Dentro de los programas de los partidos que comparecerán a los comicios del 26J, el de Podemos es el mas irreal y utópico.

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EL PROGRAMA DE PODEMOS.
Manfred Nolte
Con un milimétrico mimo de la imagen, la formación política Podemos ha
puesto en circulación su programa electoral replicando el catálogo de productos
que habitualmente buzonea la multinacional de muebles IKEA. La razón del
formato elegido la ha dado Carolina Bescansa, Secretaria general del Grupo
Podemos en el Congreso de los Diputados. “Los programas electorales” –ha
explicado la Sra. Bescansa- “acostumbran a ser esos textos que los partidos
políticos tardan mucho tiempo en elaborar pero luego nadie lee. El sentido de
nuestra presentación quiere revertir esa tendencia y nos gustaría que nuestro
programa electoral fuera el más leído de la democracia”.
El catálogo que puede obtenerse de forma gratuita en la red o en copia impresa
al módico precio de 1,80 euros más gastos de envío, es un primor de
presentación y en verdad que es fácil de leer. Al menos en su primera parte –la
que ocupa mayor espacio gráfico en la publicación- ya que los anexos en letra
pequeña titulados “Queremos, sabemos, podemos” siguen el formato tradicional
de enumeración sucesiva de las propuestas (394). El documento se cierra con
una memoria económica en la que el movimiento de Pablo Iglesias se confronta
(benchmark) con el Programa de Estabilidad 2016-2019 que el gobierno del
partido popular presentó el pasado mes de abril. Con esta metodología
comparativa el documento electoral de Podemos trata de concretar
numéricamente sus propuestas y mostrar su viabilidad económica.
De los 10.000 ejemplares impresos, la venta online se agotó la misma noche de
la presentación. Es posible, en consecuencia, que el propósito adelantado por
Carolina Bescansa se lleve a término y que el programa electoral de Podemos
sea el más leído de la democracia.
Este prólogo aparentemente benévolo no puede ocultar sin embargo el
diagnóstico que merece el conjunto global del programa, y el contenido

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particular de sus 394 propuestas de las que la mayoría son de naturaleza
económica o se relaciona directamente con ella. Y es que, a pesar de las
sucesivas rebajas aplicadas a los objetivos de Pablo Iglesias desde las elecciones
europeas, -la más reciente una reducción de 30.000 millones en la Inversión
pública en la legislatura- el programa electoral de Podemos sigue siendo,
utilizando la más complaciente de las expresiones, utópico e incongruente.
No quiere ello decir que determinadas propuestas aisladas de índole cualitativa
como la desaparición de los paraísos fiscales o el afloramiento de la economía
sumergida, no puedan y aun deban suscitar adhesiones. Pero el granel de la
política económica que Podemos propone para su aplicación inmediata en
España tras una teórica victoria electoral de sus siglas es heroico e inviable.
Veamos. Iglesias incrementará el gasto público en 60.000 millones de euros
durante la próxima legislatura. Este aumento del gasto se financiaría con unos
ingresos adicionales de 54.000 millones, mediante la subida de los tramos del
IRPF a partir de los 60.000 euros con un tipo marginal del 55% para rentas
superiores a los 300.000 euros, la equiparación de las fiscalidades del ahorro y
del trabajo, aumentando las primeras (10.000 millones), devolviendo el tipo de
Sociedades al 30%, eliminando de paso las deducciones existentes (14.000
millones) y luchando contra el fraude(10.000 millones). Así la recaudación
ascendería a 538.000 millones en 2.019, en torno al 50% del PIB, un ratio
parejo con los estándares del tramo alto de países europeos. El mero aumento
del gasto haría crecer a la economía española a un ritmo medio anual del 3,5%, y
no al 2,5% previsto por Rajoy de tal manera que merced a la confianza generada
con sus presupuestos expansivos, solo por el efecto multiplicador, el PIB
aumentaría en 14.100 millones más. Esta elevación de la imposición directa
compensaría la reducción del IVA que recortará la recaudación pero que
quedaría aliviada subiendo al 25% el tipo de IVA de los "artículos de lujo".
El catálogo predice que el paro bajará al 11% en los próximos cuatro años. Esto
supondría reducirlo a la mitad desde el 21% actual creando 700.000 empleos
más que el PP. También aumentará el gasto en pensiones en 2.000 millones en
una primera etapa devolviendo a los 65 años la edad de la jubilación. El plan
también afecta a los impuestos de Patrimonio y Sucesiones reduciendo su
importe exento, derogando bonificaciones y uniformizando las normativas de
todas las autonomías. También prevé incrementar las inversiones públicas en
sanidad, educación y dependencia, introducir una Renta Garantizada, elevar el
salario mínimo y derogar tajantemente las dos reformas laborales y las últimas
de las pensiones, devolviéndonos a la estructura laboral de las últimas décadas.
Por su parte, este megaplan de gasto contravendría el calendario previsto con
Bruselas para el déficit publico, sin que la opinión de la Comisión importe en
exceso y sin reparar en la dificultad de acceder a los mercados internacionales
para incrementar la deuda, que –dicho sea de paso- será parcialmente auditada
en lo que corresponde al rescate de la Banca española. En ningún caso Podemos
secundará los ajustes prometidos por Montoro a la Unión Europea bajo
amenaza de multa y los 8.000 millones (son 25.000) que pide Bruselas entre
este año y el próximo los ahorrará, pero tal vez entre 2018 y 2019.
Se rompen así todos los moldes y estimaciones de organismos internacionales,

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se derriban las reformas estructurales y se abstrae de realidades actuariales y
demográficas flagrantes aupando de golpe los parámetros de excelencia del país
al de otros sin paro y con una industrialización y desarrollo a la cabeza del
mundo como es el caso de los países nórdicos.
Por decirlo de forma resumida el programa de Pablo Iglesias ignora cualquier
supuesto medianamente pragmático y conduciría en ultima instancia a la salida
del Euro, alternativa que en las raíces y orígenes de su formación no solamente
no se descarta sino que se alienta. Aliento que se refuerza con el manifiesto
talante euroescéptico de su formación coaligada Izquierda Unida.
¿Como puede suceder que un personaje perspicaz e inteligente como Pablo
Iglesias ose dinamitar los cauces de la lógica económica y abrazar un conjunto
de declaraciones biensonantes per0 descabelladas? En la respuesta a esta
pregunta se halla el meollo y corazón de la interpretación certera del fenómeno
Podemos. Y es que al Sr. Iglesias la viabilidad del programa que propone le es
profundamente indiferente. Porque el líder de la coalición Unidos Podemos
juega a politizar la economía en lugar de que sea el juego económico el que
marque los tiempos políticos.
A pesar de su reciente auto reubicación social demócrata la casilla ideológica de
la formación morada no admite dudas. Para eso está YouTube: se halla en la
izquierda radical, anti-sistema, antiglobalización y neo-marxista cuyo objetivo
primario consiste en la eliminación y superación del capitalismo.
A pesar de ello Pablo Iglesias detesta reconocerse de izquierdas, o marxista o
comunista porque sabe que ese espacio ofrece dividendos reducidos. Para el
líder madrileño, lo relevante no es ser o no de izquierdas, sino ser o no
demócrata, un concepto utilitarista y mediático como vía para alcanzar el poder.
Como no hay sitio para los extremismos hay que conquistar el espacio central
por elevación, por ejemplo en la social democracia. O cualquier cosa que se le
parezca. Iglesias confiesa que “sin la maquinaria del poder institucional, carece
de sentido centrarse en zonas que pudieran alienarnos de la mayoría que no está
en la izquierda. Y sin alcanzar la mayoría no podríamos librar las batallas
discursivas, interviniendo en las políticas públicas”. Hay –según Iglesias- dos
instancias: el camino mediático hasta alcanzar el control de las Instituciones “y
luego, el momento del Estado”. Hay que reconocer, por lo demás, que en el
milagroso blanqueo de la marca Podemos hacia la centralidad socialdemócrata,
Pedro Sánchez ha jugado un papel estelar difícilmente recompensable.
Lo decisivo, en consecuencia, es alcanzar el poder con el señuelo de la
moderación apelando a un concepto ‘democrático’ de nuevo cuño cuyo objetivo
final es “desbancar el régimen dominante y la superestructura financiera del
ideario neoliberal absolutamente dominante”. De la mano del neo marxista
Ernesto Laclau, uno de los ideólogos favoritos del político madrileño, diseña un
populismo fácilmente secundable que consiste en dividir la sociedad en dos
campos: los demócratas, que son los de abajo que deben movilizarse contra los
de arriba que constituyen la casta antidemocrática excluyente y liberal.
Recuerda en esto al ‘libro rojo’ de Mao: ‘Pueblo’ en el libro rojo solo eran los
miembros y seguidores del partido comunista chino revolucionario. Los demás
eran carne de revolución.

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Del ‘populismo’ de Laclau es fácil saltar a la demagogia. Lo decía Iglesias en el
reciente debate mantenido en la televisión con Albert Rivera: “los candidatos
hacemos lo que nos pedís”. O sea que el candidato promete lo que el ciudadano
quiere escuchar con tal de alcanzar el poder. Aunque sea flor de un instante,
castillos en el aire o largas sumas de cifras que nunca cuadrarán. Lo decisivo es
captar el poder. Después vendrá la hora del estado.
NOTA: EL PROGRAMA DE PODEMOS PUEDE OBTENERSE GRATUITAMENTE EN LA SIGUIENTE
DIRECCION DE LA WEB OFICIAL DE PODEMOS:
http://lasonrisadeunpais.es/programa/
RESUMEN DEL PROGRAMA ELECTORAL DE ‘PODEMOS’.
Para las elecciones del 20 de diciembre, Podemos contemplaba un incremento del gasto de
96.000 millones a lo largo de la legislatura, a un ritmo de 24.000 millones por año. Podemos
pasa ahora por elevar el gasto en 60.000 millones durante la legislatura. Estas son las
principales medidas que proponen:
IRPF y fiscalidad patrimonial
Podemos asegura que hay margen para subir el IRPF a las rentas altas y propone fijar tipos
incrementados a partir de 60.000 euros. La idea sería establecer nuevos tramos en los niveles
altos y aprobar un gravamen marginal máximo del 55% para bases imponibles superiores a
300.000 euros. Actualmente, el tipo máximo del IRPF se sitúa en el 45%. El incremento de 10
puntos supondría el mayor aumento jamás registrado. La formación de Pablo Iglesias asegura
que esta medida, junto con la supresión de beneficios fiscales como la reducción por
aportaciones a planes de pensiones y el incremento a las rentas del capital permitiría recaudar
algo más de 10.000 millones adicionales. Podemos considera que hay que elevar la presión fiscal
sobre la riqueza y propone reformas que permitan que el impuesto sobre el patrimonio y los
impuestos sobre sucesiones y donaciones ganen peso.
La reforma fiscal que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy rebajó del 30% al 25% el impuesto
sobre sociedades. Podemos aboga por volver a la situación inicial y elevar nuevamente el tipo
hasta el 30%. En su propuesta, las pymes mantendrían un gravamen reducido del 25% que se
aplicaría para los beneficios reinvertidos productivamente en la empresa
La banca desempeña un papel relevante en la reforma fiscal de Podemos, Por un lado, la
formación propone que España sea pionera e implante ya el impuesto sobre transacciones
financieras que 11 países, entre ellos España, defendieron en el seno de la Unión Europea.
Además, propone un impuesto extraordinario a los beneficios de la banca. Una figura fiscal que
persigue que “el sector contribuya a la devolución de la deuda contraída por el Estado para
sufragar las ayudas que ha recibido de la UE en forma de rescate”.
Renta garantizada
Las personas con menos recursos tendrán una renta garantizada: quienes se encuentren por
debajo del umbral de pobreza monetaria cobrarán un mínimo de 600 euros, cifra que
aumentaría en función del número de hijos o personas en el hogar hasta un máximo de 1.290
euros. Además, la formación morada promete una “renta complementaria” que cobrarían los
trabajadores peor remunerados.
Auditoría de la deuda
Frente al impago anterior,(deuda odiosa), el programa electoral contempla una auditoría de la
deuda centrada en los préstamos recibidos a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad
(MEDE) para ayudar a las entidades financieras. En el sector privado, Podemos contempla
facilitar mecanismos para fijar quitas y establecer la dación en pago.
Déficit público

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Podemos no rechaza que el déficit público debe reducirse, sin embargo, defiende que la senda de
consolidación fiscal sea menos exigente. Así, frente a la obligación vigente de rebajar el déficit al
3,6% del PIB este año, Podemos propone un límite del 4,3% del PIB.
Jornada laboral
Podemos defiende reducir la jornada máxima de 40 a 35 horas semanales. Sin embargo,
reconoce que ello no se puede hacer de golpe y lo plantea de forma progresiva. También,
promete eliminar los incentivos al empleo a tiempo parcial.
Empleo
La formación de Pablo Iglesias asegura que si llega a La Moncloa, derogará la reforma laboral.
Ello implica encarecer el despido, reforzar la causalidad del despido por causas económicas y
fortalecer el papel de los sindicatos.
Pensiones
Como en la reforma laboral, Podemos aboga por la derogación de las normas aprobadas por el
anterior Gobierno de Mariano Rajoy también por el de José Luis Rodríguez Zapatero. Defiende
indexar las pensiones al IPC y que la edad de jubilación quede fijada nuevamente en los 65 años.
Recortes
El programa de Podemos asegura que es factible revertir los “recortes sociales iniciados en
2010”. La idea es que en 2017 se recuperen los niveles nominales de gasto en educación y
sanidad que se registraron en 2009. Ello implicaría un gasto adicional en ambas áreas de unos
9.000 millones.
IVA
La única rebaja fiscal que contempla Podemos es en el IVA, un tributo que, en su opinión, tiene
un componente regresivo que el partido de Iglesias pretende limitar. Así, propone que los
suministros básicos (gas, luz o electricidad) tributen al tipo reducido del 10% frente al 21% que
aplican actualmente. La misma rebaja se aplicaría sobre el llamado IVA cultural.