(abr.2021) No solamente el cerebro “piensa”. También lo hace –a su manera- el resto del cuerpo, cada órgano, cada célula. Los antiguos lo sabían pero la humanidad prefirió olvidarlo. Hoy lo estamos redescubriendo. Al hacer un esfuerzo genuino para cambiar, nos ayudará a alcanzar al menos a un estado neutral, en el cual tendremos más objetividad y ahorraremos mucha energía.
Producción original: Carlos Rangel
2. Los ancestros de las diferentes culturas del Planeta sabían que el cuerpo físico no solo siente,
sino que también piensa.
Por ejemplo, en el caso de los
ancestros de las tribus australianas,
cuando una persona enferma o ha
sido herida, la tribu entera se reúne
al alrededor del enfermo y le canta
pidiéndole perdón a la herida o la
parte afectada, la cual
automáticamente entra en remisión
y se dan curaciones milagrosas.
3. Lo mismo ocurre en las asombrosas curaciones de los Kahuna o
médicos-magos hawaianos. Éstos entran en comunicación directa con
la parte afectada pidiéndole perdón. En un acto de oración donde se
involucran ellos, el paciente y todas las vidas durante las cuales ellos se
han encontrado e involucrado con esa persona.
Y se dan curaciones
consideradas
milagrosas.
4. En el conocimiento ancestral Inca, todo es reciprocidad.
Uno enferma cuando se llena de energía pesada o
hucha, por tener actitudes egoístas y no dejar fluir el
sami o energía ligera.
Por ello, en las curaciones se pide a la parte del cuerpo
que se armonice con Pachamama (la Madre Tierra) y
permita que el bloqueo se equilibre, lo cual deriva en la
sanación del individuo
Y, efetivamente, la persona sana.
5. En el caso de los indios Lakota, en el norte del continente americano, se le habla al cuerpo para
informarle que una medicina va a curarlo.
A la medicina también se
le informa del propósito
para el que será utilizada.
Y, en conscuencia,
por absurdo que pueda parecer,
las personas sanan…
6. Tomando algunos casos de medicina tradicional de los antiguos,
se llega a una interesante conclusión:
Pero hoy en día los descubrimientos de la
ciencia, muy ajena a toda superstición y
especulación, nos dejan estupefactos…
Los ancestros aceptaban las partes de nuestro cuerpo como
un ser completamente inteligente y autónomo del cerebro.
Esto se llegó a tomar como franca superchería, especialmente
en los tiempos
recientes.
7. La sabiduría del cuerpo es un buen punto
de acceso a las dimensiones ocultas de la
vida: es totalmente invisible, pero
innegable.
Los investigadores médicos empezaron a
aceptar este hecho a mediados de los años
ochenta.
Anteriormente se consideraba que la
capacidad de la inteligencia era exclusiva
del cerebro, pero entonces se descubrieron
indicios de inteligencia en el sistema
inmune y luego en el digestivo.
8. LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA INMUNE
La Dra. Candace Pert descubrió (y luego lo
confirmaron otros científicos), que existen
tipos receptores inteligentes no sólo en las
células cerebrales, sino en todas las células
de todas partes del cuerpo (en un principio
les llamaron neuropéptidos).
Cuando comenzaron a observar las células
del sistema inmunológico, por ejemplo
Las que protegen contra el cáncer, las
infecciones, etc., encontraron receptores
de los mismos tipos que en el cerebro.
En otras palabras, las células inmunológicas del ser humano, las que nos protegen del
cáncer y de las infecciones, están literalmente vigilando cada pensamiento nuestro, cada
emoción, cada concepto que emitimos, cada deseo que tenemos.
9. LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA INMUNE
Cada pequeña célula T y B del sistema inmunológico, produce las mismas sustancias químicas
que produce el cerebro cuando piensa.
Esto lo hace todo muy interesante, porque ahora podemos decir que las células inmunológicas
son pensantes. No son tan elaboradas como lo es la célula cerebral, que puede hacerlo en
inglés, francés, alemán, castellano, ruso o cualquiera que sea el idioma del entorno cultural del
individuo, pero sí piensa, siente, se emociona, desea, se alegra, se entristece, etc.
Esto es la causa de enfermedades, del stress, del cáncer, etc.
Cuando la persona se deprime, las células
simpllemente entran en huelga y es justo
entonces cuando dejan pasar los virus
que se instalan en su cuerpo.
10. LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA DIGESTIVO
En el siglo pasado parecía absurdo hablar de inteligencia en los intestinos. Se sabía que el
revestimiento del tracto digestivo posee miles de terminaciones nerviosas, pero se les
consideraba simples extensiones del sistema nervioso, un medio para mantener la insulsa
tarea de extraer sustancias nutritivas del alimento.
Hoy sabemos que, después de todo, los intestinos no son tan
insulsos. Estas células nerviosas que se extienden por el tracto
digestivo forman un fino sistema que reacciona a sucesos externos:
un comentario perturbador en el trabajo, un peligro inminente, la
muerte de un familiar.
Las reacciones del estómago son tan confiables como los
pensamientos del cerebro, e igualmente complicadas.
11. LA INTELIGENCIA DEL HÍGADO
Las células del colon, del hígado y del estómago
también piensan, sólo que no con el lenguaje
verbal del cerebro.
Lo que llamamos reacción visceral es
apenas un indicio de la compleja inteligencia
de estos miles de millones de células.
En una revolución médica radical,
los científicos han accedido a una
dimensión oculta que nadie sospechaba:
las células nos han superado en
Inteligencia durante millones de años.
12. LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN
Muchos creen que la conciencia se origina únicamente en el cerebro.
Recientes investigaciones científicas sugieren, de hecho, que la conciencia
emerge del cerebro y del cuerpo actuando juntos.
Una creciente evidencia sugiere que el corazón
juega un papel particularmente significante en
este proceso. Esto es conocido como Unidad
Mente-Cerebro. Una creciente evidencia sugiere
que el corazón juega un papel particularmente
significante en este proceso.
13. LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN
Mucho más que una simple bomba, como alguna vez se creyó, el corazón es reconocido
actualmente por los científicos como un sistema altamente complejo, con su propio y
funcional “cerebro”.
Es decir, el corazón tiene un
“cerebro” o inteligencia propia.
Según nuevas investigaciones en
el campo de la Neurocardiología,
el corazón es un órgano sensorial
y un sofisticado centro para
recibir y procesar
información.
14. LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN
El sistema nervioso dentro del corazón (o el
“cerebro del corazón”) lo habilita para aprender,
recordar, y para realizar decisiones funcionales
independientemente de la corteza cerebral.
Aparte de la extensa red de comunicaciones
nerviosas que conectan al corazón con el
cerebro y con el resto de cuerpo, el corazón
transmite información al cerebro y al cuerpo
interactuando a través de un campo eléctrico.
15. LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN
El corazón genera el más poderoso y más extenso campo eléctrico del cuerpo.
El componente magnético es
aproximadamente 5000 veces más
fuerte que el campo magnético del
cerebro y puede ser detectado a varios
pies de distancia del cuerpo con
magnetómetros sensibles
Comparado con el producido por el
cerebro, el componente eléctrico del
campo del corazón es algo así como
60 veces más grande en amplitud, y
penetra a cada célula del cuerpo.
16. RECOMENDACIONES:
Al Respirar con Actitud, uno se enfoca en su corazón y en el plexo solar mientras respira con
una actitud positiva. Automáticamente, el corazón armonizará la energía entre el corazón,
mente y cuerpo, incrementando la conciencia y la claridad.
Las investigaciones del Instituto HeartMath
sugieren que Respirar con Actitud es una
herramienta que ayuda a sincronizar el corazón,
la mente y el cuerpo para darle una coherencia
psicofisiológica más poderosa.
Al usar esta técnica regularmente -unas 5 veces
al día- se desarrolla la habilidad para realizar un
cambio de actitud durable.
17. LA TÉCNICA DE RESPIRAR CON ACTITUD
1. PRIMER PASO
Inhalar - enfocando la atención en el corazón.
Exhalar - enfocando la atención en el plexo
solar. (unos 10 cm hacia abajo del corazón,
justo debajo del esternón, donde se unen los
lados derecho e izquierdo de la caja torácica).
Practicar la inhalación a través del corazón y
exhalar a través de la caja torácica durante 30
segundos o más para ayudar a anclar nuestra
atención y nuestra energía en ese lugar.
18. LA TÉCNICA DE RESPIRAR CON ACTITUD
2. SEGUNDO PASO
Una vez que nuestra atención está centrada en la caja torácica,
después de por lo menos 30 segundos…
Escogemos alguna actitud o pensamiento
positivo para inhalar o exhalar durante los
siguientes 30 segundos o más.
Por ejemplo, podemos inhalar una actitud
de aprecio y exhalar una de atención.
19. LA TÉCNICA DE RESPIRAR CON ACTITUD
3. TERCER PASO
Seleccionamos actitudes para respirar que nos ayuden a
compensar las emociones negativas y de desequilibrio
causadas por las situaciones que estemos atravesando.
Respiramos profundamente con la intención de dirigirnos
hacia el sentimiento verdadero de esa actitud positiva.
Es decir, no racionalizarla, sino experimentar la conexión
al sentirla.
Por ejemplo, podemos inhalar una actitud de misericordia
y exhalar una actitud de equilibrio, o podemoss inhalar
una actitud de amor y exhalar una actitud de compasión.
20. Se sugiere practicar diferentes combinaciones de actitudes que cada uno desee desarrollar.
Por ejemplo, se puede decir en voz alta Respiro Sinceridad, Respiro Fortaleza, Respiro Tranquilidad,
Respiro Gratitud o cualquier otra actitud o sentimiento que se desee o se necesite.
Aún si al principio no sentimos un cambio en nuestra
actitud, hay que tener paciencia. Debemos recordar
que Roma no se hizo en un día….
El simple hecho de hacer un esfuerzo genuino para
cambiar nos ayudará a alcanzar, como mínimo
beneficio, al menos un estado neutral, en el cual
tendremos más objetividad y ahorraremos mucha
energía.
¡COMPROBADO!