Un infarto cerebral isquémico es conocido popularmente también como trombosis cerebral, se da cuando un coágulo de sangre obstruye el flujo de una arteria del cerebro. Es el mismo concepto que ocurre cuando se da un infarto en el corazón, solamente que en este último caso da mucho dolor, falta de aire, entre otros; y en el cerebro generalmente no hay dolor, pero el paciente generalmente se desorienta, no puede hablar, quiere decir una palabra pero no sabe cómo expresarla, no puede mover un brazo o una pierna por un periodo prolongado, tiene desviación de la expresión facial, puede ser que no coordine y que vea doble, y en casos extremos puede tener dolor de cabeza Los síntomas van a depender de la arteria del cerebro que se vea afectada. prácticamente cualquier persona la puede sufrir, desde niños hasta adultos. “Pero es más común en pacientes que tienen factores de riesgo, tales como el fumado, la hipertensión, la diabetes, problemas cardíacos particularmente arritmias, la obesidad, antecedes familiares y la edad cuando se es mayor de 50, Generalmente no conlleva dolor las personas no lo detectan de forma temprana, “entre más pase el tiempo menos probabilidades de tratamiento y recuperación durante y después del infarto. Si el paciente consulta antes de las 4 horas y media de que empezaron los síntomas hay posibilidad de poner un medicamento en la vena que le disuelve el coágulo y queda sin consecuencias. Entre las consecuencias permanentes están los problemas del habla o problemas de movilidad en algunas áreas del cuerpo. “Es importante que la gente sepa que antes de que se de el evento, el paciente puede experimentar una isquemia cerebral transitoria que es como un prederrame, le quiso dar y se le quitó… Pero esa es la antesala para que la persona busque ayuda y busque al neurólogo porque en cualquier momento se puede presentar.