(julio.2021) Nos han acostumbrado solucionar nuestros problemas de salud con medicamentos. Hoy en día, entre médicos y pacientes, muy pocos se cuestionan por su verdadero origen de fondo. Por suerte cada día comienza a cobrar relevancia el hecho de que nuestras emociones tienen un efecto directo sobre nuestra salud y que nuestra alimentación tiene una conexión directa con dichas emociones, ya que todo es energía…
Producción original: Carlos Rangel
2. Sin la comprensión del orden del universo,
nadie podrá tener salud, libertad y felicidad
Michi Kushi (médico y filósofo oriental)
En cada parte del universo se contiene toda la
información presente en el Cosmos
David Bohm (físico)
Eres lo que comes
Precepto oriental
3. Nuestro cerebro es muy sensible a la presencia o ausencia en la sangre que lo nutre de ciertas
sustancias: alcohol, cafeína, la falta de glucosa o los estrógenos.
Las neuronas son las células de nuestro cuerpo más exigentes y más “gastadoras”, para trabajar
correctamente necesitan glucosa, oxígeno, vitaminas, minerales y aminoácidos, y no toleran las
porquerías (los tóxicos y las toxinas).
4. Nuestras respuestas emocionales residen en la amígdala del sistema límbico situado en la zona
central del cerebro que rodea el tallo encefálico. Cuando estamos atrapados por el deseo o la rabia,
cuando el amor nos enloquece o el miedo nos hace retroceder, nos hallamos en realidad bajo la
influencia del sistema límbico. Las personas con lesiones en la amígdala tienen alteradas las
emociones o carecen de ellas. Aunque normalmente controlamos con la mente la salida de los
estados emocionales, en ocasiones las respuestas emotivas son tan rápidas que nuestro cerebro
pensante (el neocórtex) no tiene tiempo de actuar.
5. Tanto nuestro sistema límbico como nuestro neocórtex están compuestos de millones de células
que son alimentadas por la sangre. La calidad de la sangre depende de la alimentación y del
funcionamiento de los sistemas de asimilación, transporte y eliminación.
Por lo tanto el equilibrio emocional depende entre otros factores del equilibrio alimenticio.
Por ejemplo, algunos aminoácidos procedentes de las proteínas dan lugar a neurotransmisores
(agentes de la comunicación entre las neuronas);
otros a neuropéptidos, que modulan
estos intercambios de información;
sin cinc carecemos de olfato;
el desequilibrio de ácidos grasos
perturba la visión;
sin glucosa no hay energía;
sin sodio no hay transmisión nerviosa.
6. Es curioso ver cómo cambia el carácter cuando se cambia de dieta. Hace mucho más una
buena dieta que algunos tratamientos psicológicos; en todo caso son dos herramientas
que se apoyan mutuamente.
No hay que olvidar que somos un todo y que tratar por separadamente el cuerpo de las
emociones no puede dar buenos resultados.
En la medicina oriental, los aspectos físico,
emotivo y mental son inseparables.
Las 5 emociones principales:
miedo, ira, alegría, compasión y aflicción
están ligadas a la energía de los 5 elementos:
agua, madera, fuego, tierra y metal
respectivamente.
7. El miedo al nacer, la ira o fuerza vital del
bebé, la alegría del adolescente, la acción
decidida y compasión del adulto y la
desposesión y aflicción del anciano.
Cada emoción corresponde al estado más
característico del ser humano en cada una
de las diferentes etapas de su desarrollo:
8. el miedo sano
Es la conciencia de nuestras propias limitaciones de habilidad, fuerza, circunstancias, etc., está
relacionado con el valor y la voluntad y nos permite reconocer el peligro, y de cara a éste
reaccionar apropiadamente. Está relacionado con el elemento agua. Las deficiencias de energía
de los riñones y la vejiga llevarán a la temeridad o a la timidez excesiva.
El miedo contrarresta la alegría y es
contrarrestado por la compasión,
que genera ira.
Mucha sal en la dieta, muchas proteínas o
complementos minerales en exceso pueden
bloquear la energía renal y acentuar el
sentimiento de miedo o estimularlo demasiado
produciendo temeridad (excesiva valentía).
9. la ira
Representa el instinto natural de llegar a ser algo, de vivir, de desarrollarse combatiéndolas limitaciones
ambientales de la misma forma que una planta se impulsa a sí misma a brotar a través de la tierra hacia
la luz, o que un polluelo rompe el cascarón. Sólo un crecimiento y desarrollo individual adecuados
pueden engendrar la firmeza y la confianza en uno mismo que unidas constituyen la alegría. La ira es
contrarrestada por la aflicción y contrarresta a la compasión. El elemento asociado a la ira es madera.
El hígado se encarga de la eliminación de
tóxicos. Una alimentación cargada de tóxicos.
Una alimentación cargada de tóxicos, alimentos
fritos, grasas, exceso de alimentos, etc., produce
irritabilidad e intolerancia que se manifiestan
con gritos, excitación y nerviosismo. A veces
estos nervios son internos y crean estados de
ansiedad que se manifiestan con malas
digestiones y a veces con úlceras.
10. la alegría de vivir
Depende del elemento fuego.
Una sobrecarga en las energías
del corazón, intestino delgado,
triple calentador y circulación,
se manifestará en forma de euforia con ciertas manifestaciones de histeria, con risas y palabras
demasiado efusivas y a destiempo. Mientras que una falta de energía produce tristeza (falta de
alegría), ansiedad y dificultad para hablar. En el ciclo generativo la alegría es la madre de la
compasión y en el ciclo de control es contrarrestada por el miedo.
Los alimentos que alteran la circulación de la sangre influyen en esta emoción. Carnes rojas, huevos,
lácteos, grasas y sal bloquean el sistema cardiovascular, el corazón trabaja en exceso y nos puede
llevar a la arrogancia. El exceso de alimentos expansivos como frutas, drogas, alcohol, excitantes y
vitaminas de síntesis debilitan los órganos del elemento fuego y nos puede llevar a una
sobreexcitación que alteraría con estados de tristeza.
11. la compasión
Es el sentimiento de “incluir el ambiente como parte de uno mismo, aceptar al extraño y hacerlo
cosa propia”, la perspicacia y la comprensión del saber hacer lo propio en cada momento, de
actuar con decisión, o del estómago conduce a la duda y a la desconfianza o a demasiada
perspicacia y desconfianza. La compasión, asociada con el elemento tierra, contrarresta el miedo,
es contrarrestada por la ira y engendra aflicción.
Los alimentos que hagan fluctuar bruscamente
el nivel de glucosa en la sangre como el azúcar
o los dulces nos pueden acentuar la duda y a
preocuparnos demasiado.
Demasiada bollería, alimentos muy
concentrados y los que aumentan la acidez
estomacal, pueden paralizar nuestra acción.
12. Extracto del libro El equilibro a través de la alimentación Sentido común, ciencia y filosofía
oriental. Olga Cuevas. 1999
El contenido de este mensaje y la mención de cualquier producto, servicio o terapia alternativos,
se comparten exclusivamente a modo de información.
Se sugiere consultar personalmente al profesional de la salud que se prefiera acerca de
cualquier decisión sobre tratamiento o atención.
De ninguna manera se recomienda la automedicación.