El documento define el ciberacoso como el uso de Internet y dispositivos móviles para acosar psicológicamente a otros, y explica que puede causar inseguridad, agresión y conciencia malévola en los jóvenes, e incluso llevarlos al suicidio. Ofrece tres estrategias para prevenirlo: monitorear las redes sociales de los hijos, apagar el ordenador cuando se detecte acoso y asegurarse de saber quiénes son los amigos en línea.