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4
Staff
Moderadora
Rashel Melbourne
Traductores
Riku Jones
Anii Maldonado
Angelline Ramos
Miriam Hernández
Belitza Troconiz
Sol Torruella
Hiram J.
Romyss
Makaεїз
Cami Montenegro
Guillermina Lopez
Angie Koncurat
Cami Russmann
Rashel Melbourne
Correctores
Cami Montenegro
Miriam Hernández
Guillermina Lopez
Anii Maldonado
Angelline Ramos
Andre Perez
Romyss
Hiram J.
Belitza Troconiz
Riku Jones
Virginia Salinas
Angie Koncurat
Rashel Melbourne
Rubén Thogo
Revisión y
Edición
Rashel Melbourne
5
LIBROS ESCRITOS POR RICK RIORDAN
Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro uno:
El ladrón del rayo
Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro dos:
El mar de monstruos
Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro tres:
La maldición del titán
Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro cuatro:
La batalla del laberinto
Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro cinco:
El último héroe del Olimpo
Los archivos del semidiós
Percy Jackson’s Greek Gods, ilustrado por John Rocco
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El ladrón del rayo: La novela gráfica
El mar de monstruos: La novela gráfica
La maldición del titán: La novela gráfica
Las crónicas de Kane libro uno:
La pirámide roja
Las crónicas de Kane libro dos:
El trono de fuego
Las crónicas de Kane libro tres:
La sombra de la serpiente
Guía de supervivencia de Las crónicas de Kane
La pirámide roja: La novela gráfica
Los héroes del Olimpo libro uno:
El héroe perdido
Los héroes del Olimpo libro dos:
7
El hijo de Neptuno
Los héroes del Olimpo libro tres:
La marca de Atenea
Los héroes del Olimpo libro cuatro:
La casa de Hades
Diario del semidiós
El hijo de Sobek
El báculo de Serapis
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Derechos de autor del texto © 2014 por Rick Riordan
Derechos de autor de ilustración © 2014 por John Rocco
Diseño de tapa por Joann Hill
Todos los derechos reservados. Publicado por Disney • Hyperion Books, imprenta de
Disney Book Group. Ninguna parte de este libro debe ser reproducida o transmitida
bajo ninguna circunstancia, formatos electrónicos y mecánicos, incluyendo
fotocopiado, o de ninguna clase de almacenamiento, sin el permiso de la editorial.
Para más información comuníquese con Disney • Hyperion Books, 125 West End
Avenue, New York, New York 10023.
ISBN 978-1-4847-0218-5
Visita www.DisneyBooks.com
www.percyjacksonbooks.comContents
9
Índice
Portada
Libros por Rick Riordan
Derechos de autor
Dedicatoria
Introducción
El comienzo y esas cosas
La era de oro del canibalismo
Los olímpicos patean algunos traseros
Zeus
Hesita escoge al soltero número cero
Deméter se convierte en Maizilla
Perséfone  se casa con su acosador
A Hera se le pierde un tornillo
Hades mejora su hogar
Poseidón se vuelve salado
Zeus los mata a todos
Atenea adopta un pañuelo
Tienes que amar a Afrodita
Ares, el macho MÁS macho
10
Hefesto me hace una llama dorada (en realidad no, pero realmente debería)
Apolo canta, baila y le dispara a la gente
Artemisa libera a los Cerdos de la Muerte
Hermes va al reformatorio
Dionisio conquista el mundo con una bebida refrescante
Epílogo
Listado de ilustraciones
Sobre el autor y el ilustrador
11
A mi padre, Rick Riordan, Sr., quien me leyó mi primer libro de mitología.
—R.R.
A mis héroes de la ilustración: N. C. Wyeth, Maxfield Parrish, Arthur Rackham y
Frank Frazetta
—J.R.
12
Introducción
Un editor en Nueva York me pidió que escribiera todo lo que sé sobre dioses griegos y
yo le dije "¿Podríamos mantenerlo en el anonimato? Porque no quiero que los
olímpicos se enojen conmigo otra vez". Pero, si les sirve de algo aprender sobre
dioses griegos y cómo sobrevivir a un encuentro con ellos si alguna vez se aparecen
frente a ustedes, entonces, creo que escribir esto será mi buena acción de la semana.
Si no me conocen, mi nombre es Percy Jackson. Soy un semidiós moderno — mitad
dios, mitad mortal, hijo de Poseidón — pero, no voy a decir mucho sobre mí. Mi
historia ya ha sido escrita en algunos libros que son pura ficción (guiño, guiño) y
donde yo soy únicamente un personaje de la historia. (cof — sí, seguro — cof).
Ténganme paciencia mientras les cuento sobre los dioses ¿si? Hay como millones de
versiones diferentes de cada mito, así que no se pongan en modo "¡Bueno, yo lo
escuché de otra forma, estás EQUIVOCADO!"
Voy a relatarles las versiones que creo tienen más sentido. Juro que no inventé nada de
esto. Tomé todas estas historias de las versiones que escribieron los antiguos tipos
griegos y romanos. Créanme, no podría inventar algo tan raro.
Entonces, aquí vamos. Primero les diré sobre la creación del mundo. Luego, enlistaré a
algunos dioses y les daré mi opinión de cada uno de ellos. Espero no hacerlos enfadar
al punto de incinerarme, oh no— ¡AGGHHHHHHHH!
Estaba bromeando. Sigo aquí.
Como sea, comenzaré con la historia griega de la creación que, por cierto, es bastante
confusa. Colóquense sus gafas de seguridad y sus impermeables. Habrá mucha sangre.
13
El comienzo y esas cosas
L PRINCIPIO, yo no estaba allí. Tampoco creo que los antiguos griegos
estuviesen ahí. Nadie tenia una birome y papel para tomar notas, entonces, no
puedo asegurar lo que sigue, pero puedo contarles lo que los griegos creen
que pasó.
Había prácticamente nada en el comienzo. Mucha nada. El primer dios, si pueden
llamarlo así, era Caos — una niebla espesa, sombría y melancólica con toda la materia
del cosmos flotando a su alrededor. Aquí hay un dato para ustedes: Caos literalmente
significa espacio vacío, en inglés, y no me refiero a la marca de ropa deportiva1
.
Eventualmente, Caos dejó de ser tan caótico. Quizás se aburrió de ser tan denso y
sombrío. Parte de la materia a su alrededor se solidificó, formando la tierra que,
desafortunadamente, cobró vida y desarrolló su propia personalidad. Se llamó a sí
misma Gaia, La Madre Tierra.
1
Juego de palabras entre “Gap” que significa espacio vacíoen español y “Gap” la marca de ropa deportiva.
A
14
Ahora bien, Gaia era la tierra en sí misma — las rocas, los acantilados, los valles, la
mismísima enchila. Pero, también podía tomar aspecto humano. Le gustaba caminar
alrededor del mundo —lo que significa, básicamente, alrededor de sí misma— en
forma de una mujer matriarcal con un ondeante vestido verde, cabello negro enrulado
y una sonrisa serena en su rostro. La sonrisa que escondía un temperamento asqueroso.
Eso lo verán muy pronto.
Luego de pasar un largo periodo de tiempo sola, Gaia observó la niebla llena de nada
que flotaba sobre la tierra y dijo: “¿Sabes lo que sería bueno? Un cielo. Realmente
apostaría por un cielo. Y sería muy bonito también que hubiera un hombre atractivo
del cual enamorarme, porque estoy un poco sola aquí abajo, en compañía de estas
rocas”.
O Caos la escuchó y cooperó, o Gaia simplemente lo deseó con fuerza suficiente para
hacerlo suceder. El cielo se formó sobre la tierra —un domo de protección que era
azul en el día y negro por la noche. El cielo se llamó a sí mismo Ouranos, otra forma
de escribir Urano. —Sí, no hay forma de pronunciarlo sin que la gente se ría2
.
Simplemente suena mal. No sé por qué no escogió un mejor nombre —como Matador
o José — pero eso podría explicar porque estaba siempre de mal humor.
Al igual que Gaia, Urano era capaz de tomar forma humana y visitar la tierra — lo que
era bueno, porque el cielo está muy arriba, y las relaciones a distancia nunca
funcionan.
En su forma física, se veía como un hombre alto, robusto y con cabello negro
medianamente largo. Vestía únicamente con un taparrabos y su piel cambiaba de
color. —A veces azul con estampado de nubes en sus músculos, a veces oscuro con
estrellas brillantes. Oigan, Gaia soñó que se vería así. No me culpen. En ocasiones,
verán dibujos suyos sosteniendo la rueda del zodiaco, representando las constelaciones
que cubren el cielo cada noche, por la eternidad.
Como sea, Urano y Gaia se casaron.
¿Felices para siempre?
No exactamente.
2
Ouranous en inglés suena igual que “urinario”.
15
Parte del problema fue que Caos se emocionó con sus creaciones. Pensó para su
espesa, sombría y melancólica persona: Oigan, Tierra y Cielo. ¡Eso fue divertido! Me
pregunto qué más puedo hacer.
Pronto, creó todo tipo de problemas —y, por problemas me refiero a dioses. El agua se
reunió fuera de Caos y se estancó en las partes mas profundas de la tierra, formando
los primeros mares que, naturalmente desarrollaron su propia conciencia — el dios
Ponto. Luego, Caos se volvió loco y pensó: ¡Ya sé! ¡Podría crear otro domo, al igual
que el cielo, pero debajo de la tierra! ¡Eso sería grandioso!
Por ello, otro domo apareció. Era oscuro, turbio y, en general, no muy agradable; dado
que permanecía oculto de la luz del cielo. Este era Tártaro, el Hoyo de la Maldad.
Como supondrán, luego de haber leído aquel nombre, cuando él formó su personalidad
divina, no ganó ningún concurso de popularidad.
El problema mayor era que ambos, Ponto y Tártaro se enamoraron de Gaia, lo que
puso un poco de presión en la relación de ésta con Urano.
Otro montón de dioses primordiales aparecieron pero, si intentara nombrarlos todos,
podría estar escribiendo por semanas.
Caos y Tártaro tuvieron un hijo (no me pregunten cómo, no tengo idea) llamado Nyx,
que era la materialización de la noche. De alguna forma, Nyx tuvo una hija sin ayuda
de nadie y la llamó Hemera. Era el día. Esas dos nunca se llevaron muy bien por que
eran tan diferentes como… bueno, ustedes me entienden.
De acuerdo con algunas historias, Caos también creó a Eros, dios de la procreación…
en otras palabras, mamitas diosas y papitos dioses pudieron tener muchos bebés
diosecitos. Otras leyendas dicen que Eros era hijo de Afrodita. Ya llegaremos a eso
más adelante. No sé qué versión sea la real pero, puedo afirmar que Urano y Gaia
comenzaron a tener hijos — con resultados bastante variados.
Primero tuvieron una tanda de doce —seis niñas y seis niños llamados Titanes. Estos
chicos se veían como humanos pero, eran mucho más altos y poderosos.
16
Ustedes pensarían que doce hijos serían suficientes para cualquier pareja ¿Verdad?
Digo, con una familia tan numerosa podrías armar tu propio reality show en la
televisión.
Además, una vez que todos los titanes hubiesen nacido, las cosas comenzaron a
complicarse en el matrimonio de Urano y Gaia. Urano comenzó a pasar mucho más
tiempo paseando por el cielo. No bajaba a visitar. Tampoco ayudaba a criar a sus
hijos. Gaia estaba resentida y ambos esposos comenzaron a pelear. Mientras los titanes
crecían, Urano les gritaba, actuando como un padre horrible.
Un par de veces, Gaia y Urano intentaron enmendar la relación. Gaia pensó que,
quizás, si tenían otra camada de niños, su esposo y ella se sentirían más unidos….
Lo saben ¿No? Fue una pésima idea.
Gaia tuvo trillizos. El problema: estos niños eran la definición de FEALDAD. Eran tan
grandes y poderosos como los titanes pero, brutos y con una terrible necesidad de
conseguir cera depilatoria. Lo peor era que cada uno de ellos tenía un único ojo en
medio de su frente.
A veces, se dice que hay caras que sólo una madre puede amar. Bueno, Gaia amaba a
estos niños. Ella los llamó Cíclopes y, eventualmente, los niños expandirían su raza,
teniendo varios otros hijos que son considerados cíclopes menores. Pero eso viene
mucho después.
Cuando Urano vio a los cíclopes trillizos, se espantó. — ¡Estos no pueden ser mis
hijos! ¡No se parecen a mí!
— ¡Ellos son tus hijos, holgazán! — le respondió Gaia, gritándole— ¡No te atrevas a
abandonarme para que los críe yo sola!
17
—No te preocupes, no lo haré —gruñó Urano.
18
Él desapareció envuelto en una tormenta y regresó con gruesas cadenas oscuras hechas
de cielo nocturno. Ató a los cíclopes y los tiró dentro del Tártaro, que era la única
porción de creación donde Urano no podría verlos.
Fue muy duro. ¿No?
Gaia gritó y lloró pero, Urano se negó a liberar a los cíclopes. Nadie se atrevía a
contradecir sus órdenes porque, para ese entonces, aquel díos estaba ganando
reputación como un tipo bastante escalofriante.
— ¡Yo soy el rey del universo! —bramó— ¿Cómo podría no serlo? Estoy literalmente
por encima de todo lo demás.
— ¡Te odio! —sollozó Gaia.
—Harás lo que yo ordene. Soy el primero y el mejor de los dioses primordiales.
—Yo nací antes —protestó Gaia—. Tú no estarías aquí si no fuera por mí.
—No me pongas a prueba —rugió Urano—. Tengo muchas otras cadenas de
oscuridad.
Como ustedes se pueden imaginar, Gaia inició un terremoto total pero, no sabía qué
más podría hacer. Sus primeros hijos, los titanes, se sintieron mal por su madre. No les
agradaba mucho su padre —Gaia siempre hablaba mal de él, por una buena razón.—
Pero, los titanes le tenían miedo a Urano y se sentían inútiles al no poder detenerlo.
“Tengo que mantener la calma, por los chicos”. Pensó Gaia. “Tal vez, podría intentar
solucionar las cosas una vez más”.
Ella organizó una tarde romántica —con velas, rosas, música suave, etc. Seguramente
usó magia antigua. Unos meses después, Gaia tuvo otro set de trillizos.
Como si necesitara mas pruebas de que el matrimonio con Urano ya había muerto…
Los nuevos niños eran incluso más monstruosos que los cíclopes. Cada uno de ellos
tenía cien brazos alrededor del pecho, como espinas marinas; y cincuenta pequeñas
cabezas apiñadas en sus hombros. Gaia los llamó Centímanos. Sin embargo, no tuvo
tiempo de darles nombres individuales. Cuando Urano los vio, los arrancó de los
19
brazos de su madre. Sin decir palabra alguna, los envolvió en cadenas y los arrojó al
Tártaro como si fueran bolsas de basura.
Claramente, el tipo del cielo tenía problemas.
Bueno, creo que eso es todo sobre Gaia. Ella lloró y gimió y causó tantos terremotos
que los titanes corrieron a ver que le ocurría.
— ¡Su padre es un completo ******!
No sé cómo lo llamó pero, tengo la sensación de que esa fue la primera maldición
jamás inventada.
Gaia explicó lo sucedido y alzó sus manos causando que la tierra se abriera a sus pies.
Invocó la sustancia más dura que pudo encontrar en sus dominios y la moldeó con su
ira, creando la primera arma de la historia —una cuchilla curva de casi noventa
centímetros. Le agregó una empuñadura de madera, realizada con la rama de un árbol
cercano, y les mostró su creación a los titanes— ¡Observen, mis niños! El instrumento
de mi venganza. ¡Lo llamaré guadaña!
Los titanes murmuraron: ¿Para qué es eso? ¿Por qué es curvo? ¿Cómo se deletrea
guadaña?
— ¡Que uno de ustedes de un paso al frente! — gritó Gaia—. Urano no merece ser el
rey del cosmos. Uno de ustedes lo matará y tomará su lugar.
Los titanes se miraron con incomodidad. — Entonces… explica todo ese asunto de
matar —dijo Océano. Era el mayor de los titanes pero, solía pasar el tiempo en mares
lejanos con el dios primordial del agua, a quien llamaba Tío Ponto—. ¿Qué significa
matar?
—Ella quiere que exterminemos a nuestro padre —acertó a decir Temis. Ella era una
de las más inteligentes y comprendió velozmente el concepto de castigar a alguien por
sus crímenes—. Hagamos que deje de existir.
— ¿Es eso posible? —preguntó su hermana Rea—. Creí que éramos todos inmortales.
20
Gaia gruñó, frustrada. — ¡No sean cobardes! Es muy simple. Toman este afilado
cuchillo y cortan a su padre en pequeños trozos, así no nos molestará más. ¡Quien lo
haga se convertirá en el nuevo gobernante del universo! Además, les cocinaré esas
galletas que tanto les gustan.
En tiempos modernos, tenemos un término para este tipo de comportamiento. Lo
llamamos psicópata. Sin embargo, en ese entonces, las reglas de comportamiento eran
considerablemente más flexibles. Quizás ahora te sientas mejor con respecto a tus
parientes, sabiendo que la primera familia en toda la creación fue, también, la primera
familia disfuncional.
Los titanes comenzaron a murmurar y a señalarse entre ellos diciendo—: Oye, tú
serías la mejor opción para matar a nuestro padre.
—No, creo que tú deberías hacerlo.
—Me encantaría matarlo pero, honestamente, tengo otras cosas que hacer, así que…
— ¡Yo lo haré! —dijo una voz.
El más joven de los doce se acercó al frente. Cronos era más pequeño que sus
hermanos y hermanas. No era tampoco el más inteligente, o el más fuerte, o el más
rápido. Pero, era quien más ansiaba tener poder.
Yo supongo que cuando eres el más pequeño entre doce hijos, siempre intentas llamar
la atención para que te noten.
El titán mas joven amaba la idea de dominar el mundo, especialmente, si eso
significaba convertirse en el jefe de sus hermanos. La oferta de galletitas tampoco le
molestaba.
Cronos medía aproximadamente dos metros con setenta centímetros, lo cual era poco
para un titán. No se veía tan peligroso como sus hermanos pero, el chico era realmente
deshonesto. Ya se había ganado el apodo de “El deshonesto” entre sus hermanos,
porque jugaba sucio en sus competencias y nunca estaba donde esperaban encontrarlo.
Tenía la sonrisa de su madre y el cabello negro, enrulado. Había heredado la crueldad
de su padre. Cuando Cronos te miraba, no podías adivinar si estaba a punto de
golpearte o de contarte un chiste. Su barba también era perturbadora. Él era muy joven
21
pero, ya se había dejado crecer el vello facial en una única púa que caía desde su
mentón, como el pico de un cuervo.
Cuando cronos vio la guadaña, sus ojos centellaron. Deseaba poseer esa cuchilla de
hierro. Comprendió cuánto daño sería capaz de hacer con el arma.
En lo que refería a matar a su padre — ¿Por qué no? Urano casi ni lo notaba.
Tampoco Gaia. Sus padres posiblemente no recordaban su nombre. Cronos odiaba ser
ignorado. Estaba cansado de ser el mas pequeño y de vestir esos estúpidos taparrabos
de titanes. —Yo lo haré —repitió—. Yo cortaré a nuestro padre.
— ¡Mi hijo favorito! —alabó Gaia—. ¡Eres impresionante! ¡Sabía que podría contar
contigo! Emm… ¿Cuál de todos eras tú?
—Cronos. —Forzó una sonrisa. Oigan, por una guadaña, galletitas y la oportunidad de
matar a alguien, Cronos era capaz de ocultar sus sentimientos—. Estoy honrado de
poder matar para ti, madre. Pero, voy a hacerlo a mi manera. Quiero que engañes a
Urano para que te visite. Dile que lo sientes. Dile que todo ha sido tu culpa y que vas a
cocinarle una cena especial para redimirte. Sólo has que venga esta noche y actúa
como si aún lo amaras.
22
23
—Ew —musitó Gaia—. ¿Estás loco?
—Sólo pretende —insistió—. Lo atacaré cuando tome forma humana y se siente a tu
lado. Necesitaré ayuda.
Se volteó hacia sus hermanos, que aparentemente sintieron un repentino interés en sus
pies. —Chicos —dijo Cronos—, si esto no funciona, Urano va a tomar venganza sobre
todos nosotros. No podemos cometer ningún error. Necesito que cuatro de ustedes lo
sostengan para asegurarnos que no escape hacia el cielo antes que yo lo mate.
Los demás titanes se mantuvieron en silencio. Probablemente estuvieran intentando
imaginarse a su pequeño hermano Cronos intentando atacar a su gran y violento padre;
no veían ninguna posibilidad de triunfar.
— ¡Vamos! —chilló Cronos—. Yo me encargaré de descuartizarlo. Cuatro de ustedes
estarán reteniéndolo. Cuando yo sea rey, recompensaré a esos cuatro. Le daré a cada
uno de ellos un rincón de la tierra para gobernar —norte, sur, este y oeste. Es una
oportunidad única en la vida ¿Quién está conmigo?
Las chicas eran demasiado astutas como para formar parte del plan. Se excusaron y
abandonaron el lugar. El mayor de los titanes, Océano, se mordió el pulgar, nervioso.
—Yo tengo que regresar al mar, para hacer… algunas cosas acuáticas, lo siento.
Eso solo dejaba a cuatro de los hermanos. Ceo, Jápeto, Crío y Hyperion. Cronos les
sonrió. Tomó la guadaña de manos de Gaia y probó el filo de la punta, pinchando su
propio dedo hasta que una gota de sangre dorada emanó. —Entonces, cuatro
voluntarios ¡genial!
Jápeto se aclaró la garganta. —Emm… en realidad.
Hyperion le dio un codazo a Jápeto. —Estamos contigo —prometió—. Puedes contar
con nosotros.
—Excelente —dijo Cronos. Esa fue la primera vez en la historia que un genio maligno
dijo “excelente”3
. Cronos les explicó el plan.
3
Referencia a personajes como Mr. Burns de Los Simpsons.
24
Esa noche, increíblemente, Urano apareció. Caminó por el valle donde solía
encontrarse con Gaia hasta que vio la imponente cena que descansaba sobre una mesa.
—Recibí tu nota ¿Enserio quieres disculparte?
—Absolutamente. —Gaia llevaba su mejor vestido verde, sin mangas. Su cabello
enrulado estaba adornado con joyas (que le resultaban fáciles de obtener, siendo la
madre tierra). Olía a rosas y jazmín. Se reclinó sobre un sofá bajo la tenue luz de unas
velas e invitó a su marido a acercársele.
Urano se sintió mal vestido con su taparrabos. No se había cepillado el cabello ni
nada. Su piel de noche era oscura y estaba cubierta de estrellas pero, probablemente
eso no contaba como una “corbata negra” para una cena elegante. Comenzó a pensar
que debería, al menos, haberse lavado los dientes.
¿Sospechaba? No lo sé. Recuerden, nadie en la historia del cosmos había
descuartizado a alguien aún. Él iba a ser el primero. Además, se sentía solo paseando
por el cielo. Su única compañía eran las estrellas, el dios del aire, Éter (quien era, de
hecho, un cabeza hueca) y Nyx y Hemera, madre e hija, quienes discutían todos los
amaneceres y atardeceres.
—Entonces, —las manos de Urano sudaban. Había olvidado que tan bella era Gaia
cuando no le estaba gritando— ¿Ya no estás enfadada?
—Para nada —aseguró ella.
—Y… ¿estás de acuerdo con todo eso de encadenar a nuestros hijos y tirarlos al
abismo?
Gaia presionó sus dientes con fuerza y forzó una falsa sonrisa. —Puedo aceptarlo.
—Bien —dijo Urano—, porque esos chicos eran realmente HORRIBLES.
Gaia palmeó el sofá. —Ven, siéntate conmigo, mi querido esposo.
Urano se acomodó a su lado. Tan pronto como se sentó, Cronos susurró desde detrás
de una roca—: ¡Ahora!
25
Sus cuatro hermanos saltaron desde sus escondites. Crío se había disfrazado de
arbusto. Ceo había cavado un hoyo para sí mismo y lo había cubierto con ramas.
Hyperion se había acomodado detrás del sofá (era un sofá enorme) y Jápeto intentaba
verse como un árbol, con sus brazos como ramas. Por algún extraño motivo, había
funcionado.
Los cuatro titanes atraparon a Urano. Cada uno lo sostuvo de un brazo o una pierna,
manteniéndolo recostado con el rostro contra el suelo. Cronos emergió de las sombras.
Su guadaña de hierro brillaba bajo las estrellas. —Hola, padre.
— ¿Qué significa esto? —protestó Urano—. ¡Gaia, diles que me suelten!
— ¡Ja! —Gaia se puso de pie—. No tuviste compasión de nuestros hijos, mí querido
esposo; tú tampoco mereces compasión. Además ¿Quién se pondría un taparrabos para
una cena elegante? ¡Estoy decepcionada!
Urano se retorció, en vano. — ¿Cómo se atreven? ¡Soy el rey del cosmos!
—Ya no. —Cronos alzó la guadaña.
— ¡Ten cuidado! Si haces esto, emm… ¿Cuál era tu nombre?
— ¡CRONOS!
—Por hacer esto, Cronos —dijo Urano—, ¡te maldigo! Un día, tus propios hijos te
destruirán y tomarán el trono, de la misma forma que estas haciéndolo tú, en este
momento.
Cronos rió. —Déjales intentarlo.
Dejó caer la guadaña. Cortó a Urano justo en… bueno ¿Saben qué? No tengo el valor
de decirlo. Si son hombres, imaginen el lugar más doloroso donde puedan lastimarte.
Exactamente. Justo allí.
Cronos siguió cortando mientras Urano aullaba de dolor. Fue algo así como la más
asquerosa escena de una película de terror de bajo presupuesto que puedan imaginarse,
con sangre por todos lados. —Con la diferencia de que la sangre de los dioses es
dorada, y se llama Icor.
26
Algunas gotas se derramaron sobre rocas cercanas. Era una sustancia poderosa y,
cuando nadie estaba viendo, algunas criaturas surgieron del Icor. — tres siseantes
demonios alados llamados Furias, los espíritus del castigo que, inmediatamente,
volaron hacia la oscuridad del Tártaro. Otras gotas de sangre celestial cayeron sobre
tierra fértil, de donde nacieron salvajes pero gentiles criaturas llamadas ninfas y
sátiros.
En realidad, había sangre de todos lados. En serio, esas manchas nunca pudieron ser
limpiadas de la camisa de Cronos.
—Bien hecho, hermanos —Cronos gritó, sonriendo de oreja a oreja, Su guadaña
chorreaba gotas doradas. Jápeto se sentía enfermo. Los demás reían y se palmeaban las
espaldas.
—Oh, mis niños —dijo Gaia—. Estoy tan orgullosa de ustedes ¡Haré galletas y
ponche para todos!
Antes que la celebración comenzara, Cronos reunió los restos de su padre y los
envolvió con el mantel. Quizás, resentido por la cobardía de su hermano Océano,
Cronos arrojó el paquete al mar. La sangre se mezcló con el agua y, bueno… ustedes
se imaginan lo que ocurrió.
Ahora seguro me preguntaran “Bueno, si mataron al cielo ¿Por qué cuando alzo la
vista aun puedo verlo?”
Respuesta: no tengo idea.
Supongo que Cronos mató únicamente la forma física de Urano. Entonces, la parte
celestial del cielo no puede aparecerse más sobre la tierra y reclamarla. Prácticamente
lo exiliaron al aire. Por lo tanto, no está exactamente muerto pero, ya no puede hacer
nada mas que actuar como un inofensivo domo cernido sobre el mundo.
Como sea. Cronos regresó al valle y los titanes estaban celebrando con una fiesta.
Gaia nombró a Cronos “Señor del universo”. Lo convirtió en una figura dorada de
coleccionista, con corona de oro y todo.
27
Cronos mantuvo su promesa y entregó a los cuatro titanes que ayudaron un rincón de
la tierra. Jápeto se convirtió en el titán del oeste. Hyperión obtuvo el este. Ceo tomó el
norte y Crío el sur.
Esa noche, Cronos alzó una copa de néctar, que es la bebida preferida de todos los
inmortales. Intentó mostrar una sonrisa confiada, como cualquier otro gobernante,
aunque, en el interior, le preocupaba la maldición de Urano —que algún día sus hijos
lo destronarían.
A pesar de eso, gritó—: ¡Disfruten, mis hermanos! ¡Hoy comienza una Era de Oro!
Si les gustan las mentiras, robos, traiciones y canibalismo, entonces, sigan leyendo
porque, esta fue, definitivamente, la era de oro de todo aquello.
28
La era de oro del canibalismo
L PRINCIPIO, CRONOS NO ERA TAN MALO. Tuvo que esforzarse para
convertirse en un asqueroso líder sin escrúpulos.
Liberó del Tártaro a los cíclopes y a los centímanos, alegrando a Gaia. Los
grandotes eran útiles. Habían pasado mucho tiempo en el abismo, aprendiendo a forjar
metales y trabajar la piedra (supongo que no tenían nada mejor que hacer allá abajo) y,
para demostrar su gratitud, le construyeron a Cronos un enorme palacio en la cima del
Monte Otris que, en ese entonces era la montaña más alta de Grecia.
El palacio estaba hecho de reluciente mármol negro. Altísimas columnas y vastos
salones resplandecían bajo la luz de antorchas mágicas. El trono de Cronos lo
esculpieron de un bloque de obsidiana, adornado con oro y diamante—sé que suena
impresionante pero, posiblemente fuera incómodo. A Cronos le daba igual. Se podía
A
29
sentar allí todo el día, inspeccionando el mundo debajo de él mientras decía en tono
maligno “¡Mío! ¡Todo es mío!”.
Sus hermanos titanes no discutían con él; ya se habían adueñado de sus territorios
preferidos —además, luego de haber visto a Cronos blandiendo la guadaña, no querían
hacerlo enfadar.
A eso de ser rey del cosmos Cronos le sumó el convertirse en titán del tiempo. No
podía aparecerse en cualquier época como Doctor Who ni nada de eso, pero era capaz
de ralentizar o acelerar el tiempo. Cuando te encuentras en medio de una clase
increíblemente aburrida que parece no terminar jamás, culpa a Cronos. O cuando tu fin
de semana se siente muy corto, eso también es culpa suya.
El titán estaba interesado especialmente en lo que respecta al poder destructivo del
tiempo. Él no podía creer lo que unos pocos años hacían a los mortales. Para
divertirse, solía viajar alrededor del mundo, acelerando la vida de árboles, plantas y
animales, viendo como se marchitaban y morían. Nunca se aburría de hacer eso.
En lo que a sus hermanos respecta, los cuatro que lo ayudaron a asesinar a Urano
recibieron los rincones de la tierra —lo que es raro, ya que los griegos creían que el
mundo era un circulo chato, como un escudo, sin esquinas. Pero, da igual.
Crío era el titán del sur. Adoptó el cuerno como su símbolo, ya que la constelación de
Tauro brillaba en el cielo del sur. Su armadura era de color azul marino, adornada con
estrellas. Los cuernos de su armadura sobresalían del yelmo. Crío era oscuro y
silencioso. Podía pararse en el extremo sur del mundo, observando las constelaciones
y pensando profundamente — o, quizás, simplemente pensaba en conseguir un mejor
empleo.
Ceo, el titán del norte, vivía en el lado opuesto del mundo (obviamente).
A veces lo llamaban Polo, porque controlaba el polo norte. Esto fue mucho antes que
Santa Claus se mudara allí. Ceo fue el primer titán en obtener el don de la profecía. De
hecho, Ceo significa “pregunta”. Podía hacerle preguntas al cielo y, a veces, el cielo
les susurraba las respuestas. ¿Aterrador? Sí. No sé si se comunicaba con el espíritu de
Urano o qué, pero sus predicciones eran muy útiles y los otros titanes comenzaron a
hacerle preguntas estúpidas como: ¿Cómo estará el clima el sábado? ¿A quién matará
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Cronos hoy? ¿Que debería lucir en la fiesta que organiza Rea? Ya saben, ese tipo de
cosas. Eventualmente, Ceo le transmitió el don de la profecía a sus hijos.
Hyperion, titán del este, era el más llamativo de los cuatro. Dado que la luz del día
aparece por el este cada mañana, él se llamó a sí mismo “Señor de la luz”. A sus
espaldas, todos lo llamaban Cronolito porque hacia todo lo que Cronos le decía.
Como sea, Hyperion se vestía con una llamativa armadura dorada que era famosa por
prenderse fuego esporádicamente. Era el alma de las fiestas.
En contrapartida, Jápeto era el más relajado. El titán del oeste. Un buen ocaso siempre
te hace desear resguardarte del frío y descansar. A pesar de eso, no quisieran que este
chico se enfadara con ustedes. Es un excelente luchador y sabe cómo usar una lanza.
Jápeto significa, literalmente, “el perforador” y estoy seguro que no recibió ese
nombre por perforar orejas para colocarles pendientes a las niñas en el centro
comercial.
El último hermano, Océano, escogió dominar el agua que rodeaba al mundo. Ahora
comprenden por qué toda esa masa líquida se llama océano. Podría haber sido peor. Si
Jápeto hubiese dominado ese territorio, hoy en día hablaríamos de “Jápeto Atlántico”,
“Jápeto Indico” y cosas así. Ahora lo entienden, no sonaría tan bien.
Antes de comenzar con las titanes femeninas, permítanme quitarme un último asunto
de encima.
Verán, eventualmente estos titanes comenzaron a pensar cosas como “Oigan, papá
tenía a Gaia por esposa ¿Con quién podríamos casarnos nosotros?” entonces, miraron
a sus hermanas y pensaron “Mmm…..”
Lo sé, lo sé. Seguramente están gritando “¡ESO ES ASQUEROSO! ¿Intentaron
casarse con sus hermanas?”
Sí. Yo también creo que es algo repugnante pero, piensen que los titanes no tenían el
concepto de una familia normal. Ellos ven las cosas de otro modo y, como ya les he
dicho, las reglas de comportamiento eran más permisivas en esa época. Además, no
tenían muchas otras opciones. No existía una web del estilo encuentrauntitan.com para
buscar a tu alma gemela.
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Es importante recordar que los inmortales son diferentes a los humanos. Viven para
siempre, o algo así. Tienen poderes geniales. Tienen icor en vez de sangre y ADN, así
que no les molesta mezclarse con otros miembros de su familia. Por todo eso, no ven
el matrimonio entre hermanos como un problema. Si fueran inmortales, ustedes y sus
hermanos, a pesar de haber nacido de una misma madre, dejarían de ser hermanos al
convertirse en adultos. Al menos, esa es mi teoría. Sino, tal vez los titanes sean
simplemente raros. Lo dejo a su criterio.
Volviendo al tema, no todos los titanes desposaron a sus hermanas. Sólo algunos.
La mayor era Tea. Si querías que te prestara atención, simplemente necesitabas poner
algo brillante frente a ella. Amaba las cosas brillantes y los paisajes escénicos. Cada
mañana, bailaba felizmente ante la salida del sol. Trepaba a las montañas sólo para
admirar el vasto paisaje. En ocasiones, excavaba para conseguir piedras preciosas que
luego pulía con su magia. Tea es quien dio lustre al oro y chispas a los diamantes.
Ella se convirtió en la titán de la claridad. Porque su vida podía ser resumida como
brillos y destellos.
Se casó con Hyperion, señor de la luz. Podrán imaginarse que se llevaban de
maravilla, aunque no comprendo cómo podían dormir con Hyperion brillando toda la
noche y Tea murmurando “¡Brilla! ¡Brilla!”
¿Qué pasaba con su hermana Temis? Era totalmente diferente. Una mujer tranquila y
pensativa que nunca intentó llamar la atención. Se vestía siempre con un largo manto
blanco que cubría incluso su cabello. Desde pequeña supo distinguir entre lo bueno y
lo malo, comprendiendo el concepto de justicia. Si alguna vez dudaba, pedía consejo a
la tierra. Sinceramente, no creo que se refiriese a Gaia. Esa señora no tiene ni idea de
lo que es bueno o malo.
Como sea, Temis tenía muy buena reputación entre sus hermanos. Solía mediar en los
peores argumentos. Se convirtió en la titán de las leyes de la naturaleza. No se casó
con ninguno de los otros titanes. Eso demuestra cuán sabia era.
Tercera hermana: Tetis. Prometo que es la última cuyo nombre empieza con “T”
porque, hasta a mí me confunden. Ella amaba los ríos, las aguas termales y cualquier
tipo de agua que fluyese naturalmente. Era muy amable y siempre ofrecía a sus
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hermanos algo para beber. Aunque a los demás les molestaba que ella siempre les
dijera que necesitaban veinticuatro grandes vasos de agua por día para no
deshidratarse. Tetis se consideraba a sí misma la enfermera del mundo, ya que todo ser
viviente requería agua. Se casó con Océano, un descerebrado. Imagino que habrá sido
algo así como “Oye ¿Te gusta el agua? ¡A mí también! ¡Deberíamos casarnos!”
Febe, la cuarta hermana, vivía en el centro geográfico del mundo que, para los griegos
se traducía como El Oráculo de Delfos — aguas termales sagradas donde podías oír
voces susurrándote el futuro, siempre y cuando estuvieses dispuesto a escucharlas. Los
griegos se referían a este sitio como “ónfalo”, lo que literalmente significa “el ombligo
del mundo”. Pero nunca especificaron si era un ombligo sobresaliente o hundido.
Febe fue la primera en comprender el método para escuchar voces en el oráculo. Pero,
ella no era de esas sombrías y misteriosas adivinas. Su nombre significa “brillo” y
Febe siempre veía el lado positivo de las cosas. Sus profecías eran como galletas de la
fortuna —sólo cosas buenas. Eso estaba bien, creo, si no querías escuchar las malas
noticias. Ahora bien, si tu intención era saber algo así como “¿Voy a morir mañana?”
ella te contestaría “Oh, yo preveo que no tienes que preocuparte por el próximo
examen de matemática”.
Febe se casó con Crío, el tipo del norte que también había recibido el don de la
profecía. Desafortunadamente, se veían poco ya que vivían muy lejos. Bonus: mucho
después, el nieto de Febe, un hombre llamado Apolo, se apoderó del oráculo ya que
también había heredado el don. A veces a Apolo le decían Febo Apolo.
La hermana titán numero cinco era Mnemosina — con mi dislexia tuve que escribir
eso como veinte veces hasta que me quedó bien; y quizás aún está mal. Estoy seguro
que se pronuncia algo así como NEMO-sina. Ella había nacido con memoria
fotográfica, mucho antes que alguien supiera lo que era una foto. Enserio, se acordaba
de todo— los cumpleaños, la tarea, sacar la basura, alimentar al gato. En cierto modo,
era algo bueno. Se hacia cargo de los datos familiares y jamás olvidó nada. En otro
sentido, tenerla cerca era una molestia ya que se la pasaba recordándote cosas. ¿Has
olvidado ese momento vergonzoso de cuando tenías ocho años? Ella se acordaba. ¿Y
el préstamo que te dio hace cientos de años y nunca le pagaste? Se acordaba. La peor
parte es que Mnemosina esperaba que todos tuvieran su memoria. Para ayudar a sus
hermanos, inventó letras y escritura para que los pobres cabezas huecas pudieran
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anotar cosas importantes. Mnemosina se convirtió en la titán de la memoria,
especialmente de la memorización. La próxima vez que tengas que estudiar para un
examen de gramática o de geografía (de esos donde tienes que aprender los cincuenta
estados y sus capitales), agradézcanselo a ella. Estoy seguro que fue su idea.
Nadie quiso casarse con Mnemosina. Imagínense el motivo.
Finalmente, hemos llegado a la hermana numero seis: Rea. Pobre Rea, era la mas
dulce y hermosa de las titanes. Lo que claramente significa que su suerte era pésima y
su vida muy dura. Su nombre significa “fluir” o “aliviar”. Cualquiera de las
definiciones sirve. Rea siempre fluía con la corriente y aliviaba a los demás.
Deambulaba por los valles de la tierra, visitando a sus hermanos y hermanas, hablando
con ninfas y sátiros que habían nacido de la sangre de Urano. Rea amaba a los
animales. Su favorito era el león. Si buscan imágenes de Lea, casi siempre está
rodeada de leones. Asumo que se sentía segura caminando, incluso, en los peores
vecindarios.
Rea se convirtió en la titán de la maternidad. Adoraba a los bebes y ayudaba a sus
hermanas a cuidarlos. Eventualmente la apodaron Gran Madre cuando tuvo sus
propios hijos. Desafortunadamente, para eso había tenido que casarse. Allí
comenzaron sus problemas. Todo iba bien hasta que ¿Qué pudo haber pasado? Gaia
pensó lo siguiente: le encantaba ver a sus hijos dominando el mundo y había decidido
retirare a la tierra y descansar. Había tenido ya dieciocho hijos. Merecía el descanso.
Confiaba en que Cronos se encargaría del asunto y seria un buen rey por siempre (si,
seguro). Conforme con lo que sucedía en la superficie, Gaia se tomó una siesta que, en
términos geológicos duro un par de milenios.
Mientras tanto, los titanes habían comenzado a tener sus propios hijos que eran la
segunda generación de titanes. Océano y Tetis, Sr. y Sra. Agua, tuvieron una hija
llamada Climent, diosa de la fama. Supongo que se interesó por los famosos porque
creció en medio del mar donde no sucedía absolutamente nada. Lo único que podía
hacer era leer revistas y ponerse al tanto de las novedades de Hollywood… o lo habría
hecho, si Hollywood existiera. Al igual que los adolescentes obsesionados con la
fama, ella se fue al oeste, enamorándose del titán que dominaba aquel territorio,
Jápeto. Sí, ya se. Técnicamente era su tío. Desagradable pero, como dije antes, los
titanes eran diferentes. Les recomiendo no darle muchas vueltas al asunto.
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Entonces, Jápeto y Climent tuvieron un hijo llamado Atlas, un excelente luchador y
también un patán. Cuando creció, se convirtió en la mano derecha de Cronos y en su
general.
Luego, Jápeto y Climene tuvieron un hijo llamado Prometeo, quien era casi tan
inteligente como Cronos. Según algunas leyendas, Prometeo inventó un tipo de ser
viviente inferior del que deben haber oído hablar —humanos. Un día, Prometeo estaba
aburrido junto al río, construyendo cosas con arcilla y esculpió un par de figuras de
aspecto chistoso que se parecían a los titanes pero, más frágiles. Tal vez, algo de
sangre de Urano se había mezclado con esa arcilla o, quizás, Prometeo sopló vida en
las figuras— No lo sé. Pero las figuras de arcillas cobraron vida y se convirtieron en
los primeros seres humanos.
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¿Le dieron una medalla por eso? Nah. Los titanes veían a los humanos de la misma
forma que nosotros vemos a los hámsteres. Algunos titanes, sin embargo, creyeron que
los humanos eran adorables, aunque morían muy rápido y no servían para nada. Otros
titanes pensaban que los humanos eran repulsivos. Algunos no les prestaban atención.
Mientras tanto, los humanos se escondían en cuevas e intentaban no ser pisados.
Los grandes titanes continuaron teniendo bebés titanes. No los nombraré a todos. SI lo
hiciera, podríamos estar aquí tanto tiempo como la siesta de Gaia. Sin embargo, Crío y
Febe, la pareja de las profecías, tuvo una niña llamada Leto, quien se convirtió en la
protectora de los pequeños. Algo así como la primera niñera de la historia. Todos los
titanes que eran padres la amaban.
Hyperion y Tea, Sr. y Sra. Brillantes, tuvieron gemelos llamados Helio y Selene. Ellos
estaban a cargo del sol y la luna. Tiene sentido ¿No? Es imposible brillar tanto como
esa familia.
Helio conducía su carruaje llevando al sol a través del cielo cada día, incluso si eso
sumaba muchas millas al vehículo. Helios se consideraba un hombre ardiente y tenia
el mal habito de llamar a su carruaje de sol “el imán de chicas”.
Selene no era tan llamativa. Conducía su carro de luna a través del cielo durante la
noche. Le gustaba la soledad aunque, una vez se enamoró. Ese fue el romance más
trágico de la historia. Pero lo cuento más tarde.
Un titán en particular no quería casarse ni tener hijos, Cronos, el rey del cosmos. Él se
sentaba en su trono del palacio en el Monte Otris, de mal humor, viendo como los
demás eran felices.
¿Recuerdan esa maldición de Urano que decía que, algún día, los hijos de Cronos lo
traicionarían? Bueno, Cronos no podía sacarse la idea de la cabeza.
Al principio, pensó que sería fácil y se dijo a sí mismo: “Simplemente no me casaré ni
tendré hijos”. Pero es doloroso estar solo cuando todos tus hermanos están formando
hermosas y felices familias. Cronos había ganado el trono justamente pero, esa
maldición arruinaba el orgullo de haber matado a su padre. Ahora, debía preocuparse
por no ser destronado mientras el resto de los titanes disfrutaban de la vida. Injusto.
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Sus parientes ya no lo visitaban. Desde que mamá Gaia estaba durmiendo, la cena
familiar de los domingos había sido cancelada. Todos ponían excusas, decían estar
ocupados. Cronos sospechaba que todos le temían, lo cual no era extraño. El chico
tenía el temperamento y la crueldad de su padre, la guadaña era intimidante y solía
gritar “¡Los mataré a todos!” cada vez que se enojaba. No era culpa suya.
Una mañana, Cronos se despertó sobresaltado. Había un cíclope martillando bronce
justo fuera del palacio ¡A las siete de la mañana de un domingo!
El líder había prometido a su madre que liberaría a los cíclopes y a los centímanos
pero, eran realmente molestos y se volvían cada día más feos. Olían como pañales
sucios, nunca se aseaban y se pasaban el día haciendo ruido —construyendo,
martillando, golpeando piedras. Habían sido de utilidad a la hora de construir el
palacio pero, ahora simplemente molestaban.
Un día, Cronos llamó a Atlas, a Hyperion y a algunos otros de la pandilla. Rodearon a
los cíclopes y a los centímanos. Les dijeron que iban a ir de paseo pero, los
encadenaron y los devolvieron al Tártaro.
Si Gaia despertaba se enfadaría — ¿Y qué? Cronos era el rey de todo. Mamá tendría
que aceptar su decisión.
Las cosas estaban tranquilas en el palacio pero al rey le molestaba no poder tener
novia. Especialmente, a la chica que le gustaba. Secretamente, se había enamorado de
Rea.
Ella era hermosa. Cada vez que la familia titán se reunía, Cronos la observaba. Si
notaba que algún otro titán coqueteaba con ella, los amenazaba con su guadaña.
Cronos amaba la risa de Rea. Su sonrisa era mas brillante que el imán de chicas de
Helios… quiero decir, que el carro del sol. El rey amaba como el cabello oscuro caía
sobre los hombros de la chica. Sus ojos eran tan verdes como cualquier prado y sus
labios… bueno, Cronos soñaba con besarla. Además, Rea era dulce y amable. Todos
la amaban.
Cronos pensó: Si tuviera una esposa así, mi familia no me temería tanto. Vendrían al
palacio mas seguido y me ayudarían a ser un buen titán ¡La vida seria mucho mejor!
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Pero, otra parte de el pensó: No, no puedo casarme por culpa de esa estúpida
maldición.
Cronos estaba frustrado. Era el rey del maldito universo. Podía hacer lo que quisiera.
Quizás Urano sólo intentaba asustarlo y no había ninguna maldición. A parte, quizás
nunca tendría hijos a pesar de estar casado.
Nota mental: Si no quieres tener hijos, no te cases con la chica que es la diosa de la
maternidad.
El rey intentó contenerse pero, no pudo. Invitó a Rea a una cena romántica y le
confesó sus sentimientos. Esa misma noche, pidió su mano.
No sé si Rea amaba a ese tipo o no. Si no lo hacia, imagino que tendría mucho miedo
de rechazarlo. Es decir, Cronos era un asesino, después de todo— quien mató a su
propio padre, el anterior rey del universo.
Si nunca ayudó a su imagen personal el tener la guadaña contra la pared, a su lado. El
hecho de verla brillar a la luz de unas velas habrá sido terrible para la pobre Rea.
Ella aceptó el compromiso.
Quizás Rea creyó que podría cambiar a su esposo. Tal vez Cronos también pensó que
podría convertirse en alguien mejor. No importa. La feliz pareja tuvo una linda luna de
miel.
Un par de semanas mas tarde, cuando Cronos se entero que (sorpresa, sorpresa) Rea
estaba embarazada, intentó convencerse de que todo estaba bien. Fue feliz. Él no sería
un mal padre como Urano lo había sido. No importaba si el bebé era niño o niña.
Cronos amaría a sus hijos y olvidaría la vieja maldición.
Entonces nació. Una hermosa titán bebé. En secreto, Rea temía que el bebé pudiese ser
un cíclope o un centímano. Quizás Cronos también temía que eso ocurriera. Pero,
NOP. La niña era perfecta. De hecho, quizás demasiado perfecta.
Rea la llamo Hestia. La envolvió en suaves sábanas y se la mostró a su orgulloso
marido. Al comienzo, Cronos sonrió. La pequeña no era un monstruo — ¡dulce! Pero,
al mirarla a los ojos notó que no era una titán. Era muy pequeña, aunque pesada y
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perfectamente proporcionada. Irradiaba poder. El rey entendía de tiempo y pudo
vislumbrar el aspecto de la niña al crecer. Ella sería más chica que un titán, pero capaz
de lograr grandes hazañas. Podría vencer a cualquier titán.
Hestia era una versión mejorada de los titanes —titán 2.0, la nueva generación. De
hecho, no era realmente titán, era una diosa —la primera de una nueva rama de
inmortales. Al mirarla, Cronos se sintió como un celular viejo observando al
smartphone más moderno. Supo que sus días estaban contados.
El padre abandonó su sonrisa orgullosa. Esa niña no debía crecer, o la profecía de
Urano se convertiría en realidad. Cronos tenía que actuar rápido. Sabía que Rea no le
permitiría matar a la niña (además, estaban esos estúpidos leones que la protegían).
Tenía que deshacerse de Hestia inmediatamente.
Cronos abrió su boca —muy muy muy muy abierta. Más abierta de lo que nadie
podría. Su mandíbula parecía la de esas serpientes que se pueden comer una vaca. Se
puso a Hestia en la boca y la tragó.
Fue como: GULP. Se ha ido.
Como pueden imaginarse. Rea se sobresaltó.
— ¡Mi bebé! —gritó—. Tú, tú...
—Oh, perdón —se disculpó Cronos—. Fue un accidente.
Los ojos de Rea se llenaron de lágrimas. Gritó. Quería golpear a Cronos con sus
propios puños y lanzarle a los leones, pero temía herir a la pequeña que estaba en el
interior del rey.
— ¡Escúpela! —demandó.
—No puedo. Mi estómago es muy poderoso. Cuando trago algo, no sale nunca más.
— ¿Cómo pudiste tragarte a tu hija? —le gritó Rea.
—Sobre eso… —Cronos intentó parecer triste—. Escucha, cariño. Las cosas no
hubieran funcionado bien con esa niña.
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— ¿A qué te refieres?
—Hay una maldición —le contó la verdad—. Es decir, ¡vamos, cariño! La beba ni
siquiera era titán, era problemática. El próximo bebé será mejor, lo sé.
Eso sonaba perfectamente razonable para Cronos, pero por algún motivo, Rea no
parecía satisfecha. Enfureció.
Pensarías que Rea nunca lo perdonaría. Es decir, tu esposo se come al bebe como si
fuera una hamburguesa. Una madre normal no lo perdonaría.
Sin embargo, la situación de Rea era complicada.
Para empezar, Cronos se trago a la bebé entera. Hestia, como sus padres, era inmortal.
No podía morir, ni siquiera en el estómago de su padre ¿Asqueroso? Sí ¿Causa
claustrofobia? Seguramente ¿Fatal? No.
Hestia seguía viva y eso era suficiente consuelo para Rea quien se propuso hallar el
modo de rescatarla. Sabía que era posible aunque no tenía un plan. O podía usar fuerza
física para lograrlo. Rea era una diosa gentil. Aunque intentara pelear, los titanes más
poderosos, como Hyperion y Atlas, ayudarían a Cronos. Tampoco podía arriesgarse a
atacar con un cuchillo o con la guadaña porque podría herir al bebé.
Posiblemente ustedes estén pensando “Espera un minuto ¿Si la niña es inmortal por
qué Rea teme lastimarla?” Verán, los inmortales pueden recibir heridas o ser
mutilados. Quizás no mueran pero, a veces, son incapaces de curarse completamente.
Ya verán algunos ejemplos de esto más adelante.
Rea no quería arriesgarse a mutilar a su hija. Estar cortada en pedazos no es una buena
forma de pasar el resto de la eternidad. Tampoco podía divorciarse de Cronos. El
divorcio no había sido inventado aún y, de todas formas, Rea no habría tenido el valor.
No pueden culparla. Habrán notado que Cronos estaba un poco loco y Rea lo sabía,
desde el día en que Urano fue descuartizado, cuando Cronos entró en la celebración
con su ropa manchada de sangre diciéndole a sus hermanos “¡Que buen asesinato!
¡Choquen los cinco!”
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Rea no podía escapar porque Cronos era el rey del mundo. Salvo saltase al Tártaro (no
lo hizo). No tenía a donde ir. Lo mejor que podía hacer era quedarse donde estaba,
pasar el tiempo y esperar hasta encontrar la forma de recuperar a Hestia.
Cronos intentó ser bueno con ella. Le compró regalos y organizó cenas románticas,
como si eso pudiese eliminar lo del bebé que se había tragado.
Cuando el rey pensó que había pasado suficiente tiempo —tres o cuatro días— insistió
en intentar tener más hijos.
¿El motivo? Quizás tenía un secreto deseo de muerte. Tal vez estaba tan obsesionado
con la maldición de Urano que quería comprobar si el próximo niño sería un titán
normal u otro de esos pequeños y poderosos mini dioses.
Rea tuvo otro bebé. Una niña incluso más adorable que la primera. La llamó Deméter.
La madre tuvo esperanzas. Deméter era tan adorable que el corazón de Cronos se
compadecería de ella, incapaz de verla como una amenaza.
El rey tomó a la niña en sus brazos y vio que se trataba de otra diosa. Su aura brillaba
con más poder que la de Hestia. Era un problema con “P” mayúscula. Sin dudar, abrió
la boca y se la tragó. A eso le siguieron los gritos de Rea y las disculpas de Cronos.
La madre deseaba llamar a sus leones pero, temía lastimar a ambas pequeñas. Si, sé
que deben estar pensando cuán grande es ese estómago. Hay dioses que son bastante
flexibles en cuanto a su tamaño. A veces son enormes, otras tantas tienen nuestra
estatura.
Nunca estuve dentro del estómago de Cronos, gracias al cielo, pero me imagino que
las pequeñas inmortales se habrán encogido para no tener problemas. Siguieron
madurando, pero sin aumentar su tamaño. Eran como pequeños brotes enredándose,
esperando florecer. Y rezando cada día para que Cronos no le pusiera salsa a su cena.
Pobre Rea. Cronos insistió en intentarlo nuevamente.
—El próximo niño será mejor —prometió—. No volveré a tragar un bebé.
¿El tercer bebé? también fue una niña. Rea la llamó “Hera” y fue la que menos
parecido tenía con los titanes. Rea era simplemente demasiado buena como madre.
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Cada niña era más poderosa que la anterior. Rea no quería mostrársela a Cronos pero,
tenia que hacerlo.
El padre debía sostener a los recién nacidos. Era una de esas leyes de la naturaleza que
Temis había creado (También había una que prohibía comerse a tus propios hijos pero,
Temis temía mencionársela a Cronos)
Entonces, Rea juntó suficiente coraje —mi señor, le presento a su hija, Hera.
GULP.
Está vez, Rea abandonó la sala del trono sin decir una sola palabra. Se sentía
demasiado miserable. No podía creerlo. Se había casado con un mentiroso patológico
que era, además, un asesino y un caníbal come niños ¿podría empeorar esa situación?
¡ESPEREN! también era el rey del universo y superpoderoso. Sí, las cosas podrían
ponerse peor.
Otras dos veces, Rea dio a luz. Hermosos bebés. El cuarto fue llamado Hades. Rea
creyó que Cronos lo dejaría vivir en paz porque todo padre desea tener un niño con
quien jugar a la pelota ¿No? No. Adentro y hasta el fondo del estómago.
El quinto también fue un niño, Poseidón. Misma historia. GULP.
Llegado este punto, Rea huyó del palacio. Gimió y lloró sin saber que hacer. Se acercó
a sus hermanos y hermanas, sobrinos y sobrinas, cualquiera que la escuchara. Rogó
por su ayuda. Algunos titanes le temían a Cronos (como Temis) y otros lo adoraban
(como Hyperion), quien le dijo que dejara de lloriquear.
Finalmente, Rea visitó a su hermana Febe en el Oráculo de Delfos. Pero, ni siquiera el
oráculo pudo darle consejo. Rea corrió al bosque más cercano, se arrojó al suelo y
comenzó a llorar. Repentinamente, escuchó el susurro de la tierra. Era la voz de Gaia,
aún dormida. A pesar de estar soñando, no podía soportar escuchar llorar a su hija.
—Cuando tengas que dar a luz a tu próximo hijo —susurró— ve a Creta, allí te
ayudarán. El niño será diferente ¡Salvará a los demás!
Rea suspiró e intentó calmarse— ¿Dónde queda Creta?
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—Es una isla al sur— contestó la voz de Gaia—. Debes ir por el Mar Jónico hacia el
sur, pasando Kalamata. Ahí doblas a la izquierda y... ¿sabes qué? No importa, la
encontrarás.
Cuando la panza de Rea comenzó a crecer, respiró hondo e ingresó a la sala del trono
—mi señor, viajaré a la isla de Creta y regresaré con el bebé —dijo.
— ¿Creta? ¿Por qué? —preguntó.
—Ehm…Bueno, sabes que Crío y Febe pueden ver el fututo ¿Verdad?
—Sí…
—No quiero arruinar la sorpresa pero, ellos profetizaron que nuestro hijo nace en
Creta, nada malo ocurrirá y seremos felices con nuestro pequeño titán —mintió.
Cronos dudó. Sospechaba pero seguramente pensó: Oigan, ya me comí a cinco de mis
hijos y Rea sigue a mi lado. Si realmente quisiera vengarse ya lo habría hecho hace
tiempo. Plus, sus pensamientos estaban debilitándose. Tenía cinco pequeños dioses en
su estómago, peleando por obtener más espacio. Cronos se sentía siempre como si
hubiese comido una gran cena y necesitara tomar una siesta.
Es decir, cinco dioses en un solo estómago. Seguramente estaban deseando que su
padre se tragara un mazo de cartas o un tablero de Monopolio.
— ¿Me traerás al bebé inmediatamente? —preguntó Cronos, mirando a Rea con
desconfianza.
—Por supuesto.
—Entonces, vete ¿Dónde está Creta?
—No estoy segura —admitió Rea—. Pero la encontraré.
Lo logró. Una vez allí, se encontró con amigables ninfas que la ayudaron porque
también habían oído la voz de Gaia. Llevaron a Rea a una cueva escondida en la base
del Monte Ida. Un arroyo pasaba cerca, por lo que Rea tendría siempre agua fresca y
comida del bosque.
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Sí, lo sé. Los inmortales prefieren alimentarse con néctar y ambrosia pero, cuando
están en apuros, pueden comer otras cosas. Ser un dios no sería divertido si no
pudieses saborear una pizza ocasionalmente.
Pasado algún tiempo, Rea dio a luz a un niño. Era el mas hermoso y perfecto hasta el
momento. Lo llamó Zeus que, dependiendo a quien le preguntes, puede significar
“cielo” o “resplandor” o, simplemente “ser vivo”. Personalmente, opto por la última.
Creo que Rea puso toda su esperanza en este niño —para mantenerlo con vida y
alejado de estómagos hostiles.
Zeus comenzó a llorar, tal vez, al sentir la ansiedad de su madre. El sonido hizo eco en
la cueva y alcanzó el mundo entero — tan fuerte que todos, incluyendo Gaia, supieron
que el bebé había nacido.
—Genial —murmuró Rea, con sarcasmo—. Prometí regresar inmediatamente. Es hora
de que Cronos trague bebés.
El suelo de la cueva tembló. Una larga piedra surgió de la tierra —una suave roca
ovalada, del mismo peso y tamaño que el niño.
Rea no era estúpida. Sabía que eso era un regalo de Gaia. Normalmente, ninguna
mujer se alegrara si su madre le regala una roca, pero Rea comprendió el motivo.
Envolvió la roca en mantos y le entregó el bebé a las ninfas para que lo cuidasen.
Simplemente esperó que, una vez en el palacio, aquel señuelo funcionara.
—Vendré de visita con la mayor frecuencia posible —prometió a las ninfas—.
¿Podrían cuidar al bebé?
—No te preocupes —dijo Nedea, una de las ninfas—. Lo alimentaremos con miel y
leche de cabras inmortales. Así, las ninfas trajeron a Amaltea, la cabra capaz de
producir excelente leche mágica en varios sabores que incluían: descremada, chocolate
y especial para bebés.
—Esa es una cabra interesante pero ¿Por qué llora el bebé? —Rea estaba preocupada.
Cronos tiene excelente oído y sospechará.
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Nedea ya había pensado en ello. Se dirigió a la entrada de la cueva y llamó a Gaia —
Oh, Gaia. Sé que estás durmiendo y todo eso. Perdón por molestarte, pero nos vendría
bien un poco de ayuda para cuidar a este niño. Preferentemente ayuda ruidosa.
La tierra tembló. Tres ayudantes emergieron, nacidos de la tierra y contagiados con
sangre de Urano (como dije antes, esa cosa está en todos lados). Los nuevos seres eran
altos y parecían humanos. Estaban vestidos con pieles, plumas y cuero, como si se
dirigiesen a un festival primaveral en el bosque de la lluvia. Iban armados con escudos
y lanzas que le daban el aspecto de cazadores, no de enfermeros.
— ¡SOMOS LOS CORIBANTES! —gritó uno—. ¡HEMOS VENIDO A
AYUDARLOS!
—Gracias —murmuró Rea—. ¿Es necesario que griten tanto?
—ESTA ES MI VOZ MÁS SUAVE— gritó el guerrero.
Zeus comenzó a llorar una vez más. Los tres coribantes iniciaron una especie de danza
tribal, agitando sus lanzas y escudos y gritando. Eran tan ruidosos que nadie podía oír
al bebé. Por algún motivo, a Zeus le gustó aquel horrendo sonido y se quedó dormido
en brazos de Nedea.
—Está bien —admitió Rea, aturdida—, parece que tienen la situación bajo control. —
Tomó la piedra en brazos—. Deséenme suerte.
De regreso en Monte Otris, Rea entró a la sala del trono con el falso bebé. Le
aterrorizaba pensar que su plan podría fallar. Al menos, sabía que, luego de pasar
tantos años casada con Cronos, había aprendido a ser una buena actriz.
Se acercó al rey caníbal y gritó— ¡Este es el mejor bebé hasta el momento! Un fuerte
pequeño llamado, uh, Rocky4
¡Tan poderoso que seguramente lo tragarás!
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Juego de palabras. Rocky en inglés significa roca.
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Cronos estaba decepcionado. Honestamente, no tenía ganas de tragarse otro dios pero,
él era el rey y debía hacer lo que cualquier otro rey en su lugar haría.
—Lo siento cariño —dijo—, sabes cómo es eso de la profecía.
— ¡Te odio! —contestó Rea— Urano era un padre horrible pero, al menos no nos
tragó.
Cronos se enfadó— ¡Dame el maldito bebé!
— ¡No!
Cronos rugió y abrió su gran mandíbula — ¡AHORA! — sin siquiera mirar al
supuesto niño, se tragó la piedra. El plan de Rea había funcionado.
En el estómago del rey, cinco jóvenes dioses oyeron lo que sucedía.
— ¡En camino! — gritó Poseidón cuando notó que algo se aproximaba desde el
esófago.
Los chicos se acomodaron para hacerle lugar a su hermano — Rocky aterrizó en
medio de ellos.
— ¡Esto no es un bebé! —notó Hades—. Parece una roca.
Mientras tanto, en la sala del trono, Rea armó un escándalo con el que podría ganarse
el premio Oscar a la mejor actriz. La reina gritó y pataleó, insultando a Cronos en
todos los idiomas que conocía.
— ¡RO-O-CCCKY! —gritó con desesperación— ¡NO-O-O-O-O-O-O-O!
A Cronos comenzó a dolerle el estómago. —Ese niño me cayó pesado ¿Con qué lo
estabas alimentando?
— ¿A quién le importa? —contestó Rea—. No volveré a tener hijos contigo.
El rey consideró que eso era una buena idea. Estaba lleno.
Rea salió corriendo del palacio, gritando, y su esposo simplemente la observó.
48
El palacio tuvo paz. Cronos estaba convencido de haber superado la maldición de
Urano. Ninguno de sus hijos seria capaz de traicionarlo. Él podía controlarlos. Cronos
era el rey del cosmos y nunca sería desplazado.
Mientras, Rea comenzó a frecuentar el Monte Ida. Su bebé estaba creciendo, y ella
amaba contarle horribles historias sobre su malvado padre y los cinco niños que había
tragado.
Como saben, cuando Zeus alcance cierta edad, habrá una pelea familiar de grandes
proporciones. Si esperan que Cronos y sus titanes terminen “felices para siempre”, les
recomiendo que dejen de leer. En el próximo capítulo, Zeus se torna nuclear.
49
Los olímpicos patean
algunos traseros
eus tuvo una buena infancia en el Monte Ida. Pasó sus días brincando por el
campo con ninfas y sátiros, aprendiendo a luchar con sus amigos ruidosos, los
Coribantes. Comía hasta hartarse de miel y leche de cabra mágica (¡ñam!), y
por supuesto, nunca iba a la escuela, porque la escuela todavía no había sido
inventada.
En el momento en que era un dios joven adulto, se había convertido en un chico de
buena apariencia, todo bronceado y alto del tiempo que pasaba en el bosque y en la
playa. Tenía el cabello negro y corto, su barba bien recortada y ojos azules como el
cielo, aunque podrían nublarse a fuego bastante rápido cuando se enfadaba.
Un día su madre, Rea, vino de visita en su carruaje tirado por leones.
—Zeus —dijo—, necesitas un trabajo de verano.
Z
50
Zeus se rascó la barba. A él le gustaba la palabra verano. No estaba tan seguro de la
palabra trabajo.
— ¿Qué tienes en mente?
Los ojos de Rea brillaban. Ella había estado planeando su venganza contra Cronos
durante mucho tiempo. Ahora, viendo a su hijo tan confiado, fuerte y guapo sabía que
el tiempo había llegado.
—Hay una vacante en el palacio para coperos —dijo ella.
—Pero no tengo experiencia llevando copas —dijo Zeus.
—Es fácil —prometió Rea—. Cada vez que el rey Cronos pida de beber, se lo llevas.
La paga no es grande, pero el trabajo tiene buenos beneficios secundarios, como
derrocar a tu padre y convertirte en señor del cosmos.
—De acuerdo ―dijo Zeus—. ¿Pero Cronos no me reconocerá como un dios?
—He estado pensando en eso —dijo Rea—. Tus hermanos han sobrevivido en el
estómago de Cronos todos estos años y, como tú, están totalmente grandes ahora. Eso
significa que deben tener el poder de cambiar su tamaño y forma. Tú deberías tener
ese poder, también. Ve si puedes hacer que te vean menos dios, más...Titánesco.
Zeus lo pensó. Él ya había descubierto su capacidad para cambiar de forma.
Una vez, había asustado a sus ninfas cuidadoras transformándose en un oso. En otra
ocasión había ganado una carrera a pie contra algunos sátiros transformándose en
lobo. Los sátiros afirmaron que había hecho trampa, pero definitivamente no fue
cierto. Fue una carrera a pie. Los lobos corren en sus pies. No es como si se hubiera
convertido en un águila (lo cual también podía hacer).
El único Titán que Zeus había visto de cerca era a su madre, pero sabía que los Titanes
eran generalmente más grandes que él. Ellos no irradian energía como él lo hacía.
Ellos despedían un ambiente ligeramente diferente —más violento y áspero.
51
Se imaginó a sí mismo como un Titán. Cuando abrió los ojos, era más alto que su
mamá por primera vez. Se sentía como si hubiera dormido mal después de un día muy
duro estrangulando a sus enemigos.
— ¡Bien hecho! —dijo Rea—. Ahora, vamos a ir a tu entrevista de trabajo.
Cuando Zeus vio el Monte Otris por primera vez, se quedó boquiabierto. El palacio
era enorme. Sus relucientes torres negras se elevaban por las nubes como dedos
codiciosos aferrándose a las estrellas.
La fortaleza estaba destinada a inspirar miedo. Zeus se fijó de eso inmediatamente.
Pero también lucía solitario y triste, no era un lugar divertido para ser rey. Zeus
decidió que si él alguna vez tenía su propio lugar, sería mucho más impresionante que
Otris. No iría tan fuerte con la apariencia del "Señor de la Oscuridad". Su palacio sería
brillante, un blanco cegador.
Una cosa a la vez, se dijo. Primero tengo que ser copero.
Rea acompañó a su hijo al salón real, donde el antiguo rey Caníbal dormía en su trono.
Los años no habían sido amables con Cronos. Era irónico, ya que él era el señor del
tiempo. No había envejecido, exactamente, pero parecía cansado y apático. Pisar
humanos ya no lo hacía reír como antes, a pesar de sus tiernos y pequeños gritos.
Había engordado por comer y beber tanto. Los cinco dioses en su estómago no
ayudaban. Se habían hecho más grandes y más pesados en los últimos años. Trataban
constantemente de escapar trepando por la garganta de Cronos. Sus intentos no
tuvieron éxito, pero le dieron a Cronos un terrible reflujo ácido.
Rea se acercó al trono.
—Mi señor, traje a alguien para que lo conozca.
Cronos resopló y abrió los ojos.
— ¡No estaba dormido! ―Parpadeó ante el apuesto joven Titán que estaba de pie
delante de él—. ¿Quién...?
El joven inmortal hizo una profunda reverencia.
52
— Soy Zeus, mi señor.―Zeus había decidido utilizar su verdadero nombre, porque
¿por qué no? Cronos nunca lo había oído—. Me gustaría ser su copero.
Cronos estudió la cara del recién llegado. Había algo en él que le parecía vagamente
familiar. El brillo de sus ojos, la forma torcida en la que sonreía. Por supuesto, todo
los Titanes estaban relacionados. Tal vez eso era todo. Cronos tenía muchas sobrinas y
sobrinos actualmente, no podía llevar la cuenta de todos ellos. Sin embargo,
encontraba a este joven inquietante....
Miró a su alrededor, tratando de recordar exactamente quién le había presentado al
chico, pero Rea ya se había desvanecido entre las sombras. El estómago de Cronos
estaba demasiado lleno y sus pensamientos eran demasiado lentos para sospechar
durante un largo tiempo.
—Bueno ―le dijo al muchacho—, ¿Tienes experiencia alguna para servir copas?
Zeus sonrió.
—No, mi señor. Pero aprendo rápido. También puedo cantar, bailar, y contar chistes
sátiros.
Zeus se desencadenó en una canción que las ninfas le habían enseñado. Luego dio
demostración de algunos movimientos de baile de Coribantes. Era la cosa más
interesante que había sucedido en el Monte Otris desde hace mucho tiempo. Otros
titanes se reunieron en la sala del trono para ver.
Pronto estuvieron animando y riendo. Incluso Cronos tenía una sonrisa en su rostro.
— Estás contratado —dijo Cronos—. De hecho, tengo sed.
— ¡Una copa andando! ―Zeus se apresuró a buscar en la cocina, donde llenó un cáliz
dorado con néctar helado.
En poco tiempo, Zeus se convirtió en el siervo más popular en el palacio. Él servía
copas como nadie. Su canto era tan claro como los arroyos en el Monte Ida. Su chistes
sátiros eran tan fuertes, que no los podría decir en un libro familiar.
53
Él siempre sabía exactamente lo que Cronos quería beber, néctar caliente con especias,
néctar frío con un toque de limón, néctar y agua mineral con un poco de jugo de
arándano. También introdució a los Titanes en concursos de bebida, que eran muy
populares entre la sátiros allá en el Monte Ida. El bebedor más rápido ganaba. ¿Qué
ganaba? Bueno, nada —pero fue una gran manera de lucirse, porque nada parece más
varonil (o Titán) que tener néctar goteándote por la barbilla hasta lo largo de tu
camisa.
Estos concursos reavivaron el espíritu competitivo de Cronos. Claro, él era el rey del
universo, pero todavía era el más joven entre doce niños. No podía permitir que sus
hermanos o sobrinos fueran mejor que él en nada. A pesar de su siempre lleno
estómago, llegó al punto en que podía beber una copa llena de néctar en tres segundos,
y las copas de Titán son del tamaño de jarras de agua.
Confió en Zeus para que llenase su vaso con cualquier cosa que lo tranquilizase.
Lo cual era exactamente el plan de Zeus.
Una noche, cuando Cronos cenaba con sus comandantes favoritos, Zeus mezcló
algunas cervezas especiales para el concurso de bebidas. Las ninfas del Monte Ida le
habían enseñado mucho sobre hierbas y esas cosas. Él sabía cuales plantas podían
causar somnolencia, cuáles podrían causar mareos, y cuales podían hacer que te
sintieras tan terrible, que tu estómago querría salir de tu cuerpo.
Para los huéspedes del rey, Zeus mezcló un poco de néctar que los hiciera marearse y
dormir. Para Cronos, creó una mezcla especial de néctar y mostaza. Algunas versiones
de la historia dicen que Zeus utilizó vino, pero eso no es real, porque el vino no se
había inventado aún. Ya llegaremos a eso más adelante.
De todos modos, las cosas en la copa de Cronos eran sumamente desagradables. Zeus
la puso a un lado y esperó el momento adecuado.
La cena comenzó como de costumbre, con un montón de bebida, comida, y noticias
actuales de los Titanes. Zeus mantuvo el néctar fluyendo. Recibía a los huéspedes con
sus bromas y su canto. Hacia el final de la noche, cuando todo el mundo estaba feliz,
relajado y con sueño, Zeus comenzó a hacer alarde de la habilidad de beber del rey.
54
— ¡Cronos es el jefe bebiendo! —proclamó—. Deberían verlo. El hombre es una
locura. Me refiero a su récord es, ¿qué? ¿Tres segundos?
—Urg —dijo Cronos. Él ya estaba lleno y había tenido la esperanza de evitar un
concurso de bebida.
—Si él quisiera —dijo Zeus—, ¡podría beber más rápido que todos ustedes! Apuesto a
que establecería un nuevo récord mundial esta noche ¿No les encantaría ver eso?
Atlas, Hyperion, Koios, y los demás se animaron y pidieron un concurso.
Cronos realmente no estaba de humor, pero no lo podía rechazar. Su honor de súper
bebedor estaba en juego. Le hizo un gesto a Zeus para que trajera otra ronda.
Zeus corrió a la cocina y fue a buscar sus brebajes especiales. Les ofreció a los
invitados su néctar para dormir, entonces le sirvió a Cronos de último, no dando al rey
tiempo para oler su cerveza antes de gritar.
— ¡En sus marcas, listos, fuera!
Los Titanes se tragaron sus sabrosas bebidas. Cronos se percató inmediatamente de
que su néctar sabía extraño, pero era un concurso. No podía dejar de beber. El objetivo
era vaciar la copa. Tal vez sus papilas gustativas estaban un poco adormecidas.
Después de todo, Zeus nunca había hecho algo malo.
Cronos se bebió su néctar en dos segundos y medio. Golpeó la copa boca abajo sobre
la mesa y gritó:
— ¡Gané! ¡Ga…
El siguiente sonido que salió de su boca fue como una morsa tratando de conseguir la
maniobra Heimlich.
No hay manera agradable de decirlo. Cronos vomitó. Vomitó un vómito digno del rey
del universo. Fue un vómito real.
Su estómago trató de impulsarse fuera de su garganta. Su boca articulada totalmente
abierta disparó cinco dioses, una roca muy viscosa, un buen montón de néctar, unas
galletas, y una matrícula de carruaje. (No, no sé cómo todo llego ahí adentro).
55
Los cinco dioses vomitados inmediatamente crecieron de tamañoa adultos allí mismo,
en la mesa del comedor. Los huéspedes Titanes miraban con asombro, sus mentes
trabajando lentamente debido al néctar para dormir.
En cuanto a Cronos, todavía estaba tratando de catapultar sus entrañas a través del
salón del trono.
— Atrapen... —vomitó—…los.
Atlas fue el primero en reaccionar. Gritó
— ¡Guardias! ―Y trató de levantarse, pero estaba tan mareado que cayó derecho en el
regazo de Hyperion.
Zeus quería lanzarse a la guadaña de su padre. Quería cortar en pedazos al caníbal,
pero los otros Titanes estaban empezando a recuperarse de su estado de shock.
Podrían haber estado lentos y con sueño, pero tenían armas. Mientras que, la única
arma de Zeus era una bandeja de servir. Su ejército se componía de cinco dioses
viscosos, desarmados y que habían pasado muy poco tiempo fuera de un estómago,
mucho menos combatiendo.
Los guardias comenzaron a llegar al salón del trono.
Zeus se volvió hacia sus hermanos confundidos.
—Soy su hermano Zeus. Síganme, y les daré libertad y venganza. También miel y
leche de cabra.
Eso fue suficientemente bueno para los dioses. Mientras Cronos daba arcadas y sus
combatientes perdían el control de sus armas, Zeus y sus hermanos se convirtieron en
águilas y se dispararon fuera del palacio.
— ¿Y ahora qué? —preguntó Hades.
Los seis dioses se habían reunido en la guarida secreta de Zeus en el Monte Ida, la
cual sus hermanos se negaron a llamar Cueva de Zeus. Zeus les había informado sobre
lo que estaba ocurriendo en el mundo, pero todos sabían que no podían permanecer en
el Monte Ida por mucho tiempo. Las ninfas habían oído rumores susurrados a través
56
de la tierra: Cronos estaba enviando a sus Titanes a recorrer el mundo en busca de los
fugitivos. Él quería que los trajeran de vuelta, así fuera encadenados o en trozos
pequeños. No era específico.
—Ahora luchamos —dijo Zeus.
Poseidón gruñó. Sólo había estado fuera del estómago de Cronos por un día, pero ya
estaba empezando a detestar a su hermano menor, este presuntuoso Zeus, que creía
que debía estar a cargo sólo porque los había rescatado.
—Estoy a favor de la lucha contra papá —dijo Poseidón―, pero necesitamos armas.
¿Tienes alguna?
Zeus se rascó la oreja. Realmente no había pensado en eso antes.
—Bueno, no...
—Tal vez podamos hacer las paces ―sugirió Hestia.
Los otros la miraron como si estuviera loca. Hestia era la mayor y más apacible de los
dioses, pero sus hermanos no la tomaron en serio. Hay que preguntarse cómo el
mundo pudo haber sido si Hestia hubiera estado a cargo, pero por desgracia, no era
así.
—Uh, no ―dijo Deméter—. Nunca perdonaré a nuestro padre. Quizás podríamos
robar su guadaña. ¡Podríamos cortarlo en pedacitos como lo hizo con Urano! Entonces
podría usar la guadaña para algo mejor, ¡como cortar trigo! ¿Viste esos hermosos
campos sobre los que volamos?
Hera frunció el ceño a su hermana.
— ¿Qué pasa contigo y los cultivos? Todos estos años en la barriga de Cronos y de
todo lo que hablabas era de plantas, las cuales nunca habías visto antes de hoy.
Deméter se sonrojó.
—No lo sé. Siempre sueño con campos verdes. Son tan tranquilos y hermosos y…
— ¡Mis hijos! —dijo una voz desde el bosque.
57
Mamá Rea se paró en la luz. Abrazó a cada uno de sus preciosos hijos e hijas,
derramando lágrimas de alegría por su libertad. Luego se les unió y dijo:
—Sé dónde pueden conseguir armas.
Ella les contó la historia de los Cientímanos y los Cíclopes mayores, a quienes Cronos
había exiliado al Tártaro por segunda vez.
—Los Cientímanos son canteros increíbles ―dijo Rea—. Construyeron el palacio de
Cronos.
—Eso es bastante impresionante —admitió Zeus.
—Son fuertes, y odian a Cronos —continuó Rea—. Ellos serían buenos en la batalla.
En cuanto a los Cíclopes, son talentosos herreros, y si alguien puede forjar armas más
poderosas que la guadaña de su padre, son ellos.
Los ojos oscuros de Hades brillaron. La idea de bajar hacia la más peligrosa y vil parte
de la creación de alguna manera le atraía.
—Entonces vayamos al Tártaro, y traigamos de vuelta a los Cíclopes y a los
Cientímanos.
—Pan comido —dijo Hera. Ella sabía del pan, porque Cronos había comido un
montón del mismo. Las migas y el betún siempre estaban quedándose en su cabello—.
Vámonos.
Una escapada hacia el Tártaro quizá no suene como una cosa fácil para ti o para mí,
pero seis dioses pueden lograr mucho cuando ponen sus mentes en ello. Hades
encontró un sistema de cuevas que conducía al Inframundo. Él parecía tener un don
para la navegación en los túneles.
Él llevó a sus hermanos a lo largo del curso de un río subterráneo llamado Estigia
hasta que se derramaba sobre un acantilado en el vacío del Tártaro. Los dioses se
convirtieron en murciélagos (podrías argumentar sobre ellos estando locos5
desde un
principio, pero ya sabes lo que quiero decir) y volaron hacia el abismo.
5
Juego de palabras entre “bats”, murciélago y “bats”, que significa estar loco o demente.
58
En la parte inferior, se encontraron con un paisaje sombrío de púas de roca, residuos
grises, pozos ardientes, y niebla venenosa, con todo tipo de monstruos repugnantes y
espíritus malignos vagueando. Al parecer, el Tártaro, el espíritu de la fosa, había
estado criando a dioses ahí abajo, en la oscuridad, y estos habían estado teniendo sus
propios hijos.
Los seis jóvenes dioses se arrastraron alrededor hasta que encontraron la zona de
máxima seguridad, rodeada por un alto muro de bronce y patrullada por demonios. En
forma de murciélago los dioses podían volar sobre la pared fácilmente; pero una vez
dentro, vieron al carcelero y casi perdieron los nervios.
Cronos había contratado personalmente al monstruo más horrible en el Tártaro para
asegurarse de que sus prisioneros de alto valor nunca lograran escapar.
Su nombre era Kampe.
No sé si Cronos la encontró en Craigslist6
o qué, pero si las criaturas de tus pesadillas
tuviesen pesadillas, probablemente soñarían con Kampe. De la cintura para arriba, era
una hembra humanoide con serpientes en lugar de pelo.
(Si esto suena familiar, es porque el peinado realmente estuvo de moda entre otros
monstruos más adelante.) De la cintura para abajo, era un dragón de cuatro patas.
Miles de víboras brotando de sus piernas como las faldas de hierba. Su cintura estaba
rodeada de cincuenta cabezas de bestias horribles: osos, jabalíes, uombats, lo que sea,
siempre gruñendo, tratando de comerse la camisa de Kampe.
Grandes alas oscuras de reptil salieron de sus omóplatos. Su cola como la de un
asombroso escorpión de ida y vuelta, goteaba veneno. Básicamente, Kampe no había
sido invitado a muchas citas.
Los dioses observaban desde detrás de una pila de rocas como el monstruoso carcelero
caminaba de allá para acá, azotando los Cíclopes mayores con un látigo de fuego y
picando a los Cientímanos con su cola de escorpión cuando se salían de la línea.
6
Craigslist es un sitio web de anuncios clasificados con secciones dedicadas al empleo, vivienda, contactos personales,
etc.
59
Los pobres prisioneros eran obligados a trabajar sin descanso, sin agua, sin poder
dormir, no había comida, no había nada. Los Cientímanos pasaban el tiempo en el otro
extremo del patio, extrayendo bloques de piedra desde el duro suelo volcánico. Los
Cíclopes trabajaban en el extremo más cercano. Cada uno tenía una fragua donde se
fundían metales y elaboraban hojas de bronce y hierro. Si los Cíclopes trataban de
sentarse, o incluso hacer una pausa larga lo suficiente como para recuperar el aliento,
Kampe dejaría frescas marcas de látigo a lo largo de sus espaldas.
Peor aún, a los presos no se les permitía terminar nada de lo que empezaban. Tan
pronto como Los Cientímanos tenían una buena cantidad de bloques de construcción,
Kampe los obligaba a romperlos en escombros. Siempre que los cíclopes estaban a
punto de terminar un arma o un escudo o incluso una herramienta que podía ser
peligrosa, Kampe las confiscaba y las arrojaba a cajas burbujeantes de magma.
Probablemente estarás pensando: Hey, pero si hay seis grandes tipos y sólo un Kampe
¿Por qué no dominarla?
Pero Kampe tenía el látigo. El veneno de su cola podría incapacitar incluso a uno de
los Ciclopes Mayores durante horas, dejándolo retorciéndose de dolor. La mitad mujer
mitad dragón era aterradora, y los prisioneros tenían los pies encadenados para que no
pudieran escaparse.
Además, los Cientímanos y los Cíclopes eran almas gentiles. A pesar de su aspecto,
eran constructores y no combatientes. Si les dabas a estos tipos un cubo de Legos,
ellos estarían felices por días.
Zeus esperó hasta que Kampe se marchase hacia el extremo más alejado del patio de la
prisión. Luego se acercó furtivamente hasta los Ciclopes más cercanos.
― ¡Psst! —llamó.
El Ciclope bajó su martillo. Se volvió hacia Zeus, pero su único ojo había fijado su
mirada en las llamas durante tanto tiempo, que no podía ver quién estaba hablando.
—Yo no soy Psst —dijo el cíclope—. Soy Brontes.
Oh, hombre, pensó Zeus. Esto puede tomar un tiempo.
60
—Oye, Brontes ―Zeus habló despacio y alegremente, como si estuviera tratando de
convencer a un cachorro salir de su caja—. Soy Zeus. He venido a rescatarte.
Brontes frunció el ceño.
—He escuchado eso antes. Cronos nos engañó.
—Sí, lo sé —dijo Zeus—. Cronos es mi enemigo también. Juntos, podemos conseguir
venganza y arrojarlo hasta aquí abajo. ¿Qué te parece?
—Suena bien —dijo Brontes―. Pero, ¿cómo?
—Primero necesitamos armas —dijo Zeus—. ¿Puedes hacer alguna?
Brontes negó con la cabeza
—Kampe siempre está mirando. Ella no nos dejará terminar ninguna.
— ¿Qué tal si cada uno hace una parte diferente de cada arma? — Zeus sugirió—.
Luego las reúnen en el último segundo y las arrojan hacia nosotros. Kampe nunca se
dará cuenta.
—Eres muy inteligente.
—Lo sé, ¿verdad? Diles a tus amigos ―Zeus gateó de regreso hacia atrás de las rocas.
Brontes susurró el plan a sus hermanos Arges y Estéropes. Luego golpearon sus
martillos en sus yunques en un código secreto que habían desarrollado, enviando el
mensaje a través del patio hasta los Cientímanos, Briares, Cotto y Gyes.
Sé que esto es un montón de nombres horribles, pero recuerda, Gaia no tuvo mucho
tiempo de cargar en sus brazos a sus monstruosos trillizos antes de que Urano los
arrojase al Tártaro. Al menos no terminaron llamándose Huey, Dewey y Louie.
Los dioses esperaban en la oscuridad mientras los Cíclopes forjaron piezas de la nueva
armas, haciendo que cada una pareciera una cosa incompleta e inofensiva. No sé si
hubiera conseguido pasar a través de la seguridad del aeropuerto, pero era lo
suficientemente bueno como para engañar a Kampe.
61
La próxima vez que la dragona le dio la espalda y se dirigió hacia el otro extremo del
patio, Brontes instaló rápidamente la primera arma mágica y se la lanzó a Zeus.
Parecía un cohete de bronce, de unos cuatro metros de largo, con conos de ojiva en
ambos extremos.
La mano de Zeus se ajustaba perfectamente alrededor del centro. Tan pronto como se
levantó, su cuerpo entero estremeció con el poder.
Poseidón frunció el ceño.
— ¿Qué es eso? No es una guadaña.
Saltaron chispas de los puntos. La electricidad se arqueó de un extremo al otro. Zeus
apuntó la cosa a una roca cercana, y mil tentáculos de relámpago la convirtieronen
polvo.
—Oh, sí —dijo Zeus—. Puedo trabajar con esto.
Afortunadamente, Kampe no pareció darse cuenta de la explosión. Tal vez las cosas
explotaban mucho en el Tártaro.
Unos minutos más tarde, Brontes les arrojó una segunda arma, una lanza con tres
dientes. Poseidón la atrapó.
De inmediato se enamoró del tridente. ¡Le gustaban las cosas puntiagudas!, él también
podía sentir el poder de las tormentas tarareando a través de la lanza. Cuando se
concentraba, un tornado en miniatura se arremolinaba en torno a sus tres puntos, cada
vez más rápido y más grande entre más se concentraba. Cuando plantó la lanza en el
suelo, el suelo de la fosa comenzó a agitarse y agrietarse.
—La mejor arma ―anunció—. Justo aquí.
Brontes les arrojó un tercer elemento. Hades la atrapó. Un reluciente casco de guerra
decorado con escenas de muerte y destrucción.
—Ustedes consiguen armas —Hades se quejó―. Yo me pongo un sombrero.
Él se la puso y desapareció.
62
—Hombre, eres invisible —dijo Zeus.
—Sí ―Hades suspiró miserablemente—. Estoy acostumbrado a ello.
—No, quiero decir que eres realmente invisible.
—Huh. ―Hades se obligó a hacerse visible de nuevo.
—Ese es un sombrero de miedo —dijo Deméter.
—Sí ―Hades accedió—. Lo es.
Decidió probar otra cosa. Miró a sus hermanos, y olas de terror irradiaron del casco.
Zeus y Poseidón se pusieron pálidos. Ellos comenzaron a sudar. Zeus casi dejó caer su
nueva máquina de rayos.
— ¡Deja de hacer eso! —Dijo Zeus—. ¡Me estás volviendo loco!
Hades sonrió.
—Bueno, tal vez el sombrero no es tan malo.
Hera se cruzó de brazos y lo olió con desdén.
—Los niños y sus juguetes. No creo que nosotras consigamos armas. ¿Se supone que
simplemente daremos un paso atrás y animaremos mientras que estos tres pelean?
Zeus le guiñó un ojo.
—No te preocupes, nena. Yo te protegeré.
—Creo que voy a vomitar ―dijo Hera.
Es posible que el Cíclope hubiera hecho las armas para las mujeres. Pero en ese
momento Kampe se dio la vuelta y se dirigió de nuevo hacia los Cíclopes. Tal vez ella
notó el humo de la explosión del rayo de Zeus o los remolinos de nubes del tridente de
Poseidón. Tal vez ella pudo saborear el miedo residual en el aire por el casco de
Hades. Lo que sea que la haya alertado, detectó la presencia de los dioses.
Ella levantó su látigo y gritó.
63
— ¡RAWRGGGGWRRR!
Se dirigió hacia su escondite, su cola azotando, miles de víboras alrededor de sus
piernas goteando veneno.
—Genial —murmuró Hera.
—Lo tengo controlado —prometió Zeus.
64
65
Se puso de pie y levantó su rayo de bronce. Concentró toda su energía en el arma.
¡KA-BLAM!
Una columna de poder blanco y caliente se disparó hacia Kampe, la luz más cegadora
que jamás se había visto en el Tártaro.
Kampe sólo tuvo tiempo de pensar “Uh-oh”, antes de que el rayo la hiciese estallar en
un millón de piezas de reptil hecho confeti.
— ¡Eso es de lo que estoy hablando! —Zeus gritó alegremente.
Poseidón bajó su tridente.
—Hombre, danos al resto de nosotros una oportunidad.
—Ustedes liberen a los Cíclopes y a los Cientímanos —sugirió Zeus.
Poseidón se quejó, pero usó su tridente para desatar las oscuras cadenas de los pies de
los presos.
—Gracias —dijo Brontes—. Vamos a ayudarlos en la lucha contra Cronos.
— ¡Excelente! —dijo Zeus.
Hera se aclaró la garganta.
—Sí, pero sobre esas armas para las damas…
Afuera de los muros de bronce, rugidos monstruosos reverberaban a través de la fosa.
Cada espíritu y bestia del Tártaro, probablemente, habían visto el destello de un
relámpago, y ahora se acercaban a investigar.
—Tenemos que salir ―dijo Deméter—. Ahora.
Esa fue la mejor idea no relacionada con el trigo que Deméter había tenido nunca, por
lo que Hades llevó a sus hermanos a volver al mundo superior, junto con sus seis
grandes nuevos amigos.
66
Cronos no era un hombre fácil de derrotar.
Según la mayoría de las cuentas, la guerra de Titanes llevó diez años o tal vez Cronos
sólo utilizó sus trucos de tiempo para hacer que pareciera que duró tanto, con la
esperanza de que los dioses se rindieran. Si es así, no le funcionó.
Rea la Gran Madre visitó a cada Titán que pudo, tratando de convencerlos de que se
pusieran del lado de Zeus. Muchos escucharon. Después de todo, Cronos no era el líder
más popular.
Casi todos los titanes femeninos o ayudaron a Zeus o se quedaron fuera de su camino.
Prometeo, el creador de los seres humanos, fue lo suficientemente inteligente como
para permanecer neutral. Océano se mantuvo a sí mismo en las profundidades del
océano. Helios y Selene, el sol y la luna, acordaron no ponerse de lado de nadie,
siempre y cuando mantuvieran sus puestos de trabajo.
Eso dejó a Cronos y a la mayoría de los otros titanes masculinos, con Atlas como su
general y luchador campeón.
Los dioses y los titanes se enfrentaron unos contra otros. La voladura de una isla aquí,
vaporizar un mar allá. Los Titanes eran fuertes y estaban bien armados. Al principio,
tenían ventaja. Incluso con armas de Cíclope mágicas, los dioses no estaban
acostumbrados a pelear. Era difícil no dejar caer tu tridente y correr cuando Atlas se
lanzaba sobre ti, gritando y blandiendo su espada.
Pero los dioses aprendieron a luchar. Los Cíclopes eventualmente armaron a todos los
dioses con armas de última tecnología. Los Cientímanos aprendieron a bombardear
piedras como catapultas vivientes.
Estarás pensando, ¿Qué tan difícil puede ser tirar piedras?
Bueno, intenta tirar piedras con las dos manos al mismo tiempo y golpea tu objetivo.
No es tan fácil como parece. Ahora, imagina la coordinación de un centenar de manos
libres, todas tirando piedras del tamaño de refrigeradores. Si no tienes cuidado,
lanzarías rocas a todas partes y aplastarías a tus aliados.
67
Una vez que los dioses aprendieron a luchar, la guerra duró mucho tiempo, porque
ninguno de los combatientes de ambos lados podía morir. No podías apuñalar a un
hombre, dispararle, o tirarle una casa en él y darlo por terminado. Había que capturar
en realidad a cada enemigo y asegurarse de que estaba herido, tanto que nunca sanaría.
Luego habría que averiguar qué harían con su cuerpo paralizado. Como Zeus sabía,
incluso tirar a alguien al Tártaro no era una garantía de que se quedaría perdido para
siempre.
Pequeñas peleas no iban a decidir nada.
Finalmente Zeus encontró un gran plan.
—Tenemos que asaltar el Monte Otris ―dijo a sus hermanos en su reunión de guerra
semanal—. Un asalto frontal a sus cuarteles. Si hacemos eso, los Titanes hostiles se
unirán para proteger a Cronos. Entonces podremos derribar a todos de una sola vez.
—En otras palabras —dijo Hades —, quieres que cometamos un suicidio.
Poseidón se apoyó en su tridente.
—Por una vez, estoy de acuerdo con Hades. Si marchamos hasta las laderas del Monte
Otris, Atlas estará listo para nosotros. Sus tropas tendrán cubierta la parte más alta.
Ellos nos van a aplastar. Si intentamos volar, vamos a recibir un disparo en el aire.
Ellos tienen un montón de misiles y armas anti-dioses.
Los ojos de Zeus brillaron.
—Tengo un plan diferente. Vamos a distraerlos atacando desde un lado de la montaña
más cercana.
— ¿Hacer qué? ―preguntó Deméter. Parecía incómoda en su armadura, incluso
aunque la había diseñado ella misma. Había pintado una gavilla de cebada y una
margarita en su escudo, y como su principal arma había elegido una temible pala de
jardín.
Zeus dibujó un mapa de la península griega en la tierra. Cerca del Monte Otris había
otra montaña griega no tan alta ni tan conocida. Se llamaba Monte Olimpo.
68
—Nosotros escalaremos el Olimpo—dijo Zeus—. No estarán esperando eso, pero
Otris estará dentro del alcance de nuestros proyectiles. Los Cientímanos lanzarán
andanadas de piedras. Yo el rayo. Poseidón convocará tormentas y terremotos.
—Y yo me haré invisible —Hades murmuró.
Zeus dio una palmada a su hermano en el hombro.
—Tienes un trabajo muy importante, también. Enviarás ondas de terror a las filas
enemigas. Una vez que hayamos destruido sus defensas, todos volaremos hacia allá.
— ¿Incluyéndonos a nosotras las tres diosas? —solicitó Deméter—. Podemos luchar
también, ¿sabes?
— ¡Claro! ―sonrió nerviosamente Zeus—. ¿Creías que las había olvidado?
—Sí —dijo Deméter.
—Uh, de todos modos ―Zeus continuó—, volamos a Monte Otris, aplastamos a
cualquiera que esté de pie, y los llevamos a todos prisioneros.
Hestia se envolvió en su chal de color marrón claro.
—Sigo pensando que deberíamos hacer la paz.
— ¡NO! —gritaron los demás.
Hera golpeó el mapa.
—Es un plan muy loco. Me gusta.
Así que esa noche, bajo el amparo de la oscuridad, los dioses y sus aliados subieron el
Monte Olimpo por primera vez.
A la mañana siguiente, mientras Helios montaba su carruaje atractor de chicas en el
cielo, el rey Cronos despertó a un sonido parecido a un trueno. Probablemente debido a
que era un trueno.
Nubes de tormenta llegaron desde todas las direcciones. Zeus lanzó un rayo que
convirtió a la torre más alta en esquirlas de mármol negro. Los Cientímanos arrojaron
69
tantas piedras al Monte Otris que cuando Cronos vió por su ventana, parecía que
estuvieran lloviendo grandes electrodomésticos.
La hermosa cúpula del palacio explotó en nubes de polvo. Paredes desmenuzadas. Las
columnas cayeron como fichas de dominó.Los Cientímanos habían construido el Monte
Otris, y sabían exactamente cómo destruirlo.
El palacio se sacudió, Cronos agarró su guadaña y llamó a sus hermanos a atacar.
Pero la cosa era: a) las guadañas realmente no hacen mucho contra rayos y
relámpagos, b) nadie podía oírlo por encima del ruido, y c) el palacio se desintegró
alrededor él. Justo cuando él decía, “Titanes, ¡vamos!”, una sección de tres toneladas
del techo se derrumbó sobre su cabeza.
La batalla fue una masacre, si es que puedes tener una masacre donde nadie muere.
Algunos Titanes trataron de contraatacar, sólo para ser enterrados en una avalancha de
escombros y rayos.
Tras el asalto inicial, los dioses volaron y se opusieron a la resistencia.
Poseidón convocó terremotos para tragar a sus enemigos. Hades apareció en lugares al
azar y gritó “¡Boo!”. Su casco del terror (o su Gorra Boo, como los demás lo
llamaban) envió a los Titanes que estaban huyendo directamente a los lados del
acantilado, o a los brazos de los Cíclopes Mayores.
Cuando el polvo se asentó y las nubes de tormenta se esfumaron, incluso los dioses
tenían temor de lo que habían hecho.
No sólo el palacio de Cronos se había ido, toda la parte superior del monte Otris había
sido esquilada.
¿Ya te dije que Otris solía ser la montaña más alta de Grecia? Pues ya no lo es. Hoy
los es el Monte Olimpo, que solía ser la montaña más pequeña, mide más de nueve mil
pies de altura. El Monte Otris sólo cinco mil. Zeus y los Cientímanos habían
prácticamente dividido la montaña por la mitad.
70
Los Cíclopes sacaron a los Titanes de los escombros y empezaron a encadenarlos.
Ninguno de ellos se les escapó. El General Atlas y los cuatro hermanos que
controlaban las esquinas de la tierra se arrastraron ante Zeus y rogaron.
—Ah, mis queridos tíos—rió Zeus—. Koios, Crío, Hiperión, Jápeto, ustedes cuatro
van directamente al Tártaro, donde permanecerán para siempre.
Los cuatro hermanos bajaron la cabeza avergonzados, pero el general Atlas se rió de
su captores.
— ¡Dioses enclenques! ―bramó. Incluso envuelto en cadenas, era intimidante—. No
saben nada de cómo funciona el universo. Si lanzas a estos cuatro al Tártaro, ¡todo el
cielo caerá!
Sólo su presencia en las cuatro esquinas de la tierra mantiene la amplia extensión de
Urano de derrumbarse sobre nosotros.
—Tal vez. —Zeus sonrió—. Pero, afortunadamente, Atlas, ¡tengo una solución!
Siempre estás glorificando lo fuerte que eres. ¡A partir de ahora, tú vas a sostener todo
el cielo solo!
— ¿Qué?
—Brontes, Arges, Estéropes —dijo Zeus—. Es todo suyo.
Los Cíclopes Mayores arrastraron a Atlas a una montaña lejana donde el cielo estaba
muy cerca. No sé cómo lo hicieron, pero lograron que el cielo formara un pilar de
soporte central—una única nube enbudo, como el punto final de un cono.
Encadenaron a Atlas a la montaña y lo obligaron a cargar todo el peso del cielo sobre
sus hombros.
71
72
Ahora piensas, ¿Por qué no simplemente se negó a sostenerlo, y dejó que el cielo cayera?
Mencione las cadenas, ¿cierto? Él no podía huír sin ser aplastado.
Además, es difícil de apreciar a menos que lo hayas hecho (cosa que he hecho), pero sostener
el cielo es un poco como estar atrapado bajo una barra durante un press de banca7
. Toda tu
concentración se centra en evitar que esa cosa te aplaste. No puedes levantarla, porque es
demasiado pesada. No puedes soltarla, porque va a aplastarte cuando caiga.
Todo lo que puedes hacer es mantenerlo en su lugar, sudando, aguantando y gimiendo
“¡Ayuda!” con la esperanza de que alguien vaya a caminar por el gimnasio, notando que
estás siendo aplastando lentamente en un panqueque, y que te quite el peso de encima. Pero
¿y si nadie lo hace? Imagínese estar atrapado en esa situación paratoda la eternidad.
Ese fue el castigo de Atlas. Todos los otros titanes que lucharon en la guerra se libraron
fácilmente. Fueron lanzados de cabeza al Tártaro.
Lo que nos deja con la pregunta del millón de dracmas : ¿Qué pasó con Cronos?
Hay un montón de historias diferentes. La mayoría coincide en que él fue excavado de los
escombros y llevado ante Zeus. Otros dicen que fue atado con cadenas como los otros
Titanes y arrojado al Tártaro.
Según algunas tradiciones posteriores, y me gusta esta versión, Zeus tomó la guadaña de su
padre y cortó en pedazos a Cronos en la manera que él había cortado a Urano. Cronos fue
arrojado al Tártaro en pedacitos. Supuestamente, de ahí es donde se obtiene la idea del Padre
Tiempo con su guadaña, siendo depuesto todos los primeros de enero por un bebé de Año
Nuevo8
—aunque es difícil imaginar a Zeus en un pañal y sombrero de fiesta.
Algunas versiones afirman que Zeus liberó del Tártaro a Cronos muchos años después bien
para que viviese su retiro en Italia, o para que gobernase las Islas de los Bienaventurados en
7
El press de banca, press de pecho, fuerza en banco o fuerza acostado, es un ejercicio con pesas que trabaja
principalmente la zona superior del cuerpo.
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El bebé de Año Nuevo es una personificación del inicio del Año Nuevo comúnmente visto en las caricaturas
editoriales. Él simboliza el "nacimiento" del próximo año y el “paso" del año anterior; en otras palabras, un
"renacimiento" El mito más asociado con él es que es un bebé al principio de su año, pero el bebé de Año Nuevo del bebé
rápidamente envejece hasta que tiene una edad avanzada (como el Padre Tiempo, con el que se asocia a menudo) al final
de su año.
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Percy Jackson's greek gods

  • 1. 1
  • 2. 2
  • 3. 3 Esta traducción se ha hecho sin fines de lucro, con el único de propósito de compartir la obra del autor. Puedes apoyar al autor comprando sus libros y siguiéndolo en sus redes sociales. ¡Disfruta tu lectura!
  • 4. 4 Staff Moderadora Rashel Melbourne Traductores Riku Jones Anii Maldonado Angelline Ramos Miriam Hernández Belitza Troconiz Sol Torruella Hiram J. Romyss Makaεїз Cami Montenegro Guillermina Lopez Angie Koncurat Cami Russmann Rashel Melbourne Correctores Cami Montenegro Miriam Hernández Guillermina Lopez Anii Maldonado Angelline Ramos Andre Perez Romyss Hiram J. Belitza Troconiz Riku Jones Virginia Salinas Angie Koncurat Rashel Melbourne Rubén Thogo Revisión y Edición Rashel Melbourne
  • 5. 5 LIBROS ESCRITOS POR RICK RIORDAN Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro uno: El ladrón del rayo Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro dos: El mar de monstruos Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro tres: La maldición del titán Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro cuatro: La batalla del laberinto Percy Jackson y los Dioses del Olimpo libro cinco: El último héroe del Olimpo Los archivos del semidiós Percy Jackson’s Greek Gods, ilustrado por John Rocco
  • 6. 6 El ladrón del rayo: La novela gráfica El mar de monstruos: La novela gráfica La maldición del titán: La novela gráfica Las crónicas de Kane libro uno: La pirámide roja Las crónicas de Kane libro dos: El trono de fuego Las crónicas de Kane libro tres: La sombra de la serpiente Guía de supervivencia de Las crónicas de Kane La pirámide roja: La novela gráfica Los héroes del Olimpo libro uno: El héroe perdido Los héroes del Olimpo libro dos:
  • 7. 7 El hijo de Neptuno Los héroes del Olimpo libro tres: La marca de Atenea Los héroes del Olimpo libro cuatro: La casa de Hades Diario del semidiós El hijo de Sobek El báculo de Serapis
  • 8. 8 Derechos de autor del texto © 2014 por Rick Riordan Derechos de autor de ilustración © 2014 por John Rocco Diseño de tapa por Joann Hill Todos los derechos reservados. Publicado por Disney • Hyperion Books, imprenta de Disney Book Group. Ninguna parte de este libro debe ser reproducida o transmitida bajo ninguna circunstancia, formatos electrónicos y mecánicos, incluyendo fotocopiado, o de ninguna clase de almacenamiento, sin el permiso de la editorial. Para más información comuníquese con Disney • Hyperion Books, 125 West End Avenue, New York, New York 10023. ISBN 978-1-4847-0218-5 Visita www.DisneyBooks.com www.percyjacksonbooks.comContents
  • 9. 9 Índice Portada Libros por Rick Riordan Derechos de autor Dedicatoria Introducción El comienzo y esas cosas La era de oro del canibalismo Los olímpicos patean algunos traseros Zeus Hesita escoge al soltero número cero Deméter se convierte en Maizilla Perséfone  se casa con su acosador A Hera se le pierde un tornillo Hades mejora su hogar Poseidón se vuelve salado Zeus los mata a todos Atenea adopta un pañuelo Tienes que amar a Afrodita Ares, el macho MÁS macho
  • 10. 10 Hefesto me hace una llama dorada (en realidad no, pero realmente debería) Apolo canta, baila y le dispara a la gente Artemisa libera a los Cerdos de la Muerte Hermes va al reformatorio Dionisio conquista el mundo con una bebida refrescante Epílogo Listado de ilustraciones Sobre el autor y el ilustrador
  • 11. 11 A mi padre, Rick Riordan, Sr., quien me leyó mi primer libro de mitología. —R.R. A mis héroes de la ilustración: N. C. Wyeth, Maxfield Parrish, Arthur Rackham y Frank Frazetta —J.R.
  • 12. 12 Introducción Un editor en Nueva York me pidió que escribiera todo lo que sé sobre dioses griegos y yo le dije "¿Podríamos mantenerlo en el anonimato? Porque no quiero que los olímpicos se enojen conmigo otra vez". Pero, si les sirve de algo aprender sobre dioses griegos y cómo sobrevivir a un encuentro con ellos si alguna vez se aparecen frente a ustedes, entonces, creo que escribir esto será mi buena acción de la semana. Si no me conocen, mi nombre es Percy Jackson. Soy un semidiós moderno — mitad dios, mitad mortal, hijo de Poseidón — pero, no voy a decir mucho sobre mí. Mi historia ya ha sido escrita en algunos libros que son pura ficción (guiño, guiño) y donde yo soy únicamente un personaje de la historia. (cof — sí, seguro — cof). Ténganme paciencia mientras les cuento sobre los dioses ¿si? Hay como millones de versiones diferentes de cada mito, así que no se pongan en modo "¡Bueno, yo lo escuché de otra forma, estás EQUIVOCADO!" Voy a relatarles las versiones que creo tienen más sentido. Juro que no inventé nada de esto. Tomé todas estas historias de las versiones que escribieron los antiguos tipos griegos y romanos. Créanme, no podría inventar algo tan raro. Entonces, aquí vamos. Primero les diré sobre la creación del mundo. Luego, enlistaré a algunos dioses y les daré mi opinión de cada uno de ellos. Espero no hacerlos enfadar al punto de incinerarme, oh no— ¡AGGHHHHHHHH! Estaba bromeando. Sigo aquí. Como sea, comenzaré con la historia griega de la creación que, por cierto, es bastante confusa. Colóquense sus gafas de seguridad y sus impermeables. Habrá mucha sangre.
  • 13. 13 El comienzo y esas cosas L PRINCIPIO, yo no estaba allí. Tampoco creo que los antiguos griegos estuviesen ahí. Nadie tenia una birome y papel para tomar notas, entonces, no puedo asegurar lo que sigue, pero puedo contarles lo que los griegos creen que pasó. Había prácticamente nada en el comienzo. Mucha nada. El primer dios, si pueden llamarlo así, era Caos — una niebla espesa, sombría y melancólica con toda la materia del cosmos flotando a su alrededor. Aquí hay un dato para ustedes: Caos literalmente significa espacio vacío, en inglés, y no me refiero a la marca de ropa deportiva1 . Eventualmente, Caos dejó de ser tan caótico. Quizás se aburrió de ser tan denso y sombrío. Parte de la materia a su alrededor se solidificó, formando la tierra que, desafortunadamente, cobró vida y desarrolló su propia personalidad. Se llamó a sí misma Gaia, La Madre Tierra. 1 Juego de palabras entre “Gap” que significa espacio vacíoen español y “Gap” la marca de ropa deportiva. A
  • 14. 14 Ahora bien, Gaia era la tierra en sí misma — las rocas, los acantilados, los valles, la mismísima enchila. Pero, también podía tomar aspecto humano. Le gustaba caminar alrededor del mundo —lo que significa, básicamente, alrededor de sí misma— en forma de una mujer matriarcal con un ondeante vestido verde, cabello negro enrulado y una sonrisa serena en su rostro. La sonrisa que escondía un temperamento asqueroso. Eso lo verán muy pronto. Luego de pasar un largo periodo de tiempo sola, Gaia observó la niebla llena de nada que flotaba sobre la tierra y dijo: “¿Sabes lo que sería bueno? Un cielo. Realmente apostaría por un cielo. Y sería muy bonito también que hubiera un hombre atractivo del cual enamorarme, porque estoy un poco sola aquí abajo, en compañía de estas rocas”. O Caos la escuchó y cooperó, o Gaia simplemente lo deseó con fuerza suficiente para hacerlo suceder. El cielo se formó sobre la tierra —un domo de protección que era azul en el día y negro por la noche. El cielo se llamó a sí mismo Ouranos, otra forma de escribir Urano. —Sí, no hay forma de pronunciarlo sin que la gente se ría2 . Simplemente suena mal. No sé por qué no escogió un mejor nombre —como Matador o José — pero eso podría explicar porque estaba siempre de mal humor. Al igual que Gaia, Urano era capaz de tomar forma humana y visitar la tierra — lo que era bueno, porque el cielo está muy arriba, y las relaciones a distancia nunca funcionan. En su forma física, se veía como un hombre alto, robusto y con cabello negro medianamente largo. Vestía únicamente con un taparrabos y su piel cambiaba de color. —A veces azul con estampado de nubes en sus músculos, a veces oscuro con estrellas brillantes. Oigan, Gaia soñó que se vería así. No me culpen. En ocasiones, verán dibujos suyos sosteniendo la rueda del zodiaco, representando las constelaciones que cubren el cielo cada noche, por la eternidad. Como sea, Urano y Gaia se casaron. ¿Felices para siempre? No exactamente. 2 Ouranous en inglés suena igual que “urinario”.
  • 15. 15 Parte del problema fue que Caos se emocionó con sus creaciones. Pensó para su espesa, sombría y melancólica persona: Oigan, Tierra y Cielo. ¡Eso fue divertido! Me pregunto qué más puedo hacer. Pronto, creó todo tipo de problemas —y, por problemas me refiero a dioses. El agua se reunió fuera de Caos y se estancó en las partes mas profundas de la tierra, formando los primeros mares que, naturalmente desarrollaron su propia conciencia — el dios Ponto. Luego, Caos se volvió loco y pensó: ¡Ya sé! ¡Podría crear otro domo, al igual que el cielo, pero debajo de la tierra! ¡Eso sería grandioso! Por ello, otro domo apareció. Era oscuro, turbio y, en general, no muy agradable; dado que permanecía oculto de la luz del cielo. Este era Tártaro, el Hoyo de la Maldad. Como supondrán, luego de haber leído aquel nombre, cuando él formó su personalidad divina, no ganó ningún concurso de popularidad. El problema mayor era que ambos, Ponto y Tártaro se enamoraron de Gaia, lo que puso un poco de presión en la relación de ésta con Urano. Otro montón de dioses primordiales aparecieron pero, si intentara nombrarlos todos, podría estar escribiendo por semanas. Caos y Tártaro tuvieron un hijo (no me pregunten cómo, no tengo idea) llamado Nyx, que era la materialización de la noche. De alguna forma, Nyx tuvo una hija sin ayuda de nadie y la llamó Hemera. Era el día. Esas dos nunca se llevaron muy bien por que eran tan diferentes como… bueno, ustedes me entienden. De acuerdo con algunas historias, Caos también creó a Eros, dios de la procreación… en otras palabras, mamitas diosas y papitos dioses pudieron tener muchos bebés diosecitos. Otras leyendas dicen que Eros era hijo de Afrodita. Ya llegaremos a eso más adelante. No sé qué versión sea la real pero, puedo afirmar que Urano y Gaia comenzaron a tener hijos — con resultados bastante variados. Primero tuvieron una tanda de doce —seis niñas y seis niños llamados Titanes. Estos chicos se veían como humanos pero, eran mucho más altos y poderosos.
  • 16. 16 Ustedes pensarían que doce hijos serían suficientes para cualquier pareja ¿Verdad? Digo, con una familia tan numerosa podrías armar tu propio reality show en la televisión. Además, una vez que todos los titanes hubiesen nacido, las cosas comenzaron a complicarse en el matrimonio de Urano y Gaia. Urano comenzó a pasar mucho más tiempo paseando por el cielo. No bajaba a visitar. Tampoco ayudaba a criar a sus hijos. Gaia estaba resentida y ambos esposos comenzaron a pelear. Mientras los titanes crecían, Urano les gritaba, actuando como un padre horrible. Un par de veces, Gaia y Urano intentaron enmendar la relación. Gaia pensó que, quizás, si tenían otra camada de niños, su esposo y ella se sentirían más unidos…. Lo saben ¿No? Fue una pésima idea. Gaia tuvo trillizos. El problema: estos niños eran la definición de FEALDAD. Eran tan grandes y poderosos como los titanes pero, brutos y con una terrible necesidad de conseguir cera depilatoria. Lo peor era que cada uno de ellos tenía un único ojo en medio de su frente. A veces, se dice que hay caras que sólo una madre puede amar. Bueno, Gaia amaba a estos niños. Ella los llamó Cíclopes y, eventualmente, los niños expandirían su raza, teniendo varios otros hijos que son considerados cíclopes menores. Pero eso viene mucho después. Cuando Urano vio a los cíclopes trillizos, se espantó. — ¡Estos no pueden ser mis hijos! ¡No se parecen a mí! — ¡Ellos son tus hijos, holgazán! — le respondió Gaia, gritándole— ¡No te atrevas a abandonarme para que los críe yo sola!
  • 17. 17 —No te preocupes, no lo haré —gruñó Urano.
  • 18. 18 Él desapareció envuelto en una tormenta y regresó con gruesas cadenas oscuras hechas de cielo nocturno. Ató a los cíclopes y los tiró dentro del Tártaro, que era la única porción de creación donde Urano no podría verlos. Fue muy duro. ¿No? Gaia gritó y lloró pero, Urano se negó a liberar a los cíclopes. Nadie se atrevía a contradecir sus órdenes porque, para ese entonces, aquel díos estaba ganando reputación como un tipo bastante escalofriante. — ¡Yo soy el rey del universo! —bramó— ¿Cómo podría no serlo? Estoy literalmente por encima de todo lo demás. — ¡Te odio! —sollozó Gaia. —Harás lo que yo ordene. Soy el primero y el mejor de los dioses primordiales. —Yo nací antes —protestó Gaia—. Tú no estarías aquí si no fuera por mí. —No me pongas a prueba —rugió Urano—. Tengo muchas otras cadenas de oscuridad. Como ustedes se pueden imaginar, Gaia inició un terremoto total pero, no sabía qué más podría hacer. Sus primeros hijos, los titanes, se sintieron mal por su madre. No les agradaba mucho su padre —Gaia siempre hablaba mal de él, por una buena razón.— Pero, los titanes le tenían miedo a Urano y se sentían inútiles al no poder detenerlo. “Tengo que mantener la calma, por los chicos”. Pensó Gaia. “Tal vez, podría intentar solucionar las cosas una vez más”. Ella organizó una tarde romántica —con velas, rosas, música suave, etc. Seguramente usó magia antigua. Unos meses después, Gaia tuvo otro set de trillizos. Como si necesitara mas pruebas de que el matrimonio con Urano ya había muerto… Los nuevos niños eran incluso más monstruosos que los cíclopes. Cada uno de ellos tenía cien brazos alrededor del pecho, como espinas marinas; y cincuenta pequeñas cabezas apiñadas en sus hombros. Gaia los llamó Centímanos. Sin embargo, no tuvo tiempo de darles nombres individuales. Cuando Urano los vio, los arrancó de los
  • 19. 19 brazos de su madre. Sin decir palabra alguna, los envolvió en cadenas y los arrojó al Tártaro como si fueran bolsas de basura. Claramente, el tipo del cielo tenía problemas. Bueno, creo que eso es todo sobre Gaia. Ella lloró y gimió y causó tantos terremotos que los titanes corrieron a ver que le ocurría. — ¡Su padre es un completo ******! No sé cómo lo llamó pero, tengo la sensación de que esa fue la primera maldición jamás inventada. Gaia explicó lo sucedido y alzó sus manos causando que la tierra se abriera a sus pies. Invocó la sustancia más dura que pudo encontrar en sus dominios y la moldeó con su ira, creando la primera arma de la historia —una cuchilla curva de casi noventa centímetros. Le agregó una empuñadura de madera, realizada con la rama de un árbol cercano, y les mostró su creación a los titanes— ¡Observen, mis niños! El instrumento de mi venganza. ¡Lo llamaré guadaña! Los titanes murmuraron: ¿Para qué es eso? ¿Por qué es curvo? ¿Cómo se deletrea guadaña? — ¡Que uno de ustedes de un paso al frente! — gritó Gaia—. Urano no merece ser el rey del cosmos. Uno de ustedes lo matará y tomará su lugar. Los titanes se miraron con incomodidad. — Entonces… explica todo ese asunto de matar —dijo Océano. Era el mayor de los titanes pero, solía pasar el tiempo en mares lejanos con el dios primordial del agua, a quien llamaba Tío Ponto—. ¿Qué significa matar? —Ella quiere que exterminemos a nuestro padre —acertó a decir Temis. Ella era una de las más inteligentes y comprendió velozmente el concepto de castigar a alguien por sus crímenes—. Hagamos que deje de existir. — ¿Es eso posible? —preguntó su hermana Rea—. Creí que éramos todos inmortales.
  • 20. 20 Gaia gruñó, frustrada. — ¡No sean cobardes! Es muy simple. Toman este afilado cuchillo y cortan a su padre en pequeños trozos, así no nos molestará más. ¡Quien lo haga se convertirá en el nuevo gobernante del universo! Además, les cocinaré esas galletas que tanto les gustan. En tiempos modernos, tenemos un término para este tipo de comportamiento. Lo llamamos psicópata. Sin embargo, en ese entonces, las reglas de comportamiento eran considerablemente más flexibles. Quizás ahora te sientas mejor con respecto a tus parientes, sabiendo que la primera familia en toda la creación fue, también, la primera familia disfuncional. Los titanes comenzaron a murmurar y a señalarse entre ellos diciendo—: Oye, tú serías la mejor opción para matar a nuestro padre. —No, creo que tú deberías hacerlo. —Me encantaría matarlo pero, honestamente, tengo otras cosas que hacer, así que… — ¡Yo lo haré! —dijo una voz. El más joven de los doce se acercó al frente. Cronos era más pequeño que sus hermanos y hermanas. No era tampoco el más inteligente, o el más fuerte, o el más rápido. Pero, era quien más ansiaba tener poder. Yo supongo que cuando eres el más pequeño entre doce hijos, siempre intentas llamar la atención para que te noten. El titán mas joven amaba la idea de dominar el mundo, especialmente, si eso significaba convertirse en el jefe de sus hermanos. La oferta de galletitas tampoco le molestaba. Cronos medía aproximadamente dos metros con setenta centímetros, lo cual era poco para un titán. No se veía tan peligroso como sus hermanos pero, el chico era realmente deshonesto. Ya se había ganado el apodo de “El deshonesto” entre sus hermanos, porque jugaba sucio en sus competencias y nunca estaba donde esperaban encontrarlo. Tenía la sonrisa de su madre y el cabello negro, enrulado. Había heredado la crueldad de su padre. Cuando Cronos te miraba, no podías adivinar si estaba a punto de golpearte o de contarte un chiste. Su barba también era perturbadora. Él era muy joven
  • 21. 21 pero, ya se había dejado crecer el vello facial en una única púa que caía desde su mentón, como el pico de un cuervo. Cuando cronos vio la guadaña, sus ojos centellaron. Deseaba poseer esa cuchilla de hierro. Comprendió cuánto daño sería capaz de hacer con el arma. En lo que refería a matar a su padre — ¿Por qué no? Urano casi ni lo notaba. Tampoco Gaia. Sus padres posiblemente no recordaban su nombre. Cronos odiaba ser ignorado. Estaba cansado de ser el mas pequeño y de vestir esos estúpidos taparrabos de titanes. —Yo lo haré —repitió—. Yo cortaré a nuestro padre. — ¡Mi hijo favorito! —alabó Gaia—. ¡Eres impresionante! ¡Sabía que podría contar contigo! Emm… ¿Cuál de todos eras tú? —Cronos. —Forzó una sonrisa. Oigan, por una guadaña, galletitas y la oportunidad de matar a alguien, Cronos era capaz de ocultar sus sentimientos—. Estoy honrado de poder matar para ti, madre. Pero, voy a hacerlo a mi manera. Quiero que engañes a Urano para que te visite. Dile que lo sientes. Dile que todo ha sido tu culpa y que vas a cocinarle una cena especial para redimirte. Sólo has que venga esta noche y actúa como si aún lo amaras.
  • 22. 22
  • 23. 23 —Ew —musitó Gaia—. ¿Estás loco? —Sólo pretende —insistió—. Lo atacaré cuando tome forma humana y se siente a tu lado. Necesitaré ayuda. Se volteó hacia sus hermanos, que aparentemente sintieron un repentino interés en sus pies. —Chicos —dijo Cronos—, si esto no funciona, Urano va a tomar venganza sobre todos nosotros. No podemos cometer ningún error. Necesito que cuatro de ustedes lo sostengan para asegurarnos que no escape hacia el cielo antes que yo lo mate. Los demás titanes se mantuvieron en silencio. Probablemente estuvieran intentando imaginarse a su pequeño hermano Cronos intentando atacar a su gran y violento padre; no veían ninguna posibilidad de triunfar. — ¡Vamos! —chilló Cronos—. Yo me encargaré de descuartizarlo. Cuatro de ustedes estarán reteniéndolo. Cuando yo sea rey, recompensaré a esos cuatro. Le daré a cada uno de ellos un rincón de la tierra para gobernar —norte, sur, este y oeste. Es una oportunidad única en la vida ¿Quién está conmigo? Las chicas eran demasiado astutas como para formar parte del plan. Se excusaron y abandonaron el lugar. El mayor de los titanes, Océano, se mordió el pulgar, nervioso. —Yo tengo que regresar al mar, para hacer… algunas cosas acuáticas, lo siento. Eso solo dejaba a cuatro de los hermanos. Ceo, Jápeto, Crío y Hyperion. Cronos les sonrió. Tomó la guadaña de manos de Gaia y probó el filo de la punta, pinchando su propio dedo hasta que una gota de sangre dorada emanó. —Entonces, cuatro voluntarios ¡genial! Jápeto se aclaró la garganta. —Emm… en realidad. Hyperion le dio un codazo a Jápeto. —Estamos contigo —prometió—. Puedes contar con nosotros. —Excelente —dijo Cronos. Esa fue la primera vez en la historia que un genio maligno dijo “excelente”3 . Cronos les explicó el plan. 3 Referencia a personajes como Mr. Burns de Los Simpsons.
  • 24. 24 Esa noche, increíblemente, Urano apareció. Caminó por el valle donde solía encontrarse con Gaia hasta que vio la imponente cena que descansaba sobre una mesa. —Recibí tu nota ¿Enserio quieres disculparte? —Absolutamente. —Gaia llevaba su mejor vestido verde, sin mangas. Su cabello enrulado estaba adornado con joyas (que le resultaban fáciles de obtener, siendo la madre tierra). Olía a rosas y jazmín. Se reclinó sobre un sofá bajo la tenue luz de unas velas e invitó a su marido a acercársele. Urano se sintió mal vestido con su taparrabos. No se había cepillado el cabello ni nada. Su piel de noche era oscura y estaba cubierta de estrellas pero, probablemente eso no contaba como una “corbata negra” para una cena elegante. Comenzó a pensar que debería, al menos, haberse lavado los dientes. ¿Sospechaba? No lo sé. Recuerden, nadie en la historia del cosmos había descuartizado a alguien aún. Él iba a ser el primero. Además, se sentía solo paseando por el cielo. Su única compañía eran las estrellas, el dios del aire, Éter (quien era, de hecho, un cabeza hueca) y Nyx y Hemera, madre e hija, quienes discutían todos los amaneceres y atardeceres. —Entonces, —las manos de Urano sudaban. Había olvidado que tan bella era Gaia cuando no le estaba gritando— ¿Ya no estás enfadada? —Para nada —aseguró ella. —Y… ¿estás de acuerdo con todo eso de encadenar a nuestros hijos y tirarlos al abismo? Gaia presionó sus dientes con fuerza y forzó una falsa sonrisa. —Puedo aceptarlo. —Bien —dijo Urano—, porque esos chicos eran realmente HORRIBLES. Gaia palmeó el sofá. —Ven, siéntate conmigo, mi querido esposo. Urano se acomodó a su lado. Tan pronto como se sentó, Cronos susurró desde detrás de una roca—: ¡Ahora!
  • 25. 25 Sus cuatro hermanos saltaron desde sus escondites. Crío se había disfrazado de arbusto. Ceo había cavado un hoyo para sí mismo y lo había cubierto con ramas. Hyperion se había acomodado detrás del sofá (era un sofá enorme) y Jápeto intentaba verse como un árbol, con sus brazos como ramas. Por algún extraño motivo, había funcionado. Los cuatro titanes atraparon a Urano. Cada uno lo sostuvo de un brazo o una pierna, manteniéndolo recostado con el rostro contra el suelo. Cronos emergió de las sombras. Su guadaña de hierro brillaba bajo las estrellas. —Hola, padre. — ¿Qué significa esto? —protestó Urano—. ¡Gaia, diles que me suelten! — ¡Ja! —Gaia se puso de pie—. No tuviste compasión de nuestros hijos, mí querido esposo; tú tampoco mereces compasión. Además ¿Quién se pondría un taparrabos para una cena elegante? ¡Estoy decepcionada! Urano se retorció, en vano. — ¿Cómo se atreven? ¡Soy el rey del cosmos! —Ya no. —Cronos alzó la guadaña. — ¡Ten cuidado! Si haces esto, emm… ¿Cuál era tu nombre? — ¡CRONOS! —Por hacer esto, Cronos —dijo Urano—, ¡te maldigo! Un día, tus propios hijos te destruirán y tomarán el trono, de la misma forma que estas haciéndolo tú, en este momento. Cronos rió. —Déjales intentarlo. Dejó caer la guadaña. Cortó a Urano justo en… bueno ¿Saben qué? No tengo el valor de decirlo. Si son hombres, imaginen el lugar más doloroso donde puedan lastimarte. Exactamente. Justo allí. Cronos siguió cortando mientras Urano aullaba de dolor. Fue algo así como la más asquerosa escena de una película de terror de bajo presupuesto que puedan imaginarse, con sangre por todos lados. —Con la diferencia de que la sangre de los dioses es dorada, y se llama Icor.
  • 26. 26 Algunas gotas se derramaron sobre rocas cercanas. Era una sustancia poderosa y, cuando nadie estaba viendo, algunas criaturas surgieron del Icor. — tres siseantes demonios alados llamados Furias, los espíritus del castigo que, inmediatamente, volaron hacia la oscuridad del Tártaro. Otras gotas de sangre celestial cayeron sobre tierra fértil, de donde nacieron salvajes pero gentiles criaturas llamadas ninfas y sátiros. En realidad, había sangre de todos lados. En serio, esas manchas nunca pudieron ser limpiadas de la camisa de Cronos. —Bien hecho, hermanos —Cronos gritó, sonriendo de oreja a oreja, Su guadaña chorreaba gotas doradas. Jápeto se sentía enfermo. Los demás reían y se palmeaban las espaldas. —Oh, mis niños —dijo Gaia—. Estoy tan orgullosa de ustedes ¡Haré galletas y ponche para todos! Antes que la celebración comenzara, Cronos reunió los restos de su padre y los envolvió con el mantel. Quizás, resentido por la cobardía de su hermano Océano, Cronos arrojó el paquete al mar. La sangre se mezcló con el agua y, bueno… ustedes se imaginan lo que ocurrió. Ahora seguro me preguntaran “Bueno, si mataron al cielo ¿Por qué cuando alzo la vista aun puedo verlo?” Respuesta: no tengo idea. Supongo que Cronos mató únicamente la forma física de Urano. Entonces, la parte celestial del cielo no puede aparecerse más sobre la tierra y reclamarla. Prácticamente lo exiliaron al aire. Por lo tanto, no está exactamente muerto pero, ya no puede hacer nada mas que actuar como un inofensivo domo cernido sobre el mundo. Como sea. Cronos regresó al valle y los titanes estaban celebrando con una fiesta. Gaia nombró a Cronos “Señor del universo”. Lo convirtió en una figura dorada de coleccionista, con corona de oro y todo.
  • 27. 27 Cronos mantuvo su promesa y entregó a los cuatro titanes que ayudaron un rincón de la tierra. Jápeto se convirtió en el titán del oeste. Hyperión obtuvo el este. Ceo tomó el norte y Crío el sur. Esa noche, Cronos alzó una copa de néctar, que es la bebida preferida de todos los inmortales. Intentó mostrar una sonrisa confiada, como cualquier otro gobernante, aunque, en el interior, le preocupaba la maldición de Urano —que algún día sus hijos lo destronarían. A pesar de eso, gritó—: ¡Disfruten, mis hermanos! ¡Hoy comienza una Era de Oro! Si les gustan las mentiras, robos, traiciones y canibalismo, entonces, sigan leyendo porque, esta fue, definitivamente, la era de oro de todo aquello.
  • 28. 28 La era de oro del canibalismo L PRINCIPIO, CRONOS NO ERA TAN MALO. Tuvo que esforzarse para convertirse en un asqueroso líder sin escrúpulos. Liberó del Tártaro a los cíclopes y a los centímanos, alegrando a Gaia. Los grandotes eran útiles. Habían pasado mucho tiempo en el abismo, aprendiendo a forjar metales y trabajar la piedra (supongo que no tenían nada mejor que hacer allá abajo) y, para demostrar su gratitud, le construyeron a Cronos un enorme palacio en la cima del Monte Otris que, en ese entonces era la montaña más alta de Grecia. El palacio estaba hecho de reluciente mármol negro. Altísimas columnas y vastos salones resplandecían bajo la luz de antorchas mágicas. El trono de Cronos lo esculpieron de un bloque de obsidiana, adornado con oro y diamante—sé que suena impresionante pero, posiblemente fuera incómodo. A Cronos le daba igual. Se podía A
  • 29. 29 sentar allí todo el día, inspeccionando el mundo debajo de él mientras decía en tono maligno “¡Mío! ¡Todo es mío!”. Sus hermanos titanes no discutían con él; ya se habían adueñado de sus territorios preferidos —además, luego de haber visto a Cronos blandiendo la guadaña, no querían hacerlo enfadar. A eso de ser rey del cosmos Cronos le sumó el convertirse en titán del tiempo. No podía aparecerse en cualquier época como Doctor Who ni nada de eso, pero era capaz de ralentizar o acelerar el tiempo. Cuando te encuentras en medio de una clase increíblemente aburrida que parece no terminar jamás, culpa a Cronos. O cuando tu fin de semana se siente muy corto, eso también es culpa suya. El titán estaba interesado especialmente en lo que respecta al poder destructivo del tiempo. Él no podía creer lo que unos pocos años hacían a los mortales. Para divertirse, solía viajar alrededor del mundo, acelerando la vida de árboles, plantas y animales, viendo como se marchitaban y morían. Nunca se aburría de hacer eso. En lo que a sus hermanos respecta, los cuatro que lo ayudaron a asesinar a Urano recibieron los rincones de la tierra —lo que es raro, ya que los griegos creían que el mundo era un circulo chato, como un escudo, sin esquinas. Pero, da igual. Crío era el titán del sur. Adoptó el cuerno como su símbolo, ya que la constelación de Tauro brillaba en el cielo del sur. Su armadura era de color azul marino, adornada con estrellas. Los cuernos de su armadura sobresalían del yelmo. Crío era oscuro y silencioso. Podía pararse en el extremo sur del mundo, observando las constelaciones y pensando profundamente — o, quizás, simplemente pensaba en conseguir un mejor empleo. Ceo, el titán del norte, vivía en el lado opuesto del mundo (obviamente). A veces lo llamaban Polo, porque controlaba el polo norte. Esto fue mucho antes que Santa Claus se mudara allí. Ceo fue el primer titán en obtener el don de la profecía. De hecho, Ceo significa “pregunta”. Podía hacerle preguntas al cielo y, a veces, el cielo les susurraba las respuestas. ¿Aterrador? Sí. No sé si se comunicaba con el espíritu de Urano o qué, pero sus predicciones eran muy útiles y los otros titanes comenzaron a hacerle preguntas estúpidas como: ¿Cómo estará el clima el sábado? ¿A quién matará
  • 30. 30 Cronos hoy? ¿Que debería lucir en la fiesta que organiza Rea? Ya saben, ese tipo de cosas. Eventualmente, Ceo le transmitió el don de la profecía a sus hijos. Hyperion, titán del este, era el más llamativo de los cuatro. Dado que la luz del día aparece por el este cada mañana, él se llamó a sí mismo “Señor de la luz”. A sus espaldas, todos lo llamaban Cronolito porque hacia todo lo que Cronos le decía. Como sea, Hyperion se vestía con una llamativa armadura dorada que era famosa por prenderse fuego esporádicamente. Era el alma de las fiestas. En contrapartida, Jápeto era el más relajado. El titán del oeste. Un buen ocaso siempre te hace desear resguardarte del frío y descansar. A pesar de eso, no quisieran que este chico se enfadara con ustedes. Es un excelente luchador y sabe cómo usar una lanza. Jápeto significa, literalmente, “el perforador” y estoy seguro que no recibió ese nombre por perforar orejas para colocarles pendientes a las niñas en el centro comercial. El último hermano, Océano, escogió dominar el agua que rodeaba al mundo. Ahora comprenden por qué toda esa masa líquida se llama océano. Podría haber sido peor. Si Jápeto hubiese dominado ese territorio, hoy en día hablaríamos de “Jápeto Atlántico”, “Jápeto Indico” y cosas así. Ahora lo entienden, no sonaría tan bien. Antes de comenzar con las titanes femeninas, permítanme quitarme un último asunto de encima. Verán, eventualmente estos titanes comenzaron a pensar cosas como “Oigan, papá tenía a Gaia por esposa ¿Con quién podríamos casarnos nosotros?” entonces, miraron a sus hermanas y pensaron “Mmm…..” Lo sé, lo sé. Seguramente están gritando “¡ESO ES ASQUEROSO! ¿Intentaron casarse con sus hermanas?” Sí. Yo también creo que es algo repugnante pero, piensen que los titanes no tenían el concepto de una familia normal. Ellos ven las cosas de otro modo y, como ya les he dicho, las reglas de comportamiento eran más permisivas en esa época. Además, no tenían muchas otras opciones. No existía una web del estilo encuentrauntitan.com para buscar a tu alma gemela.
  • 31. 31 Es importante recordar que los inmortales son diferentes a los humanos. Viven para siempre, o algo así. Tienen poderes geniales. Tienen icor en vez de sangre y ADN, así que no les molesta mezclarse con otros miembros de su familia. Por todo eso, no ven el matrimonio entre hermanos como un problema. Si fueran inmortales, ustedes y sus hermanos, a pesar de haber nacido de una misma madre, dejarían de ser hermanos al convertirse en adultos. Al menos, esa es mi teoría. Sino, tal vez los titanes sean simplemente raros. Lo dejo a su criterio. Volviendo al tema, no todos los titanes desposaron a sus hermanas. Sólo algunos. La mayor era Tea. Si querías que te prestara atención, simplemente necesitabas poner algo brillante frente a ella. Amaba las cosas brillantes y los paisajes escénicos. Cada mañana, bailaba felizmente ante la salida del sol. Trepaba a las montañas sólo para admirar el vasto paisaje. En ocasiones, excavaba para conseguir piedras preciosas que luego pulía con su magia. Tea es quien dio lustre al oro y chispas a los diamantes. Ella se convirtió en la titán de la claridad. Porque su vida podía ser resumida como brillos y destellos. Se casó con Hyperion, señor de la luz. Podrán imaginarse que se llevaban de maravilla, aunque no comprendo cómo podían dormir con Hyperion brillando toda la noche y Tea murmurando “¡Brilla! ¡Brilla!” ¿Qué pasaba con su hermana Temis? Era totalmente diferente. Una mujer tranquila y pensativa que nunca intentó llamar la atención. Se vestía siempre con un largo manto blanco que cubría incluso su cabello. Desde pequeña supo distinguir entre lo bueno y lo malo, comprendiendo el concepto de justicia. Si alguna vez dudaba, pedía consejo a la tierra. Sinceramente, no creo que se refiriese a Gaia. Esa señora no tiene ni idea de lo que es bueno o malo. Como sea, Temis tenía muy buena reputación entre sus hermanos. Solía mediar en los peores argumentos. Se convirtió en la titán de las leyes de la naturaleza. No se casó con ninguno de los otros titanes. Eso demuestra cuán sabia era. Tercera hermana: Tetis. Prometo que es la última cuyo nombre empieza con “T” porque, hasta a mí me confunden. Ella amaba los ríos, las aguas termales y cualquier tipo de agua que fluyese naturalmente. Era muy amable y siempre ofrecía a sus
  • 32. 32 hermanos algo para beber. Aunque a los demás les molestaba que ella siempre les dijera que necesitaban veinticuatro grandes vasos de agua por día para no deshidratarse. Tetis se consideraba a sí misma la enfermera del mundo, ya que todo ser viviente requería agua. Se casó con Océano, un descerebrado. Imagino que habrá sido algo así como “Oye ¿Te gusta el agua? ¡A mí también! ¡Deberíamos casarnos!” Febe, la cuarta hermana, vivía en el centro geográfico del mundo que, para los griegos se traducía como El Oráculo de Delfos — aguas termales sagradas donde podías oír voces susurrándote el futuro, siempre y cuando estuvieses dispuesto a escucharlas. Los griegos se referían a este sitio como “ónfalo”, lo que literalmente significa “el ombligo del mundo”. Pero nunca especificaron si era un ombligo sobresaliente o hundido. Febe fue la primera en comprender el método para escuchar voces en el oráculo. Pero, ella no era de esas sombrías y misteriosas adivinas. Su nombre significa “brillo” y Febe siempre veía el lado positivo de las cosas. Sus profecías eran como galletas de la fortuna —sólo cosas buenas. Eso estaba bien, creo, si no querías escuchar las malas noticias. Ahora bien, si tu intención era saber algo así como “¿Voy a morir mañana?” ella te contestaría “Oh, yo preveo que no tienes que preocuparte por el próximo examen de matemática”. Febe se casó con Crío, el tipo del norte que también había recibido el don de la profecía. Desafortunadamente, se veían poco ya que vivían muy lejos. Bonus: mucho después, el nieto de Febe, un hombre llamado Apolo, se apoderó del oráculo ya que también había heredado el don. A veces a Apolo le decían Febo Apolo. La hermana titán numero cinco era Mnemosina — con mi dislexia tuve que escribir eso como veinte veces hasta que me quedó bien; y quizás aún está mal. Estoy seguro que se pronuncia algo así como NEMO-sina. Ella había nacido con memoria fotográfica, mucho antes que alguien supiera lo que era una foto. Enserio, se acordaba de todo— los cumpleaños, la tarea, sacar la basura, alimentar al gato. En cierto modo, era algo bueno. Se hacia cargo de los datos familiares y jamás olvidó nada. En otro sentido, tenerla cerca era una molestia ya que se la pasaba recordándote cosas. ¿Has olvidado ese momento vergonzoso de cuando tenías ocho años? Ella se acordaba. ¿Y el préstamo que te dio hace cientos de años y nunca le pagaste? Se acordaba. La peor parte es que Mnemosina esperaba que todos tuvieran su memoria. Para ayudar a sus hermanos, inventó letras y escritura para que los pobres cabezas huecas pudieran
  • 33. 33 anotar cosas importantes. Mnemosina se convirtió en la titán de la memoria, especialmente de la memorización. La próxima vez que tengas que estudiar para un examen de gramática o de geografía (de esos donde tienes que aprender los cincuenta estados y sus capitales), agradézcanselo a ella. Estoy seguro que fue su idea. Nadie quiso casarse con Mnemosina. Imagínense el motivo. Finalmente, hemos llegado a la hermana numero seis: Rea. Pobre Rea, era la mas dulce y hermosa de las titanes. Lo que claramente significa que su suerte era pésima y su vida muy dura. Su nombre significa “fluir” o “aliviar”. Cualquiera de las definiciones sirve. Rea siempre fluía con la corriente y aliviaba a los demás. Deambulaba por los valles de la tierra, visitando a sus hermanos y hermanas, hablando con ninfas y sátiros que habían nacido de la sangre de Urano. Rea amaba a los animales. Su favorito era el león. Si buscan imágenes de Lea, casi siempre está rodeada de leones. Asumo que se sentía segura caminando, incluso, en los peores vecindarios. Rea se convirtió en la titán de la maternidad. Adoraba a los bebes y ayudaba a sus hermanas a cuidarlos. Eventualmente la apodaron Gran Madre cuando tuvo sus propios hijos. Desafortunadamente, para eso había tenido que casarse. Allí comenzaron sus problemas. Todo iba bien hasta que ¿Qué pudo haber pasado? Gaia pensó lo siguiente: le encantaba ver a sus hijos dominando el mundo y había decidido retirare a la tierra y descansar. Había tenido ya dieciocho hijos. Merecía el descanso. Confiaba en que Cronos se encargaría del asunto y seria un buen rey por siempre (si, seguro). Conforme con lo que sucedía en la superficie, Gaia se tomó una siesta que, en términos geológicos duro un par de milenios. Mientras tanto, los titanes habían comenzado a tener sus propios hijos que eran la segunda generación de titanes. Océano y Tetis, Sr. y Sra. Agua, tuvieron una hija llamada Climent, diosa de la fama. Supongo que se interesó por los famosos porque creció en medio del mar donde no sucedía absolutamente nada. Lo único que podía hacer era leer revistas y ponerse al tanto de las novedades de Hollywood… o lo habría hecho, si Hollywood existiera. Al igual que los adolescentes obsesionados con la fama, ella se fue al oeste, enamorándose del titán que dominaba aquel territorio, Jápeto. Sí, ya se. Técnicamente era su tío. Desagradable pero, como dije antes, los titanes eran diferentes. Les recomiendo no darle muchas vueltas al asunto.
  • 34. 34 Entonces, Jápeto y Climent tuvieron un hijo llamado Atlas, un excelente luchador y también un patán. Cuando creció, se convirtió en la mano derecha de Cronos y en su general. Luego, Jápeto y Climene tuvieron un hijo llamado Prometeo, quien era casi tan inteligente como Cronos. Según algunas leyendas, Prometeo inventó un tipo de ser viviente inferior del que deben haber oído hablar —humanos. Un día, Prometeo estaba aburrido junto al río, construyendo cosas con arcilla y esculpió un par de figuras de aspecto chistoso que se parecían a los titanes pero, más frágiles. Tal vez, algo de sangre de Urano se había mezclado con esa arcilla o, quizás, Prometeo sopló vida en las figuras— No lo sé. Pero las figuras de arcillas cobraron vida y se convirtieron en los primeros seres humanos.
  • 35. 35
  • 36. 36 ¿Le dieron una medalla por eso? Nah. Los titanes veían a los humanos de la misma forma que nosotros vemos a los hámsteres. Algunos titanes, sin embargo, creyeron que los humanos eran adorables, aunque morían muy rápido y no servían para nada. Otros titanes pensaban que los humanos eran repulsivos. Algunos no les prestaban atención. Mientras tanto, los humanos se escondían en cuevas e intentaban no ser pisados. Los grandes titanes continuaron teniendo bebés titanes. No los nombraré a todos. SI lo hiciera, podríamos estar aquí tanto tiempo como la siesta de Gaia. Sin embargo, Crío y Febe, la pareja de las profecías, tuvo una niña llamada Leto, quien se convirtió en la protectora de los pequeños. Algo así como la primera niñera de la historia. Todos los titanes que eran padres la amaban. Hyperion y Tea, Sr. y Sra. Brillantes, tuvieron gemelos llamados Helio y Selene. Ellos estaban a cargo del sol y la luna. Tiene sentido ¿No? Es imposible brillar tanto como esa familia. Helio conducía su carruaje llevando al sol a través del cielo cada día, incluso si eso sumaba muchas millas al vehículo. Helios se consideraba un hombre ardiente y tenia el mal habito de llamar a su carruaje de sol “el imán de chicas”. Selene no era tan llamativa. Conducía su carro de luna a través del cielo durante la noche. Le gustaba la soledad aunque, una vez se enamoró. Ese fue el romance más trágico de la historia. Pero lo cuento más tarde. Un titán en particular no quería casarse ni tener hijos, Cronos, el rey del cosmos. Él se sentaba en su trono del palacio en el Monte Otris, de mal humor, viendo como los demás eran felices. ¿Recuerdan esa maldición de Urano que decía que, algún día, los hijos de Cronos lo traicionarían? Bueno, Cronos no podía sacarse la idea de la cabeza. Al principio, pensó que sería fácil y se dijo a sí mismo: “Simplemente no me casaré ni tendré hijos”. Pero es doloroso estar solo cuando todos tus hermanos están formando hermosas y felices familias. Cronos había ganado el trono justamente pero, esa maldición arruinaba el orgullo de haber matado a su padre. Ahora, debía preocuparse por no ser destronado mientras el resto de los titanes disfrutaban de la vida. Injusto.
  • 37. 37 Sus parientes ya no lo visitaban. Desde que mamá Gaia estaba durmiendo, la cena familiar de los domingos había sido cancelada. Todos ponían excusas, decían estar ocupados. Cronos sospechaba que todos le temían, lo cual no era extraño. El chico tenía el temperamento y la crueldad de su padre, la guadaña era intimidante y solía gritar “¡Los mataré a todos!” cada vez que se enojaba. No era culpa suya. Una mañana, Cronos se despertó sobresaltado. Había un cíclope martillando bronce justo fuera del palacio ¡A las siete de la mañana de un domingo! El líder había prometido a su madre que liberaría a los cíclopes y a los centímanos pero, eran realmente molestos y se volvían cada día más feos. Olían como pañales sucios, nunca se aseaban y se pasaban el día haciendo ruido —construyendo, martillando, golpeando piedras. Habían sido de utilidad a la hora de construir el palacio pero, ahora simplemente molestaban. Un día, Cronos llamó a Atlas, a Hyperion y a algunos otros de la pandilla. Rodearon a los cíclopes y a los centímanos. Les dijeron que iban a ir de paseo pero, los encadenaron y los devolvieron al Tártaro. Si Gaia despertaba se enfadaría — ¿Y qué? Cronos era el rey de todo. Mamá tendría que aceptar su decisión. Las cosas estaban tranquilas en el palacio pero al rey le molestaba no poder tener novia. Especialmente, a la chica que le gustaba. Secretamente, se había enamorado de Rea. Ella era hermosa. Cada vez que la familia titán se reunía, Cronos la observaba. Si notaba que algún otro titán coqueteaba con ella, los amenazaba con su guadaña. Cronos amaba la risa de Rea. Su sonrisa era mas brillante que el imán de chicas de Helios… quiero decir, que el carro del sol. El rey amaba como el cabello oscuro caía sobre los hombros de la chica. Sus ojos eran tan verdes como cualquier prado y sus labios… bueno, Cronos soñaba con besarla. Además, Rea era dulce y amable. Todos la amaban. Cronos pensó: Si tuviera una esposa así, mi familia no me temería tanto. Vendrían al palacio mas seguido y me ayudarían a ser un buen titán ¡La vida seria mucho mejor!
  • 38. 38 Pero, otra parte de el pensó: No, no puedo casarme por culpa de esa estúpida maldición. Cronos estaba frustrado. Era el rey del maldito universo. Podía hacer lo que quisiera. Quizás Urano sólo intentaba asustarlo y no había ninguna maldición. A parte, quizás nunca tendría hijos a pesar de estar casado. Nota mental: Si no quieres tener hijos, no te cases con la chica que es la diosa de la maternidad. El rey intentó contenerse pero, no pudo. Invitó a Rea a una cena romántica y le confesó sus sentimientos. Esa misma noche, pidió su mano. No sé si Rea amaba a ese tipo o no. Si no lo hacia, imagino que tendría mucho miedo de rechazarlo. Es decir, Cronos era un asesino, después de todo— quien mató a su propio padre, el anterior rey del universo. Si nunca ayudó a su imagen personal el tener la guadaña contra la pared, a su lado. El hecho de verla brillar a la luz de unas velas habrá sido terrible para la pobre Rea. Ella aceptó el compromiso. Quizás Rea creyó que podría cambiar a su esposo. Tal vez Cronos también pensó que podría convertirse en alguien mejor. No importa. La feliz pareja tuvo una linda luna de miel. Un par de semanas mas tarde, cuando Cronos se entero que (sorpresa, sorpresa) Rea estaba embarazada, intentó convencerse de que todo estaba bien. Fue feliz. Él no sería un mal padre como Urano lo había sido. No importaba si el bebé era niño o niña. Cronos amaría a sus hijos y olvidaría la vieja maldición. Entonces nació. Una hermosa titán bebé. En secreto, Rea temía que el bebé pudiese ser un cíclope o un centímano. Quizás Cronos también temía que eso ocurriera. Pero, NOP. La niña era perfecta. De hecho, quizás demasiado perfecta. Rea la llamo Hestia. La envolvió en suaves sábanas y se la mostró a su orgulloso marido. Al comienzo, Cronos sonrió. La pequeña no era un monstruo — ¡dulce! Pero, al mirarla a los ojos notó que no era una titán. Era muy pequeña, aunque pesada y
  • 39. 39 perfectamente proporcionada. Irradiaba poder. El rey entendía de tiempo y pudo vislumbrar el aspecto de la niña al crecer. Ella sería más chica que un titán, pero capaz de lograr grandes hazañas. Podría vencer a cualquier titán. Hestia era una versión mejorada de los titanes —titán 2.0, la nueva generación. De hecho, no era realmente titán, era una diosa —la primera de una nueva rama de inmortales. Al mirarla, Cronos se sintió como un celular viejo observando al smartphone más moderno. Supo que sus días estaban contados. El padre abandonó su sonrisa orgullosa. Esa niña no debía crecer, o la profecía de Urano se convertiría en realidad. Cronos tenía que actuar rápido. Sabía que Rea no le permitiría matar a la niña (además, estaban esos estúpidos leones que la protegían). Tenía que deshacerse de Hestia inmediatamente. Cronos abrió su boca —muy muy muy muy abierta. Más abierta de lo que nadie podría. Su mandíbula parecía la de esas serpientes que se pueden comer una vaca. Se puso a Hestia en la boca y la tragó. Fue como: GULP. Se ha ido. Como pueden imaginarse. Rea se sobresaltó. — ¡Mi bebé! —gritó—. Tú, tú... —Oh, perdón —se disculpó Cronos—. Fue un accidente. Los ojos de Rea se llenaron de lágrimas. Gritó. Quería golpear a Cronos con sus propios puños y lanzarle a los leones, pero temía herir a la pequeña que estaba en el interior del rey. — ¡Escúpela! —demandó. —No puedo. Mi estómago es muy poderoso. Cuando trago algo, no sale nunca más. — ¿Cómo pudiste tragarte a tu hija? —le gritó Rea. —Sobre eso… —Cronos intentó parecer triste—. Escucha, cariño. Las cosas no hubieran funcionado bien con esa niña.
  • 40. 40 — ¿A qué te refieres? —Hay una maldición —le contó la verdad—. Es decir, ¡vamos, cariño! La beba ni siquiera era titán, era problemática. El próximo bebé será mejor, lo sé. Eso sonaba perfectamente razonable para Cronos, pero por algún motivo, Rea no parecía satisfecha. Enfureció. Pensarías que Rea nunca lo perdonaría. Es decir, tu esposo se come al bebe como si fuera una hamburguesa. Una madre normal no lo perdonaría. Sin embargo, la situación de Rea era complicada. Para empezar, Cronos se trago a la bebé entera. Hestia, como sus padres, era inmortal. No podía morir, ni siquiera en el estómago de su padre ¿Asqueroso? Sí ¿Causa claustrofobia? Seguramente ¿Fatal? No. Hestia seguía viva y eso era suficiente consuelo para Rea quien se propuso hallar el modo de rescatarla. Sabía que era posible aunque no tenía un plan. O podía usar fuerza física para lograrlo. Rea era una diosa gentil. Aunque intentara pelear, los titanes más poderosos, como Hyperion y Atlas, ayudarían a Cronos. Tampoco podía arriesgarse a atacar con un cuchillo o con la guadaña porque podría herir al bebé. Posiblemente ustedes estén pensando “Espera un minuto ¿Si la niña es inmortal por qué Rea teme lastimarla?” Verán, los inmortales pueden recibir heridas o ser mutilados. Quizás no mueran pero, a veces, son incapaces de curarse completamente. Ya verán algunos ejemplos de esto más adelante. Rea no quería arriesgarse a mutilar a su hija. Estar cortada en pedazos no es una buena forma de pasar el resto de la eternidad. Tampoco podía divorciarse de Cronos. El divorcio no había sido inventado aún y, de todas formas, Rea no habría tenido el valor. No pueden culparla. Habrán notado que Cronos estaba un poco loco y Rea lo sabía, desde el día en que Urano fue descuartizado, cuando Cronos entró en la celebración con su ropa manchada de sangre diciéndole a sus hermanos “¡Que buen asesinato! ¡Choquen los cinco!”
  • 41. 41 Rea no podía escapar porque Cronos era el rey del mundo. Salvo saltase al Tártaro (no lo hizo). No tenía a donde ir. Lo mejor que podía hacer era quedarse donde estaba, pasar el tiempo y esperar hasta encontrar la forma de recuperar a Hestia. Cronos intentó ser bueno con ella. Le compró regalos y organizó cenas románticas, como si eso pudiese eliminar lo del bebé que se había tragado. Cuando el rey pensó que había pasado suficiente tiempo —tres o cuatro días— insistió en intentar tener más hijos. ¿El motivo? Quizás tenía un secreto deseo de muerte. Tal vez estaba tan obsesionado con la maldición de Urano que quería comprobar si el próximo niño sería un titán normal u otro de esos pequeños y poderosos mini dioses. Rea tuvo otro bebé. Una niña incluso más adorable que la primera. La llamó Deméter. La madre tuvo esperanzas. Deméter era tan adorable que el corazón de Cronos se compadecería de ella, incapaz de verla como una amenaza. El rey tomó a la niña en sus brazos y vio que se trataba de otra diosa. Su aura brillaba con más poder que la de Hestia. Era un problema con “P” mayúscula. Sin dudar, abrió la boca y se la tragó. A eso le siguieron los gritos de Rea y las disculpas de Cronos. La madre deseaba llamar a sus leones pero, temía lastimar a ambas pequeñas. Si, sé que deben estar pensando cuán grande es ese estómago. Hay dioses que son bastante flexibles en cuanto a su tamaño. A veces son enormes, otras tantas tienen nuestra estatura. Nunca estuve dentro del estómago de Cronos, gracias al cielo, pero me imagino que las pequeñas inmortales se habrán encogido para no tener problemas. Siguieron madurando, pero sin aumentar su tamaño. Eran como pequeños brotes enredándose, esperando florecer. Y rezando cada día para que Cronos no le pusiera salsa a su cena. Pobre Rea. Cronos insistió en intentarlo nuevamente. —El próximo niño será mejor —prometió—. No volveré a tragar un bebé. ¿El tercer bebé? también fue una niña. Rea la llamó “Hera” y fue la que menos parecido tenía con los titanes. Rea era simplemente demasiado buena como madre.
  • 42. 42 Cada niña era más poderosa que la anterior. Rea no quería mostrársela a Cronos pero, tenia que hacerlo. El padre debía sostener a los recién nacidos. Era una de esas leyes de la naturaleza que Temis había creado (También había una que prohibía comerse a tus propios hijos pero, Temis temía mencionársela a Cronos) Entonces, Rea juntó suficiente coraje —mi señor, le presento a su hija, Hera. GULP. Está vez, Rea abandonó la sala del trono sin decir una sola palabra. Se sentía demasiado miserable. No podía creerlo. Se había casado con un mentiroso patológico que era, además, un asesino y un caníbal come niños ¿podría empeorar esa situación? ¡ESPEREN! también era el rey del universo y superpoderoso. Sí, las cosas podrían ponerse peor. Otras dos veces, Rea dio a luz. Hermosos bebés. El cuarto fue llamado Hades. Rea creyó que Cronos lo dejaría vivir en paz porque todo padre desea tener un niño con quien jugar a la pelota ¿No? No. Adentro y hasta el fondo del estómago. El quinto también fue un niño, Poseidón. Misma historia. GULP. Llegado este punto, Rea huyó del palacio. Gimió y lloró sin saber que hacer. Se acercó a sus hermanos y hermanas, sobrinos y sobrinas, cualquiera que la escuchara. Rogó por su ayuda. Algunos titanes le temían a Cronos (como Temis) y otros lo adoraban (como Hyperion), quien le dijo que dejara de lloriquear. Finalmente, Rea visitó a su hermana Febe en el Oráculo de Delfos. Pero, ni siquiera el oráculo pudo darle consejo. Rea corrió al bosque más cercano, se arrojó al suelo y comenzó a llorar. Repentinamente, escuchó el susurro de la tierra. Era la voz de Gaia, aún dormida. A pesar de estar soñando, no podía soportar escuchar llorar a su hija. —Cuando tengas que dar a luz a tu próximo hijo —susurró— ve a Creta, allí te ayudarán. El niño será diferente ¡Salvará a los demás! Rea suspiró e intentó calmarse— ¿Dónde queda Creta?
  • 43. 43 —Es una isla al sur— contestó la voz de Gaia—. Debes ir por el Mar Jónico hacia el sur, pasando Kalamata. Ahí doblas a la izquierda y... ¿sabes qué? No importa, la encontrarás. Cuando la panza de Rea comenzó a crecer, respiró hondo e ingresó a la sala del trono —mi señor, viajaré a la isla de Creta y regresaré con el bebé —dijo. — ¿Creta? ¿Por qué? —preguntó. —Ehm…Bueno, sabes que Crío y Febe pueden ver el fututo ¿Verdad? —Sí… —No quiero arruinar la sorpresa pero, ellos profetizaron que nuestro hijo nace en Creta, nada malo ocurrirá y seremos felices con nuestro pequeño titán —mintió. Cronos dudó. Sospechaba pero seguramente pensó: Oigan, ya me comí a cinco de mis hijos y Rea sigue a mi lado. Si realmente quisiera vengarse ya lo habría hecho hace tiempo. Plus, sus pensamientos estaban debilitándose. Tenía cinco pequeños dioses en su estómago, peleando por obtener más espacio. Cronos se sentía siempre como si hubiese comido una gran cena y necesitara tomar una siesta. Es decir, cinco dioses en un solo estómago. Seguramente estaban deseando que su padre se tragara un mazo de cartas o un tablero de Monopolio. — ¿Me traerás al bebé inmediatamente? —preguntó Cronos, mirando a Rea con desconfianza. —Por supuesto. —Entonces, vete ¿Dónde está Creta? —No estoy segura —admitió Rea—. Pero la encontraré. Lo logró. Una vez allí, se encontró con amigables ninfas que la ayudaron porque también habían oído la voz de Gaia. Llevaron a Rea a una cueva escondida en la base del Monte Ida. Un arroyo pasaba cerca, por lo que Rea tendría siempre agua fresca y comida del bosque.
  • 44. 44 Sí, lo sé. Los inmortales prefieren alimentarse con néctar y ambrosia pero, cuando están en apuros, pueden comer otras cosas. Ser un dios no sería divertido si no pudieses saborear una pizza ocasionalmente. Pasado algún tiempo, Rea dio a luz a un niño. Era el mas hermoso y perfecto hasta el momento. Lo llamó Zeus que, dependiendo a quien le preguntes, puede significar “cielo” o “resplandor” o, simplemente “ser vivo”. Personalmente, opto por la última. Creo que Rea puso toda su esperanza en este niño —para mantenerlo con vida y alejado de estómagos hostiles. Zeus comenzó a llorar, tal vez, al sentir la ansiedad de su madre. El sonido hizo eco en la cueva y alcanzó el mundo entero — tan fuerte que todos, incluyendo Gaia, supieron que el bebé había nacido. —Genial —murmuró Rea, con sarcasmo—. Prometí regresar inmediatamente. Es hora de que Cronos trague bebés. El suelo de la cueva tembló. Una larga piedra surgió de la tierra —una suave roca ovalada, del mismo peso y tamaño que el niño. Rea no era estúpida. Sabía que eso era un regalo de Gaia. Normalmente, ninguna mujer se alegrara si su madre le regala una roca, pero Rea comprendió el motivo. Envolvió la roca en mantos y le entregó el bebé a las ninfas para que lo cuidasen. Simplemente esperó que, una vez en el palacio, aquel señuelo funcionara. —Vendré de visita con la mayor frecuencia posible —prometió a las ninfas—. ¿Podrían cuidar al bebé? —No te preocupes —dijo Nedea, una de las ninfas—. Lo alimentaremos con miel y leche de cabras inmortales. Así, las ninfas trajeron a Amaltea, la cabra capaz de producir excelente leche mágica en varios sabores que incluían: descremada, chocolate y especial para bebés. —Esa es una cabra interesante pero ¿Por qué llora el bebé? —Rea estaba preocupada. Cronos tiene excelente oído y sospechará.
  • 45. 45 Nedea ya había pensado en ello. Se dirigió a la entrada de la cueva y llamó a Gaia — Oh, Gaia. Sé que estás durmiendo y todo eso. Perdón por molestarte, pero nos vendría bien un poco de ayuda para cuidar a este niño. Preferentemente ayuda ruidosa. La tierra tembló. Tres ayudantes emergieron, nacidos de la tierra y contagiados con sangre de Urano (como dije antes, esa cosa está en todos lados). Los nuevos seres eran altos y parecían humanos. Estaban vestidos con pieles, plumas y cuero, como si se dirigiesen a un festival primaveral en el bosque de la lluvia. Iban armados con escudos y lanzas que le daban el aspecto de cazadores, no de enfermeros. — ¡SOMOS LOS CORIBANTES! —gritó uno—. ¡HEMOS VENIDO A AYUDARLOS! —Gracias —murmuró Rea—. ¿Es necesario que griten tanto? —ESTA ES MI VOZ MÁS SUAVE— gritó el guerrero. Zeus comenzó a llorar una vez más. Los tres coribantes iniciaron una especie de danza tribal, agitando sus lanzas y escudos y gritando. Eran tan ruidosos que nadie podía oír al bebé. Por algún motivo, a Zeus le gustó aquel horrendo sonido y se quedó dormido en brazos de Nedea. —Está bien —admitió Rea, aturdida—, parece que tienen la situación bajo control. — Tomó la piedra en brazos—. Deséenme suerte. De regreso en Monte Otris, Rea entró a la sala del trono con el falso bebé. Le aterrorizaba pensar que su plan podría fallar. Al menos, sabía que, luego de pasar tantos años casada con Cronos, había aprendido a ser una buena actriz. Se acercó al rey caníbal y gritó— ¡Este es el mejor bebé hasta el momento! Un fuerte pequeño llamado, uh, Rocky4 ¡Tan poderoso que seguramente lo tragarás! 44 Juego de palabras. Rocky en inglés significa roca.
  • 46. 46
  • 47. 47 Cronos estaba decepcionado. Honestamente, no tenía ganas de tragarse otro dios pero, él era el rey y debía hacer lo que cualquier otro rey en su lugar haría. —Lo siento cariño —dijo—, sabes cómo es eso de la profecía. — ¡Te odio! —contestó Rea— Urano era un padre horrible pero, al menos no nos tragó. Cronos se enfadó— ¡Dame el maldito bebé! — ¡No! Cronos rugió y abrió su gran mandíbula — ¡AHORA! — sin siquiera mirar al supuesto niño, se tragó la piedra. El plan de Rea había funcionado. En el estómago del rey, cinco jóvenes dioses oyeron lo que sucedía. — ¡En camino! — gritó Poseidón cuando notó que algo se aproximaba desde el esófago. Los chicos se acomodaron para hacerle lugar a su hermano — Rocky aterrizó en medio de ellos. — ¡Esto no es un bebé! —notó Hades—. Parece una roca. Mientras tanto, en la sala del trono, Rea armó un escándalo con el que podría ganarse el premio Oscar a la mejor actriz. La reina gritó y pataleó, insultando a Cronos en todos los idiomas que conocía. — ¡RO-O-CCCKY! —gritó con desesperación— ¡NO-O-O-O-O-O-O-O! A Cronos comenzó a dolerle el estómago. —Ese niño me cayó pesado ¿Con qué lo estabas alimentando? — ¿A quién le importa? —contestó Rea—. No volveré a tener hijos contigo. El rey consideró que eso era una buena idea. Estaba lleno. Rea salió corriendo del palacio, gritando, y su esposo simplemente la observó.
  • 48. 48 El palacio tuvo paz. Cronos estaba convencido de haber superado la maldición de Urano. Ninguno de sus hijos seria capaz de traicionarlo. Él podía controlarlos. Cronos era el rey del cosmos y nunca sería desplazado. Mientras, Rea comenzó a frecuentar el Monte Ida. Su bebé estaba creciendo, y ella amaba contarle horribles historias sobre su malvado padre y los cinco niños que había tragado. Como saben, cuando Zeus alcance cierta edad, habrá una pelea familiar de grandes proporciones. Si esperan que Cronos y sus titanes terminen “felices para siempre”, les recomiendo que dejen de leer. En el próximo capítulo, Zeus se torna nuclear.
  • 49. 49 Los olímpicos patean algunos traseros eus tuvo una buena infancia en el Monte Ida. Pasó sus días brincando por el campo con ninfas y sátiros, aprendiendo a luchar con sus amigos ruidosos, los Coribantes. Comía hasta hartarse de miel y leche de cabra mágica (¡ñam!), y por supuesto, nunca iba a la escuela, porque la escuela todavía no había sido inventada. En el momento en que era un dios joven adulto, se había convertido en un chico de buena apariencia, todo bronceado y alto del tiempo que pasaba en el bosque y en la playa. Tenía el cabello negro y corto, su barba bien recortada y ojos azules como el cielo, aunque podrían nublarse a fuego bastante rápido cuando se enfadaba. Un día su madre, Rea, vino de visita en su carruaje tirado por leones. —Zeus —dijo—, necesitas un trabajo de verano. Z
  • 50. 50 Zeus se rascó la barba. A él le gustaba la palabra verano. No estaba tan seguro de la palabra trabajo. — ¿Qué tienes en mente? Los ojos de Rea brillaban. Ella había estado planeando su venganza contra Cronos durante mucho tiempo. Ahora, viendo a su hijo tan confiado, fuerte y guapo sabía que el tiempo había llegado. —Hay una vacante en el palacio para coperos —dijo ella. —Pero no tengo experiencia llevando copas —dijo Zeus. —Es fácil —prometió Rea—. Cada vez que el rey Cronos pida de beber, se lo llevas. La paga no es grande, pero el trabajo tiene buenos beneficios secundarios, como derrocar a tu padre y convertirte en señor del cosmos. —De acuerdo ―dijo Zeus—. ¿Pero Cronos no me reconocerá como un dios? —He estado pensando en eso —dijo Rea—. Tus hermanos han sobrevivido en el estómago de Cronos todos estos años y, como tú, están totalmente grandes ahora. Eso significa que deben tener el poder de cambiar su tamaño y forma. Tú deberías tener ese poder, también. Ve si puedes hacer que te vean menos dios, más...Titánesco. Zeus lo pensó. Él ya había descubierto su capacidad para cambiar de forma. Una vez, había asustado a sus ninfas cuidadoras transformándose en un oso. En otra ocasión había ganado una carrera a pie contra algunos sátiros transformándose en lobo. Los sátiros afirmaron que había hecho trampa, pero definitivamente no fue cierto. Fue una carrera a pie. Los lobos corren en sus pies. No es como si se hubiera convertido en un águila (lo cual también podía hacer). El único Titán que Zeus había visto de cerca era a su madre, pero sabía que los Titanes eran generalmente más grandes que él. Ellos no irradian energía como él lo hacía. Ellos despedían un ambiente ligeramente diferente —más violento y áspero.
  • 51. 51 Se imaginó a sí mismo como un Titán. Cuando abrió los ojos, era más alto que su mamá por primera vez. Se sentía como si hubiera dormido mal después de un día muy duro estrangulando a sus enemigos. — ¡Bien hecho! —dijo Rea—. Ahora, vamos a ir a tu entrevista de trabajo. Cuando Zeus vio el Monte Otris por primera vez, se quedó boquiabierto. El palacio era enorme. Sus relucientes torres negras se elevaban por las nubes como dedos codiciosos aferrándose a las estrellas. La fortaleza estaba destinada a inspirar miedo. Zeus se fijó de eso inmediatamente. Pero también lucía solitario y triste, no era un lugar divertido para ser rey. Zeus decidió que si él alguna vez tenía su propio lugar, sería mucho más impresionante que Otris. No iría tan fuerte con la apariencia del "Señor de la Oscuridad". Su palacio sería brillante, un blanco cegador. Una cosa a la vez, se dijo. Primero tengo que ser copero. Rea acompañó a su hijo al salón real, donde el antiguo rey Caníbal dormía en su trono. Los años no habían sido amables con Cronos. Era irónico, ya que él era el señor del tiempo. No había envejecido, exactamente, pero parecía cansado y apático. Pisar humanos ya no lo hacía reír como antes, a pesar de sus tiernos y pequeños gritos. Había engordado por comer y beber tanto. Los cinco dioses en su estómago no ayudaban. Se habían hecho más grandes y más pesados en los últimos años. Trataban constantemente de escapar trepando por la garganta de Cronos. Sus intentos no tuvieron éxito, pero le dieron a Cronos un terrible reflujo ácido. Rea se acercó al trono. —Mi señor, traje a alguien para que lo conozca. Cronos resopló y abrió los ojos. — ¡No estaba dormido! ―Parpadeó ante el apuesto joven Titán que estaba de pie delante de él—. ¿Quién...? El joven inmortal hizo una profunda reverencia.
  • 52. 52 — Soy Zeus, mi señor.―Zeus había decidido utilizar su verdadero nombre, porque ¿por qué no? Cronos nunca lo había oído—. Me gustaría ser su copero. Cronos estudió la cara del recién llegado. Había algo en él que le parecía vagamente familiar. El brillo de sus ojos, la forma torcida en la que sonreía. Por supuesto, todo los Titanes estaban relacionados. Tal vez eso era todo. Cronos tenía muchas sobrinas y sobrinos actualmente, no podía llevar la cuenta de todos ellos. Sin embargo, encontraba a este joven inquietante.... Miró a su alrededor, tratando de recordar exactamente quién le había presentado al chico, pero Rea ya se había desvanecido entre las sombras. El estómago de Cronos estaba demasiado lleno y sus pensamientos eran demasiado lentos para sospechar durante un largo tiempo. —Bueno ―le dijo al muchacho—, ¿Tienes experiencia alguna para servir copas? Zeus sonrió. —No, mi señor. Pero aprendo rápido. También puedo cantar, bailar, y contar chistes sátiros. Zeus se desencadenó en una canción que las ninfas le habían enseñado. Luego dio demostración de algunos movimientos de baile de Coribantes. Era la cosa más interesante que había sucedido en el Monte Otris desde hace mucho tiempo. Otros titanes se reunieron en la sala del trono para ver. Pronto estuvieron animando y riendo. Incluso Cronos tenía una sonrisa en su rostro. — Estás contratado —dijo Cronos—. De hecho, tengo sed. — ¡Una copa andando! ―Zeus se apresuró a buscar en la cocina, donde llenó un cáliz dorado con néctar helado. En poco tiempo, Zeus se convirtió en el siervo más popular en el palacio. Él servía copas como nadie. Su canto era tan claro como los arroyos en el Monte Ida. Su chistes sátiros eran tan fuertes, que no los podría decir en un libro familiar.
  • 53. 53 Él siempre sabía exactamente lo que Cronos quería beber, néctar caliente con especias, néctar frío con un toque de limón, néctar y agua mineral con un poco de jugo de arándano. También introdució a los Titanes en concursos de bebida, que eran muy populares entre la sátiros allá en el Monte Ida. El bebedor más rápido ganaba. ¿Qué ganaba? Bueno, nada —pero fue una gran manera de lucirse, porque nada parece más varonil (o Titán) que tener néctar goteándote por la barbilla hasta lo largo de tu camisa. Estos concursos reavivaron el espíritu competitivo de Cronos. Claro, él era el rey del universo, pero todavía era el más joven entre doce niños. No podía permitir que sus hermanos o sobrinos fueran mejor que él en nada. A pesar de su siempre lleno estómago, llegó al punto en que podía beber una copa llena de néctar en tres segundos, y las copas de Titán son del tamaño de jarras de agua. Confió en Zeus para que llenase su vaso con cualquier cosa que lo tranquilizase. Lo cual era exactamente el plan de Zeus. Una noche, cuando Cronos cenaba con sus comandantes favoritos, Zeus mezcló algunas cervezas especiales para el concurso de bebidas. Las ninfas del Monte Ida le habían enseñado mucho sobre hierbas y esas cosas. Él sabía cuales plantas podían causar somnolencia, cuáles podrían causar mareos, y cuales podían hacer que te sintieras tan terrible, que tu estómago querría salir de tu cuerpo. Para los huéspedes del rey, Zeus mezcló un poco de néctar que los hiciera marearse y dormir. Para Cronos, creó una mezcla especial de néctar y mostaza. Algunas versiones de la historia dicen que Zeus utilizó vino, pero eso no es real, porque el vino no se había inventado aún. Ya llegaremos a eso más adelante. De todos modos, las cosas en la copa de Cronos eran sumamente desagradables. Zeus la puso a un lado y esperó el momento adecuado. La cena comenzó como de costumbre, con un montón de bebida, comida, y noticias actuales de los Titanes. Zeus mantuvo el néctar fluyendo. Recibía a los huéspedes con sus bromas y su canto. Hacia el final de la noche, cuando todo el mundo estaba feliz, relajado y con sueño, Zeus comenzó a hacer alarde de la habilidad de beber del rey.
  • 54. 54 — ¡Cronos es el jefe bebiendo! —proclamó—. Deberían verlo. El hombre es una locura. Me refiero a su récord es, ¿qué? ¿Tres segundos? —Urg —dijo Cronos. Él ya estaba lleno y había tenido la esperanza de evitar un concurso de bebida. —Si él quisiera —dijo Zeus—, ¡podría beber más rápido que todos ustedes! Apuesto a que establecería un nuevo récord mundial esta noche ¿No les encantaría ver eso? Atlas, Hyperion, Koios, y los demás se animaron y pidieron un concurso. Cronos realmente no estaba de humor, pero no lo podía rechazar. Su honor de súper bebedor estaba en juego. Le hizo un gesto a Zeus para que trajera otra ronda. Zeus corrió a la cocina y fue a buscar sus brebajes especiales. Les ofreció a los invitados su néctar para dormir, entonces le sirvió a Cronos de último, no dando al rey tiempo para oler su cerveza antes de gritar. — ¡En sus marcas, listos, fuera! Los Titanes se tragaron sus sabrosas bebidas. Cronos se percató inmediatamente de que su néctar sabía extraño, pero era un concurso. No podía dejar de beber. El objetivo era vaciar la copa. Tal vez sus papilas gustativas estaban un poco adormecidas. Después de todo, Zeus nunca había hecho algo malo. Cronos se bebió su néctar en dos segundos y medio. Golpeó la copa boca abajo sobre la mesa y gritó: — ¡Gané! ¡Ga… El siguiente sonido que salió de su boca fue como una morsa tratando de conseguir la maniobra Heimlich. No hay manera agradable de decirlo. Cronos vomitó. Vomitó un vómito digno del rey del universo. Fue un vómito real. Su estómago trató de impulsarse fuera de su garganta. Su boca articulada totalmente abierta disparó cinco dioses, una roca muy viscosa, un buen montón de néctar, unas galletas, y una matrícula de carruaje. (No, no sé cómo todo llego ahí adentro).
  • 55. 55 Los cinco dioses vomitados inmediatamente crecieron de tamañoa adultos allí mismo, en la mesa del comedor. Los huéspedes Titanes miraban con asombro, sus mentes trabajando lentamente debido al néctar para dormir. En cuanto a Cronos, todavía estaba tratando de catapultar sus entrañas a través del salón del trono. — Atrapen... —vomitó—…los. Atlas fue el primero en reaccionar. Gritó — ¡Guardias! ―Y trató de levantarse, pero estaba tan mareado que cayó derecho en el regazo de Hyperion. Zeus quería lanzarse a la guadaña de su padre. Quería cortar en pedazos al caníbal, pero los otros Titanes estaban empezando a recuperarse de su estado de shock. Podrían haber estado lentos y con sueño, pero tenían armas. Mientras que, la única arma de Zeus era una bandeja de servir. Su ejército se componía de cinco dioses viscosos, desarmados y que habían pasado muy poco tiempo fuera de un estómago, mucho menos combatiendo. Los guardias comenzaron a llegar al salón del trono. Zeus se volvió hacia sus hermanos confundidos. —Soy su hermano Zeus. Síganme, y les daré libertad y venganza. También miel y leche de cabra. Eso fue suficientemente bueno para los dioses. Mientras Cronos daba arcadas y sus combatientes perdían el control de sus armas, Zeus y sus hermanos se convirtieron en águilas y se dispararon fuera del palacio. — ¿Y ahora qué? —preguntó Hades. Los seis dioses se habían reunido en la guarida secreta de Zeus en el Monte Ida, la cual sus hermanos se negaron a llamar Cueva de Zeus. Zeus les había informado sobre lo que estaba ocurriendo en el mundo, pero todos sabían que no podían permanecer en el Monte Ida por mucho tiempo. Las ninfas habían oído rumores susurrados a través
  • 56. 56 de la tierra: Cronos estaba enviando a sus Titanes a recorrer el mundo en busca de los fugitivos. Él quería que los trajeran de vuelta, así fuera encadenados o en trozos pequeños. No era específico. —Ahora luchamos —dijo Zeus. Poseidón gruñó. Sólo había estado fuera del estómago de Cronos por un día, pero ya estaba empezando a detestar a su hermano menor, este presuntuoso Zeus, que creía que debía estar a cargo sólo porque los había rescatado. —Estoy a favor de la lucha contra papá —dijo Poseidón―, pero necesitamos armas. ¿Tienes alguna? Zeus se rascó la oreja. Realmente no había pensado en eso antes. —Bueno, no... —Tal vez podamos hacer las paces ―sugirió Hestia. Los otros la miraron como si estuviera loca. Hestia era la mayor y más apacible de los dioses, pero sus hermanos no la tomaron en serio. Hay que preguntarse cómo el mundo pudo haber sido si Hestia hubiera estado a cargo, pero por desgracia, no era así. —Uh, no ―dijo Deméter—. Nunca perdonaré a nuestro padre. Quizás podríamos robar su guadaña. ¡Podríamos cortarlo en pedacitos como lo hizo con Urano! Entonces podría usar la guadaña para algo mejor, ¡como cortar trigo! ¿Viste esos hermosos campos sobre los que volamos? Hera frunció el ceño a su hermana. — ¿Qué pasa contigo y los cultivos? Todos estos años en la barriga de Cronos y de todo lo que hablabas era de plantas, las cuales nunca habías visto antes de hoy. Deméter se sonrojó. —No lo sé. Siempre sueño con campos verdes. Son tan tranquilos y hermosos y… — ¡Mis hijos! —dijo una voz desde el bosque.
  • 57. 57 Mamá Rea se paró en la luz. Abrazó a cada uno de sus preciosos hijos e hijas, derramando lágrimas de alegría por su libertad. Luego se les unió y dijo: —Sé dónde pueden conseguir armas. Ella les contó la historia de los Cientímanos y los Cíclopes mayores, a quienes Cronos había exiliado al Tártaro por segunda vez. —Los Cientímanos son canteros increíbles ―dijo Rea—. Construyeron el palacio de Cronos. —Eso es bastante impresionante —admitió Zeus. —Son fuertes, y odian a Cronos —continuó Rea—. Ellos serían buenos en la batalla. En cuanto a los Cíclopes, son talentosos herreros, y si alguien puede forjar armas más poderosas que la guadaña de su padre, son ellos. Los ojos oscuros de Hades brillaron. La idea de bajar hacia la más peligrosa y vil parte de la creación de alguna manera le atraía. —Entonces vayamos al Tártaro, y traigamos de vuelta a los Cíclopes y a los Cientímanos. —Pan comido —dijo Hera. Ella sabía del pan, porque Cronos había comido un montón del mismo. Las migas y el betún siempre estaban quedándose en su cabello—. Vámonos. Una escapada hacia el Tártaro quizá no suene como una cosa fácil para ti o para mí, pero seis dioses pueden lograr mucho cuando ponen sus mentes en ello. Hades encontró un sistema de cuevas que conducía al Inframundo. Él parecía tener un don para la navegación en los túneles. Él llevó a sus hermanos a lo largo del curso de un río subterráneo llamado Estigia hasta que se derramaba sobre un acantilado en el vacío del Tártaro. Los dioses se convirtieron en murciélagos (podrías argumentar sobre ellos estando locos5 desde un principio, pero ya sabes lo que quiero decir) y volaron hacia el abismo. 5 Juego de palabras entre “bats”, murciélago y “bats”, que significa estar loco o demente.
  • 58. 58 En la parte inferior, se encontraron con un paisaje sombrío de púas de roca, residuos grises, pozos ardientes, y niebla venenosa, con todo tipo de monstruos repugnantes y espíritus malignos vagueando. Al parecer, el Tártaro, el espíritu de la fosa, había estado criando a dioses ahí abajo, en la oscuridad, y estos habían estado teniendo sus propios hijos. Los seis jóvenes dioses se arrastraron alrededor hasta que encontraron la zona de máxima seguridad, rodeada por un alto muro de bronce y patrullada por demonios. En forma de murciélago los dioses podían volar sobre la pared fácilmente; pero una vez dentro, vieron al carcelero y casi perdieron los nervios. Cronos había contratado personalmente al monstruo más horrible en el Tártaro para asegurarse de que sus prisioneros de alto valor nunca lograran escapar. Su nombre era Kampe. No sé si Cronos la encontró en Craigslist6 o qué, pero si las criaturas de tus pesadillas tuviesen pesadillas, probablemente soñarían con Kampe. De la cintura para arriba, era una hembra humanoide con serpientes en lugar de pelo. (Si esto suena familiar, es porque el peinado realmente estuvo de moda entre otros monstruos más adelante.) De la cintura para abajo, era un dragón de cuatro patas. Miles de víboras brotando de sus piernas como las faldas de hierba. Su cintura estaba rodeada de cincuenta cabezas de bestias horribles: osos, jabalíes, uombats, lo que sea, siempre gruñendo, tratando de comerse la camisa de Kampe. Grandes alas oscuras de reptil salieron de sus omóplatos. Su cola como la de un asombroso escorpión de ida y vuelta, goteaba veneno. Básicamente, Kampe no había sido invitado a muchas citas. Los dioses observaban desde detrás de una pila de rocas como el monstruoso carcelero caminaba de allá para acá, azotando los Cíclopes mayores con un látigo de fuego y picando a los Cientímanos con su cola de escorpión cuando se salían de la línea. 6 Craigslist es un sitio web de anuncios clasificados con secciones dedicadas al empleo, vivienda, contactos personales, etc.
  • 59. 59 Los pobres prisioneros eran obligados a trabajar sin descanso, sin agua, sin poder dormir, no había comida, no había nada. Los Cientímanos pasaban el tiempo en el otro extremo del patio, extrayendo bloques de piedra desde el duro suelo volcánico. Los Cíclopes trabajaban en el extremo más cercano. Cada uno tenía una fragua donde se fundían metales y elaboraban hojas de bronce y hierro. Si los Cíclopes trataban de sentarse, o incluso hacer una pausa larga lo suficiente como para recuperar el aliento, Kampe dejaría frescas marcas de látigo a lo largo de sus espaldas. Peor aún, a los presos no se les permitía terminar nada de lo que empezaban. Tan pronto como Los Cientímanos tenían una buena cantidad de bloques de construcción, Kampe los obligaba a romperlos en escombros. Siempre que los cíclopes estaban a punto de terminar un arma o un escudo o incluso una herramienta que podía ser peligrosa, Kampe las confiscaba y las arrojaba a cajas burbujeantes de magma. Probablemente estarás pensando: Hey, pero si hay seis grandes tipos y sólo un Kampe ¿Por qué no dominarla? Pero Kampe tenía el látigo. El veneno de su cola podría incapacitar incluso a uno de los Ciclopes Mayores durante horas, dejándolo retorciéndose de dolor. La mitad mujer mitad dragón era aterradora, y los prisioneros tenían los pies encadenados para que no pudieran escaparse. Además, los Cientímanos y los Cíclopes eran almas gentiles. A pesar de su aspecto, eran constructores y no combatientes. Si les dabas a estos tipos un cubo de Legos, ellos estarían felices por días. Zeus esperó hasta que Kampe se marchase hacia el extremo más alejado del patio de la prisión. Luego se acercó furtivamente hasta los Ciclopes más cercanos. ― ¡Psst! —llamó. El Ciclope bajó su martillo. Se volvió hacia Zeus, pero su único ojo había fijado su mirada en las llamas durante tanto tiempo, que no podía ver quién estaba hablando. —Yo no soy Psst —dijo el cíclope—. Soy Brontes. Oh, hombre, pensó Zeus. Esto puede tomar un tiempo.
  • 60. 60 —Oye, Brontes ―Zeus habló despacio y alegremente, como si estuviera tratando de convencer a un cachorro salir de su caja—. Soy Zeus. He venido a rescatarte. Brontes frunció el ceño. —He escuchado eso antes. Cronos nos engañó. —Sí, lo sé —dijo Zeus—. Cronos es mi enemigo también. Juntos, podemos conseguir venganza y arrojarlo hasta aquí abajo. ¿Qué te parece? —Suena bien —dijo Brontes―. Pero, ¿cómo? —Primero necesitamos armas —dijo Zeus—. ¿Puedes hacer alguna? Brontes negó con la cabeza —Kampe siempre está mirando. Ella no nos dejará terminar ninguna. — ¿Qué tal si cada uno hace una parte diferente de cada arma? — Zeus sugirió—. Luego las reúnen en el último segundo y las arrojan hacia nosotros. Kampe nunca se dará cuenta. —Eres muy inteligente. —Lo sé, ¿verdad? Diles a tus amigos ―Zeus gateó de regreso hacia atrás de las rocas. Brontes susurró el plan a sus hermanos Arges y Estéropes. Luego golpearon sus martillos en sus yunques en un código secreto que habían desarrollado, enviando el mensaje a través del patio hasta los Cientímanos, Briares, Cotto y Gyes. Sé que esto es un montón de nombres horribles, pero recuerda, Gaia no tuvo mucho tiempo de cargar en sus brazos a sus monstruosos trillizos antes de que Urano los arrojase al Tártaro. Al menos no terminaron llamándose Huey, Dewey y Louie. Los dioses esperaban en la oscuridad mientras los Cíclopes forjaron piezas de la nueva armas, haciendo que cada una pareciera una cosa incompleta e inofensiva. No sé si hubiera conseguido pasar a través de la seguridad del aeropuerto, pero era lo suficientemente bueno como para engañar a Kampe.
  • 61. 61 La próxima vez que la dragona le dio la espalda y se dirigió hacia el otro extremo del patio, Brontes instaló rápidamente la primera arma mágica y se la lanzó a Zeus. Parecía un cohete de bronce, de unos cuatro metros de largo, con conos de ojiva en ambos extremos. La mano de Zeus se ajustaba perfectamente alrededor del centro. Tan pronto como se levantó, su cuerpo entero estremeció con el poder. Poseidón frunció el ceño. — ¿Qué es eso? No es una guadaña. Saltaron chispas de los puntos. La electricidad se arqueó de un extremo al otro. Zeus apuntó la cosa a una roca cercana, y mil tentáculos de relámpago la convirtieronen polvo. —Oh, sí —dijo Zeus—. Puedo trabajar con esto. Afortunadamente, Kampe no pareció darse cuenta de la explosión. Tal vez las cosas explotaban mucho en el Tártaro. Unos minutos más tarde, Brontes les arrojó una segunda arma, una lanza con tres dientes. Poseidón la atrapó. De inmediato se enamoró del tridente. ¡Le gustaban las cosas puntiagudas!, él también podía sentir el poder de las tormentas tarareando a través de la lanza. Cuando se concentraba, un tornado en miniatura se arremolinaba en torno a sus tres puntos, cada vez más rápido y más grande entre más se concentraba. Cuando plantó la lanza en el suelo, el suelo de la fosa comenzó a agitarse y agrietarse. —La mejor arma ―anunció—. Justo aquí. Brontes les arrojó un tercer elemento. Hades la atrapó. Un reluciente casco de guerra decorado con escenas de muerte y destrucción. —Ustedes consiguen armas —Hades se quejó―. Yo me pongo un sombrero. Él se la puso y desapareció.
  • 62. 62 —Hombre, eres invisible —dijo Zeus. —Sí ―Hades suspiró miserablemente—. Estoy acostumbrado a ello. —No, quiero decir que eres realmente invisible. —Huh. ―Hades se obligó a hacerse visible de nuevo. —Ese es un sombrero de miedo —dijo Deméter. —Sí ―Hades accedió—. Lo es. Decidió probar otra cosa. Miró a sus hermanos, y olas de terror irradiaron del casco. Zeus y Poseidón se pusieron pálidos. Ellos comenzaron a sudar. Zeus casi dejó caer su nueva máquina de rayos. — ¡Deja de hacer eso! —Dijo Zeus—. ¡Me estás volviendo loco! Hades sonrió. —Bueno, tal vez el sombrero no es tan malo. Hera se cruzó de brazos y lo olió con desdén. —Los niños y sus juguetes. No creo que nosotras consigamos armas. ¿Se supone que simplemente daremos un paso atrás y animaremos mientras que estos tres pelean? Zeus le guiñó un ojo. —No te preocupes, nena. Yo te protegeré. —Creo que voy a vomitar ―dijo Hera. Es posible que el Cíclope hubiera hecho las armas para las mujeres. Pero en ese momento Kampe se dio la vuelta y se dirigió de nuevo hacia los Cíclopes. Tal vez ella notó el humo de la explosión del rayo de Zeus o los remolinos de nubes del tridente de Poseidón. Tal vez ella pudo saborear el miedo residual en el aire por el casco de Hades. Lo que sea que la haya alertado, detectó la presencia de los dioses. Ella levantó su látigo y gritó.
  • 63. 63 — ¡RAWRGGGGWRRR! Se dirigió hacia su escondite, su cola azotando, miles de víboras alrededor de sus piernas goteando veneno. —Genial —murmuró Hera. —Lo tengo controlado —prometió Zeus.
  • 64. 64
  • 65. 65 Se puso de pie y levantó su rayo de bronce. Concentró toda su energía en el arma. ¡KA-BLAM! Una columna de poder blanco y caliente se disparó hacia Kampe, la luz más cegadora que jamás se había visto en el Tártaro. Kampe sólo tuvo tiempo de pensar “Uh-oh”, antes de que el rayo la hiciese estallar en un millón de piezas de reptil hecho confeti. — ¡Eso es de lo que estoy hablando! —Zeus gritó alegremente. Poseidón bajó su tridente. —Hombre, danos al resto de nosotros una oportunidad. —Ustedes liberen a los Cíclopes y a los Cientímanos —sugirió Zeus. Poseidón se quejó, pero usó su tridente para desatar las oscuras cadenas de los pies de los presos. —Gracias —dijo Brontes—. Vamos a ayudarlos en la lucha contra Cronos. — ¡Excelente! —dijo Zeus. Hera se aclaró la garganta. —Sí, pero sobre esas armas para las damas… Afuera de los muros de bronce, rugidos monstruosos reverberaban a través de la fosa. Cada espíritu y bestia del Tártaro, probablemente, habían visto el destello de un relámpago, y ahora se acercaban a investigar. —Tenemos que salir ―dijo Deméter—. Ahora. Esa fue la mejor idea no relacionada con el trigo que Deméter había tenido nunca, por lo que Hades llevó a sus hermanos a volver al mundo superior, junto con sus seis grandes nuevos amigos.
  • 66. 66 Cronos no era un hombre fácil de derrotar. Según la mayoría de las cuentas, la guerra de Titanes llevó diez años o tal vez Cronos sólo utilizó sus trucos de tiempo para hacer que pareciera que duró tanto, con la esperanza de que los dioses se rindieran. Si es así, no le funcionó. Rea la Gran Madre visitó a cada Titán que pudo, tratando de convencerlos de que se pusieran del lado de Zeus. Muchos escucharon. Después de todo, Cronos no era el líder más popular. Casi todos los titanes femeninos o ayudaron a Zeus o se quedaron fuera de su camino. Prometeo, el creador de los seres humanos, fue lo suficientemente inteligente como para permanecer neutral. Océano se mantuvo a sí mismo en las profundidades del océano. Helios y Selene, el sol y la luna, acordaron no ponerse de lado de nadie, siempre y cuando mantuvieran sus puestos de trabajo. Eso dejó a Cronos y a la mayoría de los otros titanes masculinos, con Atlas como su general y luchador campeón. Los dioses y los titanes se enfrentaron unos contra otros. La voladura de una isla aquí, vaporizar un mar allá. Los Titanes eran fuertes y estaban bien armados. Al principio, tenían ventaja. Incluso con armas de Cíclope mágicas, los dioses no estaban acostumbrados a pelear. Era difícil no dejar caer tu tridente y correr cuando Atlas se lanzaba sobre ti, gritando y blandiendo su espada. Pero los dioses aprendieron a luchar. Los Cíclopes eventualmente armaron a todos los dioses con armas de última tecnología. Los Cientímanos aprendieron a bombardear piedras como catapultas vivientes. Estarás pensando, ¿Qué tan difícil puede ser tirar piedras? Bueno, intenta tirar piedras con las dos manos al mismo tiempo y golpea tu objetivo. No es tan fácil como parece. Ahora, imagina la coordinación de un centenar de manos libres, todas tirando piedras del tamaño de refrigeradores. Si no tienes cuidado, lanzarías rocas a todas partes y aplastarías a tus aliados.
  • 67. 67 Una vez que los dioses aprendieron a luchar, la guerra duró mucho tiempo, porque ninguno de los combatientes de ambos lados podía morir. No podías apuñalar a un hombre, dispararle, o tirarle una casa en él y darlo por terminado. Había que capturar en realidad a cada enemigo y asegurarse de que estaba herido, tanto que nunca sanaría. Luego habría que averiguar qué harían con su cuerpo paralizado. Como Zeus sabía, incluso tirar a alguien al Tártaro no era una garantía de que se quedaría perdido para siempre. Pequeñas peleas no iban a decidir nada. Finalmente Zeus encontró un gran plan. —Tenemos que asaltar el Monte Otris ―dijo a sus hermanos en su reunión de guerra semanal—. Un asalto frontal a sus cuarteles. Si hacemos eso, los Titanes hostiles se unirán para proteger a Cronos. Entonces podremos derribar a todos de una sola vez. —En otras palabras —dijo Hades —, quieres que cometamos un suicidio. Poseidón se apoyó en su tridente. —Por una vez, estoy de acuerdo con Hades. Si marchamos hasta las laderas del Monte Otris, Atlas estará listo para nosotros. Sus tropas tendrán cubierta la parte más alta. Ellos nos van a aplastar. Si intentamos volar, vamos a recibir un disparo en el aire. Ellos tienen un montón de misiles y armas anti-dioses. Los ojos de Zeus brillaron. —Tengo un plan diferente. Vamos a distraerlos atacando desde un lado de la montaña más cercana. — ¿Hacer qué? ―preguntó Deméter. Parecía incómoda en su armadura, incluso aunque la había diseñado ella misma. Había pintado una gavilla de cebada y una margarita en su escudo, y como su principal arma había elegido una temible pala de jardín. Zeus dibujó un mapa de la península griega en la tierra. Cerca del Monte Otris había otra montaña griega no tan alta ni tan conocida. Se llamaba Monte Olimpo.
  • 68. 68 —Nosotros escalaremos el Olimpo—dijo Zeus—. No estarán esperando eso, pero Otris estará dentro del alcance de nuestros proyectiles. Los Cientímanos lanzarán andanadas de piedras. Yo el rayo. Poseidón convocará tormentas y terremotos. —Y yo me haré invisible —Hades murmuró. Zeus dio una palmada a su hermano en el hombro. —Tienes un trabajo muy importante, también. Enviarás ondas de terror a las filas enemigas. Una vez que hayamos destruido sus defensas, todos volaremos hacia allá. — ¿Incluyéndonos a nosotras las tres diosas? —solicitó Deméter—. Podemos luchar también, ¿sabes? — ¡Claro! ―sonrió nerviosamente Zeus—. ¿Creías que las había olvidado? —Sí —dijo Deméter. —Uh, de todos modos ―Zeus continuó—, volamos a Monte Otris, aplastamos a cualquiera que esté de pie, y los llevamos a todos prisioneros. Hestia se envolvió en su chal de color marrón claro. —Sigo pensando que deberíamos hacer la paz. — ¡NO! —gritaron los demás. Hera golpeó el mapa. —Es un plan muy loco. Me gusta. Así que esa noche, bajo el amparo de la oscuridad, los dioses y sus aliados subieron el Monte Olimpo por primera vez. A la mañana siguiente, mientras Helios montaba su carruaje atractor de chicas en el cielo, el rey Cronos despertó a un sonido parecido a un trueno. Probablemente debido a que era un trueno. Nubes de tormenta llegaron desde todas las direcciones. Zeus lanzó un rayo que convirtió a la torre más alta en esquirlas de mármol negro. Los Cientímanos arrojaron
  • 69. 69 tantas piedras al Monte Otris que cuando Cronos vió por su ventana, parecía que estuvieran lloviendo grandes electrodomésticos. La hermosa cúpula del palacio explotó en nubes de polvo. Paredes desmenuzadas. Las columnas cayeron como fichas de dominó.Los Cientímanos habían construido el Monte Otris, y sabían exactamente cómo destruirlo. El palacio se sacudió, Cronos agarró su guadaña y llamó a sus hermanos a atacar. Pero la cosa era: a) las guadañas realmente no hacen mucho contra rayos y relámpagos, b) nadie podía oírlo por encima del ruido, y c) el palacio se desintegró alrededor él. Justo cuando él decía, “Titanes, ¡vamos!”, una sección de tres toneladas del techo se derrumbó sobre su cabeza. La batalla fue una masacre, si es que puedes tener una masacre donde nadie muere. Algunos Titanes trataron de contraatacar, sólo para ser enterrados en una avalancha de escombros y rayos. Tras el asalto inicial, los dioses volaron y se opusieron a la resistencia. Poseidón convocó terremotos para tragar a sus enemigos. Hades apareció en lugares al azar y gritó “¡Boo!”. Su casco del terror (o su Gorra Boo, como los demás lo llamaban) envió a los Titanes que estaban huyendo directamente a los lados del acantilado, o a los brazos de los Cíclopes Mayores. Cuando el polvo se asentó y las nubes de tormenta se esfumaron, incluso los dioses tenían temor de lo que habían hecho. No sólo el palacio de Cronos se había ido, toda la parte superior del monte Otris había sido esquilada. ¿Ya te dije que Otris solía ser la montaña más alta de Grecia? Pues ya no lo es. Hoy los es el Monte Olimpo, que solía ser la montaña más pequeña, mide más de nueve mil pies de altura. El Monte Otris sólo cinco mil. Zeus y los Cientímanos habían prácticamente dividido la montaña por la mitad.
  • 70. 70 Los Cíclopes sacaron a los Titanes de los escombros y empezaron a encadenarlos. Ninguno de ellos se les escapó. El General Atlas y los cuatro hermanos que controlaban las esquinas de la tierra se arrastraron ante Zeus y rogaron. —Ah, mis queridos tíos—rió Zeus—. Koios, Crío, Hiperión, Jápeto, ustedes cuatro van directamente al Tártaro, donde permanecerán para siempre. Los cuatro hermanos bajaron la cabeza avergonzados, pero el general Atlas se rió de su captores. — ¡Dioses enclenques! ―bramó. Incluso envuelto en cadenas, era intimidante—. No saben nada de cómo funciona el universo. Si lanzas a estos cuatro al Tártaro, ¡todo el cielo caerá! Sólo su presencia en las cuatro esquinas de la tierra mantiene la amplia extensión de Urano de derrumbarse sobre nosotros. —Tal vez. —Zeus sonrió—. Pero, afortunadamente, Atlas, ¡tengo una solución! Siempre estás glorificando lo fuerte que eres. ¡A partir de ahora, tú vas a sostener todo el cielo solo! — ¿Qué? —Brontes, Arges, Estéropes —dijo Zeus—. Es todo suyo. Los Cíclopes Mayores arrastraron a Atlas a una montaña lejana donde el cielo estaba muy cerca. No sé cómo lo hicieron, pero lograron que el cielo formara un pilar de soporte central—una única nube enbudo, como el punto final de un cono. Encadenaron a Atlas a la montaña y lo obligaron a cargar todo el peso del cielo sobre sus hombros.
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  • 72. 72 Ahora piensas, ¿Por qué no simplemente se negó a sostenerlo, y dejó que el cielo cayera? Mencione las cadenas, ¿cierto? Él no podía huír sin ser aplastado. Además, es difícil de apreciar a menos que lo hayas hecho (cosa que he hecho), pero sostener el cielo es un poco como estar atrapado bajo una barra durante un press de banca7 . Toda tu concentración se centra en evitar que esa cosa te aplaste. No puedes levantarla, porque es demasiado pesada. No puedes soltarla, porque va a aplastarte cuando caiga. Todo lo que puedes hacer es mantenerlo en su lugar, sudando, aguantando y gimiendo “¡Ayuda!” con la esperanza de que alguien vaya a caminar por el gimnasio, notando que estás siendo aplastando lentamente en un panqueque, y que te quite el peso de encima. Pero ¿y si nadie lo hace? Imagínese estar atrapado en esa situación paratoda la eternidad. Ese fue el castigo de Atlas. Todos los otros titanes que lucharon en la guerra se libraron fácilmente. Fueron lanzados de cabeza al Tártaro. Lo que nos deja con la pregunta del millón de dracmas : ¿Qué pasó con Cronos? Hay un montón de historias diferentes. La mayoría coincide en que él fue excavado de los escombros y llevado ante Zeus. Otros dicen que fue atado con cadenas como los otros Titanes y arrojado al Tártaro. Según algunas tradiciones posteriores, y me gusta esta versión, Zeus tomó la guadaña de su padre y cortó en pedazos a Cronos en la manera que él había cortado a Urano. Cronos fue arrojado al Tártaro en pedacitos. Supuestamente, de ahí es donde se obtiene la idea del Padre Tiempo con su guadaña, siendo depuesto todos los primeros de enero por un bebé de Año Nuevo8 —aunque es difícil imaginar a Zeus en un pañal y sombrero de fiesta. Algunas versiones afirman que Zeus liberó del Tártaro a Cronos muchos años después bien para que viviese su retiro en Italia, o para que gobernase las Islas de los Bienaventurados en 7 El press de banca, press de pecho, fuerza en banco o fuerza acostado, es un ejercicio con pesas que trabaja principalmente la zona superior del cuerpo. 88 El bebé de Año Nuevo es una personificación del inicio del Año Nuevo comúnmente visto en las caricaturas editoriales. Él simboliza el "nacimiento" del próximo año y el “paso" del año anterior; en otras palabras, un "renacimiento" El mito más asociado con él es que es un bebé al principio de su año, pero el bebé de Año Nuevo del bebé rápidamente envejece hasta que tiene una edad avanzada (como el Padre Tiempo, con el que se asocia a menudo) al final de su año.