimiento del jugador en dichas condiciones. Para la psicología ecológica (la cual enfatiza so­ bre el estudio de las relaciones sujeto-entorno más que en el estudio aislado del individuo) la distribución de la energía del entorno es necesariamente específica a los actos del medio ambiente y a las acciones del practicante en relación con el mismo (Araújo 2007). por lo que es importante este respeto hacia la ecología del entorno en el proceso de entrenamiento Así, se propondrán ejercicios con condicionantes similares a los que aparecen en competición, creando condicio­ nes para que lo jugadores aprendan hacia dónde direcclonar su atención, y afi­ nen su acoplamiento entre percepción y acción, permitiendo que sean cada vez más selectivos en relación a la Información a utilizar Se favorece que los jugadores perciban la información que les permita actuar, a la vez que estas acciones se realizan para continuar percibiendo cual es la vía más eficaz para mantener un comportamiento hacia un ob­ jetivo De esta forma, un defensor puede percibir un conjunto de variables (velocidad del delantero, pericia del jugador, etc.) que le atraen hacia un cierto compor­ tamiento y direccionamiento del cuerpo (p.e. si se trata de un jugador que normalmente sale jugando por el interior esta será la parte con mayor tendencia a cubrir por el defensor), mientras el delantero puede o no mo­ dificar su comportamiento en función de qué hace el defensor, y esta modificación del comportamiento del delantero puede alterar de nuevo el comportamiento del defensor en este ciclo continuo de percepción y acción e interacción entre jugador y entorno Además esto se producirá a diferentes escalas, de forma que los dos equipos interactua- rán en un constante proceso de co-adaptación
  • 43. 1,2,d-lnteracc¡ón entre condicionantes A pesar de la división hecha entre los diferentes tipos de condicionantes, ésta no es más que la simple ilustración de algunos de los factores que incidirán en la emergencia de uno u otro comportamiento en el deportista Estas categorías no determinan el comportamiento de una manera lineal, sino que, fruto del com­ plejo proceso de interacción entre las diferentes categorías de condicionantes y la presión que ejerzan sobre el sistema, emerge el comportamiento en dirección al objetivo de la tarea Figura 2.a: Ilustración de los condicionantes de la percepción y su interacción en el proceso de auto-organización. Como puede observarse en la figura 2.a dónde se ilustran algunos de ios condicionantes que Interactúan en el ciclo de percepción-acción del deportista, no queda clara la situación en algunos de ios casos de la situación de algunos de les condicionantes dentro de una u otra categoría De todas forma, esta clasi­ ficación puede ser útil a la hora de entender la relación de interdependencia que existe entre el jugador y el entorno (Araújo, 2007)
  • 44. I.2.e-Análisis de la influencia de algunos condicionantes importantes Propiocepción Tal y como nos sugiere Mourinho (citado por Tamarit 2007) hay una gran tendencia a observar ei músculo como un simple órgano generador de trabajo y no como un órgano sensible, cuando en realidad la información de la situación corporal de uno mismo es fundamental para el desarrollo del Juego. Es obvio que es imprescindible para actuar eficaz y eficientemente reconocer y ajustar nuestra posición en el juego, por lo que las capacidades adaptativas al juego de­ berían desarrollarse entendiendo al músculo como un órgano tam­ bién sensitivo Traoajado éste al unísono con el resto de estructu­ ras corporales, para mejorar las sinergias entre los distintos sub­ sistemas que conforman el juego Para Summers (2004) las futuras teorías de desarrollo motriz tienen el reto de integrar la información psicológica y fisiológica Además como nos sugiere Castelo (Ci­ tado por Tamarit. 2007) educar no es meramente desarrollar los músculos, sino aprender a comandar el cuerpo, por lo que esta propiocepción será no solo clave en la adaptación al juego, sino que será clave también a la hora de evitar lesiones En este sentido Damásio (2003) expone que el desa­ rrollo de las circuiterias cerebrales que representan al cuerpo en evolución y su interacción con el mundo parece depender de las actividades a las que el orga­ nismo se dedica. La robustez de las sinapsis neuronales, en lo que entendemos como fenómeno de plasticidad neuronal. dependerá de la vivenciación de flujos específicos de trabajo. Asi, el correcto funcionamiento de los músculos debería desarrollarse en especificidad a las tareas motrices que el jugador debe realizar en el juego De todas formas la relación entre la percepción del propio movi­ miento y la generación de movimiento, asi como su relación con la generación de lesiones, se analiza de forma más amplia en el capítulo de fuerza
  • 45. Coordinaciones La solución motriz a las situaciones de Juego que se dan en el entorno de competición emergerá en base al mencionado proceso de auto-organización en función de la percepción de los jugadores y las habilidades de acción La correc­ ta decisión no existe si no se ajusta a las habilidades coordinativas (o ‘técnicas*) del sujeto, de la misma forma que un gesto "técnico" no será eficaz si no se adapta al entorno competitivo, por lo que decisión y acción no pueden entender­ se como dos procesos jerárquicos, sino más bien como dos procesos ínter-de­ pendientes. Ahora bien estas coordinaciones entendidas clásicamente como el concepto de "técnica", modificaran las posibilidades del Jugador de relacionarse con el entorno, por lo que el Jugador, de acuerdo con lo que es capaz de ejecutar, tendrá unas u otras posibilidades de interacción con el entorno competitivo El desarrollo de estar coordinaciones será tratado en más profundidad al analizar la fuerza en próximos apartados Fatiga La fatiga es un condicionante más que no sólo modifica la percepción del en­ torno (Vivó, 2009), sino que repercute en las coordinaciones (Jáger et al, 2003). en las emociones (Lewis e l al, 2008), en la propiocepción (Shia-mei et. al 2008), etc Por tanto si entendemos la fatiga como un condicionante tan importante en el desarrollo del juego, que afectará a todas las facetas del mismo, incluida la toma de decisiones del jugador así como las acciones del Jugador, para mejorar la capacidad competitiva de los jugadores deberemos ofrecerles situaciones de entrenamiento en las que deban interaccionar con diversos estados de fatiga No tiene sentido pues entrenar la “técnica" evitando la fatiga, si después en el juego en el minuto 70 80 o 90 el Jugador tendrá que mantener estables sus coordinaciones pese a ésta y seguir ofreciendo soluciones ai juego Además es importante recordar el concepto de (re-)calibración perceptual-motora propuesto por Fajen et al (2009), según el cual podemos entender también que, al modifi­ car la fatiga las posibilidades de acción-interacción del futbolista con su entorno, es necesario estimular estas relaciones deportista-entorno en situaciones de fa­ tiga para que se produzca esta (re-)calibración perceptual-motora para este tipo de situaciones. De esta forma, no podemos entender el estado de forma como una simple optimización de las estructuras condicionales y bio-energéticas. sino que la fatiga actuará como un condicionante más en este proceso de auto-orga­ nización. tal y como se analiza en el capitulo de resistencia
  • 46. Exierocepción Las percepciones del entorno que tiene el jugador son clave para !a toma de decisiones y sus acciones en el juego Lo que el Jugador observa, escucha, o as energías que percibe del entorno guian mediante el proceso de interacción uepo .istñ-entorno. actuando como condicionantes o facilitadores, las diversas acciones de juego. Asi la percepción es entendida como la captación direc­ ta de las posibilidades de acción del individuo en un determinado ambiente, de acuerdo con el significado que los datos ambientales tienen para el Jugador (Vi- nagreiro, 2009). Em&cioncj Recientes avances en la neurociencia demues­ tran que las emociones y la cognición se encuentran muy conectadas en los procesos de aprendizaje y toma de decisiones El tra­ bajo de muchos autores ha ido en la linea de relacio­ nar los procesos cogmtivos y los procesos afectivos en y t° ma/ ? ^ ? CÍSÍÓn' ,ntentando va,°rar el peso de unas y otras. Autores como Zajonc (1980) interpretan cognición y emoción como dos procesos Independien­ tes Sm embargo, obras más recientes, como lazarus (1992) o Anand (1988) interpretan los procesos congnitivo-afectivos como ínter-dependientes que no pueden ser entendidos por separado (Fig, 3.a)
  • 47. Fig X Ilustración de la relación entro los procesos de cognición y emoción Fuente Immordmo-Yang & Damasio, 2007 Tal y cómo nos explican Immordino-Yang y Damasio (2007). el propósito ori­ ginal por el cual nuestro cerebro ha evolucionado es el de optimizar nuestra supervivencia Esta supervivencia no hace tan sólo referencia a la supervivencia ' vital" de la persona, sino también a su supervivencia en el ámbito social Asi las personas tenderán a modificar sus preferencias intentando anticipar aquello que les haga sentir píen después de su decisión, y minimizar asi la expectativa de sentimientos negativos, maximizando la de sentimientos positivos Entendiendo esto, deberíamos entender también que el rol que juega el entrenador es clave a la hora de crear las sinergias positivas entre los componentes del equipo El entrenador debe intentar que el jugador tenga como objetivo algo que al mismo jugador le satisfaga y que responda también a las necesidades colectivas, ya que de no ser así. su actuación puede verse atraída por dos polos antagónicos, o como decíamos anteriormente por dos atractores que compiten entre si. lo
  • 48. cual puede llevarle al fracaso de su acción Asi el entrenador debe lograr que los Jugadores perciban que la mejor forma de obtener beneficio propio es actuar por y para el equipo, para que éste también actúe por y para el jugador. En este sentido Mourinho (2009) al ser preguntado por como llega a construir un equipo contesta que Comienzo con construir una familia. El espíritu del equipo es el comienzo... Después llega la orga­ nización táctica" Tal y como explica Oscar Cano (2010b). "es imposible hacerles practicar a los jugadores un fútbol que no sienten, que no les conecta con sus capacidades. Eso sólo genera resistencias' En una misma dirección. Josep Guardiola (201 Oe) dice "Mi reto es que la idea que siento tan mía la transmita al vestuario. Se gana con muchos es­ tilos. no hay fórmulas mágicas. La solución es hacer lo que uno sien- ter No obstante, debemos tener presente que este sentimiento ha­ cia lo que se hace mantiene inevita­ blemente un vinculo importante con el juego Asi. es difícil pensar que la emotividad que siente el jugador hacia las propuestas del entrenador puedan arreglarse con excursiones a la montaña o juegos de coopera­ ción desvinculados completamente del juego Además. Luce, Bettman y Payne (1997) nos explican como las emociones negativas conllevan procesos de decisión más largos, lo que perjudicaría la ca­ pacidad de actuación bajo presión temporal que estamos intentando trabajar El entrenador, no debe ser sólo el encargado de diseñar las tareas de entrenamien­ to, o las alineaciones, sino que debe ser también un buen gestor de emociones. Tendrá un papel fundamental ayudando a la transmisión y creación de emocio­ nes (positivas y negativas) a determinados comportamientos de los jugadores ante las diversas situaciones del juego, lo que influirá en futuras situaciones similares Se facilitan asi ciertas decisiones del jugador, creando de esta forma ciertas regularidades que dotarán al equipo de una Identidad, colaborando a la coordinación de movimientos entre los jugadores, única forma a través de la cual podremos disponer de una actuación completamente eficaz en el juego
  • 49. rienciai Ya que los sistemas complejos parecen tener una sensibilidad extrema a tas condiciones iniciales del mismo, parece evidente que las expenencias previas vividas por un jugador condicionan prácticamente la totalidad del resto de condi­ cionantes como las coordinaciones, las emociones creadas por cada situación, la percepción que tenga el jugador del entorno, etc , lo que por extensión con­ dicionará la solución final a la situación de ]uego. Las experiencias vividas con­ dicionarán enormemente la solución de un jugador a cada situación de Juego, y serán determinantes en la creación del paisaje de atractores y la estabilidad de éstos, únicos en cada jugador, y por tanto a la respuesta particular quB pueda dar cada jugador Tal y como explica Monserrat (2007) la evolución selecciona aquellas estructuras de orden ya ensayadas por la naturaleza de acuerdo con principios ontológicos previos a la misma selección Será importante pues obser­ var las tendencias naturales de los jugadores. Son interesantes en este mismo sentido las declaraciones de Llllo (2009) “Cierto es que han de buscarse unas pautas preferenciales de conducta para que se asiente el colectivo pero al final hay unas pautas propias que cada uno ha ido construyendo en función de las experiencias adquindas y de sus capacidades Se va construyendo con el tiem­ po el jugador antes de que llegue a nosotros. Lo que ocurre es que en nuestra vanidad creemos que el mundo táctico de ese futbolista empieza cuando llega a nosotros" Instrucciones Aunque algunos preparadores basan el funcionamiento de su equipo en un cú­ mulo de instrucciones sobre el funcionamiento del mismo, no podemos entender las instrucciones más que como unos condicionantes sobre el comportamiento de los |ugadores y del equipo. En este sentio. varios estudios (Florack y Hart- mann. 2007: Hodges y Franks 2002, Wulf y Prinz. 2002; Citados por Torrents, 2005) parecen indicar que los tipos de Instrucciones dependiendo de si se focali­ zan sobre los aspectos positivos o negativos de la acción o dependiendo de si se focalizan sobre el movimiento en si mismo o en los efectos del movimiento (foco interno o extemo), condicionan significativamente la respuesta del jugador. Asi parece ser que las instrucciones que pretenden descnbir y guiar el mo­ vimiento de los sujetos interfieren incluso negativamente en el aprendizaje, por lo que se propone que se exploren las posibilidades o que se den instrucciones relacionadas con el resultado de ese movimiento sobre el medio Por ejemplo, más que describir la “técnica’’ ideal de golpeo al balón de forma que el |ugador
  • 50. tenga que intentar reproducirla, seria recomendable intentar que el jugador des­ cubra por medio de las expenencias vividas por las diferentes tareas propuestas cual es su modelo ideal (tal y como se verá ampliamente en el apartado de fuerza) Los mismos estudios previamente citados exponen ademas que las ins­ trucciones verbales para cambiar o corregir respuestas no suelen ser estimulo suficiente para promover la inestabilidad necesaria que requiere un cambio en la dinámica del sistema Siguiendo un poco es esta linea, Oliveira et al (2006) critican el carácter mayo- ritariamente prescriptivo de las órdenes que da el entrenador, entendiendo que él manda y que los Jugadores deben obedecer al milímetro, intentando volver lineal algo que no lo es, por lo que se acaba limitando la capacidad de intervención del jugador sobre lo inmediato, disminuyendo asi la flexibilidad y adaptabilidad de su comportamiento al entorno, modificando su potencialidad creativa, tal y como se verá en apartaoos posteriores. En un deporte como el fútbol existen una cantidad tan grande de grados de libertad (p.e trayectorias de recorrido de un jugador, posiciones en el campo, posibles pases, etc.), que para que exista coordinación entre los jugadores, és­ tos grados tienen que ser coaccionados para que emerjan asi patrones de co­ ordinación interpersonal Se trata de fomentar el acoplamiento entre si de los jugadores a través procesos comunicativos entrelazados a través de sus ciclos de percepción-acción Debemos tener en cuenta que las órdenes actúan como parámetro de control especifico del sistema (Van Orden et al. 2009), es decir, pueden limitar su comportamiento. El entrenador debe prestar especial atención a dichas órdenes y a como las da, para cuidar que las instrucciones no limiten demasiado los grados de libertad del sistema haciéndolo menos flexible o adap- tativo Intenciones La Intenciones han sido consideradas por las ciencias cognitivas como la causa del comportamiento es decir, las personas seleccionan de acuerdo con procesos mentales qué hacer en función de cual es su objetivo. Pero esta expli­ cación parece como mínimo Incompleta a la hora de abarcar la explicación de algunos comportamientos tal y como explican Van Orden et. al (2009), ¿Cómo se crean las intenciones7 ¿Cómo es posible que surjan movimientos nuevos en los deportistas jamás observados? ¿Cómo se explica asi la creatividad en el juego? Tal y como explican estos autores, estas preguntas tienen difícil respues­ ta mediante la ciencia cogmtiva clásica Por esto, tal y como sugiere Balagué
  • 51. (2009), las intenciones pueden entenderse como parámetros de control especí­ ficos, es decir, actuando como atractores intencionales, lo que puede actuar a favor del deportista, ayudándole a estabilizar un comportamiento inestable o a captar cierta información importante, pero puede perjudicarle también atrayendo su comportamiento hacia uno que no es el suyo natural o el idóneo para aquel momento. Por esto debemos Ir con mucho cuidado a la hora de fijar objetivos y dar instrucciones ya que éstas pueden actuar en contra de las coordinaciones naturales del sistema y por tanto actuar en contra de la funcionalidad del mis­ mo, Entorno Bajo esta perspectiva, el objetivo para la adquisición de competencias es en­ tender la naturaleza de las propiedades del flujo de trabajo perceptivo-motor que surge de la interacción entre el cuerpo y el medio ambiente en lugar de atribuir todo el control al cuerpo (McDonald et, al. 1989, Citados por Vinagreiro. 2009) De esta forma, este modelo ecológico pone el énfasis en las capacidades de auto-organización a través de la interacción del propio cuerpo con el ambiente, otorgando a las intenciones y la cognición un papel minimizado (Singer 2000 Citado por Vinagreiro, 2009). Para la psicología ecológica la distribución de la energía del medio ambiente es necesariamente específica a los actos del medio ambiente y a las acciones del practicante en relación con él Por tanto no pode­ mos pretender formar a nuestros jugadores mediante situaciones de contextos inespecificos o invariables, basándonos en procedimientos cognitivos esperan­ do que éstos tengan luego una transferencia a contextos específicos y variables en los que el jugador deberá interactuar, tal y como proponen algunos modelos de entrenamiento I.2.I- La creatividad como herramienta clave en el comportamiento adaptativo. La creatividad puede que sea uno de los principales rasgos distintivos de los mundialmente reconocidos como estrellas del fútbol La creatividad conceptuall- zada como la capacidad del jugador de producir trabajo que sea a la vez original, inesperado, apropiado y eficaz en el entorno en que se expresa es probable­ mente. no sólo una de las más apreciadas cualidades por el público, sino una de las mejores opciones de los jugadores y del equipo para aumentar el nivel
  • 52. tie Incertidumbre temporo-espacial en sus oponentes. El concepto de metaes- tabilidad parece relacionarse con la creatividad, siendo los jugadores creativos aquellos que están cerca del desequilibno. es decir, lo que son capaces de vivir y actuar 'al borde del caos' (Hristovski & Memmert 2008). En los sistemas di­ námicos parece que las gamas de conductas mas ncas se encuentran en las zonas de transición entre estados ordenados y desordenados, ya que ios siste­ mas demasiado desordenados (caóticos) o los sistemas demasiado ordenados puede que no sustenten capacidades de procesamiento de información, que en el caso del futbolista resultan clave en su interacción con el Juego. Asi lo Ju­ gadores creativos son aquellos que son capaces de percibir posibilidades de acción en el Juego que los demás san incapaces de identificar, bien por exceso W J p ^ r o cor'alia de as aracieristicas en !re (2000) explica que craks son fique- líos jugadores i- previsibles porque están en un pun . y to de desequilibrio y precisamente ^ É K por no haber sido sometidos a los " t .y ■ H p t procesos lineales con los que se ^ ~ 'f entrena, no se le ha destruido esa jj capacidad para responder como . . un sistema abierto, no lineal, y por •* eso muchas veces los jugadores de talento no hacen caso de sus entre- nadores y no nos hacen caso a nosotros, porque ven que no son válidos para lo que ellos necesi­ tan; son lo suficientemente inteligentes para rechazar las prácticas de continua repetición de situación invariable ante el estimulo que fuere, como nos han dado de forma inicial y originaria todas las formas do entrenamiento que vienen con una estructura partiendo del concepto mocanicista y del concepto de las teorías conductistas* En el estudio de ios sistemas dinámicos se apunta a que los sistemas en que el orden y el desorden coexisten resultan los mas adecuados para dar sustento a los procesos emergentes Este régimen de coexistencia permite la mayor ca­ pacidad y flexibilidad adaptativa a dichos sistemas De hecho, esta coexistencia de orden y desorden parece ser una condición fundamental y necesaria para la expresión espontánea de procesos creativos en la naturaleza El borde del caos puede entenderse pues como la zona en la que coexisten ambos estados y por lo tanto los sistemas situados en este balance manifestarían propiedades ligadas