3. Mateo 13:16 Pero bienaventurados vuestros
ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque
oyen. 17 Porque de cierto os digo, que
muchos profetas y justos desearon ver lo que
veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo
oyeron.
Ven: STRONG y VINE G991 βλέπω blepo; un
verbo principal; para mirar; tener cuidado,
mirar, percibir, al respecto; observar, discernir,
percibir.
4. Mateo 7:3 ¿Y por qué miras la paja que está
en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la
viga que está en tu propio ojo?
5. Mateo 24:4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad
que nadie os engañe. 5 Porque vendrán
muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el
Cristo; y a muchos engañarán.
6. Lucas 21:8 El entonces dijo: Mirad que no seáis
engañados; porque vendrán muchos en mi
nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo
está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.
7. Colosenses 2:8 Mirad que nadie os engañe
por medio de filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo, y no
según Cristo.
8. Marcos 4:24 Les dijo también: Mirad lo que oís;
porque con la medida con que medís, os será
medido, y aun se os añadirá a vosotros los
que oís.
9. Lucas 8:18 Mirad, pues, cómo oís; porque a
todo el que tiene, se le dará; y a todo el que
no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.
10. Marcos 8:15 Y él les mandó, diciendo: Mirad,
guardaos de la levadura de los fariseos, y de
la levadura de Herodes.
11. Marcos 13:8 Porque se levantará nación
contra nación, y reino contra reino; y habrá
terremotos en muchos lugares, y habrá
hambres y alborotos; principios de dolores son
estos. 9 Pero mirad por vosotros mismos;
porque os entregarán a los concilios, y en las
sinagogas os azotarán; y delante de
gobernadores y de reyes os llevarán por
causa de mí, para testimonio a ellos.
12. 2 Juan 1:7 Porque muchos engañadores han
salido por el mundo, que no confiesan que
Jesucristo ha venido en carne. Quien esto
hace es el engañador y el anticristo. 8 Mirad
por vosotros mismos, para que no perdáis el
fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis
galardón completo.
13. Lucas 7:44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón:
¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me
diste agua para mis pies; mas ésta ha regado
mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con
sus cabellos. 45 No me diste beso; mas ésta,
desde que entré, no ha cesado de besar mis
pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas
ésta ha ungido con perfume mis pies. 47 Por lo
cual te digo que sus muchos pecados le son
perdonados, porque amó mucho; mas aquel
a quien se le perdona poco, poco ama.
14. Juan 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que
venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
15. 1 Corintios 3:10 Conforme a la gracia de Dios
que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica
encima; pero cada uno mire cómo
sobreedifica.
16. 1 Corintios 8:9 Pero mirad que esta libertad
vuestra no venga a ser tropezadero para los
débiles. 10 Porque si alguno te ve a ti, que
tienes conocimiento, sentado a la mesa en un
lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es
débil, ¿no será estimulada a comer de lo
sacrificado a los ídolos? 11 Y por el
conocimiento tuyo, se perderá el hermano
débil por quien Cristo murió.
17. Efesios 5:15 Mirad, pues, con diligencia cómo
andéis, no como necios sino como sabios, 16
aprovechando bien el tiempo, porque los días
son malos.
18. 1 Corintios 10:11 Y estas cosas les
acontecieron como ejemplo, y están escritas
para amonestarnos a nosotros, a quienes han
alcanzado los fines de los siglos. 12 Así que, el
que piensa estar firme, mire que no caiga.
19. Gálatas 5:15 Pero si os mordéis y os coméis
unos a otros, mirad que también no os
consumáis unos a otros. 16 Digo, pues: Andad
en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la
carne.
20. Filipenses 3:1 Por lo demás, hermanos, gozaos
en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros
las mismas cosas, y para vosotros es seguro. 2
Guardaos de los perros, guardaos de los
malos obreros, guardaos de los mutiladores
del cuerpo.
21. Colosenses 4:17 Decid a Arquipo: Mira que
cumplas el ministerio que recibiste en el
Señor.
22. Hebreos 3:12 Mirad, hermanos, que no haya
en ninguno de vosotros corazón malo de
incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13
antes exhortaos los unos a los otros cada día,
entre tanto que se dice: Hoy; para que
ninguno de vosotros se endurezca por el
engaño del pecado.
23. Hebreos 12:25 Mirad que no desechéis al que
habla. Porque si no escaparon aquellos que
desecharon al que los amonestaba en la
tierra, mucho menos nosotros, si
desecháremos al que amonesta desde los
cielos.
24. Hechos 1:9 Y habiendo dicho estas cosas,
viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una
nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando
ellos con los ojos puestos en el cielo, entre
tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a
ellos dos varones con vestiduras blancas, 11
los cuales también les dijeron: Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este
mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros
al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al
cielo.
25. Apocalipsis 1:11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el
primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y
envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso,
Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. 12
Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y
vuelto, vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de los
siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre,
vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido
por el pecho con un cinto de oro. 14 Su cabeza y sus
cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve;
sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al
bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz
como estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su diestra
siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos
filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su
fuerza. 17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él
puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el
primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas
he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. […]